Me encanta esta pareja y este fic ya lo venia pensando desde hacia rato. Para disfrutarlo mejor podrian contactar conmigo y asi les pasaria la cancion con la cual me inspire a escribirlo o si no la pueden conseguir ustedes, se llama Copos de Nieve y es de musica clasica y viene en un cd que se llama Estimulacion Temprana para bebes.

Espero que esta historia sea de su agrado.


Los primeros copos de nieve de la temporada caían sobre mi rostro, fríos como mi piel.

Para una persona como yo los menores detalles de la vida son los que mas cuentan, el hecho de haber sido alguna vez un mortal me hace sentir añoranza al ver a las personas caminar por la calle, ellos que disfrutan libremente del sol, de su calidez; en cambio yo, estoy condenado a vivir eternamente entre las sombras…

Para los vampiros tan viejos como yo (y me refiero en años, puesto que físicamente soy una persona que aparenta los 24) la evolución de la humanidad no es algo bueno, me eh quedado rezagado en mis costumbres arcaicas y ahora en esta nueva era todo es tan diferente… por ello decidí "dormir" unos cuantos siglos… hasta ese momento.

Ah… recuerdo perfectamente todo, como fue que ese sonido llego hasta mis sensibles oídos y me incito a levantarme de mi letargo. Lo primero que me di cuenta al salir de la cripta fue que todo había cambiado mucho, había edificios gigantescos por todos lados y carruajes halados por caballos invadían las calles, mientras que hombres con sombreros de copa ancha y grandes capas negras caminaban del brazo de mujeres hermosas en vestidos lujosos y anchos.

La multitud se dirigía hacia donde el dulce sonido que invadía mis oídos se encontraba y por ello decidí seguirles. Caminaron por una calle larga y de ahí dieron vuelta hacia otra que estaba iluminada por grandes faroles, las hermosas luces tenues se reflejaban en las calles de piedra y algunas personas se detenían a ver los grandes ventanales de los comercios que ahí había, perfumerías, repostería fina, cosméticos, juguetería y todo con la misma exquisitez de la elegancia que les caracterizaba.

Nuestro camino se detuvo ante un gigantesco edificio, el Théâtre du Chatelet, la gente entraba a tropel a trabes de las grandes puertas de caoba finamente talladas. Me di cuenta de que entregaban sus pases de entradas a un hombre junto a la entrada, y yo obviamente no tenia boletos; a si que a pesar de mis costumbres decidí matar dos pájaros de un tiro.

Volteando a mi lado izquierdo advertí la presencia de una hermosa mujer, un poco apartada de la multitud que se cubría del frió con una capa negra de la mas fina piel que se pudiese encontrar, su rostro estaba bellamente pintado y sus mejillas coloradas irradiaban tanta vida que llegue a envidiarla. Un ligero fruncimiento de su ceño dañaba su lindo rostro, se veía enojada y al parecer esperaba a alguien; sostenía un boleto en su mano.

Ella se percato de mi presencia y me sonrió tentativamente, comenzó a flirtear conmigo, minutos después me le acerque lentamente, una vez ante ella me miro a los ojos y segundos después ya había caído en mi poder. La tome de la mano y la lleve hasta un oscuro callejón junto al teatro, sus finos guantes hacia que no sintiese mi fría piel, sin oponer resistencia se dejo llevar, una vez ahí la recargue en la pared y puse su rostro entre mis manos, un ligero escalofrió recorrió su piel y me miro asombrada, pero anhelante a la vez.

"Estas frió…" me dijo en un susurro, pero yo no le hice caso, recorrí con mis labios su cuello hasta llegar a su yugular, un ligero gemido salio de sus labios cuando mis colmillos atravesaron su delicada piel, sus manos comenzaron desesperadamente a tantear mi torso, tratando de encontrar fuerzas para empujarme mientras yo la drenaba de aquel liquido vital, tan valioso llamado sangre, nuestros corazones latían ahora al unísono, éramos uno en aquel momento, sus débiles manos comenzaron a cerrarse en pequeños puños atrapando mi ropa y haciéndola jirones, sus manos se aferraban a la vida que en esos momentos yo le arrebataba…

De pronto el latido de su corazón empezó a detenerse y esa era mi señal para dejarla ir, ella estaba muriendo. Lentamente comenzó a caer deslizando su espalda contra la pared, sus mejillas anteriormente sonrojadas ahora se veían pálidas y sus labios rojos ahora eran de un terrible color lila… iba a morir.

Sin mucha ceremonia tome el pase que ella había dejado caer, arregle mis ropas y salí del oscuro callejón, subí las escaleras que llevaban hacia a las puertas del teatro; estaban a punto de cerrarlas.

"Señor, - me dijo el mozo con desentendimiento de mi tardanza – la función ya lleva tiempo, apresúrese".

Le sonreí ligeramente mientras detrás de mi se acercaba un joven acalorado, claramente se veía que había estado corriendo por un buen rato.

"¿No han visto entrar a una joven que vestía una capa de piel negra?" – la preocupación se denotaba en su voz.

Antes de entrar al teatro me volví hacia el y le sonreí socarronamente.

"Si… - le dije lentamente mientras veía el asombro en su rostro, había quedado pasmado ante mi mirada – entro minutos antes que yo"

"Gracias, señor" – me dijo soltando un ligero suspiro de alivio y entro casi pisándome los talones hacia la sala del teatro.


Notas de la autora:

- La cancion que escucha Ron es la misma ya arriba mencionada.

El Théâtre du Chatelet si existe, fue inagurado en 1863 y es por ese mismo año en el que se desarroya esta historia.

Espero sus reviews, hasta el proximo capitulo.