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SAD LOVE SONG
Maryeli/Milly-chan
1. Mundo a Oscuras
"¿Qué sentido tiene si no puedes saber lo que hay frente a ti?"
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Buscó a tientas un lugar donde apoyarse y cerró los ojos. Aquella tarde estaba anormalmente silenciosa y eso aturdía sus sentidos. Frotó sus manos tratando de calentarse, repentinamente sintió un frío viento golpearle el rostro. "Tal vez esa sea la razón de tanto silencio", pensó mientras trataba de recordar en que momento se desvió del camino.
Después de cavilar por varios minutos, llegó a una simple conclusión: Estaba perdida. "Inaudito", llevaba casi 8 años recorriendo las mismas oscuras calles y por alguna especie de maldición, cada cierto tiempo volvía a suceder y se perdía.
- "Maldición" – Susurró.
- "¿Perdón?" – Oyó una voz que estaba casi segura, provenía de alguien que se encontraba a su izquierda.
- "¿Quién eres?" – Dijo sin inmutarse - "Es la primera vez que escucho tu voz".
- "Ehm" – Llevando ambas manos por detrás de su cabeza y mostrando una sonrisa, algo nervioso – "Es que soy nuevo aquí y creo que me perdí".
Se hizo un breve silencio. El viento sopló más fuerte removiendo las pocas hojas de un viejo árbol que se encontraba del otro lado de la calle. El recién llegado se dio tiempo de echar un vistazo a la esquiva niña: era de pequeña estatura, rostro salpicado de pecas enmarcado por rubios cabellos sujetos en dos coletas con gastados lazos rojos y sus ojos… bueno, ahora que lo consideraba ella tenía los ojos cerrados desde que la observó antes de animarse a hablarle.
- "Disculpa" – Se acercó mas a la niña – "¿Puedes ayudarme a encontrar el camino a casa?"
- "Tonto".
El niño parpadeó. Lo había oído claramente, ella acababa de llamarle tonto. Deshizo la sonrisa de su rostro.
- "Si no vas a ayudarme solo deberías decirlo, no era necesario que me insultaras" – Le dijo él, claramente resentido, mientras cobijaba sus manos dentro de sus bolsillos. Se regañó asimismo por no haberse colocado un suéter más grueso antes de salir de casa – "Oye" – Volvió a insitir.
- "Déjame en paz" – Respondió la niña, y antes que el niño pudiera hacer o decir algo, caminó hacia delante dispuesta a cruzar la calle. No avanzó ni tres pasos cuando oyó el sonido del motor de un vehículo acercándose raudamente y sintió claramente como algo tiraba de su brazo, haciéndola volver hacia la acera. El ruido del motor se hizo más fuerte y luego se alejó tan rápido como apareció.
- "¡Estás loca! ¡Por poco haces que te atropelle ese coche!" – El niño empezó a sacudirla por los hombros – "¿Acaso no te enseñaron a mirar a ambos lados antes de cruzar la calle?" – Al notar que ella permanecía allí, impasible, como una muñeca de trapo, con los ojos cerrados – "¡Qué pasa contigo, al menos mírame cuando te hablo!"
- "¡Qué sentido tiene si no puedo saber quien esta frente a mí!" – Gritó ella, apartando los brazos que sujetaban sus hombros y levantando los párpados, dejándole ver a su salvador sus ambarinos y vacuos ojos.
El muchacho no estaba seguro si fue por el frío que a cada minuto se acentuaba o por el reciente descubrimiento, pero un repentino escalofrío le recorrió de la cabeza a los pies. Intentó decir algo pero en dos ocasiones se vio abriendo y cerrando la boca al no encontrar las palabras adecuadas. La oyó suspirar y darse la vuelta.
- "Tenías razón" – Dijo avergonzado – "Soy un tonto… ¿Estás bien?"
- "S-si…" – Respondió confundida.
- "Que alivio" – La sonrisa le regresaba al rostro – "Mi nombre es Shinji Hirako".
La niña dudó un poco antes de decirle su nombre.
- Sarugaki Hiyori.
Si ella hubiera podido, habría notado el brillo en la mirada del muchacho y su sonrisa de satisfacción.
- "Y dime algo, Hiyori, ¿Tienes idea de donde estamos?"
La niña frunció el ceño. Pero pensó una respuesta muy coherente.
- "Pues, estamos en el Distrito de Higashiyama, Shinji-tonto".
Shinji se echó a reír, por varios segundos, tal vez un minuto o dos.
- "¿Qué es tan gracioso?" – Preguntó Hiyori, con el ceño más fruncido que antes.
- "Nada… Es solo que por un momento creí que los estábamos perdidos".
Hiyori bufó.
- "Shinji, eres raro".
- "Y tu eres linda, como tu nombre, Hiyori".
Hiyori sintió sus mejillas arder. Se giró y empezó a caminar tocando el muro sutilmente con una de sus manos.
- "¡Espera!" – Shinji empezó a seguirla – "¿A dónde vas?"
- "A cualquier lugar, lejos de ti, tonto" – Hiyori intentaba inútilmente de deshacerse de Shinji, que no dejaba de seguirla.
- "No puedes dejarme, ¿Acaso olvidaste que estoy perdido?"
- "Y yo ciega, no creo que puede serte de ayuda" – Dijo ella, resignada. De pronto sintió una mano tomando la suya.
- "No te preocupes, yo seré tus ojos hasta que encontremos el camino a casa, ¿Qué dices?"
Hiyori se quedó sin palabras. Todo aquello era tan extraño y repentino. Shinji lo notó y antes de permitir que ella se sintiera incómoda, tiró de su mano y empezó a caminar.
- "Por allá hay un restaurante de ramen y dos casas a un lado se ve una barbería"
- "Shinji, ¿En donde vives?" – Dejándose llevar por el muchacho.
- "En Kabuki, un barrio cerca del río Kamo, al menos eso me dijo mi madre cuando salí esta mañana"
- "Bien, entonces debemos doblar al llegar a la esquina, donde se encuentra la barbería"
- "¿Cómo lo sabes?" – Preguntó Shinji, intrigado.
- "Por que… yo también vivo en el barrio Kabuki"
- "Genial" – Susurró Shinji – "Entonces busquemos juntos el camino a casa".
Hubo un marcado cambio en el tono de voz de Shinji que no pasó desapercibido para Hiyori, le dio la impresión que él parecía… feliz.
Y así, bajo el nublado y frío cielo de otoño, un muchacho de 12 años y una niña de 9 caminaron de la mano por las calles de Higashiyama-ku.
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Corto, pero es solo el principio. Con mucho cariño para Abarai Ebril, Tsuki-chan y Aris Black.
18 de Julio de 2010
Maryeli
:)
