Este fic está escrito bajo las condiciones del reto que dejó Patriot117, en el foro "Proyecto 1-8"

Disclaimer: Digimon y sus personajes no me pertenecen.


Capítulo 1:

Una voz

La bofetada de una ráfaga de aire sofocante me obligó a cerrar los ojos con fuerza, el polvo que viajaba en el viento me azotó el rostro y mis ropas se pegaron a mi cuerpo.

Había estado caminando durante todo el día, sin ningún destino al que llegar, sin saber dónde me encontraba, sin entender cómo había llegado hasta allí. No creía que en alguna circunstancia de mi vida haya sudado tanto como en ese momento, aunque, a decir verdad, no estaba seguro de haber vivido antes de ese día.

Caminaba con los ojos cerrados. El sol quemaba mis párpados, pero preferí ese ardor a la ceguera que me concedían sus rayos abrasadores cuando los abría. Además, no me gustaba ver la tierra. No era lo que yo creía y eso me confundía.

Tenía imágenes en mi mente, donde la tierra era húmeda, estaba adornada con flores hermosas y árboles fuertes, estaba preparada para dar vida; yo guardaba imágenes de una tierra fecunda. En cambio, lo que veía ante mí ni siquiera se acercaba a esas imágenes, era un suelo reseco, agrietado, sin colores, sin fertilidad.

Una parte de mí se preguntaba de dónde podrían haber llegado esas imágenes; es que no recordaba haberlas visto antes, sin embargo allí estaban, dando vueltas en mi mente.

¿Cómo se puede recordar algo que nunca has vivido? ¿Cómo estar seguro de que no lo has vivido si no recuerdas nada?

Cada paso lastimaba mis pies, los músculos de mis piernas latían cada vez que tomaba el impulso para dar otro paso, exigiendo que me detenga. No lo hice. El aire polvoriento quemaba mis pulmones y raspaba mi garganta seca al abrirse paso dentro de mí. Mis ojos se irritaban dolorosamente cada vez que me armaba de valor para abrirlos. La cabeza me daba vueltas, ¿qué era ese lugar?

Estaba rendido, el calor y el agotamiento físico no me dejan seguir adelante. Me dejé caer. Solo quería que el dolor desapareciera. Caí de rodillas al suelo y me acurruqué entre las grietas que resquebrajaban la tierra. Cada inspiración traía consigo el polvo, cada exhalación era acompañada por una expulsión brusca y ruidosa.

"Tos" me dijo una voz en el interior de mi mente, una voz metálica, una voz penetrante. Sacudí la cabeza. No quería ese sonido dentro de mí, nadie lo invitó a entrar. Volví a sacar aire violentamente de mi boca. "Toser" me dijo esa misma voz. Llevé mis manos a mis sienes y presioné con fuerza. No quería esa voz en mi cabeza, ¿por qué ahí dentro tenía una voz? Era ilógico, no podía contestarme qué hacía allí o cómo llegué, pero tenía una voz que me hablaba de palabras y definiciones. No necesitaba saber eso, necesitaba ir a un lugar más seguro.

Mis manos volvieron a tocar el suelo. Seguro… ¿seguro de qué? ¿Por qué tenía esa mala sensación? ¿Por qué sentía esa necesidad de refugiarme?

Delante de mí aquel lugar desierto desapareció y algo más se asomó en mis ojos. Una silueta, una persona, una mujer. La imagen se fue tan rápido como había llegado, y yo hubiera querido que permaneciera más tiempo conmigo.

"Recuerdos" comentó la voz dentro de mí. Fruncí el ceño. ¿Cómo podía tener recuerdos si no había vivido nada antes de ese día? "Alucinaciones" se corrigió la voz de mi interior.

Cerré los ojos intentando hacer regresar esa imagen. Pero se había perdido, y yo no sabía si alguna vez podría llegar a verla de nuevo. Por el contrario, ante mí volví a ver el mismo suelo agrietado y polvoriento.

"Zona semiárida" clasificó la voz.

Inspiré profundo ignorando que mis pulmones se quejaran y acepté que no sería capaz de alejar esa voz de mí. Tal vez sea mi única compañía.

Me incorporé con cuidado, mis energías no estaban repuestas pero algo me decía que no había tiempo para descansar, y quien sea responsable de esa sensación de peligro no era la voz dentro de mi cabeza.

"Instinto" soltó la voz "Esa sensación es tu instinto"

Hubiera gruñido si no tuviera la impresión de que mi garganta se rompería. Era tan extraño tener una voz que no me pertenecía interrumpiendo mis pensamientos como si fuera la dueña de mi cerebro.

Yo estaba seguro de que esa voz era la culpable de esas imágenes extrañas que me confundían y aparecían de la nada. No confiaba en ella en absoluto.

"No tienes por qué confiar en mí, confía en tus instintos"

Algo sucedió en mi interior luego de oír esa frase, pero decidí ignorarlo. Confía en nadie, me dije y lo cumplí.

Continué dando largas zancadas, intentando acostumbrarme a caminar en un paso más apresurado… o sería tarde. Me estremecí causando que mis piernas bajaran el ritmo. Tarde… ¿para qué? Aquel escalofrío volvió a recorrerme el cuerpo. Había algo… pero, ¿qué?

Mi respiración se volvió más lenta y profunda, ya no me importaba que el aire no fuera puro, ya no me dolían los pulmones, mi garganta ya no reclamaba agua potable.

¿Qué era esa sensación? ¿Qué había ocurrido? ¿Qué hacía yo ahí? ¿Qué lugar seguro debía hallar? Cada pregunta me golpeaba con una punzada en el cerebro. Enredé mis manos entre mi cabello sucio por el polvo de aquella tierra. Pensar me dolía, pero no podía dejar de preguntarme, ¿quién demonios soy yo? ¿Qué buscan de mí? ¿Qué o quién me trajo a este lugar? ¿Por qué tengo el deseo de escapar? ¿De qué o quién estoy huyendo?

"Reacciona" pidió la voz dentro de mi cabeza, pero no pude hacerle caso.

Luché contra las preguntas, contra los golpes que me daban.

Luché contra mí mismo y mis incertidumbres. Pero no gané la batalla.

"No es seguro" siguió la voz "Hay alguien"

Quise moverme, pero mi cuerpo no respondió. Lo entendí, se había rendido.

"Corre" me aconsejó la voz "Corre".

Pero fue en vano.

Y esa imagen regresó, esa silueta, esa mujer. Me sonrió, le sonreí. Se encontraba a salvo, se encontraba bien.

Cerré los ojos y me dejé llevar.


Sólo espero que al menos una mínima parte de este capítulo haya atraído a su atención y hayan podido disfrutar de la lectura.

¡Nos leemos!