Hola a todos! Aquí os presento mi nueva gran aventura ;) Espero que os guste y os dejo el pequeño vídeo promocional de la historia a continuación:
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(Copiadlo todo y quitadle los espacios, no me dejaba subir un link de otro modo D':)
Capítulo 1. Bienvenidos a Storybrooke
- Mamá… ¿Nos hemos perdido…?
La voz de su hijo era de lo más molesta en aquellos momentos y, teniendo en cuenta que no dejaba de preguntar cada cinco segundos lo mismo, era un completo quebradero de cabeza.
- No, cariño, se perfectamente dónde estamos… - intentó poner un tono dulce pero su voz salió igual de torcida que su sonrisa, lo cierto es que estaba cansada y su GPS había decidido dejar de funcionar.
- Pues no lo parece…
Regina le lanzó una fatídica mirada al jovencito que estaba sentado en el asiento de copiloto y dejó escapar un suspiro. "Tiene razón Regina, te has perdido…" apretó con fuerza las manos en el volante y encendió las luces largas, intentando ver algo más en aquella estrecha carretera rodeada de un espeso bosque. Necesitaba dar con alguna indicación, algo que señalara al menos dónde se encontraban. "Si Henry no hubiese querido pasar las vacaciones en ese maldito pueblo ubicado donde Jesús perdió su alpargata ahora no estaríamos en medio de la nada" lamentó. Lo cierto es que su pequeño había estado suplicándole durante días e incluso semanas que pasaran al menos una semana en un pequeño pueblo de Maine cuyo nombre no era capaz de recordar. No entendía por qué su hijo quería ir allí con tanto ahínco, de hecho ella le había propuesto planes hechos a su medida: un viaje a Disneyland Orlando. Supuso que el gusto de Henry por los cuentos de hadas le haría decidirse por ese y le quitaría aquella loca idea de la cabeza, pero se equivocó. El pequeño era testarudo, un mal hábito que habría cogido de ella seguramente.
- ¡Mamá! ¡Allí veo un cartel! – el niño empezó a darle enérgicas palmadas en el brazo para captar su atención.
- Sí, sí, cariño… puedes parar de golpearme, te he escuchado – le indicó amablemente.
La morena centró la vista en la carretera y, efectivamente, unos metros más adelante se alzaba un pequeño panel en el borde derecho de la calzada. Intentó visualizar con mayor precisión lo que decía pero no fue hasta que no se acercaron un poco más que pudo leer perfectamente: Bienvenidos a Storybrooke. Al parecer había conseguido llegar hasta allí y aun no sabía cómo. La sonrisa de Henry era descomunal y tenía la cara iluminada, ver a su hijo así de feliz hacía que ella se sintiera un poco mejor también. Quizás no había sido tan mala idea hacerle caso en lo de las vacaciones a fin de cuentas…
- Ves, te dije que no nos habíamos perdido – puntualizó con cierto tono de superioridad. Sí que se habían perdido pero no iba a dejar que su hijo lo supiera.
- Siento si he sido algo molesto… - Henry agachó la cabeza y bajó la mirada, visiblemente avergonzado.
- No pasa nada, cielo – con un movimiento de mano le despeinó sutilmente y le acarició la mejilla – lo importante es que ya hemos llegado pero a estas horas no sé dónde encontraremos alojamiento…
- Algo encontraremos mamá, además… tú eres alguien importante – los ojos de Henry transmitían sinceridad pero, en cambio, Regina no estaba tan convencida si su "imagen" podía servirles de algo en un pueblo tan alejado de la urbanización.
Lo cierto es que Regina era la alcaldesa de Boston y era una figura sobradamente conocida tanto en el lugar como en sus alrededores debido a la gran capacidad de liderazgo de la que hacía gala y sus excelentes gestiones para incrementar los beneficios de la ciudad y utilizarlos a favor de obras públicas y sociales. Aun así, dudaba que en aquel pequeño pueblo pudieran reconocerla.
Avanzaron en su Mercedes Benz unos pocos kilómetros más hasta que llegaron a lo que parecía ser la calle principal del lugar. "Dios mío…" aquello era aun más pequeño de lo que se había imaginado la alcaldesa. A ambos lados de la carretera se encontraban unas pocas tiendas y hubo una en especial que llamó su atención: "Sr. Gold. Prestamista y coleccionista de antigüedades". ¿Qué era aquello? ¿Una especie de banco? Por favor…
Regina ralentizó la marcha de su Mercedes y tanto ella como su hijo empezaron a mirar los alrededores en busca de algún lugar que les ofreciera alojamiento. Sin embargo, sus esfuerzos parecían ser en vano, pues todo estaba cerrado.
- Como yo decía, no encontraremos…
- ¡Ese restaurante de allí está abierto! – la interrumpió con efusividad el pequeño.
La morena desvió la mirada al lugar donde su hijo estaba señalando y, efectivamente, encontró un pequeño restaurante de aspecto algo deteriorado cuyo cartel indicaba "abierto". Aparcó el coche con habilidad al otro lado de la calzada y ambos ocupantes bajaron de él, cerrándose los abrigos debido al abrumador frío que azotaba aquel pueblo. "Adiós a las vacaciones caribeñas, Regina" se maldijo por ser tan comprensiva con su hijo, quizás le consentía demasiado…
Empezaron a caminar a paso ligero hacia la entrada del restaurante, flanqueada por unas vallas de aspecto verdoso y unas mesas de picnic. "Granny's dinner" era el nombre del local. Regina cogió la mano de Henry y se encaminó con él a subir los escalones que les separaban de la entrada al recinto. Tomó el pomo de la puerta con la otra mano y la abrió con decisión, haciendo que el sonido de una campanilla resonase en el lugar.
- Hola, bienvenidos – el saludo provenía de la barra y, más concretamente, de la exuberante camarera que limpiaba un par de vasos detrás de ella.
- Buenas noches – devolvió educadamente el saludo y dio unos pasos más, adentrándose completamente en el restaurante, cuyo aspecto interior iba a juego con el exterior.
Regina creyó encontrarse a si misma en una escena de la película "Grease" por la decoración del lugar, el suelo a cuadros y aquellas mesas limitadas por sofás daban totalmente el pego. Incluso había un jukebox al fondo.
- ¿En qué puedo ayudarles? – la camarera dejó el vaso que estaba limpiando en la barra y posó su felina mirada en la alcaldesa.
- Bueno, mi hijo y yo teníamos pensado pasar una semana aquí de vacaciones – se justificó – pero no sabemos dónde podríamos alojarnos… Si pudiera tener la amabilidad de indicarnos algún hotel u hostal cercano…
- ¿Están buscando alojamiento, no? Pueden quedarse aquí – respondió con una sonrisa en sus rojizos labios – la abuelita tiene también un hostal y disponemos de un par de habitaciones vacías.
- Disculpe la impertinencia pero… ¿"La abuelita"? – a Regina todo aquello le sonaba de lo más extraño y pueblerino, así que alzó una ceja y se limitó a esperar la contestación de la joven camarera.
- Sí, así llamamos a la dueña del local los que la conocemos – dijo entre risas – es una mujer algo tosca pero en el fondo es encantadora.
- ¿Y tú cómo te llamas? - la voz de Henry las tomó por sorpresa, el pequeño se había separado de su madre y ahora estaba sentado en uno de los taburetes junto a la barra.
- Oh – la camarera lanzó una mirada de comprensión ante la fachada avergonzada de Regina por la impertinencia de su hijo y se dirigió al pequeño – me llamo Ruby, jovencito.
- Me gusta tu nombre – continuó el pequeño haciendo caso omiso a las miradas de reprobación que le enviaba su madre – yo soy Henry y ella es mi madre, Regina.
- Gusto en conoceros – puntualizó Ruby, con una sonrisa en los labios - ¿Qué me decís entonces? ¿Os busco una habitación?
La alcaldesa se acercó a su hijo y pasó las manos alrededor de sus hombros, sujetándole firmemente en un gesto que quería decir claramente "tú y yo tendremos una charla después" y sonrió con contingencia a la camarera.
- Sí, por favor.
- De acuerdo, iré a mirar las que quedan libres – dijo enérgicamente mientras colgaba su diminuto delantal en la barra.
- Nosotros iremos a buscar el equipaje – comentó Regina obligando a Henry a acompañarla.
Ambos salieron del restaurante y se encaminaron al vehículo, aparcado a escasos metros de allí. Por suerte ya tenían un lugar donde pasar la noche, Regina ya se había imaginado que tendrían que dormir en el coche. Cuando lo alcanzaron, la morena apretó el interruptor de sus llaves y unas luces parpadearon en el vehículo, señal que podía abrir sin problema el maletero. Así lo hizo. Henry sacó su pequeña maleta azulada y una bolsa donde guardaba algunos de sus cuentos de hadas favoritos y Regina se encargó de coger su enorme maleta púrpura y su neceser. Dejaron las cosas en el suelo momentáneamente hasta que hubieron cerrado de nuevo el coche y se encaminaron junto a sus pertinencias hacia el Granny's.
- Henry, no tienes que ser tan impertinente con gente a la que no conocemos… - comentó en un susurro la alcaldesa.
- Lo sé, mamá… pero quería saber su nombre… - el pequeño respondió también en un hilo de voz.
- ¿Por qué? ¿Acaso te ha gustado? – la morena sonrió pícaramente intentando avergonzar a su hijo.
- ¡Claro que no! – respondió con afectación.
- ¿Entonces?
- No te lo puedo decir, al menos no aun – que su hijo le guardase secretos era algo a lo que aun no se había acostumbrado. Lo había consultado con los profesores del pequeño y todos coincidían en que era una fase normal por la que todos los niños pasan. Aun así, a ella no le acababa de convencer.
- Entiendo – musitó con resignación – esperaré a que puedas decírmelo.
- Gracias mamá – Henry la miró con una sonrisa en los labios – eres la mejor.
Cuando entraron de nuevo en el recinto, Ruby les esperaba sentada en un taburete y jugueteando con un par de llaves en la mano. Al escuchas el sonido de la campanilla la joven se giró y les miró sonriente.
- Si que lleváis equipaje – señaló.
- Mi madre odia dejarse cosas que considera importantes en casa – puntualizó con seguridad Henry, a lo que Regina respondió con un leve rubor en las mejillas y un suspiro fastidiado.
- Cosas de niños… - dijo para excusarse. Ruby le respondió con una breve carcajada.
- Bueno, tenemos libres las habitaciones 6, 12 y 20 – comentó tras recobrar la serenidad la camarera – podéis escoger la que queráis pero os recomiendo la 6, tiene unas vistas muy bonitas del pueblo.
- Cogeremos esa entonces, gracias por el aviso.
- De nada – la camarera se acercó y le entregó una pequeña llave algo oxidada cuyo llavero marcaba el número 6. – siguiendo este pasillo encontraréis las escaleras que llevan al hostal, vuestra habitación se encuentra en el arriba a la izquierda.
- Muchísimas gracias – sonrió la alcaldesa – Henry, ve yendo a la habitación.
- De acuerdo – la morena le entregó las llaves al pequeño que salió disparado, maleta y bolsa en mano, hacia las escaleras.
Cuando se quedaron solas, Regina miró furtivamente el aspecto de la camarera. No le hacía demasiada ilusión alojarse en un hostal cuya dueña se hacía llamar "abuelita" y cuya empleada vestía como si fuera un local de alterne pero "todo sea por Henry".
- ¿Cuánto le debo? – preguntó.
- ¡Ah! Nada de momento, cobramos al final de la estancia – respondió la joven con obviedad.
- Bien, entonces… - Regina se disponía a seguir a su hijo cuando la mano de la camarera la detuvo.
- Eso sí, debe presentarse a nuestra sheriff mañana – comentó como si nada – no suelen aparecer muchos visitantes por Storybrooke.
La alcaldesa se zafó de la mano de Ruby y la miró con una sonrisa circunstancial.
- No imagino por qué – con aquello, la morena avanzó hacia las escaleras dejando a la camarera con la sensación de no saber si aquello lo había dicho positivamente o no.
Subió uno a uno los escalones, intentando no dejar caer la maleta. Lo cierto es que pesaba muchísimo y se arrepentía de haberse llevado tanta ropa. Cuando llegó a la parte de arriba respiró aliviada y tomó el pasillo de la izquierda. "Número 10, número 8… número 6" abrió con rapidez la puerta y se encontró a su pequeño estirado en la cama. Al parecer se había dormido y no podía culparle, era tarde y habían tenido muchas horas de viaje. Se sentó a su lado y miró con recelo la habitación. Disponía de un armario de madera al fondo, una puerta al lado de este que imaginó que sería para el baño y un espejo ovalado. El papel de la pared era de lo más hortera, con flores pintadas y a juego con las sábanas de las dos camas que completaban el conjunto. Dejó escapar un suspiro y su mente empezó a vaguear por otro tipo de pensamientos. ¿Quién sería esa sheriff a la que debía ver?
¿Opiniones? Me encantaría leerlas :)
