Muy buenas a todos aquellos que decidieron leer este fic. Este es el primer fic que publico (y el primero que estoy dispuesto a terminar), por lo que mi experiencia no es extensa. Agradezco cualquier crítica constructiva que usted, querido lector, desee darme en los reviews.

En cuanto a este fic, he de advertir que, si es bien recibido, será uno bastante largo. También debo mencionar que se volverá cada vez más fuerte conforme vaya avanzando, esto lo menciono para aquellos que son sensibles a ciertos temas.

La idea de este fic es llevar a la pequeña protagonista Yoshino por distintos juegos (no está en la categoría Crossover porque es más de un juego), mientras trata de descubrir que la llevo ahí y como regresar a su hogar, viéndose obligada a avanzar en la historia de los juegos.

El objetivo de cada juego es enseñarle, cada uno, algo nuevo a Yoshino, que le será útil en un futuro. Así que usted puede recomendar algún juego y decirme que aprenderá Yoshino de dicho juego. Advierto que muy pocos juegos recomendados serán aceptados, para evitar que la historia se vuelva demasiado larga.

También, algunos de los datos aquí mencionados pueden hacer referencia a la novela (o por lo menos hasta donde la han traducido).

Por último, usaré * para hacer algunas anotaciones que mencionaré al final del capítulo.

Con esto dicho, y sin más preámbulo, disfrute.

0o0o0o0o0o0o0o0o0

Una sacudida y un objeto suave impactando en mi rostro me obligaron a despertarme. Con algo de pereza moví dicho objeto de encima de mí y pude apreciar que se trataba de un cojín de tamaño mediano color celeste claro que aparentaba ser bastante cómodo, mas sin embargo eso no fue lo que llamó mi atención, el cojín tenia diseñado en su centro una especie de pez color anaranjado, con unas aletas de un ligero tono amarillento y una cara bastante boba. Perdiendo el interés sobre el curioso cojín que no recordaba tener, procedí a ver hacia el techo de mi habitación… o donde debería haber estado el techo de mi habitación. Con inesperada sorpresa noté que el techo estaba hecho de metal, muy diferente del techo de concreto al que estaba acostumbrada, lo cual solo podía significar una cosa: esta no era mi habitación. Y si no estaba en mi habitación ¿En dónde me encontraba?

Ante el desconocimiento de mi paradero, mi corazón comenzó a exaltarse y mi mente pensaba en todo tipo de posibilidades. ¿Y si esto era obra de las chicas-maquinas, el AST? Me parecía extraño, pues de haber sido obra del AST, probablemente hubiese habido un combate contra nuestra organización aliada, el Ratatoskr, y por el ruido me habría despertado, e incluso si lograran entrar sin ser detectadas, probablemente no habría podido despertar nunca más, dudo mucho que hayan decidido capturarme, pues no es su forma de hacer las cosas. Pero, ¿Y si realmente me han capturado? ¿Y si planean experimentar en mí?

Estas ideas solo avivaron la llama del temor en mi interior y me hicieron entrar en desesperación. Fue entonces cuando cayó la gota que derramo el vaso. No lo había notado en un principio, pero ahora sentía que algo me faltaba, algo muy importante. Levanté mi mano izquierda y me acomodé el cabello, tratando de pensar con claridad, y fue ahí que lo noté: "Yoshinon" no estaba en ninguna parte.

Con la mirada comencé a buscar a mí alrededor, mas no vi rastro de mi compañera en el lugar. Mi respiración se había vuelto agitada, mi corazón latía rápidamente y mi cuerpo temblaba, signos de que había entrado en total desesperación.

-Cálmate… cálmate… respira profundo…- dije para mí misma, en un intento de relajar mi cuerpo. Inhala… exhala… inhala… exhala… pronto mi respiración se normalizó y mi cuerpo dejó de temblar, pero eso no significaba que mi corazón se hubiese calmado o que mi nerviosismo haya desaparecido.- Trata de pensar en tu situación y buscar una solución.

Con este objetivo en mente, me puse de pie, pero otra sacudida me tumbó al suelo, cayendo sobre mi trasero.

-Aw aw aw- el golpe me había dolido. ¿Qué fue esa sacudida? Dudo que fuese un ataque a la base del AST, o por lo menos no creo que un ataque pudiese hacer que la tierra tiemble de esa manera. ¿Qué había sido eso entonces? Pensando un poco, solo llegué a una conclusión posible: Estábamos en movimiento, es decir, me encontraba en un vehículo justo ahora.

-"Bien, al menos ya sé dónde estoy, ahora ¿Cómo salgo de aquí?"- me pregunte mentalmente, mientras me volvía a levantar teniendo cuidado de que otra sacudida me derribara. Una vez levantada, traté de ver lo que había alrededor, pero el lugar estaba prácticamente en completa penumbra. Di un par de pasos hacia adelante, entonces mi pie pisó un objeto, al parecer cilíndrico, que rodó y caí al suelo, esta vez de cara.

-Aw aw aw aw aw- solté unas cuantas lagrimas mientras sobaba mi nariz, en donde había recibido la mayor parte del impacto. El objeto que me había hecho caer seguía cerca de mí, así que lo tomé y como pude empecé a indagar sobre que era. Como había supuesto antes, el objeto era cilíndrico, siendo un poco más grueso en una de sus puntas, y había una protuberancia en su lateral. Traté de recordar algún objeto que tenga estas características y después de unos segundos solo llego a mi mente 1 objeto.

-¡Es una linterna!- dije con marcada alegría en mi voz. Palpando un poco mejor la protuberancia, finalmente la deslicé, y la luz de la linterna se encendió…

Solo que, sin darme cuenta, había estado apuntando la linterna directo a mi rostro y al encenderla, la luz me encegueció y caí por la reacción, volviendo a caer sobre mi trasero.

-Aw aw aw- otra vez me había golpeado.- "Probablemente esto se habría visto ridículo en público"- pensé agradeciendo por un momento estar sola, sería vergonzoso que alguien me viera caer de esa manera.

Volví a tomar la linterna y comencé a inspeccionar los alrededores. Lo primero que noté fue la gran cantidad de cajas que había en el lugar, casi rodeándome entre ellas; lo segundo que noté fue que no había ninguna chica del AST aquí, cosa extraña ya que pensé que me tendrían vigilada. Dejando un poco de lado lo segundo, me aventuré a explorar cada una de las cajas, con la esperanza de que "Yoshinon" se encontrara dentro de alguna de ellas.

Encontré todo tipo de cosas, algunas blusas simples de un solo color, unas cuantas tenían el grabado de algún animal extraño desconocido para mí o de un círculo con la mitad superior roja y la otra blanca, con un pequeño círculo blanco en medio; había también algunos muebles, mesas de noche, sillas, incluso un ropero; encontré también varias revistas, algunas de moda y otras aparentemente de algún programa de televisión o quizás un videojuego, pues también tenían esas imágenes de animales extraños. Ya había buscado en todas las cajas, y por desgracia, "Yoshinon" no se encontraba en ninguna de ellas. Bastante decepcionada de mi búsqueda fallida, finalmente me encontré con un espejo de cuerpo completo, el cual estaba bien asegurado para que no se cayera igual que yo.

Fue a partir de su reflejo que pude observar las ropas que llevaba: una blusa celeste bastante sencilla, una falda del mismo color que me llegaba un poco por encima de la rodilla, un cinturón de cuero blanco bien amarrado pero sin estar apretado, una chaqueta blanca abierta de manga larga y unas zapatillas del mismo color.

Aunque el conjunto era bonito, me parecía extraño llevarlo puesto, ya que yo uso pijama cuando duermo, lo cual significaba que no había sido secuestrada mientras dormía, entonces ¿Cuándo sucedió?

Traté de recordar algo, cualquier cosa que me trajera alguna pista sobre qué había sucedido, pero nada, no podía recordar nada, no podía ni siquiera ubicarme. Algo era claro, no había perdido la memoria, aun recordaba a Tohka-san, Kotori-san, Reine-san, Kaguya-san, Yuzuru-san, Miku-san, Natsumi-san… y Shidou-san, a todos los recordaba muy bien, mas no podía recordar sucesos recientes o cercanos a este. En palabras simples: estaba completamente perdida.

El reflejo del espejo me mostró algo más, había una pequeña luz justo detrás de mí. Me di la vuelta, extrañada de que hubiese luz detrás de mí, pues momentos antes todo estaba en penumbras. Al voltearme, no pude evitar caer sobre mi trasero de nuevo ante lo que había visto, pero esta vez el dolor no tuvo efecto en mí, pues el miedo que empezaba a crecer en mi interior se volvía mucho más intenso por momentos.

Lo que se encontraba frente a mi eran letras…no, eran palabras. Tal vez eso no suene terrorífico ni mucho menos, pero el problema aquí es que esas palabras parecían estar escritas en el aire, flotando libremente en el espacio; además, su brillante tono rubí y la oscuridad del lugar le daban un aspecto peculiarmente tenebroso.

Al no haber ningún movimiento por parte de las misteriosas palabras, tuve la oportunidad de calmarme un poco. Ya más calmada, leí el mensaje escrito en el aire.

-¿Eres un chico o una chica?- era la pregunta en el mensaje. Esto me desconcertó un poco, ¿esperaba acaso que le respondiera?

-Y-yo… s-soy una chi-chica- respondí con mi usual tartamudeo, producto de mi persistente temor.

El cambio se notó casi de inmediato. La pregunta brilló más intensamente por un instante, y entonces la palabra "chica" apareció debajo de la pregunta. Después la pregunta desapareció y en su lugar otro mensaje se formó encima de la palabra "chica".

-¿Esta seguro?- era la nueva pregunta del mensaje. ¿Qué si estaba segura? Por supuesto que sí, yo no dudaba de mi feminidad.

-S-si- dije tratando de sonar determinada, pero mi tartamudeo me traicionó.

Esta vez, todo el mensaje brilló momentáneamente y luego desapareció. Pensé que había terminado, pero estaba equivocada. Pronto, un nuevo mensaje apareció, esta vez con una pregunta diferente.

-¿Cómo te llamas?- Ahora preguntaba por mi nombre, el cual no tenía razones para ocultar.

-M-mí no-nombre es… Yoshino- cuando mi nombre salió de mis labios, pensé en lo extraño que era hablarle a un mensaje flotante.

Sucedió lo mismo que la vez anterior, solo que en lugar de aparecer la palabra "chica", apareció "Yoshino" en su lugar. Después la pregunta encima de mi nombre cambió.

-¿Esta seguro?- de nuevo esa pregunta, ¿Por qué alguien no estaría seguro de su propio nombre?

-Si- esta vez no tartamudee al responder, sonando bastante segura de mi misma.

El mensaje entonces volvió a brillar y desapareció. De nuevo pensé que había terminado, pero el mensaje flotante tenía una última cosa que decirme.

-Bienvenida, Yoshino… al mundo de los Pokémon- el mensaje brilló por última vez antes de desaparecer, dejándome bastante confundida. ¿Pokémon? ¿Qué es eso? En el tiempo que llevaba viviendo en los departamentos, jamás había escuchado esa palabra, pero más desconcertante era que yo ahora "estaba en su mundo". ¿Qué tan lejos estoy de mi hogar?

Salí de mis cavilaciones al sentir como el vehículo en el que me encontraba se detenía, probablemente porque ya habíamos llegado a nuestro destino. Entonces abrieron las puertas y una intensa luz me cegó, impidiéndome ver momentáneamente. Una vez que mi vista se acostumbró a la iluminación, abrí mis ojos y observe el exterior, podía ver algunas casas y calles cercanas a mí y a lo lejos podía verse un bello y frondoso bosque de un fresco verde, signos de que estábamos entre la primavera y el verano. El hermoso azul del cielo complementaba la imagen, haciendo de ésta una pintura hecha por el mejor de los artistas.

Disfrutaba de aquella vista y el olor silvestre que había en el lugar, hasta que noté que algo se acercaba a mí. Mi atención se posó en el individuo y entonces volví a asustarme, mi cuerpo empezó a temblar ahí mismo y mi respiración volvió a ser agitada. La persona en cuestión parecía humana, pero había varios aspectos que lo alejaban de la definición de humano.

Primeramente, era ligeramente más alto que yo, el primer aspecto que lo hacía más intimidante para mí; después, el hecho de que no llevaba casi nada de ropa, lo único que llevaba puesto era una de esas prendas que usan los luchadores, además de un cinturón parecido al de los campeonatos de lucha; en tercer lugar estaba su inmensa musculatura, sus brazos, piernas y su torso estaban llenos de musculo trabajado y en sus brazos tenia algunas marcas rojas, era probablemente la persona más forjada y entrenada que había visto en mi vida, tanto así que hacía ver a Shidou-san como un enclenque maricón, sin deseos de ofender, pero esa era la verdad; sin embargo, fue el último aspecto notable el que realmente me había espantado, su cara… no, su cabeza era parecida a la de una lagartija, tenía una boca alargada con 2 pares de colmillos que destacaban de ésta, un par de ojos rojos, piel azulada-grisácea y 3 crestas sobre su cabeza, una en el medio y las dos a cada lado de la primera.

El camión se movió ligeramente cuando la criatura se subió y, a paso tranquilo pero lleno de determinación, comenzó a caminar hacia mí. Yo no moví ni un dedo ante el miedo, mi cuerpo no me respondía; e incluso si me pudiera mover ¿Qué podría hacer yo contra tremendo tanque? Pelear era una opción que no tenía, un combate cuerpo a cuerpo sería lo mismo a tratar de detener el más grande de los tornados con la hojita de un trébol, y mis poderes de espíritu estaban sellados por Shidou-san, agregándole a todo eso, pelear era algo que aún no me gustaba hacer. Huir era una opción difícil también, pues primero tendría que evadirlo y después salir corriendo todo lo que me permitan mis piernas, pero las fornidas piernas de esa criatura probablemente no me permitirían correr demasiado.

Al final, no pude pensar en ninguna posibilidad y me resigné a lo que pasaría a continuación. La criatura se acercaba cada vez más y finalmente… pasó de mí y tomó una de las cajas en el camión.

-Macho, Macho, Machoke- profirió la criatura mientras salía del camión, dejándome ahí aun paralizada del miedo. No tuve tiempo de relajarme pues inmediatamente llegó otra criatura exactamente igual a la anterior. El proceso se repitió: se acercó, no me moví, me ignoró completamente, tomo una caja y salió tarareando "Macho, Macho, Machoke".

Así pasó un par de veces más hasta que finalmente recupere la movilidad de mi cuerpo. Me levante con lentitud, completamente alerta ante cualquier movimiento de las criaturas que no fuese para mover las cajas. Salí del camión, pendiente de cualquier cosa que pudiese significar peligro.

-¡Oh, bienvenida a nuestra nueva casa, hija!- una voz vino justo de mi Izquierda*(1), donde al voltear encontré a una mujer adulta apoyada en la ventana. Era de tez blanca, cabello castaño claro y ojos aparentemente grises, llevaba puesto una blusa color rojo oscuro, eso era todo lo que podía notar de ella.

Lo verdaderamente extraño es que me había llamado "hija". ¿Acaso esta persona creía ser mi madre? Algo era claro, no nos parecíamos en nada.

-D-disc-culpe,…. ¿Quién es u-usted?- traté de sonar educada y ocultar cualquier temor que tuviese hace tan solo unos segundos… espero haberlo logrado.

-¿Eh? ¿Aun estas tan adormilada que no reconoces a tu madre, Yoshino?- dijo riendo por lo bajo, parecía haberle hecho gracia que yo "no la reconociera". Lo cierto es que nunca la había visto. –Ven rápido, los Machoke ya acomodaron tu habitación, deberías subir a verla, después puedes bajar a comer.

La mujer desapareció tras la ventana, dejándome sola de nuevo. Aun me preguntaba que estaba pasando, primero despierto sin "Yoshinon", después unas palabras flotantes me hacen preguntas, y ahora una mujer decía ser mi madre. ¿Podría ser esto alguna clase de extraño experimento por parte del AST? Quizá querían ver mis reacciones ante situaciones extrañas, aunque no puedo pensar en ninguna utilidad para esa clase de información.

Bueno, ya que parecía que nadie me vigilaba, bien podría tratar de huir, pero ¿A dónde ir? Estoy en un lugar desconocido, a quien sabe que tantos Kilómetros de mi casa ¿Cómo volvería?

Un hombre joven se encontraba girando algún tipo de cubo con cuadros de distintos colores cerca de donde yo estaba, así que lentamente me dirigí hacia él, una duda estaba en mi mente y quizá él podría responderla.

-D-disculpe se-señor- dije llamando su atención, el hombre dejo cualquier cosa que estuviese haciendo y volteó a verme.-… ¿Podría de-decirme donde es-estamos?

-Pero que pregunta tan extraña, señorita- comenzó el hombre.- este lugar es, por supuesto, Villa Raíz.

-Villa Raíz… entiendo- dije más para mí misma que por otra cosa.- ¿Sabe usted… ha-hacia d-donde se encuentra Ci-ciudad Tenguu?

-¿Mmm? ¿Ciudad Tenguu? No la conozco, ¿está segura de que esa ciudad se encuentra en esta región?- me preguntó el hombre.

-… Ehmm… no…- dudé en responder, pues no sabía a lo que se refería. Quizá debería tratar con algo diferente.-… ¿Pu-puede d-decirme… cual es e-esta región?

-Esa pregunta es incluso más extraña que la anterior- el hombre se extrañó bastante con mi pregunta- señorita, usted se encuentra ahora mismo en la región de Hoenn, una gran y hermosa isla volcánica de gran importancia para el mundo.

Después de decir aquello, el hombre se alejó y volvió a girar el curioso cubo. Aunque ahora sabía el nombre del lugar donde me encontraba, no me había servido de nada la conversación. En todos los programas de televisión que he visto, ninguno hacía mención de la región de Hoenn y mucho menos de Villa Raíz. Así que oficialmente estaba perdida.

-"Bueno, es hora de ver mis opciones"- pensé, mientras analizaba mis alternativas. Podría huir para evitar cualquier cosa que el AST pudiese hacer, pero hay una enorme probabilidad de que me pierda; o podría quedarme un poco más y seguirles el juego, para descubrir más datos de mi paradero y hacia donde quedaba Ciudad Tenguu, pero corro el riesgo de que el AST haga algún movimiento.

La opción de huir parecía ser la menos riesgosa, pero al final me decidí por quedarme, no sería una buena idea irme a perderme por ahí y morir de hambre, después de todo no tengo dinero.

Me dirigí a la entrada de la casa y lentamente abrí la puerta, tratando de no hacer ruido. Me asomé desde atrás de la puerta y pude ver que la mujer que había dicho ser mi madre se encontraba preparando alguna clase de estofado, demasiado distraída como para notarme. Gracias a mi habilidad de ser tan silenciosa al caminar como un gato… o gracias al hecho de que soy bastante ligera… pude llegar a las escaleras sin que ella me notara; me sentía mal porque sentía que estaba entrando sin permiso a una casa ajena, pero si la mujer creía ser mi madre, entonces supongo que no habrá problemas en que me dirija a "mi habitación".

Subí las escaleras y una vez arriba pude observar lo que según la mujer era "mi habitación". Era bastante espaciosa, había una cama con sabanas rosas y franjas amarillas, una alfombra también rosa cerca de una de las esquinas de la habitación, una pantalla plasma y una consola de videojuegos cerca de las escaleras, un escritorio en otra de las esquinas, un reloj de pared con marco rosa y un mapa sobre la pared cercana a las escaleras.*(2)

Me decepcionó un poco que no hubiese ninguna computadora en el lugar, pero que se le va a hacer. Al no haber ordenador, el objeto que llamó mi atención fue el mapa en la pared, el cual llevaba escrito en una de sus esquinas "Región de Hoenn". Como lo sospechaba, nunca había visto un mapa como este. Hoenn es una gran isla, junto a otras mucho más pequeñas a su alrededor, cabe destacar que es una isla volcánica y parece tener incluso un desierto, lo cual hace a Hoenn una isla de ecosistemas muy variados.

Dejando de admirar el mapa, y puesto que no había otra cosa por hacer, bajé las escaleras y regresé al piso inferior.

-¡Yoshino, ven rápido, están hablando de tu padre!- dijo la mujer que se hacía llamar mi madre. ¿Ahora me estaba diciendo que, además de una madre, hay alguien que se cree mi padre? No había otra opción más que ir a ver de qué estaba hablando.

-¡Eso ha sido todo desde las puertas del gimnasio de Ciudad Petalia! A continuación hablaremos del próximo espectáculo astronómico…- eso fue lo último que se logró escuchar del televisor antes de que "mamá" lo apagara.

-Pues no…que lastima…- dijo "mamá" con clara decepción en su voz. Yo, por mi parte, no había entendido a que se refería con gimnasio, ¿acaso mi "padre" era el gerente de uno? Y de ser así, ¿Por qué sería tan importante como para hacerle una entrevista? Quizá "papa" es un famoso fisicoculturista o algo por el estilo.- Seguro que le han entrevistado, pero nos lo hemos perdido. Mala suerte.

-S-si… una v-verdadera la-lastima- mi intento de seguir la conversación se vio frustrado por mi tartamudeo.

-Oh, ahora que caigo en cuenta. Uno de los amigos de tu padre vive aquí cerca. Se llama Birch, el profesor Birch.- la decepción de "mamá" parecía haber desaparecido por completo.- Su casa está aquí al lado. Deberías ir a verlo y presentarte, querida.

-Cl-claro, "ma-mamá"… iré a v-verlo- con estas palabras, caminé en dirección a la salida. Una vez afuera, ubiqué rápidamente la casa vecina, me paré frente a la puerta y toqué 3 veces.

-Adelante- escuché una voz femenina venir del otro lado. Procedí a entrar y al hacerlo la señora volteó a verme, puso una cara interrogante y después se acercó a mí.- Ah, hola… perdona, ¿tú eras?

-Me llamo… Yoshino- dije entrecortadamente, al menos no fueron tartamudeos.

-… Ah, claro, Yoshino, nuestra nueva vecina- la mujer conocía mi nombre de alguna manera.- ¿Sabes que tenemos un hijo de 10 años al igual que tú?

-… Uhmm… d-disculpe pe-pero… yo t-tengo 14 años*(3)- corregí a la mujer en cuanto a mi edad. Bueno, al menos ahora sabía que ellos no lo saben todo sobre mí.

-Oh, ¿enserio? No los aparentas- su comentario me hiso sentir pequeña.- Bueno, de todas formas, seguro que se vuelven amigos. Creo que ahora mismo se encuentra en la planta de arriba. ¿Qué tal si vas a conocerlo?

-S-si… eso haré- sin ninguna otra opción, subí las escaleras y llegué al piso superior. Ahí se encontraba un chico un poco más bajito que yo, de tez blanca algo bronceada y ojos de un color azul-grisáceo, vestía una camiseta roja con franjas negras al frente y otras que iban del cuello hasta la manga corta, unos bermudas azul oscuro, unos zapatos blancos con verde y una mochila con los mismos colores. Pero probablemente su rasgo más característico era su gorra blanca, la cual uno creería que es su cabello.

-Mis pokémon están pletóricos de energía… tengo todos los objetos… y…- parecía estar hablando consigo mismo, pero pronto reparó en mi presencia, se dirigió a mí y se sorprendió, probablemente al no saber quién soy.- ¿eh? ¿Quién…? ¿Quién eres tú?

-Y-Yoshino…- me presenté por tercera vez en el día, contando al mensaje flotante.

-¡Ah! Eres quien se acaba de mudar- pareció reconocer mi nombre y entonces se exaltó de emoción. Yo por mi parte retrocedí un par de pasos.- Mmm… yo me llamo Ruby. ¡Encantado!

Esta persona… Ruby, me estaba poniendo nerviosa, parecía ser bastante emotivo. Pero al menos tenía que tratar de ser educada.

-E-encantada…- dije y no se me ocurrió nada más que decir.

-Yo… sueño con volverme amigo de miles de pokémon de todo el mundo.- dijo con ojos esperanzados en su propio sueño. Su expresión cambió al recordar algo.- Mi padre, el profesor Birch, me ha hablado de ti. He pensado que podríamos volvernos amigos. Qué tontería, ¿no? Si acabo de conocerte, Yoshino… ¡Ahí va, se me había olvidado!

Mientras decía todo eso, su cara cambió de expresión en múltiples ocasiones. Yo no le pude poner atención pues hablaba tan rápido que muy poco le pude entender, dejándome confundida.

-¡Tenía que ir a ayudar a mi padre a capturar pokémon salvajes!- dijo de repente y me sobresaltó, pues prácticamente me lo había gritado en la cara.- ¡Nos vemos luego, Yoshino!- al finalizar salió corriendo de la habitación.

-… ¿A-adiós?- dije segundos después de que él se fuera, pues se había ido tan rápido que no me dio tiempo de despedirme.

Ahora que no tenía nada más que hacer ahí, bajé las escaleras y salí de la casa, pero la tranquilidad del pueblo no me duró nada.

-Alguien está gritando por ahí- gritó un niño que venía corriendo hacia mí, yo retrocedí por la sorpresa.- ¡Por favor, tienes que ayudarle!

El niño desesperado me rogó por ayuda, mas yo no sabía qué hacer. No había nadie alrededor que pudiese ayudar y dudo que el niño solo pudiese hacer algo, así que solo me quedaba una opción…

-Dime d-donde esta- mi tartamudeo rompió la frase determinada que se supone debía salir de mis labios.

-Esta por aquí- el niño me guió hasta las afueras de la villa, donde empezaba un camino que se adentraba entre los árboles. A paso lento e inseguro comencé a avanzar hacia las afueras del pueblo.

-¡Socorro, ayuda!- no pasó mucho tiempo antes de escuchar los gritos de auxilio. Apresuré el paso y entonces me encontré a un hombre corriendo sin parar. Era un tanto más grande que yo y era considerablemente gordo, de tez blanca y cabello castaño oscuro, junto a una barba que conectaba ambos extremos del cabello; vestía con unos bermudas verdes, una camiseta azul y una bata de laboratorio. El hombre pronto dejó de correr y volteó a enfrentarse a su perseguidor, el cual era un lobo pequeño, de color gris con pelaje negro en la zona de su cara.

-¡Oye! ¡Si, tú! ¡Ayúdame, por favor!- gritó el hombre al notar mi presencia. Yo estaba temblando, la situación me había superado, ¿Qué iba yo a hacer contra un lobo?- ¡Coge una Poké Ball! ¡En mi bolsa!

-C…Claro- dije mientras torpemente buscaba en la bolsa. De ahí salieron 3 esferas, las cuales tenían una mitad roja y la otra blanca, con un circulo pequeño entre ambas mitades. Me preguntaba si a estas se refería con Poké Balls.- ¿Qué haces, niña? ¡Rápido, lanza una!

Tomé una esfera al azar y se la arrojé al lobo, increíblemente le acerté directamente a la cabeza, captando su atención en el proceso. Pero eso no fue todo lo que sucedió, al momento del impacto, la esfera se abrió y una intensa luz salió desde dentro de ésta, la cual al disiparse reveló a un pequeño pollo naranja con algo de plumaje amarillo y tres plumas amarillas adornando su cabeza.

Aunque el suceso me había sorprendido, pronto reaccioné, un pollo sería fácilmente devorado por el lobo, así que me dirigí a tomar otra de las Poké Balls, pero fui interrumpida.

-¡Ordénale que realice algún movimiento!- volvió a gritar el hombre, sacándome de mis intenciones.

-…Ehmm… Uhmm… ¡P-picotéalo!- exclamé en un intento de dar una orden. Pero nada sucedió y tanto el pollo, el lobo y el profesor se me quedaron viendo con una cara que parecía decir "¿es enserio?"

-… Torchic todavía no aprende ese movimiento- el profesor aclaro mi duda, pero otra apareció en mi mente, ¿Cómo que no sabe cómo picotear? ¿Entonces cómo come?-… Puede usar arañazo, sin embargo.

-…Bu-bueno, ¡u-usa ara-arañazo!- ordené por segunda vez y en esta ocasión el pollo, que aparentemente se llamaba Torchic, se abalanzo con valor contra el lobo y le acertó unos arañazos que parecían bastante dolorosos. El lobo se apartó un poco y después arremetió embistiendo a Torchic.

-El poochyena ha usado placaje- me informó el profesor.- deberías tener cuidado, o Torchic se debilitará.

Torchic se levantó, tratando de aparentar que el golpe anterior no le había dolido. Conmovida por mostrar un valor que yo nunca había podido tener, me decidí a llevar a este Torchic a la victoria, al menos debería poder hacer eso por él.

-Torchic, ¡arañazo, de nuevo!- el tartamudeo ni siquiera había hecho acto de presencia, no tenía tiempo que perder en tartamudear las ordenes. El poochyena retrocedió ante los arañazos, y como la vez anterior, arremetió con una embestida.- ¡Torchic, salta!- poco antes de que el poochyena acertara el golpe, Torchic saltó, no muy alto, pero si lo suficiente para estar justo encima del poochyena.- ¡Ahora, arañazo a su espalda!

Torchic cayó justo encima del poochyena, con un doloroso arañazo ya preparado, acertando un golpe directo a su contrincante, el cual cayó inconsciente.

-…Uf… Estaba en la zona de hierba alta estudiando pokémon salvajes cuando me atacó uno… Me has salvado, ¡Muchísimas gracias!- el hombre habló agradecido.

-…No-no fue n-nada, pe-pero a quien d-debe agra-agradecer es a Torchic- dije dándole todos los créditos al pequeño polluelo.

-Que modesto de tu parte, pero lo cierto es que lo hiciste muy bien durante el combate, esa estrategia rápida aplasto a tu contrincante- dijo, alabándome por una habilidad que yo creía no poseer.- ¡Anda!- exclamó de repente, como si se hubiese percatado de algo.- ¡Si eres Yoshino, la hija de Norman!

Este hombre también me conocía, ¿de dónde? No lo sé.

-No te había reconocido, pequeña, ¡Te has hecho toda una dama!- exclamo el hombre, ahora alabándome por mi aspecto.

-… G-gracias- nunca había sido buena para responder a ningún cumplido.-D-disculpe… ¿es us-usted el pro-profesor Birch?

-Como lo has deducido, así es, yo soy el profesor Birch- se presentó a sí mismo el profesor.- Pero bueno… Este no es lugar para charlas, así que vente conmigo al laboratorio Pokémon, ¿vale?

-De… de acuerdo- asentí a su propuesta.

-Bueno, solo hace falta que regreses a Torchic a su Poké Ball- me informó el profesor.

-… Y… ¿y cómo ha-hago e-eso?- pregunté de manera inocente.

-¿Eh? ¿No lo sabes?- cuando asentí a sus preguntas el profesor se mostró sorprendido, pero pronto cambió su semblante.- Veras, solo tienes que apuntar su Poké Ball al Pokémon.

-… ¿Así?- alcé mi mano con la pokebola y la apunté a Torchic con el pequeño círculo, instantes después, Torchic fue envuelto en luz y dicha luz se lo llevó consigo dentro de la Poké Ball. No pude evitar sorprenderme ante tal acontecimiento, pues nunca en mi vida había visto algo semejante, lo más cercano a esto era el teletransportador de la nave Fraxinus.

-Exacto, pero debes saber que cada Pokémon capturado tiene su Poké Ball única, así que no puedes meterlos en cualquier Poké Ball que desees- el profesor comenzó a alejarse en dirección de Villa Raíz, volteó a verme y me hiso señas con las manos.- Venga, vamos a mi laboratorio.

-… S-si- dije antes de seguirle el paso.

0o0o0o0o0o0o0o0o0

En una vista rápida, el laboratorio me pareció un lugar bastante interesante. Había estantes llenos de libros y enciclopedias de todo tipo, escritorios abarrotados con hojas y más hojas de datos diversos, cada uno con su respectiva lámpara de trabajo e incluso uno que otro llevaba encima una computadora bastante moderna desde mi punto de vista; había también varias máquinas, de las cuales la mayoría no sabría decir para que podrían funcionar, solo pude identificar un gran aparato que daba el aspecto a alguna especie de radar. En palabras llanas y simples, me pareció un lugar en el que se podría trabajar con total comodidad.

Seguí al profesor hasta una parte más al fondo del laboratorio, entonces se volteó e inicio la conversación.

-Pues sí, Yoshino, tu padre me ha hablado mucho de ti- comenzó el profesor.

-… Ah… ¿en-enserio?... ¿Q-qué le ha d-dicho?...- traté de hablar como una persona normal… estado de la misión: fallido.

-Bueno, me ha dicho que todavía no tienes tu propio Pokémon- el profesor continuó con lo que estaba diciendo.- Pero por la forma en la que luchaste antes, sabes cómo arreglártelas. Se nota que por tus venas corre la sangre de tu padre.

En ese momento me dio curiosidad por preguntarle a que se dedicaba mi "padre", pero me di cuenta a tiempo que hacer esa pregunta sería demasiado extraño.

Ah, y muchas gracias por salvarme. Querría darte como agradecimiento al Pokémon con el que luchaste antes- terminó de decir el profesor.

-P-pero… Torchic le per-pertenece a usted- mi reacción no se hiso esperar, pues no me sentía bien aceptando este regalo.

-Eso no importa, yo quiero dártelo- el profesor parecía determinado en que yo me quedara con Torchic.

-Pero…- traté de negarme, pero el profesor no iba a aceptar un "no" como respuesta.-… Está bien, g-gracias.

Bueno, ya que aceptaste, ¿Por qué no le pones un nombre*(4) a tu Torchic? Considera el hecho de que es macho- me preguntó gentilmente el profesor.

-¿U-un no-nombre?... ¿No… no se lla-llamaba Torchic?...- pregunté un poco desconcertada, realmente había pensado que se llamaba Torchic.

-No, Torchic es el nombre de su especie, el cual cambiara a Combusken cuando evolucione y luego a Blaziken cuando vuelva a evolucionar- aclaró mi duda el profesor, pero de su explicación salió otra pregunta, ¿a qué se refería exactamente con "evolucionar"?- sin embargo, tu puedes ponerle un nombre para que se diferencie de otros Torchic.

-…Ya veo… en-entiendo…- Ahora que esa duda había sido aclarada, debía decidir si ponerle un nombre o no, mas no sabía cuál podría ponerle. Después de unos segundos de pensar, solo uno se me vino a la mente.- Me… me g-gustaría llamarlo… Ken.

Que idiota de mi parte, solo había tomado el final del nombre de sus siguientes 2 evoluciones, pero era lo único que se me había ocurrido.

-Maravilloso, ahora que tienes a Ken contigo, si te esfuerzas mucho y ganas experiencia, seguro que te volverás una gran entrenadora.- dijo el profesor sonriendo.- Bueno, mi hijo Ruby se encuentra ahora en la ruta 103 estudiando Pokémon, ¿Por qué no vas a hacerle una visita?

-…Ehmm…- ¿Ir a ver a ese chico, Ruby? No es como que me den muchas ganas de volverlo a ver.-… bu-bueno… iré.

-¡Estupendo! Ruby se alegrara mucho. Dile que yo te envié y seguro que te enseña un par de cosas sobre entrenar- el profesor me instaba aún más a ir con Ruby.- Ah, y si en algún momento te pierdes, usa esto.

Entonces me dio un extraño aparato, el cual tenía una pantalla en la cual se mostraba un mapa.

-Ese es el PokeNav, y ahora está en la función de CartoNav, así no te perderás- ¿otro regalo? Pensé en devolvérselo al profesor, pero me di cuenta que intentarlo no me serviría de nada, además, parecía que este objeto me sería muy útil.

-Mu-muchas gracias…- dije y me voltee para irme, mas no pude avanzar mucho.

-… espera- me pidió el profesor.- como parece que no sabes mucho, será mejor que te explique algunas cosas antes de que te vayas.

-… es-está bien- asentí y regrese sobre mis pasos.

0o0o0o0o0o0o0

Caminaba en dirección de la salida del Villa, con el sol de media tarde cayendo sobre el sombrero blanco que acababa de tomar de "mi habitación", los pájaros cantaban con felicidad, los niños jugaban por el alrededor del lugar y el fresco olor de los árboles inundaba el pueblo.

El profesor había sido bastante gentil al explicarme un montón de cosas que no conocía, por ejemplo, sobre el nivel de los Pokémon y que su evolución tardaba solo segundos, a diferencia de los millones de años que suelen necesitar los animales para evolucionar.

Con todos estos nuevos conocimientos, llegué a la salida de la Villa. Respiré profundo y entonces me encamine hacia la ruta 101.

En ese momento no lo sabía, pero ese primer paso que di hacia la ruta 101 no solo significó el inicio de mi "aventura Pokémon", sino de una aventura incluso más grande, que me llevaría a experimentar situaciones y emociones que jamás habría podido imaginar.

0o0o0o0o0o0o0o0

Y eso ha sido todo por este capítulo, muchas gracias por leer.

Publicaré cada 2 semanas, si veo que llevo buen avance, de vez en cuando podría publicar un capitulo una semana antes de lo previsto.

*(1): Esta es bastante simple, en Omega Ruby sales del camión y estas volteando hacia el sur de Villa Raíz, por lo que la casa del personaje femenino estaría a la izquierda de Yoshino.

*(2): Yo tengo el Omega Ruby y elegí al personaje masculino, por lo que no estoy del todo seguro si así es la habitación, aunque usé de referencia la habitación de la rival.

*(3): Esta es la edad que yo creo que tiene, no creo que sea demasiado joven en realidad, así que usé como referencia la edad de Shidou (16 años) y le disminuí 2 años.

*(4): Aun más simple que la primera, usé la palabra "nombre" en lugar de "mote" porque quería evitarle una pregunta a la protagonista.

Agradecería mucho si siguieran leyendo esta historia.

Y sin más, hasta otra.