Ángel guardián
En la profundidad de unas montañas, entre animales y plantas exóticas, un chico de cabellos rubios camina a paso lento con una pesada carga. Era tan solo una caja de madera, en realidad lo pesado no era su contenido sino el significado que llevaba con ellos. El último par de ojos escarlata, le había tomado varios años poder recuperarlos a todos, pero este era el último.
El joven de cabellos dorados y ojos azules llego a una pequeña tribu, o lo que quedaba de ella; camino entre los escombros y su único acompañante era el sonido de la noche y la hermosa luz de la luna llena. Llego hasta una planicie donde había reunido los ojos de sus camaradas, preparo una fogata y los incinero, a todos y cada uno de los ojos escarlatas que había recuperado.
Se sentó en la tierra y observo como el fuego consumía ese bello carmesí pero pudo ver entre las llamas tal vez el espíritu o el recuerdo de la persona a la que más amo en su vida. Ángela, su amiga de la infancia. Y como hipnotizado por aquellos recuerdos el chico comenzó con un monologo.
-Me hubiera gustado saber la forma para salvarte, en aquellos días. Sin embargo él hubiera no existe, ya no estas y siento una gran soledad. Al final me di cuenta de que yo fui quien no solo te decepciono, sino que fui cómplice de tu muerte. Yo fui quien te mató.- fue entonces que sus ojos se cruzaron con los de Ángela- Si no hubiese hecho lo que hice en ese entonces, todavía estarías aquí. Debido a mi existencia pasaste malos y amargos momentos; desde ese día yo deje de abrir mi corazón a las personas, lo más absurdo en todo esto es que mientras más me alejaba de las personas más encontraba a personas que se preocupaban por mí. Debido a mi sed de venganza, aleje a los que me querían, por culparme de tu muerte y la de los demás m auto desprecie. Pero te sorprenderá oír esto Ángela, ya no sé qué pensar, y es que cuando estaba con ellos fingía una sonrisa pero, ahora no se si sigo fingiendo o de verdad me hace feliz estar con ellos, dime acaso será que… ¿Qué los aprecio? Le conté a uno de ellos lo que te había hecho y solo me dijo "eres un tonto si piensas que tú la mataste, incluso si es así y quieres remediarlo vive la vida que ella no pudo vivir, ríe y llora por esa persona, porque si no lo haces de verdad la habrás matado, ella vivirá mientras tú vivas" dime Ángela ¿Crees que tiene razón?-
Kurapika aun observaba el espectro de aquella chica a la que había amado y que aun amaba, aun después de tanto tiempo, pero no sabía si estaba alucinando o de verdad estaba viendo a aquella dulce chica de ojos azules y cabello largo y plateado y de una tez tan fina y blanca como una nieve, así que no espero que le respondiera.
-Kurapika, yo siempre estoy contigo- él se sorprendió de escuchar sus palabras, le estaba contestando aquella ¿alucinación? – estoy contigo en cada palabra, en cada recuerdo, en cada latir de tu corazón, tu amigo tiene razón. Mientras tú vivas yo viviré-
Con la extinción del fuego, la hermosa figura de una chica de cabello plateado y alas de ángel desaparecía. Él se quedó tan solo observando el espacio, reflexionando sobre las cosas que Leorio le dijo, lo que Ángela le dijo.
-Tienes razón, las estaciones pasaran y cambiaran pero un hecho que no cambiara es que tu formaste, formas y formaras parte de mi vida, por el simple hecho de conocerte me hizo ser lo que soy, gracias por todo… mi ángel guardián.-
