THE LAST KINGDOMS
CAPITULO 1: Ganadores y perdedores
Eiri despertó en medio de un gran estuendro, se oían gritos de alegría por todas partes, enojado se puso lo primero que encontró en su armario y salió a encontrar a los culpables para matarlos a base de miradas asesinas, no tuvo tiempo de dar unos pasos fuera de su habitación que se encontró en el suelo con un gran peso en sus hombros.
- TATSUHAAAAAA!- el gritó se oyó por todo el castillo.
- ¡¡¡Hay hermanito no te pongas así que traigo buenas noticias!- dijo el otro haciendo pucheros, poniéndose de pie y esquivando los golpes del otro (muchas cosas al mismo tiempo…)
Eiri lo miró malhumorado, no hacia falta ser un genio por adivinar de que se trataba, de la guerra, siempre que habían noticias, buenas o malas, eran de esta, pero a él le importaban poco, además hacia tiempo que no se enteraba de las nuevas de esta, solo quería que lo dejarán en paz… pero su padre se negaba recordándole constantemente sus deberes como príncipe heredero. Sumido en sus pensamientos no se dio cuenta de que Tatsuha gesticulaba y pegaba gritos intentando contarle algo.
- …Eiri… Eiri… ¡¡¡pero serás…! ¡¿¡Me estas escuchando!
- No.
- Eres malo – dijo Tatsuha volviendo a hacer muecas -, solo venia a decirte que la guerra ha acabado
- ¿Y hemos ganado?
- ¡Serás baka! Claro que si, si no no estaría tan contento ¿no te parece? Ahora por las fiestas vendrán los demás reyes… ¡¡¡Veré a my Money Ryuichi!... ¡¡Ey! ¿Adonde vas?
- A dormir…
- ¿Cómo que a dormir? OOU
Eiri cerró la puerta tras de si, antes de que Tatsuha pudiera seguir, solo de pensar en lo que vendría en los días siguientes le daba dolor de cabeza: un montón de actos aburridos y llenos de hipócritas para celebrar la victoria, y el tendría que estar en ellos, además de aguantar a Tatsuha en su desvarío por ese loco del conejo príncipe de oriente. Se quitó la camisa y se fue al baño. Con esa guerra solo se emocionaban su padre, Tatsuha y los demás tontainas del reino (es decir, casi todo el reino ¬¬), a él le parecía una perdida de tiempo. Se miró en el espejo y sus ojos dorados le devolvieron una mirada fría y aburrida, le esperaban unos días muy largos…
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Shuichi amaneció alterado y se levantó enseguida vistiéndose a toda prisa, tenían que llegar noticias de la guerra y de su padre, la guerra estaba perdida eso estaba claro, pero aún no llegaban noticias del campo de batalla, buscó por la casa pero no encontró nadie, a parte de una sirvienta que miraba por la ventana nerviosa.
- ¡¡Tú! – La sirvienta se giró asustada y respiró al ver quien la llamaba – ¿Hay noticias?
Los ojos de la muchacha se llenaron de lágrimas mientras emitía sonidos inteligibles. Shuichi se asustó ante eso y se acercó a la muchacha.
- ¿Mi familia esta con Hiro?
La muchacha asintió como pudo y Shuichi salió corriendo hasta la salida de su mansión a fuera estaba todo el vecindario congregado, muchas mujeres lloraban y había muchachos jóvenes abatidos. Entre la multitud halló a su madre, su hermana y Hiro. Su madre lloraba y Hiro tenia la mirada fija en el suelo mientras acariciaba la cabeza de la madre de Shuichi que se apoyaba en él.
- ¿Qué pasó? ¿Por qué nadie me despertó?- Preguntó Shuichi al llegar al lugar.
Al verlo su madre rompió en un llanto más fuerte, empapando aún más a Hiro que ya no sabia que hacer para consolarla, Maiko, su hermana se le lanzó encima y le abrazó.
- No puede ser… ¡La guerra! Decidme que no… ¡por favor Hiro! ¡Mi padre ha de volver de esa estúpida guerra!
Su hermana se apretó más contra él y Hiro desvió su mirada hacia la madre de Shuichi quien después de decir palabras incoherentes se desmayó. De repente se sintieron galopes de caballos y aparecieron unos guerreros, se hizo el silencio eran del reino enemigo. Un chico joven de pelo negro con tonos verdes y ojos también negros se acercó a la multitud y con palabras firmes pero con cara de preferir estar en cualquier otra parte se dirigió a la multitud (por si quieren saberlo es Suguru).
- Somos los soldados del reino de Irizar…- vaciló un momento y miró detrás suyo, uno de los soldados que parecía de rango superior le hizo un gesto para que siguiera – Al estar ahora sometidos a nuestro reino… el rey Uesugui ha dictaminado que todos los jóvenes de entre 16 y… 18 años y varones sean llevados a Irizar para trabajar como… mmh… sirvientes a las ordenes del rey.
La noticia no sorprendió a la muchedumbre ya que el rumor de algo así ya se había extendido pero no por eso los muchachos y sus familias se vieron menos afectados. De repente Shuichi reaccionó.
- ¡HIRO! ¡Me falta aún como 4 meses para hacer 19!
Hiro dejó a la madre de Shuichi, que se havia repuesto (esta palabra esta bien dicha ¿?) y se fue cerca de su amigo y lo abrazó junto con su hermana. Shuichi miraba abatido como todo su alrededor se llenaba de madres, hermanos y hermanas abrazándose y llorando… y los soldados de Irizar mirando desde sus caballos.
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- No te preocupes, seguiré a la compañía, encontraré trabajo en Irizar, algo haré…
- Hiro déjalo ya…- Shuichi miraba abatido por la ventana de su cuarto – No hagas eso por mí, quédate aquí y cuida de mi familia, al fin y al cabo es como si formaras parte de ella… y ahora que ni mi padre ni yo estamos aquí…
Hiro miró a su mejor amigo apenado, recordando como después de la muerte de sus padres la familia Shindo (la de Shuichi) lo havia ayudado en todo, aunque solo anímicamente ya que loas Nakano eran una de las familias más ricas del reino y había heredado mucho dinero.
- Pero yo… bueno… te faltan solo 3 meses y algo más para los 19, cuando los cumplas podrás regresar… - se quedo con las ganas de añadir un "supongo" a su frase, pero no quiso desanimar más a su amigo.
Shuichi se alzó de repente sonriendo y alzando los puños.
- He de ver la parte positiva, viajaré y conoceré a gente nueva jojojojo o
- Shu… - Hiro lo miró más apenado aún.
- ¡¡¡Hirooooooooooooooooo, no llores!
- ¡¡Yo no lloro!
- ¡¡ Mal amigo, me estoy yendo a la muerte segura y tu ni siquiera vas a soltar una lágrima, baka ,baka ,baka! – dijo Shuichi saltándole encima.
En eso estaban (no piensen mal por favor que no estaban haciendo nada raro ¬¬), cuando Maiko entro y miro apenada a su hermano.
- Shu… los soldados esperan, marcháis ahora.- Dijo y abrazándose a su hermano le susurró un adiós al oído y macho con un portazo.
Shu y Hiro se miraron consternados y salieron de la habitación y luego de la casa, una vez en la calle Shuichi se fue con el grupo de jóvenes que se dirigían hacia los soldados de Irizar, entonces Hiro lo llamó.
- ¡Te prometo que iré a verte, Shu, te lo prometo!
Shu se giró y asintió con la cabeza y una sonrisa amplia, al girarse esta desapareció de su rostro y sus ojos se perdieron en el horizonte, donde solo podía ver a unos soldados que esperaban para llevárselos lejos de casa.
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- ¡¿¡Que nuestro padre ha hecho que!
- ¡Ay! No grites hermanito que te saldrán arrugas.
(Después de un sonoro golpe en la cabeza de Tatsuha)
- ¿Y cuando va a llegar esa gente?
- Supongo que al mismo tiempo que Mika i Thoma, unos 4 dias. - dijo Tatsuha aún enojado por el golpe. – ¿Por qué te pones así? Son críos del otro reino nada más…
- Tienen tu misma edad ¬¬…
- Pero sus padres han perdido la guerra -
- … ¬ ¬
Eiri se miró incrédulo a su hermano mientras suspiraba y miraba por la ventana.
- ¡Oh, no!
Tatsuha se acercó a la ventana para ver qué pasaba y sus ojos se iluminaron mientras daba saltitos por toda la sala a la velocidad de la luz (ya se pueden imaginar a quien había visto ¬¬)
- ¡Oh, si!o My Honey Ryuichi, ya estás aquí… de esta no te salvas jojojojo o
Diciendo esto salió disparado de la sala dejando a un incrédulo Eiri que volvió a mirar por la ventana mientras se preparaba psicológicamente pera lo que se le venia encima (un tío con un conejo rosa XP), sintiéndose un poco mal consigo mismo sabiendo que el se sentía desgraciado por eso y un montón de muchachos eran arrancados de sus hogares para servirle. Decidió que no le tenía que importar (ya era raro que nos saliera solidario T-T) y se fue al gran salón principal a recibir los invitados antes de que tuviera que avisarlo su padre o peor aún, Tatsuha.
Cuándo llego al salón ya estaban casi todos reunidos para dar la bienvenida al joven príncipe de Liran y su escolta. Tatsuha estaba hiperactivo caminando de un lado a otro, Eiri se pregunto como era que no había salido corriendo ya a darle la bienvenida a su adorado Ryuichi. Las puertas del salón se abrieron y dejaron paso a un pequeño grupo de personas todas ellas muy elegantemente vestidas y enjoyadas. Entre ellas estaba un chico moreno con el pelo largo y los ojos verdes que miraba con cara de niño a su alrededor, con un conejo de peluche rosa en su cabeza.
- Príncipe Ryuichi que placer volver a tenerlo entre nosotros – Dijo el rey Uesugui, estrechando la mano del joven que le sonrió ampliamente.- Y le agradezco que haya venido a celebrar nuestra victoria… aunque… - puso cara severa- me han dicho que no estaba de acuerdo con esta guerra.
El semblante de Ryuichi cambió a adulto.
- No, pero no quise ser descortés.- Volviendo al modo niño- Así podré jugar con Tatsuha- san y Eiri-san, na no da -!
Tatsuha no se desmayó por poco de la emoción y Eiri restó inexpresivo mientras intentaba no salir de esa sala pasando por encima de ese majara (no tengo nada contra Ryuichi que quede claro).
Continuara…
