Sam había cedido, aunque Dean había tenido que usar todos sus recursos para ello: Encerrarse en su cuarto con cara de incomprendido pero con la música a tope para que nadie se olvidase de que estaba ahí encerrado con cara de incomprendido, negarse a comer verdura, interrumpir con tonterías a Sam cuando estaba investigando, quejarse por todo,...Vamos que desplegó todos sus recursos adolescentes, incluso quedarse mirando a Sam con cara de absoluta tristeza, hasta que ya Sam tenía que preguntarle:
-¿Que te pasa?

Y entonces responder:

-No, nada - Y soltar un fuerte suspiro.

Pero al fin Sam se había rendido (Quien no lo haría) y los llevaba al parque de atracciones de Kings Island este Sábado.
Dean le había abrazado, le había llamado el mejor hermano del mundo mundial, y había ido corriendo a decírselo a Jimmy.

Sam se quedó pensando que acababa de ser vencido con los mismos trucos que él había utilizado en su infancia para conseguir cosas de Dean. Bueno, suponía que ahora era el turno de Dean.

Jimmy, el único amigo de su edad que Dean tenía, era el feliz poseedor de tres entradas para el parque, y como sus padres no podían ir había invitado a Dean, y en consecuencia, arrastrado a Sam a ir con ellos.

Pero si algo caracterizaba a Sam era su inteligencia y su determinación para conseguir lo que quería.

Charlie le había pedido que fuera con Carla y ella al centro comunitario donde daban clases los fines de semana para dar una charla sobre derecho y ayudarlas a organizar una biblioteca sobre el tema. Plan que para Sam era mucho más atractivo que pasarse un día agotador persiguiendo a dos chavales por un parque de atracciones, en el que posiblemente podía encontrar payasos.

Así que Sam le pasó la bola a Castiel, recordando al ángel que había prometido ayudarle a cuidar de Dean, que él debía echar una mano a Charlie en el centro comunitario y argumentando que Castiel debía tener la experiencia de ir a un parque de atracciones.

Dean dió su aprobación al cambio, sabiendo que era mucho más fácil torear al ángel que a su hermano. Sam se las sabía todas, pero el ángel era fácil de convencer.

Y aquí empieza esta aventura …

El Sábado a primera hora de la mañana Dean estaba listo y desayunado. Cas se despidió de su adorada gatita Meg y Sam perseguía a ambos con una retahíla de consejos:

-Cas no les dejes que se alimenten de mierda.

-¡Yo nunca permitiría eso! - aseguró horrorizado Castiel.

-Me refiero a que no les dejes comer sólo chucherias.

-¡Ah! entendido.

-Asegúrate de que no se separan. No les dejes montar solos en las atracciones más peligrosas y acuerdate que Dean tiene miedo a las alturas.

-¡Eh! Solo tengo miedo a volar.

-Puede ser una sensación parecida - apuntó Castiel.

-Si ves que se marean les llevas a un aseo y si tienen que vomitar que lo hagan. Te he metido bolsas en la mochila por si no da tiempo a llegar. Que se limpien y se refresquen la cara y obligarlos a descansar un rato.

-Lo haré.

-Buscar un punto de encuentro por si alguno se pierde. En ese caso, os encontráis ahí.

-¿Vas a acabar alguna vez Sam? Tenemos que irnos - Se quejó Dean.

- Bueno,... de acuerdo. Si pasa algo me llamáis. Cas en la mochila te he metido un móvil, un botiquín de primeros auxilios, cantimplora, dinero para la comida,...

Dean tiró de la mano de Cas.

-Si, si Sam. Ya nos vamos.

-Dean tu hermano no ha terminado de hablar.

-Y nunca lo hará si no nos vamos.

Sam salió a despedirlos mientras ambos subían al coche clasico dorado de Castiel.

-¡Pasarlo bien!. Y tener cuidado.

-Tú también. ¡Adios Sam!

Se despidió de él Dean agitando la mano. Mientras le susurraba a Cas:

-Arranca, arranca,...o empezará de nuevo a dar consejos.

Castiel arrancó sin prisas y se dirigieron a recoger a Jimmy a su casa.

Dean presentó a Castiel a Jimmy y a sus padres:

-Encantado de conocerte. ¿Tú eres el valiente que va a cuidar de los dos chavales? - Bromeó el padre de Jimmy.

-Si señor, soy un guerrero y no les permitiré comer mierda -aseguró muy serio el ángel.

-Es,... es bueno saberlo -contestó el padre un poco confuso.

Los padres de Jimmy miraban a Castiel con un poco de desconfianza, así que Dean les tranquilizó:

- Cas es un poco raro pero es muy responsable. Pueden estar tranquilos.

-Si, claro..claro. Por supuesto.

Cas metió a los chicos en el coche, se aseguró que llevasen el cinturón de seguridad y se despidió de los señores Heaven.

-Les protegeré con mi vida si es necesario. Es mi deber- aseguró Cas a los padres.

-¡Cas! Venga vámonos.- le llamó Dean.

Cas arrancó mientras los chicos saludan con la mano a dos padres que aún tenían la boca abierta.

-Mola tu amigo - dijo Jimmy - Habla como un personaje de un cómic.

-No sé qué quiere decir con eso tu amigo Dean - dijo Castiel algo mosqueado.

-No es nada malo Cas. Quiere decir que pareces un...superhéroe.

-¡Oh! Gracias Jimmy.

-Ahora procura correr un poco más Cas. Queremos llegar al parque de atracciones antes de que cierren.

-No te preocupes Dean. Voy a 60 Km. por hora y el parque cierra a la 10 de la noche. Es evidente que llegaremos antes. De hecho aunque fuera a 10 km. por hora, que me parece excesivamente lento, son 75 Km. de distancia. Así que llegaríamos mucho antes de la hora de cierre... Exactamente dentro de...

-7 horas y media - respondió Jimmy.

-Exacto.

Dean miró a uno y otro:

-¿Sabeis que os pareceis en muchas cosas?

Castiel se mantuvo en sus 60 km por hora y consiguieron llegar al parque de atracciones en poco más de una hora. Cuando Cas aparco en el gran parking al aire libre había ya muchos coches. Nada más bajarse los chicos echaron a correr hacia la entrada:

-¡Corre Cas! Ya hay mucha cola.

Cas los siguió con su gabardina al viento.

Continuará...

Besos a GreenEyesSpn (Si, de momento continuo) Y a todos aquellos que me leeis.