Para: sramulder Disclaimer: Castle = Marlowe

Una llamada de emergencia

En el aeropuerto, Beckett ponía los ojos en blanco mientras Castle se tomaba fotos y autografiaba libros.

—¡Ey, Kate! ¿Quieres tomarte una foto con nosotros? —le preguntó de repente.

La anciana, que era la fanática de Castle mientras el esposo, el hombre que le tomaba las fotos y la esperaba; se volvió hacia ella con una gran sonrisa.

—¡Lo sabía! Tú eres su musa, Kate Heat.

Mientras Castle se sonreía mucho, y la llamaba con la mano; la agente de policía hizo lo posible por no perder la paciencia al decirle:

—Kate Beckett, señora. —y fue hacia ellos para tomarse la dichosa foto, por más que solo quería usar cada paso con esos torturantes zapatos para ir a coger un taxi a su departamento.

Aunque el viaje a Holanda solo había sido por tres días, como parte de la promoción de la película y el tercer libro de Nikki Heat; Kate se sentía muy cansada y hastiada de todo eso. No supo como fue que la persona que recién estaba ocupando el puesto de Montgomery la hizo acceder a ir ahí, pero se juraba que nunca más lo haría.

—Lo siento… mi niña Alex llama —dijo de repente Castle, después de ver su celular en vibrador y saliéndose de la foto.

Kate iba a irse con él, pero la anciana la agarró, se sacaron varias fotos y terminaron hablando de los reales "Roach".

Castle volvió, la tomó del antebrazo hasta que la mirada asesina de ella dijo que no lo hiciera, se despidió de los señores y le dijo:

—Espero que tengas tu arma, porque tenemos que ir en una misión de rescate.

Kate le iba a decir que no la tenía, pero algo en la forma en que la sacó de ahí, la hizo pensar que era en serio lo que decía y se puso su máscara profesional.

Casi una hora después, cuando llegaron a su hogar, se dijo que no era para tanto. Sí, en la casa habían por lo menos 50 adolescentes, la música a todo dar, mucho licor y bocas y, en el centro de la sala, una rueda de gente con una botella en el centro.

—Tienes que adorar los clásicos. —trató de hacer un chiste Kate, pero Castle solo la miró con el ceño muy fruncido y empezó a gritar.

—¡FUERA! ¡PADRE EN LA CASA, FUERA! Saca tu arma Kate, y espántalos… ¡HE DICHO QUE FUERA!

Beckett iba a repetirle, mientras se quitaba de la oleada de adolescentes saliendo del lugar, que ella no traía su arma. Fue hacia el equipo de sonido, a ver si acaso la casa parecía dejar de vibrar con la música tan alta.

Alex, mientras tanto, había llegado desde la cocina y sonrió apenas al ver a su padre al rescate, y luego, fue a pedir disculpas a su amiga… como si ella no hubiera llamado a su particular 911.

Esta pequeña escenita se me ocurrió mientras escribía lo anterior.

Sobre los motivos…

Habían vuelto a terminar un caso. Castle, mientras movía una botella en el escritorio de Kate, no podía dejar de pensar en lo tonto del motivo.

—¿Lo mató por lo que pasó con su novia mientras estaban en su tiempo del juego de la botella, en serio?

—He visto matar por 20 dólares.

—¿En serio? ¿Por "la media hora en el armario"? —repitió, sin estar a gusto con la historia.

Castle hizo girar la botella de nuevo, mientras ella lo volvió a ver con picardía.

—Mira que para algunos solo es necesario cinco minutos.

Beckett vio que la botella los estaba indicando a los dos. Se puso en pie, le dio un beso en la mejilla y dijo:

—Me extraña que no hayas pensando en la razón por la que se pasó del beso común, al armario y el como el tiempo del armario se está haciendo cada vez más largo en ese juego.

Castle se quedó como tonto con ese beso, y luego abrió mucho los ojos y se sonrojó violentamente. ¡Así que ese era el motivo!

—Tengo que cambiar a Alex de escuela —sentenció, con cierta desesperación.