Notas:

Bueno, primero que nada, este es mi primer fic. Los personajes que aparecen aquí, en su gran mayoría, pertenecen al maestro Masami Kurumada, aunque también hay OCS y OOCS que son de mi autoría.

Deben tener en cuenta ciertos aspectos:

1: (N/A: /): para los que no sepan significa notas de autor. Sirven para expresar, explicar o contar algo que sienta al momento de escribir el fic.

2: ~~~o~~~Nombre~~~o~~~: este es para cuando narra un personaje.

3: ~~~o~~~o~~~: este es para cuando narra la escritora, es decir yo.

4: -Lugar-: es para lugares diferentes, mayormente lejanos.

5: -o-Tiempo-o-: este es para tiempo.

6: ^^^^Flash Back^^^^: este es para recuerdos.

7: ^^^^^^^^: este es para sueños y/o pensamientos de algún personaje.

8: PD: y s obviamente esta fecha.

Antes de empezar el fic quisiera agradecerles a Arcángel of Fire 777 y a mi amiga Emily que, al igual que a otras maravillosas personas, me brindaron su apoyo, ayuda e inspiración para escribir y publicar este fic.

Este primer capítulo puede ser algo tedioso o aburrido, pero los próximos serán mejores. Espero les guste:

Capítulo 1.

-Por favor te pido que cuides a esta pequeña- decía casi agonizante el hombre-. Ella es la encarnación de una diosa que desde la era mitológica está junto a la reencarnación de Athena, solo que no en cuerpo humano, sino en forma de estatuilla o báculo.

-¿Quiere decir que...?- Saga hizo una pausa asombrado- ¿…ella es la encarnación de Niké?

-Sí- el hombre tomó aire para después continuar-. Ella es la encarnación de Niké la diosa de la victoria. No sé por qué se encarnó en un bebé; pero debe estar junto a Athena- hubo un momento de silencio que fue roto por Saga.

-Debe ser que esta vez la necesitaremos junto a nosotros en batalla.

-Puede ser- dijo este respondiendo pensativo, luego miró a Saga-. Por favor caballero dorado…- dijo observando la caja de la armadura de géminis que llevaba Saga en su espalda- prométeme que la cuidaras... Si no lo haces mi muerte y la de mis compañeros será en vano.

-Está bien, la cuidare con mi vida de ser necesario- prometió Saga-. Es más, la llevare con el Patriarca del Santuario, ¡él sabrá que hacer!- aseguró este.

-Muchas gracias- el hombre tomó aire y continuó-. Ya puedo morir tranquilo- dijo este cerrando sus ojos para siempre.

-o-o- 13 años después -o-o-

Arles se encontraba sentado en el trono del patriarca. Como de costumbre estaba solo en aquella habitación, bueno solo estaba su cuerpo, porque su mente estaba en el país de los recuerdos de Saga, así que no sintió cuando ella entró a la habitación y detuvo frente a él. Comenzó a llamarlo, pero este no respondía, hasta que:

-¡Arles!- gritó ella como por décima vez, sacándolo de sus pensamientos.

-¡¿Quién osa interrumpir mi meditación?!- gritó este, pero al ver de quien se trataba cambio su tono de voz-. Eres tú, ¿qué sucede?.

-Padre quería pedirte permiso para servir a la diosa Athena- dijo ella suplicándole con la mirada.

-No entiendo a qué te refieres Nadia- comentó desconcertado.

-Quiero, con tú permiso, convertirme en una amazona- esta se imaginó la cara que tenía Arles debajo de la máscara-. Por favor- rogó poniéndose de rodillas.

-No lo sé- dijo como respuesta-. No quiero que corras peligro.

Lo decía de verdad, no quería que le pasara nada a su pequeña que a la vez era la encarnación de la diosa Niké.

-Pero estaré bien- prometió esta.

-¡No!- exclamó este en un fuerte grito, muy parecido a un gruñido.

-¡¿Por qué no?!- dijo ella levantándose de golpe.

-Te puedes lastimar o morir en el entrenamiento, y no quiero eso- la chica se le acerco, le quito la máscara tímidamente y lo vio a sus ojos, sentándose en sus piernas.

-Padre déjame hacerlo por favor- suplicó nuevamente-. Te prometo que no te arrepentirás si me dices que sí. Pondré lo mejor de mi para que nada de eso suceda, y te juro que le seré devota a Athena- Arles la vio a los ojos.

~~~~~~o~~~~~ Por Arles ~~~~~~o~~~~~~~

No quiero que Nadia corra peligro, es la diosa de la victoria, y... Porque es mi pequeña, la he cuidado desde que era una bebé y, no quiero que la lastimen. Aunque por otra parte sería genial que supiera defenderse, ya que así me ayudaría con mi plan de dominar al mundo. Después de un rato de meditarlo hablé.

-Está bien- al decir esto le brillaron los ojos y comenzó a besar su rostro.

-Gracias, gracias, gracias- repetía una y otra vez-. Te lo agradezco eres el mejor padre del mundo y por eso te amo- dijo levantándose de sus piernas muy animada.

-Si... Como sea -torcí la mirada-. Ahora ¡devuélveme mi máscara!- exclamé arrancándosela de la mano, ella sonrió y se fue de la habitación.

~ ~ ~ O ~ ~ ~ o ~ ~ ~

-Ahh niños... Al final te convencen de hacer cualquier cosa, ¿o será que yo soy muy débil?- Arles quedó pensativo y luego negó con la cabeza-. Bueno, en lo que respecta a ella sí- comentó divertido mientras se ponía su máscara. Pero su buen humor cambiaría en unos segundos cuando, de la nada un pensamiento pasó su mente.

-Por favor- suplicaba ella tendida en el piso llena de sangre-. Ya no puedo más- dijo con un dolor evidente en la voz.

-Nadia estás aquí para soportar cosas peores, ya que si alguna vez llegas a estar en una batalla, siendo tan débil, te mataran en un instante-dijo una amazona que se encontraba cerca de ella.

De la nada apareció un hombre que no Arles no pudo identificar y las reto a ambas. La amazona acepto, pero el hombre la asesinó con solo un movimiento. Luego vio a Nadia e hizo lo mismo.

~ ~ ~ O ~ ~ ~ o ~ ~ ~

Volviendo a la realidad. Una gota de sudor frío corrió por la frente de Arles.

-1Nadia!- gritó este con todas sus fuerzas.

-¿Qué sucede padre?- preguntó ella entrando a la habitación exaltada, segundos después.

-Nada- dijo este aliviado al ver que estaba bien-. Por favor dile Gigas que necesito hablar con Aurora- la pequeña lo observó esperanzada.

-¿Puedo ir yo?- inquirió con una pequeña sonrisa intentando convencerlo.

-No, dile a Gigas que la mande a buscar- respondió él.

-Por favor- suplicó con un puchero-. Nunca me dejas salir y ya aceptaste que me volviera amazona, déjame buscarla- siguió suplicando. Areles suspiró resignado.

-Está bien, pero ten cuidado- concedió este. Ella sonrió grandemente.

-¡Sí!- gritó saliendo de la habitación. Arles se puso de pie y caminó por la habitación pasando junto a un gran espejo que estaba rodeado con algunas cortinas.

-Definitivamente eres débil en lo que respecta a Nadia- comentó una voz algo divertida en la mente del peli-gris-. Todos tenemos un punto débil y ella es el tuyo- Arles se quitó la máscara y miró el espejo. Observó su reflejo. En el tenía el cabello azul, es decir era Saga, el cual lo estaba viendo con una sonrisa burlona.

-Cállate Saga, si supieras mis motivos de ser así con ella no te causaría tanta gracia- al decir esto la sonrisa en el rostro del susodicho despareció-. Mejor vuelve a tu prisión y déjame en paz- encendió su cosmo levemente y la figura del peli-azul desapareció, dejando solamente el reflejo de Arles. El cual volvió a ponerse la máscara y continuó su camino.

~~~~~~~o~~~~~~ Por Nadia ~~~~~~o~~~~~~

-¿Por qué Arles querrá hablar con Aurora? Bueno para no importa, tengo que buscarla y punto- pensé tranquilamente-. Aún no puedo creer que me dejara salir tan fácilmente- comenté feliz acelerando mi paso para ir en busca de Aurora.

Después de 2 horas buscándola, seguía sin encontrarla. La busqué por todos lados pero no aparecía, así que decidí preguntarle a alguien si sabia donde estaba. En eso vi a un chico de cabello claro, parecido al tono de la miel, y decidí preguntarle.

-Hola disculpa la molestia pero sabrás donde está Aurora? Ella es una amazona- el chico quedó pensativo.

-Creo saber donde puede estar- dijo guiñándome un ojo-. ¿Sabes llegar al campo de las amazonas?

-No- dije bajando la mirada apenada... Tengo 13 años, es decir toda mi vida, viviendo aquí y no sé dónde esta el campo de las amazonas.

-Mmm... No te preocupes pequeña yo te llevaré, o bueno por lo menos te dejaré cerca de la entrada porque, como debes saber, no esta permitido que los hombres entren ahí.

-No quisiera molestarlo- mi voz sonó un poco tímida.

-No seria molestia alguna- me sonrió-. Ven, te llevaré hasta allá- dijo haciéndome una seña de que lo siguiera, yo asentí y fui tras él. Después de un rato caminando con un incómodo silencio fue el quien habló.

-Disculpa que maleducado soy- comentó un poco apenado-. Me llamo Aioria- me extendió lamano con una sonrisa.

-¿El hermano de...?- miré su rostro, y por la expresión que tenía no pude terminar-. Disculpa. Yo soy Nadia futura amazona- dije cambiando de tema.

-¿Futura amazona? ¿Quieres servir a Athena?- Sonrió ampliamente.

-Sí- yo hice lo mismo.

-Me parece genial que quieras unirte a nosotros.

-¿Ustedes?- no entendí.

-Sí, los caballeros y las amazonas.

-Ah ok, red jeje.

-Aunque no creo que debas hacerlo- comentó sin más, aunque parecía como avergonzado pero no le preste mucha atención a eso.

-¿Por qué no debería?- dije en tono serio. No me gustó que cuestionara mi decisión.

-Es que...- se detuvo un instante y prosiguió- veras esta no es una vida para una niña…- no pudo terminar porque lo interrumpir.

-¿Qué quieres decir? ¿Que por ser una niña soy débil o que no soy digna de portar una armadura?- pregunté molesta.

-No es eso, es que ésta vida está llena de sacrificios y pues no se la recomendaría a nadie- ¿cómo puede decir eso?, es un caballero de Athena-. Bueno ya quedaría de tu parte- levantó una ceja como esperando una respuesta y no lo deje mal.

-Sé muy bien cuales son esos sacrificios, sobre todo al ser una amazona, y es más, disculpa si te parezco grosera, pero es mi problema lo que haga con mi vida, y he decidido sacrificarla, si es necesario, para proteger a Athena.

-¿Escuchaste eso Aurora?- gritó y segundos después la peli-castaña salió de entre los árboles.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?- preguntó ella.

En-tu escondió cosmos Aioria Hizo un-diversión gesto.

-Mmm bueno como sea- ella suspiró-. ¿Dijiste lo que dijiste para molestarla o para probarla?- preguntó intrigada.

-¡Obviamente lo dije para probarla!- bajé la mirada apenada, él me miró-. Disculpa no fue mi intención.

-No, tranquilo- dije un poco bajo.

-Lo que pasa es que muy seguido llegan personas, tanto hombres como mujeres, con la idea de convertirse en caballeros o amazonas- dijo Aioria yo quede en blanco pero Aurora completó la idea.

-Pero solo quieren el título o simplemente los obligan a hacerlo- Aioria continuó.

-Solo fue una prueba y la pasaste- el sonrió y yo seguía apenada por lo que había pensado antes.

-Mmm bueno, está bien- intenté cambiar el tema rápidamente-. Casi se me olvida, Aurora Arles quiere verte.

-¡¿Qué querrá ahora?! Bueno lo que sea tengo que ir, nos vemos después- dijo ella despidiéndose sin ganas.

-Adiós- dije observándola.

-Hablamos más tarde- se despidió Aioria. Ella se fue, y solo nos quedamos él y yo, en un silencio algo incómodo. Aunque después de algunos minutos Aioria habló.

-Bueno quedamos tu y yo, ¿quieres ir a dar una vuelta por el santuario?- preguntó este.

-Me encantaría... ¿Puedes creer que tengo toda mi vida viviendo aquí y lo único que conozco es el Partenón, y porque vivo allí, y uno que otro lugar del Santuario?-dije apenada.

-Bueno, pues hoy conocerás el Santuario- me sonrió grandemente, comenzamos a caminar y nos mantuvimos en silencio. Luego él se detuvo y me miró-. Disculpa la intromisión, pero dijiste que vives en el Partenón..- dijo con una cara entre sorprendido y espantado.

-Sí así es, ¿por que?- no entendía que pasaba.

-Es que... No nada olvídalo- dijo este haciendo que mi intriga apareciera.

-¡Dime!- exigí y suplique a la vez, la respuesta de este fue encogerse de hombros-. No puedes dejarme con la intriga. Por favor- suplique haciendo un pequeño puchero. El accedió.

-Lo que pasa es que siempre andan corriendo rumores y pues... Hay uno que es sobre el Patriarca- al decir eso me congelé, ¿y si él sabe lo de Arles/Saga?.

-¿Y cuál es?- me apresuré a preguntar, él notó mi nerviosismo.

-¿Por qué estas nerviosa?- preguntó intrigado.

-Por nada, solo dime cuál es ese rumor.

-Es que...- se notaba su nerviosismo.

-¡Habla ya Aioria!- estaba nerviosa por su respuesta.

-Está bien... Es que dicen que el Patriarca se acuesta con todas las mujeres que quiere, no importa su edad- me miró y levantó una ceja intrigado, yo solo suspire aliviada. Sentí como un gran peso se quitaba de mis hombros.

-Es eso- dije más calmada.

-¿Y bueno entonces?- dijo un poco intrigado y apenado, esperando mi respuesta.

-Tranquilo, Arles nunca haría eso... O por lo menos no conmigo jeje- dije con una pequeña sonrisa, a lo que el caballero solo suspiró aliviado-. Yo soy como su hija, o más bien como su pequeña pesadilla- dije con sonrisa maliciosa.

-Mmm, no me digas que le sacar canas verdes- inquirió con una sonrisa.

-A veces- le devolví el gesto.

-Y, ¿qué pensaste que te iba a decir? Porque, te pusiste realmente nerviosa- se explicó, o excusó, no sé realmente.

-nada es que solo me asuste un poco porque como ya te dije Arles es como mi padre- mentí.

-Ah ok, bueno disculpa por pensar eso de tí- se notaba que estaba apenado-. Es que apenas te conozco y...

-Pensaste que era una chica fácil- comenté seria, aunque por dentro me estaba riendo por la cara que puso.

-¡No! Lo que pasa es que...

-Tranquilo lo dije jugando, y sí me imagino que todos los que saben que vivo ahí, pues deben pensar eso- él no respondió estaba muy apenado como para hacerlo. Así que le empecé a preguntar cosas de su vida, para quitarle ese sentimiento.

Pasamos toda la tarde hablando y conociéndonos. Me enseñó casi todo el Santuario. Cuando anochecía me acompañó hasta la escalera que iba desde el Coliseo hasta el Partenón.

Buenas noches Nadia-descanso-DIJO Aioria despidiéndose.

-Igualmente- sujeto mi mano, la besó y luego se volteó pero no pudo avanzar ya que lo abrasé-. Gracias por el mejor día de mi vida- me despegué de él y este se giró y me observó.

-Cuando quieras- sonrió de una manera tan linda que no pude evitar darle un beso en la mejilla. Al separarme de el sentí como por mis mejillas circulaba una gran presión que hacía que las mismas se tornaran de un rojo muy intenso. Nunca antes sentí nada así por alguien en toda mi vida. Después de eso me giré rápidamente para acto seguido salir corriendo, pero Aioria sujetó mi brazo, antes de comenzar a avanzar, y me volteó con mucha delicadeza-. ¿Te veré mañana?- mi corazón latió desbocado. Como respuesta solo pude asentí. En ese momento me sentí una tonta, lo que me faltaba era babear.

-Nos vemos aquí a la una, ¿te parece?- una gran sonrisa se dibujó en su hermoso rostro.

-Sí, me parece bien, descansa Nadia, fue un placer conocerte- sonrió y nuevamente besó mi mano. Sentí que mi corazón y mis mejillas explotarían en ese momento.

-Lo mismo digo- sonreí y luego me giré y empecé a subir las escaleras. Sentía la mirada de Aioria en mi espalda. De un momento a otro me giré por acto reflejo y ahí estaba él. Parado junto a la escalera con una inmensa sonrisa. Le devolví el gesto y terminé de subir.

Al llegar pude notar que Arles me esperaba apoyado en uno de los pilares de la habitación.

-¡No quiero que te juntes con él!- me regañó este en un rugido.

-¡¿Qué?!... ¡¿Por qué no?!- grité un poco molesta y desconcertada.

-Porque él es...

Notas finales:

En el siguiente capítulo se tomarán varias decisiones que a la larga afectarán a muchos de los personajes. Sobre todo a Nadia, que es la protagonista de este fic.

Espero les haya gustado y dejen sus RR con sugerencias, correcciones, comentarios o criticas. Todos son bienvenidos.

Gracias por pasarse por aquí, nos leemos pronto