No es que no lo hubiese pensado antes, siempre fantaseó con ello, porque bueno, independiente de que fuera su amiga más cercana él no era ciego, la veía y le resultaba placentero mirarla, le agradaba visualmente y le gustaba aún más protegerla, era casi natural e instintivo, a tal punto que ni siquiera se lo cuestionaba. Hasta después de lo que pasó.
Habíamos decidido juntarnos con los demás chicos y ya íbamos de vuelta pero en algún minuto Hikari divisó una máquina expendedora de sodas y como noté que se alejó un poco la seguí, y por lo que concluí más tarde, supongo que nadie notó que no seguíamos con el grupo pero no nos complicamos, seguramente nos esperarían al llegar a la estación, y no era extraño que sólo estuviéramos ella yo... Lamentablemente se nos hizo un poco tarde buscándolos y era ese momento de la tarde en el cual el subterráneo se encontraba atiborrado con personas que salían de sus trabajos, por lo que el espacio era sumamente limitado, y fue cuando ocurrió… el vagón seguía llenándose y por no terminar alejados, nos vimos en la obligación de acercarnos más y fue cuando quedamos frente a frente, no es que me desagradara, pero no quería hacerla sentir incomoda con tanta proximidad y porque además para ella el espacio vital era importante.
Miraba la parte de arriba, donde se concentra un montón de publicidad y donde se indicaban los nombres de las estaciones y comencé a contar las que aún faltaban para llegar a nuestro destino, las conté y faltaban varias aún. Los minutos pasaban y no parecía como si estuviésemos llegando pronto y estaba empezando a desesperarme, sentía que ella no levantaba la vista y no hacía contacto visual conmigo. Repentinamente una fragancia muy agradable se empezó a apoderar de mi sentido del olfato, sospechaba que provenía de ella, porque alguna vez lo había sentido antes y me había agradado, pero por primera vez ese aroma me atrapaba a tal punto que dejé de pensar en otra cosa que no fuera en llenarme de esa esencia y ella debió percatarse de algo extraño, porque en ese momento levanto la mirada y yo no fui capaz de desviar la mía o de pretender que en realidad estaba haciendo otra cosa y nos quedamos mirando fijamente… e inesperadamente finalmente terminé por acortar la ya escasa distancia que nos separaba y la besé, sin tomar en cuenta la posibilidad de que ella pudiera rechazarme o si ella también lo quería… por lo que cuando ella no me rechazó fue incluso más sorprendente.
La abracé y ella lo hizo también conmigo y comenzamos a besarnos de una manera demandante, puedo jurarlo, esa no había sido nunca mi intención, pero ya que estaba sucediendo, no parecía que hubiese nada mejor en ese momento y aunque parecía ya casi imposible el vagón comenzó a llenarse aún más y eso, la cercanía con ella y el suave vaivén del metro iniciaron un proceso físico para el cual, si no había un cambio en aquella circunstancia, se empezaría a evidenciar la consecuencia, pero ese pensamiento fue más lento que la reacción de mi cuerpo, a decir verdad porque apenas terminé de pensar en eso, fue que noté que ya no podía evitarlo y supongo además que Hikari tampoco pudo disimular que sintió algo, porque en ese segundo dejó de besarme y yo imaginé que haría muchas cosas, desde abofetearme hasta dejarme en evidencia gritando y yo quedar como el pervertido que en realidad no era, pero no preví la acción que de hecho llevó a cabo; dirigió sus labios hacia mi cuello para volver a buscar mis labios y anhelantemente buscó el contacto de nuestras lenguas. Todo lo que estaba pasando de un modo tan extraño e irreal…. Y lo fue aún más cuando sentí que ella tocó donde yo no esperé y se sorprendió, estaba inseguro acerca de qué fue lo que la sorprendió, si efectivamente ella pensaba que era otra cosa o de si había sido algo involuntario y accidental, y casi sospeché lo segundo cuando nuevamente volví a sentir su mano ejerciendo presión justo cuando no la necesitaba para poder seguir manteniendo el control, no es que ella se estuviera esmerando, sólo era un toque exploratorio por encima de la ropa, usualmente eso no sería nada estimulante, pero tenía que aceptar que era la situación más sexy que había vivido en toda mi vida, y gemí y ella me mordió suavemente el labio y a su vez el agarre se hizo más firme… y yo sólo me dejé ir, pero procuré ocultar mi rostro entre su cabello y su oreja derecha y respiré agitadamente por lo que parecieron tres segundos o cuatro… o un minuto y luego ella me alejó abruptamente y yo sin entender el por qué traté de reponerme a la inestabilidad que el empuje me causó y lo logré, afortunadamente, y fue cuando noté que ya el vagón no estaba tan lleno y que la gente se estaba bajando y fue que oí que estábamos a tres estaciones de nuestro destino. Hikari cambió de posición y quedamos ahora de costado, sin mirarnos y sin tocarnos. Ella comenzó una conversación muy casual acerca de que ya tendríamos que bajarnos y que seguro Taichi les reprocharía cuando llegaran por haber hecho al grupo esperar por ellos.
Finalmente llegamos y sólo se encontraban Taichi, que estaba esperando por ella, y por mi esperaban Iori y Miyako, los demás se habían ido a sus hogares ya.
Nos despedimos normalmente y quedamos de volver a vernos en la escuela el lunes y yo aún podía escuchar la conversación de los dos hermanos a lo lejos, él preguntó por qué ella y yo nos habíamos quedado atrás y si acaso tenía frío... pero luego no oí nada más que a Miyako relatándonos lo que quería comer al llegar a casa. Yo sólo quería llegar luego a mi habitación luego de lo que pasó me sentía incomodo, por razones obvias y el camino parecía más largo de lo normal, hasta que llegué y mi madre me había dejado una nota diciendo que mi cena estaba en el congelador y que no la esperara despierto, lo que era perfecto porque en realidad sólo quería darme una ducha y deshacerme de esa ropa sucia, que me encargué de lavar de inmediato y que parecía la única prueba que me decía que lo que pasó no había sido una ilusión.
Afortunadamente, luego de la ducha me sequé y sin que pasara mucho tiempo más, me quedé dormido.
Sábado por la mañana y no sé por qué pero no me despegué de mi móvil, procuré tenerlo conmigo en todo momento, pero sólo mi hermano me llamó en todo el día.
Domingo ya y traté de engañarme a mí mismo diciendo que no tendría el móvil conmigo pero no me alejaba más de cinco metros de él, sin perderlo de vista y miraba la pantalla comprobando si acaso estaba funcionado… domingo por la tarde… llamé desde el teléfono fijo de mi departamento para comprobar si acaso entraban las llamadas y fue decepcionante comprobar que sí, todo funcionaba perfectamente.
Lunes ya y me dirigí apresuradamente a la escuela, sin esperar a mis amigos porque quería llegar pronto y lo conseguí, porque a tan solo unos metro de llegar divisé a Hikari caminando tranquilamente y riendo junto a Daisuke, me acerqué a saludarlos y ella me sonrió como siempre lo hizo, mencionó mi nombre y siguió conversando con él para luego decir que esperaba que no le tocara limpiar el salón después de clases.
A ella no le había afectado en lo más mínimo lo que había pasado… mientras que yo… ¡yo no podía pensar en ninguna otra cosa!
