Drabble que participa en la convocatoria de la página de facebook "Gundam Wing Yaoi en Español".
Sorpresa.
—Toda la gente cambia por San Valentín. Odio esta fecha, es tan hipócrita decir "te amo" solo este día. Al menos Heero no se interesa en ese tipo de cosas —pensaba Duo.
Habían pasado ya dos años desde que iniciaron una relación estable. Por estable se podía entender que ya no terminaban a golpes por diferencias de opinión y que habían llegado, de alguna manera, a una convivencia pacífica.
Cerca de la misma fecha, Heero había notado que Duo se comportaba más gruñón de lo normal. Sabía que no era coincidencia, todavía podía recordar lo que había visto el año anterior, cuando Duo demostró todo su desagrado ante esa celebración. Debido a ello, Heero decidió que le daría una sorpresa de San Valentín. Nada extravagante como regalos o muchas demostraciones de amor que no estaba en su personalidad entregar, sino algo preciso para lograr su objetivo: que Duo tuviera una razón para celebrar el día que tanto odiaba. Algo cruel e irónico, pero con una base honorable.
Duo caminaba a casa después de haber aguantado la presión del trabajo. Las decenas de parejas en la calle solo contribuyeron a aumentar su mal humor.
—¡Demonios! Tanta demostración de afecto de verdad me molesta —gruñó y se sintió aliviado cuando al fin entró al departamento que compartía con Heero—. Parece que él llegará tarde —pensó al ver todas las luces apagadas.
Aprovechando su soledad, tomó una larga ducha de agua caliente. Buscaba relajarse, desintoxicarse de tan desgraciado día. No pasó mucho hasta que se acostó desnudo y pronto se durmió. Cerca de las 10 pm una figura de negro se arrastró sigilosamente por la habitación. Se acercó a Duo y este despertó abruptamente al escuchar un golpe en la cama.
—¿¡Pero qué demonios!? —exclamó. No tardó en ver al hombre de rostro cubierto. Le apuntaba directamente con una pistola a su cabeza y Duo entró en pánico. No por la proximidad de la muerte, sino porque no podría despedirse de Heero. ¡Era injusto terminar así! Tenía que intentar algo.
—Ehh... ¡Hey, amigo! ¿Qué ocurre? —tartamudeó—. Si quieres el dinero, está en ese cajón.
Duo tragó saliva, el hombre no atendió a sus palabras y jaló el gallito. Un sonido ensordecedor inundó la habitación. En su confusión, Duo trató de sentir si estaba herido o muerto, pero al abrir los ojos vio al hombre estoico, todavía apuntando hacia él. Sin entender nada, encendió la luz del buró y por fin vio que de la pistola salía una bandera que decía: "¿Te casarías conmigo?". Duo miró con la boca abierta al hombre que ya se sacaba la máscara. Era su amado y cruel Heero.
—Desgraciado... ¿No podía ser de una forma más normal?
—Contigo las cosas son distintas, ¿pero aceptas?
—¡Claro que sí! Ya me estaba cansando de odiar esta fecha. Ahora al menos tendré algo bueno que celebrar.
—Misión cumplida —murmuró Heero. Y tras un beso apasionado, se pasaron toda la noche decidiendo dónde, cómo y cuándo se unirían formalmente.
