"Swing Sets and Sandboxes", by beautifulwhatsyourhurry

De la traducción: "Columpios y Areneros" by katherinespices93


Capítulo 1: Quiero cogerte de la mano.

Sinopsis: Kurt Hummel tiene 7 años. Hace un nuevo amigo, el pequeño Blaine, un día en el parque. Ésta es su historia.

Calificación: Eeeh... por ahora diré que es rated T.

Atención: Alusiones a el desprecio/abuso.

Disclaimers: No me pertenece ninguno de los personajes reconocibles. Todos son propiedad de Ryan Murphy y Fox!


El pequeño Kurt, de siete años, tiene muchas preguntas.

Bueno, claro que las tiene, sólo tiene siete años, después de todo. Últimamente ha sido porqué esto y qué es lo otro, y, de todas formas, ¿de dónde vienen los bebés?

Cuando la madre y el padre de Kurt respondieron a esa última, las primeras palabras de Kurt fueron "qué asco" y "puaj", y luego dijo: "eso no me va a pasar a mí nunca porque NO".

Sin embargo, la mayor pregunta que vagaba por su mente ahora era, exactamente, ¿Quién era ese pequeño niño sentado solo en el columpio?

El pequeño Kurt mira al niño fijamente, y lo primero que advierte es en la gigante e indomable mata de pelo oscuro de su cabeza. Kurt piensa que su pelo podría ser muy bonito si usara algunos de los productos especiales de su madre para el pelo. Lo harían brillar. La siguiente cosa que descubre es la camiseta rota y demasiado grande que lleva, cayéndole precariamente del hombro del niño, porque el cuello de ésta es muy grande, y Kurt no sabe porqué se molesta en llevarla puesta siquiera. La camiseta está emparejada con un par de vaqueros azules sucios, aunque Kurt cree que es raro que los vaqueros parezcan tan pequeños cuando la camiseta es obviamente demasiado grande para la pequeña figura del niño. No lleva zapatos.

Y entonces se percata de sus grandes y redondeados ojos. Son incluso muy curiosos, tan grandes, pero Kurt no puede evitar fijarse en lo bonitos que son; son verdes y marrones con fragmentos dorados.

Kurt decide que de todas formas va a hablar con él, porque está sentado solo en el columpio y bueno, Kurt no tiene ningún amigo con el que jugar ahora mismo porque todos están demasiado ocupados jugando juntos.

"Hola" dice Kurt, tan amigablemente como le es posible.

Su saludo, sin embargo, tiene completamente el efecto opuesto a lo que esperaba, porque el pequeño niño de pelo rizado del columpio pilla tal susto que se cae para atrás al suelo.

"¿Estás bien?" dice Kurt asustado, avanzando hacia él y atrapando el columpio justo cuando el niño se incorpora porque, bueno, si no lo hubiera hecho, el asiento del columpio habría colisionado con la cara del chico. "¿Te has hecho daño?"

Los ojos del niño aumentan de tamaño incluso más de lo que ya son, si eso es posible, y el niño mira a Kurt como si estuviera viendo a Dios o algo.

"E-estoy bien" dice el niño de los ojos grandes.

"Siento que te haya asustado tanto" dice el pequeño Kurt, extendiendo su mano. El niño simplemente se queda mirando a su mano como si estuviera esperando a que algo pasara. "La coges" sugiere Kurt, sintiéndose un poco 'sabelotodo'. "Y te ayudo a levantarte"

"Oh"

Sus manos se encuentran finalmente y Kurt ayuda al niño a levantarse. Tan pronto como está en pie, el extraño niño simplemente observa las manos de los dos, sin hacer ningún movimiento para soltarlas.

"Me llamo Kurt" dice Kurt, porque claramente, si están cogidos de la mano deberían sus respectivos nombres. Era apropiado.

"Soy Blaine"

"Bonito nombre" comenta Kurt. "Blaine, Blaine" dice mientras acostumbra a su lengua al nombre, y decide que sí, Blaine es un nombre muy bonito. "Me gusta. Nunca he conocido a nadie que se llame Blaine antes"

El pequeño Blaine no dice nada y sigue mirando las manos juntas, y Kurt piensa que parece un poco confundido.

"Deberíamos columpiarnos" dice Kurt. "A menos que pienses que te vas a caer otra vez"

Los ojos de Blaine vuelven a los suyos. "No lo haré. Es que me asustaste, eso es todo."

Kurt asiente y suelta la mano de Blaine, aunque Blaine parece un poco reacio a hacerlo. Se sientan en los columpios uno al lado del otro, con sus piernas no lo suficientemente largas para que toquen el suelo. Las piernas de Blaine parecen mucho más cortas, sin embargo.

"¿Por qué no tienes zapatos?" pregunta Kurt.

Blaine simplemente se encoje de hombros y mira el suelo. "No se"

"¿No sabes porqué no llevas zapatos puestos?"

Blaine se encoje de hombros de nuevo, lo que hace desistir a Kurt, pues no sabe cómo desenvolverse en una conversación con alguien que se encoje de hombros por todo.

"Nunca te he visto en este parque" dice Kurt. "Y vengo aquí todos los días"

"No vivo cerca" le informa Blaine.

"¿Dónde vives?"

"A una larga caminata de aquí. No tenemos un parque allí donde vivo. Así que vine aquí." explica el pequeño Blaine.

"¿Te has hecho todo el camino sin zapatos?" pregunta Kurt. "¿No te duelen los pies?"

"No mucho"

"Ah"

Blaine alarga su brazo para alcanzar la cadena del columpio, y cuando lo hace, el otro extremo de su camiseta resbala revelando una horrible y amarillezca cicatriz.

"Debes de caerte mucho" dice Kurt, señalando la cicatriz.

"¡No me caigo mucho!" dice Blaine a la defensiva, aunque Kurt piensa que no pasa nada por ser patoso. Suele ver a mucha gente patosa. Él mismo solía ser torpe, pero eso fue cuando él paso por lo que su padre llama un estirón. No estaba acostumbrado a su nueva altura y por eso era patoso de muchas formas. Kurt no cree que Blaine haya pegado un estirón, sin embargo. Blaine solo parece débil y pequeño.

"No pasa nada si lo haces" le dice Kurt.

"Pero no lo hago"

"¿Cómo te has hecho esa cicatriz, entonces?"

Blaine calla otra vez y Kurt decide que no le gusta que Blaine no hable. Blaine tiene una voz verdaderamente bonita cuando habla y Kurt quiere que hable más para poder oírla. Pero no consigue oír mucho más de la voz de Blaine porque su madre le llama, diciendo que es hora de irse.

"Me tengo que ir" le dice Kurt a su nuevo amigo, "Pero volveré mañana. ¿Puedes volver también mañana?"

Blaine se muerde el labio. "Lo intentaré"

"Eso espero. Tienes unos ojos bonitos"

Mientras Kurt se aleja, no puede ver a Blaine mirándole a sus espaldas, con la boca abierta del asombro.


Al día siguiente, Kurt y su madre vuelven al parque. Kurt busca inmediatamente al amigo que hizo ayer. Finalmente lo ve sentado solo en el arenero. Lleva exactamente la misma ropa que ayer. Kurt espera que su madre se la haya lavado. Kurt camina con determinación hacia Blaine y se sienta en el borde del arenero.

"Hola, Blaine" dice, esperando que Blaine no se caiga esta vez. Blaine, sin embargo, alza la cabeza y sonríe de oreja a oreja.

"Hola, Kurt"

"¿Qué estás haciendo?"

"Nada. Sólo me siento"

"¿No has traído juguetes?"

Blaine niega con la cabeza lentamente. "No tengo muchos juguetes"

Kurt piensa que eso es triste. Todo el mundo debería tener muchos juguetes con los que jugar, porque los juguetes eran como, lo mejor que había. Pero está empezando a darse cuenta de que no le gustan el mismo tipo de juguetes que gustan a los otros niños de su edad. A ninguno de ellos les gustan las fiestas del té, o colorear como le gustan a él. Se pregunta si a Blaine le gustan esas cosas.

"No te preocupes" dice Kurt. "Yo tengo muchos juguetes. Puedo traer algunos la próxima vez que vengamos aquí y los compartimos. ¿Te gustan las fiestas del té?" pregunta Kurt. "Porque sé que a muchos chicos no"

"¿Qué es una fiesta del té?"

"Es muy divertido. O al menos yo creo que es divertido. Es donde te sientas en una mesa y te puedes vestir como quieras mientras tomas el té, o té de mentira, da igual, y puedes comer pasteles o galletas y cosas. ¡Y puedes fingir que eres una princesa o un príncipe o quien quieras!"

"¿Quién finges ser tú?" pregunta Blaine con curiosidad.

"Eem... A veces finjo ser La Bella durmiente. O Ariel. Al menos cuando tiene piernas. No sé si las sirenas pueden tener fiestas del té de verdad."

"Creo que sería complicado tener una fiesta del té cuando vives debajo del agua" asientes Blaine. Kurt se percata de que Blaine no se burla de él porque haga el papel de chica en sus películas favoritas de Disney, lo que es bueno porque todos los chicos hacían siempre eso. Pero admitámoslo, no hay muchas películas de Disney que contengan papeles prominentes de chico, exceptuando a Aladín.

"Me gustaría hacer una fiesta del té contigo" dice Kurt. "Podrías ser quien quisieras"

"Si tú haces de Ariel, yo puedo hacer del príncipe Eric?"

"¡Sí quieres, sí!"

Blaine sonríe otra vez y Kurt decide que le gusta hacer a Blaine sonreír, porque de lo contrario parece triste todo el tiempo.

"Podemos hacer la fiesta del té mañana" dice Kurt. "Puedes venir a mi casa y podemos hacerla ahí"

Blaine se detiene y se muerde el labio. "No se si puedo ir a tu casa. Mis padres no me dejan ir a las casas de la gente demasiado."

"¿Porqué no?"

Blaine se encoje de hombros. "No sé"

Kurt frunce el ceño, intentando pensar en una forma de resolver el problema. "¿Y si sólo vienes al jardín?" pregunta. "Porque si sólo es el jardín, no estás realmente en la casa. Así que no cuenta."

Blaine alza la cabeza, arrugando la nariz mientras considera la opción. "Eso puede que funcione" concluye.

Kurt se ríe. "Vale. Se lo preguntaré a mi madre, pero dirá que sí. Ella siempre dice que sí."

"Vale" asiente Blaine, bajando la cabeza. Pero entonces se queda callado, y cuando Kurt se da cuenta de que echa de menos el sonido de la voz de Blaine, pregunta:

"¿Estás bien?"

Blaine le mira con sus grandes y redondos ojos, pero parece nervioso. "¿Puedo... puedo preguntarte algo...?"

"Claro"

"No tienes... que hacerlo si no quieres" empieza Blaine, "pero... ¿me cogerías de la mano otra vez? ¿Como hiciste ayer cuando me caí?"

Kurt inclina la cabeza a un lado ligeramente, porque en realidad no es una pregunta tan rara. Él se la hace a su madre todo el tiempo. Todo el mundo se coge de la mano, excepto quizás, la mayoría de chicos. Pero Blaine es un chico y quiere cogerle de la mano, así que Kurt piensa que a lo mejor hay otros chicos en el mundo a los que les gusta cogerse de la mano también.

"Sí" dice Kurt, tendiéndole la mano con los dedos extendidos. "Ten"

Blaine mira su mano, pero no de la misma forma que ayer. No la mira como si estuviera confuso o algo; la está mirando como si fuera algo que realmente, realmente quisiera. Y entonces Blaine mueve su mano para ponerla en la de Kurt y éste la aprieta suavemente, esperando que esa acción haga saber a Blaine que lo que hacen está bien.

"Tu mano es suave" susurra Blaine.

"Mi madre siempre me pone cremas" explica Kurt. "Te dejan la mano suave"

"Me gusta" admite Blaine.

"Gracias" dice Kurt, arrimándose más a él con lo que están los dos con las piernas cruzadas y sus rodillas tocándose. "Tu mano me gusta también. Encaja realmente bien con la mía."

Blaine le da la más leve de las sonrisas. "Sí. Así es."


Al día siguiente, a pesar de sus planes, una solitaria figura con una mata de pelo rizado, sin zapatos, y una ropa enfermizamente conjuntada se sienta sola al fondo de un lado del parque.

Espera durante horas en el calor abrasador.

Como no viene nadie, se va.


El día siguiente a ese, Kurt se precipita hacia donde ve a Blaine sentado en el arenero otra vez.

"Hola" dice alegremente.

Blaine no responde; simplemente arrastra un solo dedo por la arena, con la cabeza gacha.

"¿Qué pasa? ¿Estás bien?"

"Estoy bien."

"Pero pareces triste" advierte Kurt mientras se sienta en el arenero en frente de Blaine. "¿Por qué estás triste?"

Blaine finalmente alza la cabeza para posar sus pequeños ojos verdes en Kurt.

Están mojados.

"¿Por qué lloras, Blaine?" pregunta Kurt, no muy seguro de lo que debería hacer. Su madre suele abrazarle cuando llora, pero Kurt no sabe si debería abrazar a Blaine. ¿Debería darle un abrazo?

"Pensé que íbamos a hacer una fiesta del té ayer. Dijiste que vendrías a buscarme." Le recuerda Blaine en voz baja.

"Pero es que hacía demasiado calor fuera. Todo el mundo se quedó dentro de casa por sus padres. Creí que tu madre te retendría también" explica Kurt.

Blaine sacude la cabeza negativamente, dejándola caer hacia abajo, y Kurt atisba una lágrima que resbala por su mejilla y cae a la arena.

"Estuve aquí. Estuve aquí mucho tiempo esperándote. Pero nunca viniste" le asegura Blaine.

"¿Estabas aquí?" le pregunta Kurt con los ojos como platos del shock. "¡Pero hacía muchísimo calor! ¿Y tú… tu caminaste desde tan lejos sin zapatos? Mi padre dijo que se podía freír un huevo en la carretera, del calor que hacía. ¿Están bien tus pies?"

"Dolían cuando volví a casa, pero estoy bien" le asegura Blaine.

"¿Porqué no te quedaste en casa? Estás… Blaine" dice Kurt apenado, cuando mira más pausadamente la piel de las los brazos, las piernas y el cuello del chico más pequeño. "Te has quemado." Alarga el brazo para tocarle, pero se lo piensa mejor. Él ya se ha quemado antes y dolía mucho cuando alguien le tocaba. "¿No duele?"

Blaine asiente ligeramente y Kurt le oye llorar un poco más.

"¿Ni tu mamá ni tu papá te dijeron que no salieras?" pregunta Kurt.

"No" dice Blaine mientras se sorbe la nariz, limpiándosela en la manga de la camiseta demasiado grande que lleva. "No dijeron nada."

Kurt no sabe que decir porque eso no parece ser correcto, por alguna razón.

"¿Te han puesto algo para las quemaduras?" pregunta Kurt a su amigo. "Mi madre siempre me pone una crema cuando me quemo. Hace que duela menos."

"No" Blaine sacude la cabeza.

Kurt se queda quieto y para de hablar por un segundo, y luego se levanta. "Quédate aquí" le ordena. "Ahora vuelvo."

Kurt corre tanto como sus pequeñas piernas le permiten y se dirige a donde está su madre, sentada en un banco del parque, mientras habla con una de las otras madres. Ella le sonríe mientras Kurt busca en su bolso, quitando de en medio unas botellas de agua, un bote de crema, y sacando un bote de aloe vera. Ella le mira expectante, pero él se vuelve a ir corriendo antes de que ella tenga la oportunidad de preguntarle nada.

"Ten" dice Kurt, sentándose de nuevo. "Esto te hará sentir mejor. Es la crema."

Blaine observa al bote en cuestión y se muerde el labio. "¿E-estás seguro? ¿No se enfadará tu madre si cojo un poco?"

"¿Porqué tendría que enfadarse?" Blaine se encoje de hombros y Kurt desenrosca el bote, dejando caer un poco de aloe en su mano. "Extiende tu brazo."

Blaine alza su brazo tímidamente, como si tuviera miedo de que Kurt fuera a cortárselo. Pero cuando Kurt simplemente empieza a extender la crema por toda su dañada piel, él suspira de repentino alivio, y Kurt sonríe.

"Te sientes mejor, ¿eh?" pregunta amistosamente.

"Sí" admite Blaine, mirando mientras Kurt aplica más crema en su otro brazo y sus piernas, separadas en el arenero. "Mucho mejor."

"Deberías decirle a tu madre que compre de esto."

"Es que… no tenemos mucho dinero" explica Blaine. "Así que no compramos muchas cosas. Lo único de lo que compramos mucho es cerveza."

Kurt arruga la nariz al oír esa palabra. "La cerveza huele mal" afirma.

"Sí, es verdad" coincide Blaine. "Mi padre bebe mucha."

"Mi padre también, a veces. Pero no mucho."

Blaine calla al oír eso, y deja que Kurt extienda un poco de aloe en sus pequeñas mejillas y cuello.

"¿Kurt?"

"¿Sí?" responde Kurt enroscando de nuevo el tapón del bote y dejándolo caer en la arena.

"Cuando… cuando tu padre bebe cerveza, ¿a veces se… ya sabes…?"

"¿Qué?"

"¿No se pone a veces muy enfadado?" pregunta Blaine en voz baja.

Kurt se lo piensa unos segundos antes de responder. "No. Pero es que no bebe mucho. Sólo se pone un poco… contento, supongo. Se ríe por todo."

Blaine parece un poco reacio con la respuesta. "Oh."

"¿Porqué?" pregunta Kurt. "¿El tuyo se enfada?"

Blaine asiente lentamente. "Eeh… sí. A veces."

"¿Grita, y todo eso?"

"Sí."

"No me gusta cuando los mayores gritan" dice Kurt. "Da miedo."

"Sí" dice Blaine en voz baja. "Mucho miedo."

"Así que… como ayer no pudimos hacerla, ¿Quieres hacer la fiesta del té mañana?" pregunta Kurt a su amigo.

"…Sólo si me prometes que estarás aquí para recogerme como dijiste que harías" dice Blaine pausadamente.

"Estaré aquí" asegura Kurt. "No me olvidé de ti, lo prometo. Es sólo que no nos dejaban salir de casa."

Blaine se moja los labios con la lengua antes de hablar y asiente decisivamente. "Vale."

"Eres un amigo realmente bueno" le dice Kurt. "No me olvidaré."

Con una lenta sonrisa, los ojos de Blaine se encuentran con los de Kurt. "Tú también lo eres."

"¿Quieres jugar en los columpios?" pregunta Kurt. "Podemos cogernos de la mano como antes de ayer."

"Sí" dice Blaine rápidamente.

Kurt sonríe y alcanza la mano de Blaine, con cuidado de no cogerla muy fuerte por las quemaduras.

Le gusta que Blaine le deje cogerle de la mano. Es algo muy, muy agradable.


Continuará

A/N: Así que he aquí el primer capítulo. Creo que esto va a ser largo porque quiero seguirlos en su infancia por un tiempo y posiblemente… más tarde. Aún no estoy segura. Ya veremos.

Notas de la traductora: Espero que os esté gustando. Si tenéis alguna idea para una frase que haya quedado un poco rara a vuestros ojos, por favor comentadla. Estoy abierta a todo tipo de sugerencias.