Sasha: Hola, usaré este fanfic para presentarme en este foro, ¿por qué? Porque este fue uno de mis primeros escritos y el primero que me animé a subir en otra cuenta.
Joselyn: además es uno con los cuales te conocí.
Tesha: y de los primeros que yo leí :)
Sasha: sep, es algo así como nostálgico, espero que sea de su agrado. Por cierto, las dos personitas que me ayudarán (y presionarán) son estas chicas: Tesha, la primera persona en leer casi todo lo que he escrito y una de mis mejores amigas; y Joselyn, una loca pero tierna chiquilla que conocí gracias al fandum
Tesha: yo doy el visto bueno a todo ;)
Sasha: mentira.
Tesha: déjame soñar.
Joselyn: ¡senpai, que cruel al decir que estoy loca! TnT
Sasha: see, see, como sea. Lean, nos vemos abajo.
NOTA: Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.
CAPITULO 1: Una Nueva Mirada.
Hinata despertó, sentía demasiado frio. Con suma lentitud y precaución fue abriendo los ojos: todo estaba oscuro, corrección, no todo, ¿qué era aquello que hacia resplandecer el lugar en tonos naranjas y amarillos?
Se asustó. ¿Dónde diablos estaba?
De pronto recordó todo: la fría celda…..Kiba y los Akatsuki…el poste y después el inmenso dolor. Hasta ese instante reparo en que su cuerpo apenas y le dolía; pero sentía cansancio y sus músculos flojos.
La joven miro a su alrededor. Estaba acostada sobre unas suaves y hermosas colchas. Que…maravilloso. Una frazada la cubría del frio, se acurruco y se tapó lo mejor que pudo. Esto se sentía tan bien, pero. ¿Qué era aquel lugar? ¿Dónde se encontraba? Tan suave, esto no era su viejo rincón en el suelo de la prisión.
Los muros, los objetos, cada detalle que alcanzaba a mirar era tan desconocido y a la vez tan radiante y consolador. Era tan diferente a la fría celda de la prisión. ¿Acaso era un sueño? Si, parecía ser un sueño, uno muy bueno y del cual no quería despertar.
Echo una nueva mirada al lugar, aunque poco podía ver. Encima de ella colgaba una especie de mantón. Lo reconoció vagamente. Interesante, ¿estaba en realidad…?
Ahora lo comprendía todo, estaba…muerta. La habían azotado inclementemente en la plaza de su ciudad, frente a los ojos de los nobles. Así que, en ese momento debía de encontrarse en la ciudad de los muertos. ¿Qué otra cosa podía ser?
Claro que tendrían que venir sus antiguos dueños y asistirla, debido a que siempre había oído decir que en el mundo de la muerte los esclavos dejan de serlo, y sus antiguos dueños y señores les servían como ellos lo habían hecho en vida. ¿Vendría Hiashi-sama, aquel ser que la humillaba y había desterrado con los esclavos a pesar de ser su sangre?
El sonido de unas pisadas aproximándose siniestramente retumbo por las paredes de su celda. Hinata se incorporó y se alejó de su pequeño rincón, de pronto, sintió que la sangre se le congelaba en las venas. ¿Ya era hora?
Las pisadas se detuvieron; la pesada puerta chirrió y alguien entró. No pudo reconocer de quien se trataba.
-¡Quiero luz!-exigió una voz, una voz que ella conocía demasiado bien, aquella voz que antaño le parecía tan celestial, hoy era una voz de mando que le causaba escalofríos. La luz se hizo más intensa, uno de los shinobi traía un quinqué en la mano. Esta dio de lleno en el rostro del capitán Kiba.
-¡Afuera!-ordenó y el shinobi desapareció de la vista de la chica.
-¿Vienes por…mi?- dijo con la mirada hacia el suelo.
-Estoy aquí para-dijo Kiba con voz titubeante-, darte a conocer que tu sentencia, la pena de muerte, será cumplida en este momento. Sal, un shinobi espera afuera…y el verdugo también…
La joven se estremeció por completo, pero…no tenía caso decir nada, no veía la forma de defenderse o huir, era imposible, lo único que podía hacer era esperar por su fin.
-Todos los condenados tienen derecho a un último deseo. El Gran Hiashi-sama quiere saber tu deseo, para poderlo cumplir.
Hinata se quedó en silencio, las lágrimas corrían por sus mejillas, tenía los puños cerrados para no llorar a pleno pulmón. ¿Cuál era su deseo? ¿Cómo se atrevían a preguntarle semejante estupidez? Iba a morir, ¿Qué sentido tenía un deseo entonces? Solo salieron de su boca unas cuantas palabras dichas con infinita amargura y odio.
-Al fin has obtenido tu venganza- y alzo sus ojos los cuales se clavaron en los del hombre que ella había creído amar.
-Hinata- replico el capitán por lo bajo- me han dado órdenes…yo no quisiera…pero sé que nos escuchan…lo siento…pero yo…yo…yo debo de llevarte, por favor, no hagas esto más difícil…
La muchacha lo miro con una mezcla de odio, amor y miedo. Así que este era el verdadero Kiba, aquel hombre al que tanto había amado y admirado por muchos años, el gran guerrero, el valiente y apuesto hombre; no era más que un idiota seguidor de Hiashi, su estúpido no-padre. Kiba…en verdad la había traicionado…la había abandonado…
El tiempo pareció detenerse cuando la joven lo miró con ojos suplicantes, por última vez intento buscar su ayuda, pero afuera se escuchaba cada vez más ruido: armas, órdenes, shinobis…El alma de Hinata quería escapársele de su débil cuerpo.
-Vamos - murmuró con la cabeza gacha aquel sujeto, aquel hombre que lo había sido todo para ella. Ahora él le daría muerte.
Que irónico era el destino.
Que cruel era el amor con ella.
Sasha: aclaraciones: la idea surgió luego de leer una historia del autor Rolf Krohn, si alguien reconoce cual le doy una galletita.
Tesha: ya te has comido todas las galletas ¬.¬U
Sasha: oh, que mal.
Joselyn: buaaah, quiero más capítulos.
Sasha: te aguantas, habrá sólo uno por semana.
Joselyn: eres cruel u.u
Sasha: lo soy.
Tesha: no, no lo es, Sashis es un amor.
Sasha: ¿sabes? Si fueras otra persona ya te habría pegado.
Tesha: pero soy yo y te aguantas.
Sasha: no me tientes.
Joselyn: senpai es cruel, Tesha.
Tesha: ya, ya, mejor vamos por más galletitas – se van-
Sasha: ¡yo quiero! Bueno, nos leemos luego, dejen sus comentarios positivos o negativos, ambos son bastante útiles para mi. Sayo…
