Sin desayunar (por levantarse tarde) Sin almorzar (porque justo apareció un Akuma) Esas situaciones provoco que al derrotarlo. Bridgette quedara muy agotada y muy hambrienta, quien también para su mala suerte termino perdiendo su transformación en la otra punta de la ciudad, lejos de su hogar.
Entonces comenzó a caminar hacia el mismo, entretanto los rugidos de su estómago se hacían más persistentes, quien también no llevaba nada de dinero.
— A este paso moriré de hambre —Se dijo al escuchar el ruido de su estómago por onceava vez.
Al minuto de estar caminando, empezó a percibir un delicioso aroma. Y ella lo conocía bien. Era del Croissant.
— ¡Que rico se ve! —Exclamo pegándose al vidrio de ese café, donde servían ese alimento. Viendo el mismo en una mesa de un cliente.
El cliente que se giró hacia el vidrio al notar como se hizo más oscuro, dio un respingo al ver a una chica pegada al cristal con los ojos brillosos y a punto de caerle la baba. Ella al notar como el tipo la miraba asustado y cauteloso, se separó de la ventana y sonrió nerviosamente, antes de marcharse de ahí, la cual volvió a deambular por las calles. Sin embargo después de un rato de caminar, noto a Félix.
— Félix —Lo llamo viendo como estaba sentado en una mesa de afuera de un establecimiento, tomando un té y en un plato al lado de él. Un apetitoso Croissant.
El susodicho al saber de quien se trataba, trago rápidamente el líquido. Y bajo la taza.
— ¿Qué quieres? —Dijo fríamente.
No obstante, ella no lo oyó porque se le quedo viendo al Croissant.
Félix miro sucesivamente a Bridgette y al Croissant. Notando como ella lo miraba. Una mirada tan depredadora que en cierto modo asustaba. Estuvo segundos así. Un minuto así.
Y ella se había quedado prendada al alimento mientras los ruidos que producía su estómago se hacían más fuertes.
— Anda comételo —Le dijo deslizando el plato enfrente de ella— El sonido de tu estomago me está molestando.
— Y-yo no puedo aceptarlo —Negando efusivamente con sus dos manos. Félix frunció el ceño ante la modestia que presentaba— No es necesario que te preocupes. De verdad estoy bien, Félix.
— ¡Tonta! No me estoy preocupando —Declaro apoyando un codo sobre la mesa mientras con su mano ocultaba parte de su boca, el cual desviaba la mirada para que no note su leve sonrojo que había aparecido— Es solo que no tengo apetito y menos si una persona se le queda observando a MI comida —Añadió— Y sobre todo odio desperdiciar.
Ella sonrió con su típica alegría. Sentándose enfrente de él. Tomo el Croissant con sus manos y empezó a devorarlo con ímpetu. Entretanto Félix se paraba de su asiento y pagaba la cuenta, yéndose de ahí.
Él, al notar que Bridgette ni le dirigió la mirada al ver que se iba, quien tampoco le dijo nada. Sintió un dolor punzante en su pecho, pero al dar unos pasos se dijo que la razón de ese dolor será porque ella es una mala agradecida, ya que al final nunca le dio las gracias por el Croissant, ese, por el cual no aparto su mirada en ningún momento.
