Rurouni Kenshin no me pertenece. Sus personajes ni su historia. Hago esto por entretención, sin fines de lucro y a los apuros por la fecha.
14 de Mayo
por Blankaoru
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Se encontraba bajo los cerezos, cuyos pétalos formaban una lluvia rosa sobre ella. El sol se había ocultado hacía un rato y el cielo pasaba de celeste grisáceo a azul oscuro. Pero a ella no le importaba si la noche comenzaba a abrazarla. Una luciérnaga brilló y luego otra. Y otra.
Se tomó un brazo y miraba el río fluir con esa suavidad que traía, llevándose los pétalos que caían sobre sus aguas. Estaba tranquila, pero algo dolía en ella y así el viento la envolvió, moviendo sus cabellos y la cinta que los sujetaba.
No sabía cómo había llegado caminando hasta allá. Sólo tuvo la necesidad de salir de su casa sin pedir compañía y partir. Y así, pensando en sus cosas, sintió que alguien venía por el camino. Kenshin.
-Qué luciérnaga tan bonita.- dijo Kenshin, saludándola. Sobresaltada, ella se volvió hacia él, sin poder evitar una sonrisa.
-Viniste.-murmuró.
Kenshin no dijo nada y situándose a su lado le buscó la mano. Kaoru se la dejó tomar y se apoyó en su cuerpo, con la respiración calmada y su sonrisa curvándose con dulzura.
Se quedaron así, un rato, callados. Tal vez no siempre eran necesarias las palabras, porque a veces, aún llenas de afecto y cuidado, en una pareja podían dañar. Porque a ella le había dolido saber en ese momento que no había significado lo suficiente para él como para detenerlo. Porque había descubierto que lo que tenían era como algo en pañales... si es que tenían. Él, por su parte, no podría decirle que los lamentos de ella lo habían seguido hasta Kyoto, como un dolor profundo enterrado en el pecho. No tenían por qué decir que el uno había causado tristeza en el otro, cuando no había sido esa la intención.
No era necesario decir esas cosas, ahora que estaban juntos. Que compartían una vida y un apellido y un futón y el cuarto de baño. Y las anécdotas del día al llegar la noche y las primera mirada al despuntar el alba. Compartían una vida linda que un día pudo separarse para siempre en ese punto.
-Pero no pasó. Por eso nunca dejaré de agradecer que me haya ido a buscar.- dijo él de pronto.-Me salvó.
Giró su cuerpo un poco hacia el de ella y la abrazó.
-Gracias por todo, Kaoru.
Cerrando los ojos sobre el hombro de su esposo, ella se dejó abrazar. Y cuando él la soltó, no supo qué responder a sus palabras. Quería seguir siendo abrazada, pero Kenshin tenía otros planes.
Amparados por la oscuridad y rodeados por las luciérnagas, Kaoru sintió sobre sus labios los de su esposo, correspondiéndole con el amor y la dulzura que siempre le prodigaba, mientras él le murmuraba lo importante que era para él y lo mucho que la amaba.
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Fin 14 de Mayo
14 de Mayo, 2016
Notas de autora:
Sólo decir que espero que les haya gustado y que esta semana actualizaré "Después de Perderte". Gracias por leer.
Blankaoru
