¡Buh!
Hola, aquí traigo otra cosita.
¡Nos leemos abajo!
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Coronas.
Las manos de Boomer eran jodidamente hábiles.
Con todo.
En serio.
Con Bubbles.
Con algo roto.
Con sus hermanos.
Con sus cuñadas.
Con la tristeza.
Con la alegría.
Pero…
Sobre todo…
Con las coronas.
¡Pero no cualquier corona! No-no.
Con las de flores.
Esas que llevan lirios, rosas, margaritas, tulipanes, lilas, jacintos…
Y mucho mucho mucho cariño.
Eran taaaaaan bonitas.
Y a Bubbles le encantaban.
En serio.
¡Tenía un montón!
Para una noche especial.
Para una celebración.
Para ir por la casa.
Para ir a la universidad.
Para ir de paseo.
Para acariciar.
Para darle besos a Boomer.
Encima de la nariz.
O de la frente.
Pero, le daba besos.
Eso era lo importante de las coronas.
Si estaban hechas con rosas.
Significaban ''Te quiero''.
Si eran de lirios.
''¿Me perdonas?''
Si eran de lilas.
''Me gustas, cariño''.
Si eran de tulipanes.
''Estoy aquí''.
Aunque en realidad daba lo mismo la flor que fuese.
Lo que en realidad importaba era el beso.
En la frente o la nariz.
Nada más.
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Lucero Gómez:
Sí, me han regalado una corona de flores.
¡Más bonita!
Es hermosa.
Y me encanta.
Con desbordante alegría:
Lucero Gómez.
