(Quiero avisar, que en este fic he utilizado personajes de la película Meet the robinsons o La familia del futuro. La historia y la película no me pertenecen, únicamente uso los personajes para complementar una historia) otro aviso, puede que este fic tenga contenido no apto para menores de 16 0 18 años (Al menos creo que estara un poco mas... pues no apta en cuanto avanzen los capitulos)


Memorias de una suicida

Las diferencias, típico tema del que todos hablan, típica causa de muertes, desacuerdos, homicidios, suicidios y guerras.

Todo el mundo pelea por que su opinión sea escuchada, y si un individuo está en desacuerdo con la sociedad, esta lo rechaza y hasta lo elimina.

Los conflictos no dejan de existir.

Despues de mi prologo creo correcto decir mi nombre, hola, soy Kuroi, tengo 19 años de edad.

Como lo podran notar, mi autoestima esta por los suelos, sin embargo, eso no me importa.

Kuroi, es una palabra japonesa cuyo significado es "obscuridad", un nombre que me queda como anillo al dedo.

Debería de serles sincera, estas crónicas son bastante exenticas, y como sé que mi muerte se acerca, (ya que yo misma asigne la fecha) quiero compartir mi vida, o, la poca vida que me queda.

Soy una mala influencia para toda persona de buen corazón que me rodea, termino contagiando a los demás con mis vacías ganas de vivir. Sin embargo, hubo alguien quien se resistió a mi depresiva personalidad. No es que quiera hacer que todo el mundo se suicidase, pero si alguien me acompaña, no me molestaría en lo absoluto.

Pero, ese muchacho, es la causa de que retrasara mi muerte 1 semana.

El me dijo: -"si en 1 semana no consigo convencerte de que la vida vale la pena, no te volveré a molestar"-

-"Trato hecho"- fue lo que le conteste

Lo conocí, accidentalmente...típico, era un día de clases... típico otra vez.

Me encontraba en la cafetería, no precisamente para comer, solo leía un libro... "Mil y una formas de suicidarte".

Libro que me costó poco menos de 10 dólares (olvide mencionar, me encontraba en estados unidos)

Ahorros de 1 día los cuales se fueron por el escusado, debido a que un idiota cabeza dura me tiro su bebida sobre el libro.

-"Lo siento muchacha!"- me dijo con aparente pena el chico de cabellos castaños.

-"¿No sabes que están prohibidas las bebidas alcohólicas en esta universidad?"- le dije mientras cerraba mi libro que estaba totalmente empapado.

-"jeje ¿de qué hablas?"- su nerviosismo aumentaba

-"Me refiero a esto"- saco de mi bolsillo unos cerillos. -"si mi libro se prende en llamas al instante es porque tu bebida tenia alcohol, si no, es porque me equivoque"- prendí el cerillo y el libro se encendió rápidamente, quemándome mi mano, yo miraba inexpresiva las llamas que se comían mi piel, mientras los demás miraban sorprendidos. Poco duro mi acto masoquista por que las flamas fueron extinguidas por agua, que me lanzo un muchacho de cabello negro, y ojos cafés obscuros.

-"¡Se puede saber qué rayos te pasa!"- me grito

-"Nada"- dije indiferente

-"nada, ¿es lo único que dirás?"-

-"Lo que haga o no, no es de tu incumbencia, individuo"- me retire

Oraciones como:

-"Esta tipa está loca"-

-"Maldita masoquista"-

-"Ah de ser bruja"-

-"Es una mala persona y no descansará hasta vernos muertos"-

Me rodeaban, aumentando mis ganas de morir, pero la fecha no la cambiaría por nada, ya que era un día especial.

En la salida de las clases, de esa aburrida universidad, estaba caminando hacia casa, con mi i-pod, lleno de música que me hacía sentir bien, como:

Last resort de papa roach, dejame gritar de kudai, monster de skillet o time of dying de three days grace.

El volumen lo traía hasta el máximo y apenas podía escuchar las canciones, creo que me está afectando, pero bueno, pronto moriré y no necesito escuchar las palabras de tontos como el de hace un rato.