Disclaimer: Como siempre nada es mío, todo de J. K. Rowling, Warner Bros y StephenieMeyer., cualquier escena que se repita en el libro no me pertenece, esta historia es escrita por puro entretenimiento, no tengo beneficios pero espero que la respeten solo es de mi imaginación que a veces se pone muy rara.
Resumen: Bella perdió a sus padres desde que fue un bebé, pero fue criada por la familia Cullen (que eran vampiros) un día cuando estaba a casi tres meses de cumplir los 11 recibió una carta, en la cual la informaban que era aceptada en el colegio de magia y hechicería de Hogwarts. Donde se encontrara con sus nuevos amigo Harry, Ron y Hermione.
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EL OTRO BEBÉ
La familia Cullen que vivían en las afueras de la ciudad de Londres, realizaban distintas actividades a lo largo del día. El Señor Carlisle Cullen o Doctor Cullen se iba muy temprano a su consultorio ya que era un gran medico de renombre, no faltaba ningún día a su trabajo y en algunas ocasiones se quedaba largos turnos en las noches las cuales no parecían afectarle ya que al día siguiente trabajaba sus turnos normales sin mostrar cansancio, todos en el pueblo podían su confianza en lo que se refería el plano profesional.
La Señora Cullen, "Esme" conocida por su carisma y desprendimiento, era restauradora, por lo que pasaba mayor parte de su tiempo en su casa donde tenía su taller, también le apasionaba lo que es la jardinería y tenia uno de los jardines mejores cuidados de la ciudad. Se quedaba en casa y esperaba tranquilamente a su esposo e hijos al terminar el día.
Si los esposos Cullen tenían 5 hijos Edward, Rosalie, Emmet, Alice y Jasper; todos de acogida. Según los rumores los señores Cullen no podían tener hijos propios y por eso adoptaron a Edward y Alice cuando estos tenían 7 años ya que eran mellizos, dos años después adoptaron a Emmet que tenia 10, unos meses después la hermana de la señora Cullen y su esposo murieron en un accidente por lo que la dejaron a cargo de sus hijos gemelos Rosalie y Jasper, claro estos solo eran rumores ya que la familia Cullen solo se había mudado hace dos años y no socializaban mucho.
Emmet el mayor de sus hijos era de carácter infantil y cariñoso aunque no lo demostrase. Edward era callado y con una gran afición a la música. Alice era como un pequeño torbellino de alegría a la cual le fascinaban las cosas. Rosalie era de carácter serio, vanidoso y egoísta pero en el fondo solo estaba resentida con su existencia. Jasper era el más solitario, pensador por naturaleza.
Todos los hijos de los señores Cullen con ojos casi dorados igual que ellos, eran educados, bien portados y estudiaban en el instituto de la ciudad, excelentes estudiantes que no se meten en ningún problema.
Claro toda la familia estaba envuelta en una luz de misterio, tanto los hijos como los padres eran un ejemplo en la comunidad, pero no socializaban mucho con los demás y guardaban las distancias; por lo que eran muy envidiados y la comidilla de los chismes de las señoras en sus casas. Pero su peculiar forma de ser se debía a que eran cuidadosos y no querían lastimar a nadie, mucho menos que se enteren su gran secreto, y es que ellos no eran seres humanos cualquiera ellos eran "vampiros", si vampiros. Pero no la clase normal de vampiros que matan o beben de personas sino eran "vampiros vegetarianos" como ellos se denominaban y solo bebían sangre de animales pero igualmente siempre eternos y congelados en las edades que tenían, ellos no querían ser asesinos solo querían vivir lo mas normalmente posible entre los humanos; por esta razón es que guardaban su secreto ya que de sus leyes la más importante era que ningún humano podía enterarse lo que eran en realidad.
Esta historia comienza un jueves, un día común en el que el Señor Cullen y la Señora Cullen comenzaron el día como cualquier otro y no se percataron del cielo cubierto de nubes grises que amenazaban con tormenta, ya que nada había en aquel nublado cielo que sugiriera los acontecimientos extraños y misteriosos que poco después tendrían lugar en toda la ciudad. El Señor Cullen se alistaba como cada mañana con la ropa que su hija Alice siempre les seleccionaba a todos, salió a las ocho y media, al hospital, acompañado de sus hijos que se dirigían al instituto, cogió su maletín, besó a la señora Cullen. Se metió en su coche y se alejo hacia la ciudad.
Ninguno vio la gran lechuza negra que pasaba volando por la ventana, a pesar de que sabían que era extraño que algún animal se les hacer acercara de forma voluntaria.
El señor Cullen a pesar que salió temprano tardo mucho en llegar a la clínica donde trabajaba, debido a la cantidad de gente en la ciudad una cantidad que no había visto en mucho tiempo. Decidió no pensar mucho en esa gente y concentrarse en el camino y en los pacientes que tenía que atender.
Pero ya casi en su trabajo ocurrió algo que apartó la medicina de su mente. Mientras esperaban en el inusual embotellamiento, no pudo dejar de advertir una gran cantidad de gente vestida de forma extraña. Individuos con capa. El señor Cullen era muy tolerante con toda la gente pero incluso al él le pareció extraño aquello, pero luego pensó ¡Ah, la moda de los jóvenes! Supuso que debía ser una moda nueva y sonrió cuando pensó en la cara que pondrían sus hijos cuando Alice tratase de ponerlos en la nueva moda. Tamborileó con los dedos sobre el volante y su mirada pasó en unos extraños que estaban cerca de él. Cuchicheaban entre sí, muy excitados. El señor Cullen frunció el ceño al darse cuenta de que dos de los desconocidos no eran jóvenes. Vamos, uno hasta parecía de la tercera edad. ¡Y vestía una capa roja bermellón! ¡Qué valor! Esperaba que Alice no le obligara a caminar así, que vergüenza le diera ir al trabajo. Pero entonces se le ocurrió que debía ser una tontería publicitaria; era evidente que aquella gente hacía una colecta para algo. Si, tenía que ser eso. El tráfico avanzó y, unos minutos más tarde, el señor Cullen llegó al aparcamiento de la clínica, pensando nuevamente en la medicina y sus pacientes.
El señor Cullen siempre se sentaba de espaldas a la ventana de su consultorio en el sexto piso y aunque escuchaba todo no daba mucha importancia a lo que pasaba afuera de ella. No vio las lechuzas que volaban en pleno día, aunque en las calle sí que las veían y las señalaban con la boca abierta, mientras las aves desfilaban una tras otra. La mayoría de aquellas personas no había visto una lechuza ni siquiera de noche. Sin embargo, el señor Cullen tuvo una mañana perfectamente normal, sin lechuzas. Atendió a tres personas. Tuvo una intervención de cinco horas y para parecer normal fue a la tienda que se encontraba de en frente para comprarse algo de comer.
Cuando regresaba a la clínica con la comida en una bolsa de papel, con la idea de dársela a su secretaria con la escusa de que ella tampoco había almorzado, alcanzó a oír unas pocas palabras de una conversación que venía desde muy cerca del aparcamiento del hospital.
-Los Potter, eso es, eso es lo que he oído….
-Más bajo que te pueden oír. Si, su hijo, Harry….
-Todos muertos….
-Es una lástima quedar huérfano de forma tan desafortunada….
-Pero esto aun no acaba…has oído sus seguidores aún lo buscan y no ponen límites a esto….
-Si están ocurriendo muertes y desapariciones…..pero después de esto volverá la calma….
-Eso espero, amigo….eso espero….
El señor Cullen se quedó petrificado. Como podía haber gente que sabía que ocurría y no hacer nada o no informar a todos. Se encamino para hablar con esas personas pero algo lo detuvo.
Se apresuro a cruzar la calle y echó a correr despacio hasta su oficina. Le dio la comida a su secretaria pidiéndole que no lo molestaran durante un momento, cogió el teléfono y, cuando casi había terminado de marcar los números del teléfono de su hijo, cambió de idea. Dejo el aparato y lo pensó un momento, no había porque alarmarse ya hablaría con toda su familia cuando llegase a casa y si era cierto ese rumor ya encontrarían la manera de ayudar o detener esos ataques.
Después de dos consultas mas y con la escusa de la intervención tan larga que había tenido se excuso para no agarrar guardia ese día ya que se entero que uno de sus pacientes murió. Tomo el camino más largo hacia su casa y se marcho.
Ya a las afueras de la ciudad lejos de la vista de los ojos humanos pero también lejos de su casa, detuvo el auto para caminar en la naturaleza y despejarse, fue entonces donde escucho un grito que venía de lo profundo del bosque, corrió con la velocidad vampírica y encontró una casita casi ya destruida.
Entro rápidamente y lo que encontró lo dejo petrificado dos personas encadenadas, se encontraban tiradas al parecer inconscientes porque escuchaba dos corazones aunque muy débiles para dos adultos, uno se movió y por su forma supo que era una mujer rápidamente fue a ayudarla, pero nada más tocarla y verla supo que había algo mal….estaba azul y su respiración era dificultosa, pero aún así trato de hablar….
-A…Ay…ayúdela…por…por favor…sálvela –dijo queriéndose arrastrar hacia la otra figura.
Fue entonces que se percato, ya más cerca, que el otro latido no venía de ese cuerpo sino de otro que se encontraba justo debajo del cuerpo inerte, dejando a la mujer de la manera que menos se hiciera daño corrió hacia el otro latido, cuando movió el cuerpo casi se quedo petrificado al verlo si no fuera por las pequeñas manitos que atraparon sus dedos, un bebé, que le miraba con unos hermosos ojos castaños, como si lo estuviera evaluando, no debía tener más de un año. Se fijo que tenía un profundo corte en la mejilla. Volvió con la niña hacia donde se encontraba la mujer, ella sonrió al verla y notar que se encontraba bien, luego le volvió a mirar e igual que su hija lo evaluó, antes de decir…
-Llévesela….por favor antes de que regresen, sálvela o la mataran…..-dijo mirándolo a los ojos.
-Señora cálmese llamare a la policía y al hospital ellos se harán cargo….-no pudo continuar porque lo interrumpió.
-¡NO! Ellos se la llevaran y la mataran no dejen que la encuentren, por favor….sé lo que es usted y sé que podrá defenderla….váyase, váyase ahora que ya regresaran, si lo encuentran aquí será el fin, no importa cuanta fuerza tenga ellos… -en ese momento vomito sangre –Llévese a Isabella y no deje que la encuentre…
-¿Quiénes son esas personas? Quizá le podremos ayudar….yo…
-Mi esposo ya murió, por favor no deje que mi hija muera, se lo ruego…. –luego se detuvo como si hubiera sentido algo -….ya vienen…vienen y no se irán sin lo que quieren hasta matarnos, no deje que mi hija sufra ese destino, márchese ya…
El vampiro que tenía unos oídos más agudos escucho afuera para ver si la mujer decía la verdad pero se sorprendió de no escuchar nada en un momento hasta que después escucho unas pisadas a menos de cien metros y se paralizo asustado. Por primera vez en más de quinientos años no supo qué hacer….
-Váyase, yo los entretendré unos momentos antes de que se den cuenta que la bebé no está y decidan seguirle el rastro, ahora ¡VAYASE!
Saltó por una ventana y corrió, corrió lo más rápido que le dieron las piernas, corrió hasta llegar a su auto, dejo a la bebé ahí y volvió por la mujer, pero cuando se encontraba ya cerca pero aún así no veía aún la casa escucho las voces dentro de la casa….
-…DONDE ¡ESTA! ¿DÓNDE ESTA LA BEBÉ? DIMELO….DIMELO –Decía una voz chillona y descontrolada
-…No te lo diré….jamás la encontraras….y….jamás encontraras tu objetivo –decía la voz susurrante de la mujer agonizante
-….Te crees muy lista ¿no? –Dijo una voz de hombre -….tu esposo decía lo mismo de ti al defenderte….la encontraremos y entonces la mataremos haciéndola sufrir mucho….
-No le pondrán un dedo encima, no son nada sin su señor, no…son mas…-le contestaba en susurros.
-NO TE ATREBAS A MENCIONAR A NUESTRO SEÑOR ¡ASQUEROSA SANGRE SUCIA! Cruicio….-dijo luego solo se escucho un grito ensordecedor
-Espera no la mates aún, la niña no nos sirve, la mujer es la única que sabe….
-Esta asquerosa sangre sucia no nos dirá nada, será mejor que intentemos con otra familia, que te parece la familia Longbottom, tienen un niño más grande y estoy seguro que sabrá gritar mejor…
-Si, después de todo esta muggle ya no puede decir mucho ¡Avada Kedavra!
El doctor Cullen se dio cuenta en qué momento murió esa mujer porque su corazón se detuvo inmediatamente, no lo pensó más y corrió hacia el auto, lo pensó y prefirió ir corriendo a su casa, después de todo estaba en las afueras de la ciudad, oculto el auto y se marchó sin mirar atrás. Con su celular llamó a su esposa para disponer todo en su casa…
-Esme, espérame en la puerta con unas mantas y el botiquín y que Jasper, Edward y Emmet salgan a cazar será necesario….después te explico –después solo se dedicó a correr.
Ya llegando a su casa vio cómo su esposa ya estaba esperándolo, y la vio abrir los ojos de sorpresa al ver lo que traía entre mis brazos, pero no pregunto nada pero que me comprendía y sabía que él no arriesgaría a su familia si no fuera por una poderosa razón.
Después de curar al bebé y bañarla para quitar cualquier rastro de sangre para no tentar a sus hijos (ahí descubrió algo inusual en el bebé pero decidió dejarlo pasar). La hizo dormir y bajo a explicarles lo sucedido a toda su familia ya que sus hijos había llegado hace poco.
Cuando les explico todo estaban en shock sorprendidos y el primero en hablar fue mi hijo Edward
-Carlisle estas, seguro que sus padres murieron…. –no tenía que responderle ya que él lo leía en su mente pero ya que tal vez todos querían escuchar respondió.
-Sí, cuando llegue su padre ya estaba muero y su madre murió poco después yo lo escuche.
-¿Cómo es posible? Torturaron a esta pobre familia –sollozaba la señora Cullen al igual que Alice.
-Son unos anímales-susurro Rosalie con los ojos cargados de rabia
-¿Tú piensas que la buscaran? –pregunto Jasper quien tenía una mirada peligrosa
-No lo sé –confesé –en ese momento decidieron ir a por otra familia, pero la mujer me parecía enferma de venganza, no lo sé, por el momento pensé a mandar a la policía por medio de una llamada anónima, tal vez después podemos hacer algún movimiento.
-Sí, ¿no sabes más que el nombre de la criatura?, tal vez el apellido así podremos encontrar algún familiar –le pregunto Edward mirándome y al verme vio mi respuesta –no estarás pensando en serio ¿sabes lo que esto nos haría? ¿Piensa en Jasper, Emmet o en mí no soportaríamos el olor?
-Ehhh, que no entiendo si solo hablan entre ustedes – nos interrumpió Emmet y como nadie quiso aclararle empezó de nuevo –solo digo que….
-Carlisle piensa quedarse con el bebé….- le explicó Rosalie rápidamente y Emmet soltó un "Hahn…."
-Sé que es una locura pero…Edward tú lo vez en mi cabeza oyes las palabras de esa mujer tal vez lo mejor sea…
-Sí, estará segura en una casa con siete vampiros –dijo sarcásticamente Edward
-No digo que estará segura pero, hijo la sensación que me transmitieron esas personas me causa un miedo tan terrible….
-Haremos lo que Carlisle dijo y veremos cómo se desarrollan las cosas, pero debemos prepararnos, llamaré a Banks y pediré unos papeles para la niña –dijo Jasper todos le miraron sin comprender, excepto Edward quien frunció el ceño y Alice que comenzó a saltar, tal vez por eso nos miró a nosotros para explicarnos –está claro que la niña corre peligro, será mejor que abandonemos el país.
-Jasper estás seguro –susurre lo último que quería era que el sufra por esta decisión –tal vez aparezcan unos parientes si la entregamos a las autoridades….
-Y quien nos garantiza que en realidad son su familia, niña tiene que abandonar el país con nosotros –después tal….
-Estoy con el no podemos solo dejarla sola –lo apoyo Rosalie. La señora Cullen también estaría de acuerdo el señor Cullen sabia cuanto anhelaban las dos, tener un hijo. Alice, por los saltos que daba estaba claro de qué lado estaba y Emmet siempre apoyaría cualquier decisión que su pareja tomara, solo quedaba Edward quien dijo:
-Bien hagan lo que quieran pero también recuerden a los Vulturi ellos no estarán de acuerdo con que conservemos a la humana – dijo con dureza
-Saldremos del continente, no tienen por qué enterarse –dijo una feliz Alice –lo veo, no te preocupes Carlisle, no estará en peligro con nosotros, la amaremos y nos amara, en especial…
-Eso jamás pasara –rugió Edward
-Basta –corte esa conversación que no entendía aún –lo primero es prepararnos será mejor que nos mudemos al norte de América ahí buscaremos una casa por el momento, Jasper has te cargo de los papeles firma a Esme como madre consíguelos como máximo hasta el sábado, querida viajaras solo tú con Alice, Rosalie y Emmet el resto nos quedaremos aquí para que no quede ningún cabo suelto.
Y así lo hicieron el jueves todos se encontraban ocupados la señora Cullen y Rosalie se hicieron cargo de la bebé y también notaron lo que en un momento Carlisle decidió ignorar en la espalda de la bebé estaba como un tatuaje de un laberinto pero que no lograron comprender ni como empezaba o como terminaba, la cuidaron y pronto tal vez demasiado se encariñaron con ella. No supieron nada de los padres y eso que informaron a la policía y se encargaron que los encontraran no hubo nada ni reportes ni identificación de cuerpos, no hicieron nada lo cual les confirmo su creencia de no decir nada de la bebé.
El viernes ya todo estaba listo la señora Cullen, Alice Rosalie y Emmet viajarían a las ocho de la noche debido a que llegarían a las seis de la tarde, el anochecer, a Nueva York. Esa mañana estaban tan distraídos que no se percataron del gato que los observaba desde una ventana en el salón. Los observaba detalladamente y no se perdía nada por más que ellos se movieran a una velocidad súper humana. Llegada la noche cuando ellos se dirigieron al aeropuerto tampoco notaron como el gato había cambiado su posición hasta detrás de un árbol, no fue hasta que se fueron que el gato se levantó y se dirigió al centro del bosque.
Momentos antes apareció un hombre en el lugar que el gato había estado observando, y lo hizo tan súbita y silenciosamente que se podría pensar que había surgido de la tierra. La cola del gato se agitó y sus ojos se entornaron.
Nunca se había visto un hombre así en medio del bosque. Era alto, delgado y muy anciano, a juzgar por su pelo y barba plateados, tan largos que podría sujetarlos con el cinturón. Llevaba una túnica larga, una capa de color púrpura que barría el suelo y botas con tacón alto y hebillas. Sus ojos azules eran claros, brillantes y centellaban detrás de unas gafas de cristales de media luna. Tenía una nariz muy larga y torcida, como si se la hubieran fracturado alguna vez. El nombre de aquel hombre era Albus Dumbledore.
Estaba muy ocupado, buscando algo, pero pareció darse cuenta de que lo observaban porque, de pronto, miro al gato que todavía lo contemplaba con fijeza desde la otra punta de la calle. Por alguna razón, ver al gato la pareció divertido. Rió entre dientes y murmuró:
-Buenas noches, profesora McGonagall. Quisiera preguntar ¿a qué se debe su repentino llamado?
Se acercó hacia el gato, pero este ya no estaba. En su lugar, le dirigía la sonrisa a una mujer de aspecto severo que llevaba gafas de montura cuadrada, que recordaban a las líneas que había alrededor de los ojos del gato. La mujer también llevaba una capa, de color esmeralda. Su cabello negro estaba recogido en un moño. Parecía claramente disgustada y preocupada.
-Albus, se van. Lo he visto con mis ojos. Se van, y se llevan a la niña con ellos –dijo rápidamente
-Lo sé Minerva, de hecho me parece lo más conveniente dadas las circunstancias….-dijo el profesor Dumbledore
-¿Qué circunstancia? Sus padres murieron, lo más correcto sería que se criara dentro de alguna familia mágica….
-Sí, lo seria, pero me temo que su situación no es tan sencilla como parece –la respondió el profesor, al ver que ella seguía con la mirada clavada en él, continuo -….aún no han encontrado a los responsables, supongo que son seguidores de Voldemort, pero aún no se sabe quiénes son, no podemos arriesgarnos a que la vuelvan a encontrar….ellos son la mejor opción para su protección.
-¿Cómo pueden serlo? Son un peligro ellos mismo –dijo en tono severo la profesora
-Usted y yo vimos los cuerpos de sus padres, vimos hasta qué punto los torturaron, solo para saber la ubicación de ese objeto, y le diré, si descubren que esa niña les puede guiar hacia este objeto no dudaran en tomarla…
-Pero ¿la orden podría….? ¿Tiene que irse tan lejos? Renne era una gran amiga, una gran bruja y sobre todo una gran persona; no merecía un final así –dijo sacando un pañuelo
-Vamos Minerva ya verá esto no es un adiós, solo un hasta luego. Porque no va y se relaja en una de las fiestas, podría jurar que pase unas cuantas de camino hacia acá.
-Si dos días y aún no terminan –se mostró indignada la profesora –no sé cómo pueden celebrar aún con las ultimas desapariciones y muertes –agrego con frialdad
-Vamos se lo dije el otro día, la gente en estos últimos años ha tenido tan poco….
-Sí, sí, sí pero no justifica el tremendo alboroto, sabias que los Diggory han armado tremenda fogata que los de la comisión de uso indebido de la magia tuvo que intervenir, para que los muggles no pudieran que sospechar nada…
-Creo que Arthur tendrá más problemas con fiestas por ahora –dijo sonriendo –es mejor podrían ser cosas más horribles…
-Sabe ¿Cómo se encuentra?…. –pregunto sin referirse a quien, suponiendo que el profesor lo dedujera -…es decir, se lo dije esa noche esa gente era de lo más distinta a nosotros.
-Está bien, y lo acogerán….mi mayor temor era que lo dieran a un orfanato….
-Tal vez hubiese sido lo mejor –dijo en un susurro la profesora McGonagall
-Veo que no tiene más quejas que la naturaleza sobre los Cullen, eso es bueno….
-La quieren, bueno demostraron más amor que la familia en la que dejo a Harry –dijo con tristeza
-Sí, pero ya verá que es mejor así, los dos se quedaron solos sin sus padres a tan temprana edad que es mejor que estén alejados de todo esto por un tiempo, vamos Minerva es hora de irnos. Ahora que todo acabo, tenemos que preparar el regreso de los estudiantes al colegio.
-Supe que lo reeligieron como director –agrego alegre la profesora
-Sí, así es y me gustaría que usted también regrese, sobre la niña quiero que usted personalmente se encargue de su bienestar, por algo Renne la nombro su madrina,
-Claro y no se preocupe le informare cont.…
-Es mejor que yo no tenga nada que ver con ella, como lo digo es mejor no guardar todos los secretos en una persona –dijo tocándose la cabeza.
-Sí, la cuidare, y la veremos nuevamente dentro de diez años –dijo dándose la vuelta
-Nos veremos pronto, profesora McGonagall –dijo despidiéndose mirando nuevamente al gato quien solo maulló antes de irse
El profesor Dumbledore solo miro el cielo estrellado de aquella noche antes de desparecer tan rápido como había aparecido.
N.A.: Tal como especifique en todas las historias que subí esta historia solo se continuara de acuerdo al número de votos y aprecio que la lean hasta aquí, por el tiempo actualizare la historia que llegue a los 30 mensajes. Bye
