Buenas tardes desde México¡

Aquí, Chica de Terry de nuevo. Después de casi tres años de no publicar he vuelto con una nueva historia, a petición de una amiga Cynthia Berruti. Esta historia esta hecha para participar en la Guerra Florida del Foro rosa 2016, es corta. Espero les agrade mucho, esta basada en las traducciones de la novela en italiano de Keiko Nagita CC: Final History.

QUIERO AGRADECER ENORMEMENTE A QUIENES AUN SABIENDO QUE ME RETIRE SIGUEN DEJANDOME MENSAJES EN MIS HISTORIAS, CREANME LOS LEO, Y DISFRUTO MUCHO DE SUS COMENTARIOS, ME HACEN SEGUIR ADELANTE EN MIS PROYECTOS PERSONALES FUERA DEL FANDOM.

marythabelle, mariaisabelreyes, AleGraum, y las anónimas, gracias por sus palabras en TRAPECISTA.

MERLIA, GISSA ALVAREZ, SERENA CANDY, ARISSA, CECY GRANDCHESTER, BETY P.P; LILI O.H; ,LECTORAS ANONIMAS, LA MIEDOSITA, MAR, TATIANA, gracias por tus mensajes a mis historias. ;)

y muy especial mención a ELIZABETH ORTEGA tu mensaje ha sido muy especial para mi, me has hecho sonreír, reír y sonrojarme al máximo. También me he sentido como toda una diablilla después de leerte. ¿Por qué me la agarro siempre con Albert? La respuesta es tan simple, odio que lo sobrevaloren, odio que no vean realmente a través de él, odio que lo envilezcan, porque eso me hace odiarlo a mi también. Odio que hagan de él, lo que no es. Y aunque si, a veces lo trato con desdén la verdad es que es un personaje al que respeto mucho y al que quiero. GRACIASSSSS Cariños para ti también, donde quiera que estés. ;)

A muchas no tengo forma de contactarlas pero quiero que sepan que les agradezco de verdad su tiempo y su pedacito de alma a mis historias.

Esta historia esta dedicada a mi amiga ALBA CANO COBO.

Gracias de nueva cuenta por aparecer de pronto, como la brisa tibia que anuncia la primavera. Gracias por la luz, por la dosis de inspiración. Un fuerte abrazo mi Alba¡

Otro agradecimiento especial a Cynthia Berruti, pues ella me ha traído de vuelta al mundo de la escritura de este fandom que amo, ella ha tomado mi fic DESTINO y lo convirtió en AUDIOFIC, lo mismo ha hecho con GENTLEMEN. Cyn gracias por tus atenciones, tu tiempo, tu cariño, tu esfuerzo y tu locura. Te deseo y auguro lo mejor. Saludos al grupo de las Terrylocas de "Mientras vivamos nos encontraremos/TerryANOHITO" de face. Hermoso y excepcional grupo¡

Así que ya saben DESTINO y GENTLEMEN lo encuentran en el canal de videos, como AUDIOFIC. ;)


GOZA DE MI LECTURA COMO YO GOCE ESCRIBIENDO.

CHICA DE TERRY.

CRECI, MADURE, SIGO SIENDO ORGULLOSAMENTE TERRYTANA¡

GENTLEMEN

By

Chica de Terry

GF 2016

Derivación.

Candy Candy: Final Story. Keiko Nagita.


Enero 28, 1913

-Tres contra uno no es legal. Aunque debo darle crédito a la parte en desventaja, les está partiendo su…

Los tres hombres de mala traza volvieron el rostro al escuchar aquella voz irónica que salía de entre las sombras del callejón. Dos de los sujetos con actitud amenazadora acorralaban al desafortunado y el último con un puñal en mano estaba a punto de atacar al joven que, maltrecho y aun en pie estaba preparándose para recibirlo con la guardia arriba.

-Y tú que putas…

Emergiendo de las sombras el hombre pudo ver el estado crítico del infortunado joven, demasiado joven para andar de paseo por los arrabales del puerto entre gente ruda, agresiva y la mayoría de las veces sin moral. Tenía el labio roto, un fino hilo de sangre se dibujaba por su barbilla pero a pesar de ese duro impacto su rostro estaba casi intacto. Eso quería decir que el chico sabía defenderse, muestra era el estado de los burdos hombres que seguramente intentaban asaltarlo. Estaban descolocados con las chaquetas mojadas y salpicadas de suciedad, prueba de que los mando a besar el pútrido empedrado más de una vez.

Los tres bellacos estaban cabreadísimos, azorados por la paliza que un jovencito les había propinado tanto así que lo habían herido con el filo del puñal. El chico además de su fina camisa desgarrada, el pantalón sucio, el cabello alborotado y mojado de sudor, tenía un profundo corte en la pantorrilla, la rasgadura de su blanco atuendo era ahora empapada por su sangre a profusión. "¿Quién demonios viste de blanco para venir al quinto infierno?" –Pensó con ironía el rubio- El chico jadeaba exhausto y cojeaba tratando de equilibrarse sobre su pierna sana. Quien sabe cuánto tiempo había resistido el embate de esos sujetos de poca monta y estaba en las últimas. En ese callejón obscuro, con tanto ruido dentro del purulento antro y las pocas personas ebrias que transitan a esa hora de la noche, quien en su etílico juicio se interesaría en auxiliarle.

"O el niño cara linda se siente todo un hombre o es el mayor imbécil de la historia al venir vestido de esa forma a los muelles. A esta hora. Y solo. Es lo mismo que ostentar un letrero enorme y luminoso sobre su cabeza anunciando: "Patéame el trasero. GRATIS". Crio del demonio" -El hombre de espigada estatura se quitó las gafas oscuras guardándolas precariamente en el bolsillo interior de su vieja cazadora mientras movía la cabeza negando –Aquí vamos de nuevo- pensó mientras jalaba aire para llenar sus pulmones.

El aire pestilente a orín rancio y vomito etílico le hizo endurecer el gesto. Ni siquiera había escuchado la sarta de maldiciones que el sujeto del puñal le había gritoneado, siguió avanzando sin detenerse, atento, sus ojos felinos no dejaban de escudriñar al joven que en total estado de alerta no quitaba la vista de sus agresores, mientras desesperadamente trataba de jalar aire.

Podría incluso tener herida internas… o algunas costillas rotas –Reflexiono el rubio alistándose para la pelea- ¿Estaré destinado a niñero? ¡Carajo! ¡Nunca voy a casarme! –Murmuro con tono ácido por lo bajo.

-¡No metas el culo en asuntos que no son tuyos! -Acuso el bobalicón del puñal escupiendo saliva, mientras hablaba como un perro rabioso. Al parecer era líder de la pequeña banda de pillos- No des un paso más o te cargara… ¡Largateee! -Exigió fuera de sí.

-¿Que…? Solo cuando son mayoría se sienten muy machos… ¡Ven aquí pedazo de imbécil! -El rubio con una sonrisa fingida en los labios lo invito a acercarse a él con un elegante gesto de su mano. Su intención era alejarlo del chico. No podría descartar que los otros también estuvieran armados, más parecían achichincles que solo siguen órdenes.

-Firmaste tu sentencia imbécil de mierd… -El flaco bobalicón se le fue encima, llevando el puñal por delante, intento picarlo directo en la zona abdominal pero el rubio ágilmente le dio pase como si tuviera a un toro de lidia en frente. Y otro pase, y otro más. Mientras se empeñaba en cansar al abusón no dejaba de mirar a los otros dos que estaban estáticos y desconcertados.

-¡Idiotas! Acaben con el trabajo, hijos de perra… -Bramo el líder a sus secuaces.

Antes de que estos se volvieran hacia el chico, uno de ellos fue mandado al suelo de un certero puñetazo en la barbilla. El rubio se quedó admirado de que el chico supiera pelear tan bien, aun en aquellas circunstancias. Entonces entro en acción. Poseído por una fuerza inusitada, comenzó a lanzar golpes al líder de los malandros. Se sintió febril y descargo toda aquella energía explosiva en el pobre infortunado que vuelto saco de boxear había dejado caer el puñal. Intentaba en vano conectar algún golpe o propiciar algún daño a su contrincante pero el vigoroso hombre rubio ni siquiera le permita acercarse a él lo suficiente como para rozarlo. Con sinuosa cadencia conecto varios ganchos y el uno, dos, al mentón del sujeto que solo se balanceaba al ritmo de los puños del intruso. Aturdido y sofocado quedo de rodillas en el suelo escupiendo su propia sangre y doliéndose de la barriga, entonces se escuchó un grito desgarrador.

Se giró de inmediato y alcanzo a mirar como el tercer sujeto le asestó una patada al joven en la pantorrilla herida haciendo que este se doblara de dolor y cayera a gatas sobre el suelo. En su rostro la contracción del ramalazo, apretaba los dientes, tenía los ojos cerrados, quizás estaba a punto de darse por vencido pues el segundo sujeto con la nariz rota y sangrante se le iba encima a patadas…

-Vamos, de prisa, sube al coche…

Aquello había sido un baile. Después de que el rubio dejara fuera de combate a los malvivientes, tomo al chico por el brazo y lo saco del callejón con dirección a la calle. Como pudo lo subió en la parte trasera de un lujoso caprichito rojo de convertible, tomo las llaves que el chico saco de su bolsillo y se montó al volante, encendió los faros y se alejó del lugar antes que algún gendarme u algún otro ladrón queriendo aprovechar la oportunidad pasaran por el lugar y siguieran la fiesta del puño indefinidamente.

-Lléveme al… San Pablo… -Alcanzo a articular el joven que respiraba con severidad.

-Estás herido, debes ir a que detengan la hemorragia –Respondió el rubio a voz alta sin quitar los ojos del camino.

-Yo me encargare de… eso. Por favor… al… San Pablo -El joven seguía recostado, tratando de normalizar su respiración.

-¿Hablas del colegio? ¿Del instituto privado? –Quiso asegurarse el hombre al volante. Aunque era claro por su vestimenta y su automóvil que era alguien con suficientes y sobrados recursos.

-S-i…

El buen samaritano enfilo el vehículo hacia aquella parte de la ciudad. ¿Qué demonios haría un chico de familia pudiente en esa parte realmente alejada de su realidad? Estaba preocupado por su estado pero tampoco podía obligarlo a recibir una atención que no deseaba. Era claro que se había escapado del instituto, en ese caso no podrían llegar por la reja principal y hacer una entrada triunfal como campeones. Así que tendría que improvisar.

En la oscuridad del camino de cuando en cuando echaba un vistazo a la parte trasera del vehículo cerciorándose que el chico no se hubiera desmayado. El viento aún era frio para los últimos días de febrero y el chico había perdido su abrigo en algún momento de la borrachera o de la pelea. Entre las ráfagas de viento en sus oídos lo escuchaba respirar y en ocasiones quejarse por el movimiento del auto. Acciono entonces la capota para evitar que el chico completamente envuelto en sudor enfermara con el aire frio nocturno. El hedor a whisky era más que evidente estando en el resguardo del auto, con la capota accionada. Estaba borracho esa era la realidad. Fue dejando atrás la ciudad e internándose en un bello lugar lleno de pequeñas colinas, en primavera todo aquello sería un bello espectáculo floreciente de narcisos, la flor típica de Gales. Claro que recordaba cómo eran aquellos parajes en su tiempo de estudiante. Fue una época mucho más feliz pero igual de solitaria que su infancia y su primera juventud llena de restricciones. Sonrió para sus adentros. También había escapado alguna que otra vez de la universidad burlando a su guardaespaldas. De pronto su pecho comenzó a moverse al ritmo de la risa que le provocaba el recuerdo de aquellas correrías. Estaba lleno de nostalgia por dentro al rememorar aquella temporada. Sintió empatía por el chico problemático. Era simplemente un joven rebelde con algún problema con la autoridad. No era un "busca pleitos". De tener amigos no se arriesgaría a tanto… "Solo eres catapultado al límite, cuando estas completamente solo" dijo para sí. Él conocía perfectamente esa sensación.

-Cuando vea el muro de piedra… antes, a la derecha… entre en el bosquecillo, hay un brecha… doble ahí… -El muchacho interrumpió sus pensamientos ahora lúgubres.

-Bien –Respondió en automático. Al poco tiempo se vio por el camino frente a ese escenario, busco la brecha y virando suavemente se introdujo en ella.

-No apague las luces. No hay luna… no queremos estamparnos contra un árbol…

-¿No habrá problema? -Pregunto el rubio.

-No –Respondió el joven, respirando con mas normalidad.

-Bien –El hombre condujo suavemente por entre la maleza, aunque el camino estaba bien definido. Desde la carretera no se veía ese pasaje, era bastante claro que el chico sabía bien por donde guiarlo. Esta no era la primera vez que recorría aquel lugar, ni la primera vez que se emborrachaba de esa manera importándole poco su propia seguridad. Conocía tan bien el camino que justo le dio indicaciones en el momento preciso sin ni siquiera mirar por la ventana. El chico estaba acostumbrado. Lógicamente había andado el mismo camino muchas veces.

-Deténgase, hay que parar.

El rubio se detuvo y apago el motor.

-Y ahora… la barda es alta. Imagino que no te representa ningún problema pero en las actuales circunstancias… no podrás llegar solo a los dormitorios.

-Más adelante el muro… es más bajo –El chico haciendo un esfuerzo se apeó de la parte trasera con la ayuda del hombre que le había salvado de salir gravemente herido o incluso de la muerte, comenzaron a caminar a un lado de la barda de piedra, el joven apoyándose en su salvador- No me diga que, sabe de dormitorios y escuelas privadas… -Indagó el joven, con una sonrisa torcida.

-Vamos, no eres el único que gusta de salir de noche… ya sabes, de vez en cuando. ¿Cómo te sientes? ¿Podrás dar el salto?

-Debo hacerlo. ¿Qué hora es?

-Casi las 12.

-La hora de las brujas.

-Qué cosas dices –El rubio rio con ganas.

-Créame, a esta hora brujas vestidas de negro deambulan por los alrededores… Hemos llegado.

-Sí, es más cómodo por esta parte -El rubio inspecciono el muro, varios bloques habían sido retirados de la cima haciendo esa sección más baja- Bien, preparado… ¡Arriba! –Después de verlo pasar el muro, el rubio recordó- Oye, ¿Y el automóvil?

-¡Maldición!

Se escuchó la queja detrás del muro y un sonoro costalazo, el rubio no dudo en brincar del otro lado. Obviamente al caer el chico se había lastimado de nuevo la pierna. Se le escuchaba quejarse adolorido.

-¿Estás bien?

-Silencio… ahí van las brujas.

Ambos hombres se quedaron agazapados sobre la hierba húmeda, el chico maldecia por lo bajo entre dientes, sudaba profusamente. Entre la negra espesura bajo los árboles vieron pasar a lo lejos amarillentas luces flotantes que cruzaban de un tramo a otro para luego desvanecerse en la oscuridad.

-Guardia nocturna.

-Sí. ¿Hacia dónde se dirigen, sur, o norte?

-Creo que al Norte -Respondió el rubio moviendo la cabeza de lado a lado como si estuviera confirmando el sentido del viento. El chico se incorporó, con trabajos se puso de pie doliéndose aún más de la pantorrilla. Tenía que confiar en el sentido de orientación de su compañero pues reconocía que sus propios sentidos estaban menguados y él extremadamente exhausto- Vamos, te llevare, pues a este paso la siguiente guardia te alcanzara. –Ayudándolo nuevamente caminaron bajo el cobijo de las sombras oscuras de los árboles hasta llegar a una gran ala hecha de bloques labrados en piedra sólida. Arriba y abajo dos hileras de ventanas interminables cerradas y en total oscuridad. Eran los dormitorios de los chicos afortunados con padres ausentes pero adinerados que podían darse el lujo de pagar esa lujosa guardería para sus importantes y caprichosos vástagos. Claro que, no en todos los casos funcionaba -¿Cuál? –Quiso saber el rubio.

-La última. Donde el balcón…

-La suite, ¿eh? Debí imaginarlo –Respondió irónico el rubio.

-¿Cómo lo sabe? -Contesto el chico haciendo una mueca de dolor, estaba a punto de zozobrar.

-Es bastante obvio. El del final siempre es el mejor sitio.

-Sí, el mejor sitio –Murmuro el chico.

-Al fin. Fue largo pero ya estamos aquí. Ve esa pierna, es prioritario. Límpiala bien. Quizás neces…

-Estaré bien –Lo corto el chico- No es para tanto –El joven se tocó la costilla derecha, doliéndose- Por cierto… lléveselo.

-¿Qué cosa?

-El auto. Estamos lejos de la ciudad… solo dígame a dónde puedo ir a buscarlo, luego.

-¿Estás seguro?

-¿Acaso usted estaba seguro de meterse a una pelea callejera?

- ¡Touche! Buen punto. Dame ese pie… ¡Arriba!

De un fuerte impulso el chico trepo por el balcón lo más silenciosamente posible.

-Estarás bien mientras cures esa herida –Insistió el rubio desde abajo- No te preocupes por tu juguete, búscame en el Blue River.

-¿El zoológico? – Susurro el chico, admirándose de tan extraño lugar mientras se sostenía de la barandilla para no perder el equilibrio.

-Sí. Pregunta por Albert.

Terry miro hacia abajo, el buen samaritano había desaparecido encubierto por las sombras de la oscura noche.

-Albert…