Disclaimer: Ninguno de los personajes mencionados no me pertenecen – snif!-, sino a la genial Ai Yazawa y me inspiré en la canción Cuantos Cuentos Cuento del la Oreja de Van Gogh.

Espero que disculpen las molestias, este fic fue reeditado.


Cuantos cuentos cuentas


Una mujer de largos cabellos negros observa desde el último piso de su apartamento el atardecer. Ha sido un día largo y bebe una lata de té verde como acostumbra a hacer desde que empezó su carrera.

Por la mañana hubo una sesión de fotografías, no fue muy larga, eran las sesiones de la colección primavera verano que quería al revista, tenían que estar listas cuanto antes, porque así lo había acordado con su agente. Después de la sesión dio unas entrevistas, una para la revista de siempre, pequeña conferencia de prensa a los medios, posteriormente comida con Arashi y Miwako.

Nada del otro mundo.

Se alejó de la ventana cuando se ocultó el sol, dejó el envase en el cubo de la basura, se sentó en el sillón blanco de la sala. Cuando menos lo imaginó se encontró ahogando un suspiro frente a la fotografía de aquel diseño de las mariposas.

Un año más.

Hoy se cumple un año más desde tu partida, ¿sabes?, las cosas han cambiado mucho por aquí. Seguiste tus sueños en la lejana Francia, yo me quedé a cumplir mi sueño de modelo en Japón. Sé que a estas alturas debes saberlo, me caso con Tokumori. Si, con aquel chico alto y serio que una vez viste a mi lado, seguro lo recuerdas, es el mismo por el que tuvimos aquel malentendido, aquella vez que no me saludaste y después reñimos.

Fue a pedir mi mano y mi madre brincó de alegría, a ella le aterraba la idea de que me fuera a casar con un rockero, con un actor o con un diseñador… Me pregunto de donde habrá sacado semejante idea.

¿Te conté que es un gran médico?, me quiere mucho, más de lo que jamás imaginé… y creo que con eso me basta. Debo de admitir que la desventaja de que sea médico es que no tiene un horario fijo… bueno, yo tampoco, a veces tengo llamados en la madrugada o por la noche… pero que se le va hacer, gajes del oficio.

Después de la ceremonia de compromiso decidimos empezar a vivir juntos. Y desde hace unas 7 semanas no dejamos de afinar los últimos detalles para que nuestra boda sea perfecta. Ya está el salón, la lista de invitados, el menú, las flores…todo excepto lo más importante: el vestido.

El vestido todavía no lo elijo.

No me gusta nada de lo que he visto o todo es demasiado moderno o demasiado clásico y nada termina por gustarme… quizá termine escogiendo uno al azar en Happy Berry, porque el tiempo se agota y la elección de las flores y las invitaciones dependerá del vestido.

En los últimos días he estado tan nerviosa que me puse a ordenar todo lo que tengo, revuelvo sus libros de medicina, repaso las cartas que me escribía desde que empezó la carrera y en cada ocasión me encuentro frente al sitio donde guardo la llave.

Si la misma.

En varias ocasiones mi novio me ha descubierto observando el sitio, sospecha algo, pero por más que busca y observa no ve nada en especial.

No se imagina que aun conserve el armario que me regalaste. No tiene idea de que soy dueña de la más hermosa colección de vestidos que salieron de tus manos. Los vestidos mas bellos, los mas codiciados… ¿sabes dónde guardo la llave para que no descubra nada?...

Adivina

Si, no te has equivocado, está… sigue tras la mariposa, símbolo de la chica en que me transformé después de conocerte. Espero que no te moleste, pero le cambié el marco, estaba un poco anticuado y quería que combinara con los muebles de mi nueva habitación.

La cerradura suena y se abre, entra Tokumori cansado, pero feliz, le brillan los ojos cada que me ve. Me levanto, corro hacia él y lo recibo con un largo beso. Y el murmura que no se puede explicar como es que lo espero a estas horas, si ya casi es la madrugada. No me había dado cuenta que el tiempo pasa volando.

¿Sabes que es lo peor?. Por un momento quise imaginar que el que estaba al otro lado de la puerta eras tú, que por una vez en la vida te atrevías a arriesgarlo todo y venías a suplicarme que no me casara, que escapáramos juntos… que huyéramos a París, a Nueva York… que se yo… Pero que tonterías digo, no son más que ilusiones vanas, solo mentiras. Es de madrugada, Tokumori duerme a mi lado y yo desperté hace mucho.

Hubo algo…fue como un llamado, algo que me hizo dejar atrás la habitación. Me pongo la bata, me acerco a la cocina, preparo un poco de café y observo que el periódico llegó. Paso con desinterés las páginas hasta que un artículo llama mi atención. Te mencionan como el genio tras el increíble vestuario de una puesta en Broadway, que no habían visto en años a un genio como tú, que hay alguien a quien le interesaría que colaboraras en sus películas de época.

Que envidia me das, quisiera estar cerca de ti, con todos los que formaban Paradise Kiss, seguro sabrán de tus logros. Te puedo apostar que dentro de un par de días, Miwako , Arashi nos reuniremos para celebrar en el bar que reconstruyeron en lo que ayer fue el Atelier…. Debes de estar feliz, como loco, celebrando con Isabella por su triunfo y por los que vienen. Espero que seas muy feliz.

Suena el timbre. Yo sigo en bata y escucho que mi prometido se ha metido a la ducha, cierro un poco mi bata, abro la puerta y me encuentro con un mensajero. Extrañada firmo y observo la dirección, acaricio con cuidado los timbres. Nada más cierro la puerta y desgarro con celeridad el papel Manila que cubre la caja que me dieron.

Blanca, papel de china y un hermoso vestido con detalles de mariposas se despliega ante mí… Me llevo las manos a la boca y lo guardo con cuidado. Hiroyuki no debe de verlo todavía, es de mala suerte. Una nota cae, no puedo evitar que un par de lágrimas se escapen.

Joiji Koizuki

George, George…

Así que no me has olvidado.


No olviden dejar Reviews!!