Bueno, esta es mi primer fic de Helsing, espero que sea de su agrado. He tratado de involucrar a todos los personjes de la serie y los de mi propia invensión, me ha costado mucho escribirla, pues me demora el hecho de investigar varios aspectos de la serie y los datos que escribo para armar esta historia.


Corporación Hellsing

Durante una fría noche de otoño, cerca de las 9:00 pm, se celebraba una feria típica a la mitad de un parque muy conocido de esa ciudad. Los niños se divertían subiendo y bajando de los juegos mecánicos, personas vendiendo cosas, comida y dulces; los padres hastiados del gasto inútil que sus hijos hacían, jóvenes parejas divirtiéndose. Cuando, sin aviso, se escuchó el sonido de una bala, que rompía el aire, entre la multitud.

- nos volvemos a ver, parásito -rompió apenas audible de una voz jovial de un personaje inminentemente aterrador y no por el hecho que portara dos armas.

- si… - susurró el agraviado que de sus mangas sacó unas cuchillas- el Vaticano me mandó para devolverte al infierno. Conde…

- ¡El infierno! Ja… me castigaría más el cielo. – sonrió, mirando a los ojos – Bien sacerdote Judas… ¿A quién le pedirás que salve tu sucia existencia?

Las personas del lugar huían con niños en brazos, que ante la situación el parque se despejó, casi por completo.

- "Oh Dios escucha cuando me quejo; me amenaza el enemigo, guarda mi vida. Escóndeme del complot de los malvados y de las maniobras criminales..."- repitió tan rápido que entre el silencio, apenas se entendía.

- jajajaja- soltó sin miedo - ¿Salmo 64? "Los calumniadores serán castigados"¿de qué te sirve eso sacerdote Judas?

- "Por qué de tu maldad te jactas tanto que te sientes fuerte que te sientes fuerte en tu injusticia y meditas en los crímenes todo el día?" – oró – Salmo 52 – dijo seguro retando al ser maligno que enfrente de él sonreía y miraba bajando la mirada dejando ver sus ojos peculiarmente rojos. – Dios algún día te perdonará, pero primero debes morir.

- Amen. – dijo el conde disparando dos balas una de cada arma correspondiente - ¡Seras! – Grito – No me decepciones… -susurró.

- el otro vampiro esta aquí, Dios te bendiga- rió.

- buaaag! – asqueó. – sus bendiciones me llevaron a lo que soy… Muchos me dicen "monstruo", pero no me entienden... soy un terrible monstruo, a nadie le gusta que de quiten su mérito. Jeje.

El sacerdote, corrió cerca de una fuente artificial que corría del piso al aire. "Escondiéndose" del vampiro, serás disparó la primera bala, que declaró la posición del sacerdote.

- Alexander Anderson – comenzó a silbar, resonando el agudo sonido por el parque. – ahí está.. – disparó, impactando dos balas mas en su cabeza. – faltan 2 más. – rió.

Corrió hacia la siguiente fuente casi del lado contrario del extenso parque.

- Ahí estás- y sin duda lanzó la cuchilla atravesando el estomago del individuo. Logró distinguir que el cuerpo caía.

Otra persona más se acercaba a tomar el cuerpo, logró distinguir a Seras, por lo que dio por hecho que su misión había terminado.

- ¿Estás bien? No cierres los ojos ¡mírame! No pierdas la mirada. – clamó Serás al cuerpo que estaba tirado en el suelo – My master… - susurró.

La brisa de la fuente golpeaba sutilmente las caras de ambos personajes, el ruido de la fuente hacían imposible que algún humano escuchara los gritos de socorro, así que los reservó sus gritos.

- Quédate aquí, cuando sepa lo que hizo, no sé que salmo recitará esta vez, jeje, moriría por ver la cara de este imbécil rogar por la vida de este humano.- se esfumó.

Anderson, trataba de mirar con más atención, lo que sucedía, ninguno se movía, pero tenia una muy mala impresión. Detrás de el la silueta del monstruo le sonrió, desapareciendo. "acércate para ver tu mayor obra, sacerdote traidor". Anderson sudó frió, que el conde le hablara no era buena señal. Así que caminó hasta Seras con cuchilla en mano, para clavarla en el corazón de la Nosferatu.

- oye, no te duermas, mírame. Amo… ¿Qué tanto vas a demorar? La humana se muere. – miró al humano.

- ¿humano?- pausó – viendo a la joven tirada en el piso sangrando por la boca y narices.

Sus ojos no daban crédito, había matado a un humano… miró dejando caer la cuchilla y decepcionado se colocó detrás de ella.

- "In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen." - dibujó una cruz con su dedo índice y continuó – "el señor es mi pastor y nada me falta…

Jajaja, haz matado a uno de los que defiendes¿qué se siente, sacerdote traidor¿ves su sangre? Esta muriendo… ¿Ahora qué harás¿Cómo le dirás a Erico Maxwell qué mataste a una humana? No te querrá dar la visita a la galería! Ja¿ves cómo tu dios no interviene en estos casos de desesperación¡eso mismo sentí yo!

- … en verdes pastos él me hace reposar – siguió sin dar oídos a lo que decía – A las aguas de descanso me conduce,… – La chica vomitó sangre.

Aguanta chica, alguien vendrá – dijo Seras.

Levántate Serás, déjalo con su muerto… jajaja.

-Amo – interrumpió Seras, pero Su amo le lanzó una mirada inquisitiva, y seras acomodó la cabeza de la chica en el piso.

- … y reconforta mi alma… - El sacerdote continúo.

Seras y el conde se alejaban, éste último con una amplia sonrisa. Solo se oían los susurros del sacerdote Anderson, en lo lejos un carro negro les esperaba.

- ¿Todo ha salido bien?- Dijo una voz femenina.

- No. Aún no he terminado, hay un humano, una chica… la quiero. – afirmó. – Está muriendo, El sacerdote de Iscariote la asesinó.

Alucard, no permitiré a otro vampiro más en la Organización Hellsing - gruñó.

Que bueno que aceptó mí propuesta sir Hellsing. – sonrió Alucard.

¡Te he dicho que no! – aseguró con ímpetu.

Gracias Sir. Vamos Seras el Sacerdote ya huyó, y es una noche maravillosa. – sonrió.

- Amo¿Para qué me necesita? Yo no la morderé. – aseguró Seras, no muy fiada de lo que alucard le decía.

- es realmente increíble. Tú esclava es más sensata que tú – Dijo Integra. Dio la vuelta y subió al auto – Seras…

- Seras… - Llamó Su amo, La vampiresa miró hacia ambos lados sin saber que hacer – Quédate con Sir..

Yes, my master. – se paró frente a la puerta.

Alucard avanzó hacia el parque y se dirigió a paso lento hacia el cuerpo del herido yaciendo en el suelo, se inclinó sobre ella, dejando su cara frente a la de ella.

- Abre los ojos – ordenó- aún no estas muerta. ¿Por qué cierras los ojos si no quieres morir? – se quitó los lentes, dejando al descubierto sus atigrados ojos rojos.

- por que me duele, imbécil – Susurró escupiendo sangre. - ¿Quién eres?

- Tienes valor… - me gusta, no te rindas. No seas una frágil muñeca de trapo destruible en cualquier momento. Mi ama me llama Alucard. – dijo sonriendo - se irguió.

- alucar…d . O Drácula… increíble, me estoy muriendo y un muerto me dice que no me rinda. – sonrió- ¿A qué vienes? No me haz dejado morir tranquila¿sientes envidia, Vampiro?

-¿envidia? Jeje… inteligencia, no me equivoco. Estoy muy seguro, desde que mordí a Mina Harker. El asunto es éste. Sé que no quieres morir esta hermosa noche, a sí qué te ofrezco venir conmigo y Seras. No te puedo obligar, es tú decisión… - sonrió- El sacerdote te bendijo, si mueres irás al cielo, pero yo sé que aún no es tu tiempo, y tu sangre corre como un riachuelo. Tic Tac, Tic Tac, el reloj camina rápido y tu vida esta corriendo lejos de ti. Decide.

- Ni con mil bendiciones iría al cielo… - Alucard sonrió, cínicamente – A sí que hazlo, moriré de cualquier forma.

- No, te equivocas. Volverás a nacer. – La abrazó de tal manera que su boca quedó cerca de su cuello - ¿Por qué no cierras los ojos?

- Quiero ver que harás… - dijo – esperando la mordida, que al suceder, apretó los ojos y las manos, haciendo una mueca de dolor.

- Haz perdido mucha sangre, descansa – La cargó entre sus brazos y salió del parque, Seras se levantó del piso. – Seras, entra al carro.

- Si, amo – Seras jamás había visto al conde sin el bordó. Iba a entrar al asiento del copiloto, pero sir Hellsing le dijo que se sentara junto a ella, Alucard iría adelante con su "juguetito".

Alucard abrió la puerta y se acomodó la chica sobre sus piernas. Sintió la cabeza de la chica nueva reposar en su pecho, lo que de alguna forma "invadió su espacio". ¿Extraño?