DESDE HACE BASTANTE TIEMPO LES DEBO UN MUY BUEN LEMON, SE LO HAN GANADO, ESPERO SEA DE SU AGRADO. REALMENTE NO TIENE COERENCIA, ES SIMPLEMENTE SEXO SIN SENTIDO APROBECHANDO LA NOVEDAD DE 50 SOMBRAS DE GREY, PERO BUENO, TODOS SABEMOS QUE GRELL YA ERA SADOMASOQUISTA DESDE QUE EL MUNDO EXISTE XD. OBVIO ESTO ES GRELLIAM~
LOS AMO MIS CORDERITOS DE LA PERDICIÓN.
GRACIAS POR LEER MIS PERVERCIONES.
…
El carmín entra cual tornado a la oficina de su jefe. Grell agita los brazos al aire mientras grita cosas inteligibles al oído humano; mientras, en el rostro de William sus labios se unen formando una línea recta y tensa.
Tumbado sobre el caro escritorio de fino roble yace el delgado cuerpo de aquel pelirrojo problemático y es que simplemente no se callaba, parecía que no existía nada en este mundo que lo hiciera cerrar su sucia boca, deliciosa pero aún así "sucia" boca.
William lo tenía sometido, el pecho caliente de Grell sobre la fría madera, con el trasero desnudo al aire, una mano forrada en cuero acaricia aquellos montículos de carne firme y suave. Pronto el "splap" de una nalgada bien dada sobre la pálida piel provoca que esta se torne rosada, unos cuantos golpes más y el rojo de su trasero rivaliza contra el carmesí de su cabello. Una lágrima se escapa de esos verdes ojos, el dolor y el placer, el amor y la lujuria. Quiere más, necesita más, sus entrañas se lo piden.
–Will~– se escapa la palabra tras un gemido ahogado en un grito de dolor.
–¡Callate! –ordena el moro mientras toma a Grell por los cabellos de la nuca dolorosamente alzando así el rostro de Grell que permanecía pegado al mueble.
Estaba cansado, frustrado de tanta desobediencia, de dar y no recibir nada a cambio. "Obediencia", ¿era mucho pedir un poco de obediencia? Después de todo "él" fue quien le enseñó todo esto, "el amo y el sumiso". Pero en ocasiones le resultaba tan difícil, casi imposible domesticar a ese "gato zalamero".
Grell era todo un reto en todos los aspectos. William quería tener el control de todo que ningún detalle se escapara de su poder, pero Grell no cooperaba ni un poco, la parca roja quería ser dominado pero no daría tregua. Una guerra sin cuartel.
–Ahora… vas a obedecerme ¿entendido? – William inspiró hondo junto al oído del pelirrojo; ese aroma era tan embriagador para él. Grell miró sobre su hombro y se limitó a asentir con esa afilada sonrisa sardónica tan característica de él.
Spears se quitó el guante de cuero y ahora con la mano libre comenzó a acariciar suavemente la piel lastimada, primero con los dedos y el dorso de su mano, lentamente, provocando que la piel se erice, después con la palma de la mano para después estrujar con fuerza ese precioso trasero. Grell permanecía inerte, de su paciencia dependía su seguridad, en verdad le gustaba el juego rudo, pero en ocasiones William podía excederse un poco. Todo era silencio hasta que el ruido de la cremallera de los pantalones de William anticipaba lo que se avecinaba, la tela obscura se desliza fuera de las piernas del ahora no tan estoico hombre.
El corazón de Grell latía rápido y fuerte, más de lo que podía recordar en toda su vida, la parca roja podía sentir sus piernas como gelatina, le temblaban ¿nervios, miedo?. William se inclino ante los glúteos de su amante para besarlo tiernamente dejando besos por la tersa piel tibia para después y sin previo aviso morder con fuerza la carne. El moro se daba placer a sí mismo, esto le tomaría tiempo y sería una tortura para Grell o al menos es lo que esperaba William.
Ahora liberado, el miembro endurecido de Spears se frotaba contra el trasero de Grell, primero en los glúteos y después jugando en la entrada rosada y estrecha de este.
–Will, por favor~– lloriqueó el pelirrojo mientras deslizaba su mano hasta su miembro suplicante de atención, al llegar hasta este pudo sentir el goteo de su cabeza, estaba adolorido.
–Quieto– ordenó Spears con serenidad mientras tomaba la mano de Grell para unirla con la otra en un fuerte agarre por encima de su melena roja.
William rozó con su dedo medio la entrada de Grell, presionando de vez en cuando, en cada toque el pelirrojo se contraía, era una sensación extraña, no era desagradable pero tampoco le gustaba, ¿cosquillas quizá? De pronto William penetró a Grell, lo más profundo que su dedo le permitió, entrando y saliendo lentamente, oh, qué bien se sentiría ese calor abrazador de las entrañas del carmín alrededor de su miembro, pronto otro dedo se unió para estirar a Grell, tres dedos y ya estaba listo, las falanges fueron retiradas dejando un vacio en el interior de Sutcliff, la muerte roja meneaba su trasero en busca de eso que se sentía tan endemoniadamente bien, no tuvo que esperar mucho pues en un brusco movimiento Grell quedó empalado por el hinchado falo de su amante.
–Tan estrecho– gimió William con dientes apretados mientras el cuerpo de Grell se adaptaba a su miembro invasivo, las contracciones temblorosas de aquel cuerpo le acercaban a lo que sería su liberación, pero William quería disfrutar de esto. Salió y entró nuevamente, en un vaivén cadencioso y tortuoso para ambos, pues los dos hombres querían esto más que nada en el mundo, ellos no harían el amor, no, nunca lo harían, ellos tenían sexo, vil sexo "duro" , nada de sentimientos ¿o sí?, ¿celos, posesividad?
Su respiración errática y acelerada, al compas de sus embestidas, un rugido gutural se escapa de la garganta de William y unos cuantos más de la de Grell, nada femenino para el autonombrado "dama".
La madera se encaja en sus caderas delgadas dejando marcas rojas a la altura de sus huesos salientes. William está siendo duro contra Grell, el escritorio se mueve de su lugar, algunos documentos caen al suelo, un portarretratos donde se muestra al equipo de trabajo cae estrellándose contra el piso de mármol boca abajo, no hay más testigos de lo que acontece en esta oficina.
William desliza sus manos por la espalda del jengibre, saboreando el contorno del delgado cuerpo convulso de placer bajo el, su mano traviesa llega hasta el miembro endurecido de Grell, con mano firme William le masturba, primero lentamente, pero el codicioso Grell le exige aumentar la velocidad, puede sentir como palpita en su mano, el presemen le humedece la mano. William le masturba con fuerza, Grell puede sentir ese dolor en su vientre, está cerca, es como si tiraran de sus entrañas, duele, necesita liberarse, su espalda tiembla, sus piernas son blandas cual jalea, no podría mantenerse en pie si se le dejara andar solo.
Su espalda ancha pero pequeña se arquea dando entrada a su tan deseada liberación, un quejido lastimero se escapa de los labios secos de Grell, ahora la mano de William esta bañada en la cremosa sustancia.
–Te corriste rápido– acusa William mientras acerca su mano hasta la boca de Grell.
–Chupa– ordena William y Grell le obedece, lentamente uno a uno hasta limpiar por completo la mano de su amante y jefe. William le observa extasiado, es tan vulgar y sensual a la vez.
–Pero como siempre… yo aún no he terminado– Murmura William al oído del pelirrojo plantando un beso casto en la sien de este, Grell se muestra avergonzado ante su pronta eyaculación, pero es que William siempre tiene ese efecto en él, lo hace sentir como una adolescente en celo.
–Puedo hacer que te corras otra vez… y más duro– las palabras de Spears son como el maná para Grell, sólo con él podía alcanzar el nirvana. Había tenido sexo con otros, pero ninguno como su Will, ni el mismísimo "Sebas-chan" se le podía comparar.
…
Ahora Grell le monta, lleva el ritmo, se mese, sube y baja. William le toma por la garganta, el deseo de estrangularlo es mucho; cuantas veces no lo había hecho antes y Grell siempre al borde de la asfixia pide más, su libido es insaciable. Pero deben controlarse, este no es el lugar apropiado para dar rienda suelta a su lujuria y deseo. Para distraer su mente de aquellos pensamientos homicidas, William mete tres dedos a la boca de Grell, el pelirrojo les lame compulsivamente para después morder uno y hacerlo sangrar, el dolor es excitante, William baja las manos por el plano pecho del carmín tomando entre sus dedos los pezones del pelirrojos torturándolos hasta que vuelven a ponerse erectos, baja las palmas de las manos hasta las costillas y lo impulsa a moverse más rápido.
Una, Dos, tres embestidas más y Grell se deja llevar por su orgasmo inminente, se contrae alrededor del falo de William, cada vez más apretado, deliciosamente doloroso, William sigue pero su cuerpo le pide liberarse, el hormigueo de su vientre y las punzadas en su miembro lo conducen a la perdición.
Culminan en un abrazo desesperado. Grell entierra su rostro en el hombre de la muerte obscura mientras trata de calmar los espasmos de su orgasmo, continua contrayéndose alrededor del pene de Spears quien respira agitado mientras acaricia el cabello de Grell, sus largos y siempre perfectos risos rojos ahora están enmarañados y desprolijos. Grell alza la cara y mira detenidamente aquellos ojos fríos que le dicen no significar nada para ese corazón muerto, pero en el fondo sabe que significa "todo" para William. Las manos de uñas fojas limpian la frente sudorosa de William. En las facciones del moro se dibuja una mueca que se acerca a lo que podría llamarse una sonrisa discreta.
Para desgracia de ambos, deben separarse, Grell es obligado a ponerse de pie, el semen aún tibio de William escurre por sus delgadas piernas, Spears le observa agacha los ojos y niega con la cabeza.
–Siempre eres un lio– acusa la muerte mayor que se pone de pie y va tras su pelirrojo con pañuelo en mano para limpiar aquellas mejillas lechosas, Grell se sonroja intensamente y se abraza a su amante.
No hay besos, ni uno solo.
…
La cesión disciplinaria ha terminado, todo debe volver a la normalidad, la triste y rutinaria normalidad.
Grell es lanzado bruscamente de la oficina de William T. Spears y tras él se azota la puerta de madera obscura de un solo golpe. Pero en ambos corazones una enorme punzada de felicidad los embarga. Este es y sería su agridulce secreto de amor.
Si, un poco triste al final, pero todos sabemos que se aman y mucho. William ama más a Grell de lo que podemos imaginarnos, pero seamos pacientes, él sólo no quiere salir lastimado de nuevo y mucho menos quiere matar a Grell por infiel como en el pasado.
