Los personajes pertenecen a la fabulosa Stephanie Meyer, solo la historia pertenece a mi loca cabeza.
*A WHITE DEMON LOVE SONG*
Era un monstruo.
Lo sabía y lo aceptaba.
No era algo de lo que me enorgulleciera ni mucho menos, pero simplemente no podía ocultar mi naturaleza, ya hace más de cien años que estoy atrapado en este cuerpo y lamentablemente por más que desee ser uno de su clase, siempre seré un Vampiro.
Mire a Bella respirar suavemente; movió un poco sus labios y yo no me preocupe, en estos dos años que entraba cada noche a su habitación, ya sabía que no pasaba más de una hora de dormida en que ella comenzara a hablar en sueños, era el momento que mas ansiaba cada noche, porque aunque sus oraciones fueran incoherentes; por un momento yo llegaba a imaginar que era a mí a quien le hablaba, algo que jamás pasaría si me conociera personalmente.
La primera vez que entre a su habitación fue cuando ella cumplió los quince años, de eso ya dos años habían pasado, puede que entre la sociedad actual me considerasen un enfermo mental por vigilar a una niña de diecisiete años; pero de la época en la que yo venía y a la que yo estaba acostumbrado, la edad no sería ningún problema, el acoso y las visitas nocturnas; bueno, eso por otra parte daría de que hablar en mi época y en la actual.
- El refri… el refrigerador esta andando… - sonreí ante sus palabras; como desearía poder leer su mente, y poder meterme en sus sueños, en sus secretos. Carlisle y Alice aun no comprendían el porqué mi don no la afectaba a ella; yo me había dejado de hacer esa pregunta hace un par de años, llegando a la conclusión de que el universo me odiaba y era por eso, que la mente que mas ansiaba poder ver, fuera la única que se me negara.
- Te saldrán… púas en los pies… - suspire mientras me imaginaba el escenario de su sueño, probablemente sería en su antigua casa en Phoenix, ella muchas veces hablaba de su madre y por lo que decía, me imaginaba que la extrañaba bastante; supongo que en este momento también estaría soñando con ella.
¿Alguna vez estaré yo en sus sueños?, claro que no; ella no me conoce, ella no sabe que existo, ella ni siquiera sé imagina el gran amor que le tengo, y nunca lo sabrá.
Recordé la primera vez que la vi, había salido a cazar y la encontré tirada a la mitad del bosque; pensé que gritaría al momento en que me vio, pero ella solo balbuceo algo de "regresar a casa", sus ojos chocolates me enamoraron al instante, a pesar del frió nocturno se encontraba sonrojada, cuando me acerque a ella me di cuenta que era, por su temperatura corporal, ella ardía en fiebre; posiblemente por eso ni siquiera se asusto o intento pelear cuando la levante en brazos y la acercaba a su casa. Me miro todo el camino, yo tampoco podía dejar de verla; ella era hipnótica, dejo de hablar pero solo sonreía, recargando su cara sobre mi pecho. Recuerdo como mis brazos se encontraban agarrotados y mis aletas nasales dilatadas; era su olor, ella tenía la sangre más exquisita que yo jamás hubiera imaginado probar; sentía la ponzoña invadiendo mi boca, quería tanto morderla y marcarla como mía, pero el miedo a lastimarla fue peor aun que mis ansias por su sangre. Si yo la mordía en ese instante la mataría, después de todo jamás paramos en cuanto probamos la sangre; y esos hermosos ojos color chocolate se irían para siempre. No podía permitir eso.
Inclusive con el paso de los años, su olor aun era embriagante, ya no me consumía tanto como el primer día, pero ahora; olerla era tan exquisito, que con solo una bocanada de aire me sentía excitado y con pensamientos demasiado irracionales. Su cuerpo había cambiado con el paso de los años, y ese cuerpo sin formas ni volumen de años atrás, había sido reemplazado por un cuerpo esbelto y voluminoso en las partes necesarias. Amaba los días en que como hoy, se decidía por usar esa pijama corta y me permitía admirar sus suaves y delicadas piernas; su cabello continuaba igual de largo que cuando la conocí, aunque ahora las ondas eran más marcadas, me acerque lentamente y lo aspire, mmm fresias ese era el olor de su nuevo champú y olía muy bien, combinaba a la perfección con su olor natural.
- Cosquillas y costillas Charlie… no otra vez… - rió levemente y yo rodee su cama rápidamente para no perderme su hermosa sonrisa.
Sonreí involuntariamente porque recordaba ese día, por fin un sueño que no tenía que imaginármelo porque estuve ahí; ese día corrí con suerte debido a que la neblina del pueblo me permitió salir de mi escondite a espiarlos; Charlie la había llevado a un restaurante en Port Angeles para celebrar su cumpleaños, y aunque se veía que para Bella ese no fue precisamente su regalo favorito, ella no paro de sonreír en toda la tarde; parecía que el solo hecho de hacer feliz a su padre era más que suficiente para hacerla feliz a ella. Aunque al llegar a casa ella se hubiera encontrado con un ramo de Jazmines sobre su almohada, el más hermoso ramo que pude encontrar y aunque ella hubiera supuesto que era regalo de su padre, verla entre sus manos con mi regalo fue lo mejor que me pudo haber pasado.
Ese día entre por primera vez a ese restaurante y aunque no pedí nada más que un simple refresco pude observar de cerca a mi hermosa Bella; su cabello suelto sobre los hombros, ese cabello que me llamaba a pasar mis dedos entre sus hebras, esos ojos que irradiaban vida y alegría, su tierna nariz que se arrugaba cada vez que Charlie le llenaba otro plato de costillas; su dulce boca que no paraba de hablar con su padre de todas las cosas cotidianas que la rodeaban, hubo una ocasión en la que un poco de su salsa se le escurrió entre sus labios y aun puedo recordar el deseo inmenso que tuve de limpiar ese camino liquido con mis labios.
Ese momento es sin duda uno de los mejores de mi vida, verla tan cerca sin que tuviera sus ojos cerrados. Cuando Charlie comenzó a hacerle cosquillas por haberse burlado de él, mientras comía sus grasosas costillas; sentí tanto celos hacía su padre y hacía todos los demás en que podían tocarla sin peligro y sin que ella se alejara.
- Ojos… dorados – esas palabras me trajeron a la realidad nuevamente, desde un tiempo para acá, cada noche mencionaba unos ojos dorados, y después no decía nada más.
No quería ser optimista y pensar que ella hablaba de mis ojos, porque aun cuando la idea de estar dentro de alguno de sus sueños, fuera en si un sueño mío; ella no me había visto jamás, jamás habíamos cruzado palabra, y jamás lo haríamos. Jamás podría hablarle, abrazarla, besarle, jamás podría llegar ella a sentir algo por mí.
No podía dejar de observarla y de maldecir mi condición; casi había amanecido y tendría que salir nuevamente. Ella frunció su seño en un claro signo de molestia, no sabría jamás quien en su sueño se atrevía a molestarla; sin pensarlo mi mano se acerco a sus cejas y deslice lentamente mi dedo sobre ellas, ella movió rápidamente su cabeza alejándose del contacto frió de mi mano; me quede estático y en cuanto me di cuenta de lo que había hecho y de que ella comenzaba abrir sus ojos salí lo más rápido que pude de la habitación sin mirar atrás.
Iba corriendo por los bosques maldiciéndome el haber cometido semejante estupidez, jamás la había tocado, a excepción de cuando la conocí, pero inclusive esa vez fue la preocupación lo que me llevo a cargarla y llevarla hacia su casa, y no le había tocado su piel, la cazadora que llevaba era lo único con lo que había tenido contacto; jamás me había permitido tener mayor contacto con ella que el solo observarla; mis dedos aun picaban por haberla tocado, si mi corazón estuviera vivo, estaría trabajando tan rápidamente que bien podría darme un ataque cardíaco. Aun no entendía que era lo que me había llevado a querer tocarla; no podía permitirme volver a cometer ese error, no si lo que quería era que ella despertara. Aun con la excitación recorriendo mi cuerpo, mi corazón muerto sufrió otra rasgadura; ella se había alejado de mi toque, yo la había tocado y ella se alejo. Era obvio que la temperatura helada de mi mano era más que suficiente para querer alejarse, no sé cómo pude llegar a imaginar que mi toque le haría saber cuan enamorado estoy de ella; y que eso sería suficiente para que ella se enamorara de mí. Era un idiota.
Pero era tanta mi desesperación, cada día que pasaba ella se alejaba un poco mas de mí, era consciente de que en unos meses ella se iría a la universidad; ella de hecho ya estaba solicitando ingreso a universidades del otro lado del país, y cuando ella se fuera a vivir a uno de esos campus se me haría casi imposible volver a verla. Y si acaso yo llegaba a ser el más afortunado de los malditos, ella se iría de nuevo a casa con su madre; podría continuar viéndola cada noche, colándome en su habitación cada noche hasta que un día alguien entrara a su corazón y a su vida.
Cada vez que ese pensamiento entraba a mi cabeza me hacía temblar de rabia e impotencia; yo no era nada en su vida, jamás sería nada. Ella podría irse de aquí sin importarle dejarme atrás, mientras que yo ya no podía ver a mi futuro sin ella dentro.
Cuando llegue a nuestra casa ubicada muy por afuera de los límites de la ciudad; volví a respirar tranquilo, mi familia no se merecía los constantes cambios de humor que tenía. Habían decidido apoyarme con todo esto, pero aun así su constante flujo de pensamientos solo me sumergían más en la desesperación, Carlisle y Esme con su apoyo infinito y viniendo cada par de meses a visitarme y darme un poco mas de animó, ellos no se quedaban muchos días; apenas hace un par de décadas que ellos habían estado viviendo unos años aquí, así que no era muy conveniente que nadie viera como no envejecían. Alice y Jasper me visitaban más seguido y aunque Alice insistiera en que debía de presentarme a Bella y actuar como cualquier humano, yo no podía; ella me trastornaba de tal manera que no creía poder estar con ella sin querer convertirla en el monstruo que soy. A Rosalie y Emmett eran a los que menos veía, Rosalie aun no entendía mi fascinación por "una simple mortal" y aunque extrañara a Emmett sabía que al igual que yo, el jamás podría estar lejos de su amada.
Cuando me iba acercando a casa, me di cuenta que no había nadie dentro de ella. Lo más probable era que Carlisle y Esme que eran los que estaban esos días ahí, hubieran ido a cazar. Las imágenes aun no dejaban de pasar por mi cabeza, y la tristeza aun estaba presente en mi corazón. Me dirigí inmediatamente al piano que se ubicaba en el centro de la sala; levante la tapa y mis dedos comenzaron a moverse sobre las teclas sin ningún orden en especial, parecía que mi talento musical también se hubiera alejado de mí.
Estuve casi toda la mañana detrás del piano, tocando solo las melodías más tristes que podía recordar; yo era un intruso en la vida de Bella, alguien que no merecía ni siquiera la más pequeña de las conversaciones. No sabía cómo salir de ese pozo que cada día se volvía más profundo.
Después de unas horas de haberme torturado a mí mismo, subí a mi habitación a tomar un baño para después salir con mi i-pod en mano a uno de los dos lugares que podría relajarme en ese momento; cuando llegue a mi prado oculto entre las montañas; me recosté sobre la fría y mojada hierba y colocándome los auriculares en los oídos, continué con mi tormento personal.
Cada día venía aquí y comenzaba a imaginar una vida al lado de Bella, una vida donde yo la conociera en la escuela, donde comenzáramos por ser amigos para después enamorarnos, pasar por un típico amor de adolescencia, tal vez asistir a ese dichoso baile de graduación, continuar juntos en la universidad, buscar un trabajo, casarnos y tener tantos hijos como ella deseara.
Sonreí tristemente, pensar todas esas cosas solo era confirmar que no conocía a Bella absolutamente nada; en primera por que se que ella no tiene muchos amigos, no baila, y aunque me conociera no podríamos tener hijos jamás. Yo estaba congelado en una etapa de mi vida y ella cada día crecía mas, inclusive ahora ella ya superaba mi edad, por meses pero la superaba. Ella un día se convertiría en la más hermosa de las mamás y yo solo sería un loco y trastornado observador. Sabía que jamás me iba a poder alejar de ella, lo sabía tan bien como sabía que saldría la luna hoy; desde el momento en que la vi yo había decidido mi destino, y mi destino era estar a su lado dentro de las sombras.
Cerré mis ojos mientras la música no dejaba de pasar por mis oídos, y desee poder llorar cuando comencé a escuchar una canción que ironía o no, me venía como anillo al dedo.
White demon love song down the hall
White demon shadow on the road
Back up your mind, there is a call
He isn't coming after all
"Demonio blanco", no me venía mal ese sobrenombre; yo era un demonio de eso no cabía duda, y aunque sabía que no le podía rogar por ingresar a su vida, deseaba tanto que ella me dejara ser quien le cantara cada noche.
Las notas continuaron pasando hasta que finalmente la canción paro. Abrí los ojos y me tope con el color vainilla del cielo, anunciando el final de un nuevo día; aunque al entrar nuevamente a esa habitación el sol volvería a salir para mí.
Me levante y corrí nuevamente hacía su habitación; hacía ese lugar que se había convertido en mi hogar. La oscuridad reinaba dentro de su casa, camine lentamente hacía su patio trasero y estoy seguro que la luna le daba a mi silueta un aspecto fantasmal. Trepe por las paredes hasta alcanzar su piso, y cuando estaba por subir el cristal de su ventana para poder ingresar cual fue mi sorpresa al ver que se encontraba cerrado; ella me había negado la entrada, inconscientemente pero lo había hecho; jamás en los dos años que había venido a visitarla ella jamás había cerrado su ventana, inclusive a veces la dejaba totalmente abierta, pero hoy ella le había puesto seguro.
Levante la vista hacia su cama, ahí yacía ella; tan inmóvil solo su respiración me aseguraba que ella se encontraba viva. No entendía porque le había puesto seguro, tan pronto como lo pensé la respuesta llego a mí; hoy por la mañana después de cometer la estupidez de tocarla salí casi volando de su habitación, sin volver a cerrar su ventana; era obvio que ella al levantarse se había asustado de encontrar la ventana completamente abierta.
Permanecí de pie sobre el alfeizar de su ventana, la luna que se colaba por la ventana le daba a la habitación la luminosidad necesaria para poder ver su rostro. Sus ojos cerrados y su mente alejada de este mundo, ignorando cuanto estaba haciendo sufrir a mi corazón en este momento; me maldije una vez más por haber sido tan solo un estúpido que se imaginaba historias románticas y totalmente imposibles. Ella no me necesitaba en su vida, ella no me quería en su vida; yo sabía que no había sido la mejor de las personas cuando vivía y mucho menos cuando me convertí en vampiro, pero el dolor que estaba sintiendo en este momento bien podía compararse con pagar cada uno de mis pecados anteriores.
La canción que escuchaba unas horas atrás en el prado, comenzó a invadir nuevamente mi mente; y sin pensar en las consecuencias comencé a cantarla en unos suaves susurros.
White demon love song down the hall
White demon shadow on the road
Back up your mind, there is a call
He isn't coming after all
Love this time
She likes the way he sings
White demon love song's in her dreams
Bella se movió frunciendo su seño levemente, yo me quede estático; era imposible que me hubiera escuchado, pero no quería que despertara y me viera colgado de su habitación, nuevamente movió su cabeza rápidamente y reconocí el gesto así que baje de un salto de su ventana para ocultarme detrás del árbol que se encontraba en el patio; pasaron unos segundos para que ella abriera su ventana asomando su cabeza hacía fuera; parecía que buscaba algo entre las sombras, se detuvo un segundo más del necesario viendo hacía mi dirección y aunque el árbol me daba la suficiente sombra para no ser visto deje de respirar, como si con eso ella no pudiera darse cuenta de mi presencia. Su rostro continúo moviéndose hacia arriba, observando la blanca y gigantesca luna que se encontraba en el cielo; verla en ese momento bañada por la luz de la luna fue la imagen más hermosa que pude haber visto jamás y una que quedaría dentro de mi memoria para siempre; escuche un suspiro resignado y vi como se daba media vuelta para ingresar a su habitación dejando la ventana completamente abierta.
¿Qué significaba eso?, ¿ella la dejaba abierta para mí?; no pude seguir pensando en aquello por que una melodía muy conocida comenzó a salir desde su habitación.
White demon, where's your selfish kiss?
White demon sorrow will arrange
Let's not forget about the fear
Black invitation to this place that cannot change
While strangely holy, come for a rain
Era la misma canción que yo había comenzado a cantar segundos antes; trepe el árbol donde me ocultaba para poder ver su habitación; ella se encontraba nuevamente acostada sobre su cama, sus ojos abiertos mirando al techo mientras tarareaba la canción, conforme fue pasando la canción sus ojos se fueron cerrando hasta que poco a poco, hasta que la canción paro y su respiración fue volviéndose lenta nuevamente.
Mi mente estaba totalmente en blanco y un mar de sentimientos cruzaban mi cuerpo, no sabía que pensar, una parte de mi y debo decir que era la mayor parte tenía la esperanza de que ella me extrañara, de que ella inconscientemente se hubiera dado cuenta de mi presencia en su habitación cada una de las anteriores noches y que esta noche, esta primer noche en que yo no estaba junto a ella, ella me hubiera extrañado y por eso había despertado para poder invitarme nuevamente a su habitación.
Corrí hacía su ventana, ignorando a esa pequeña parte de mí que me decía que tal cosa no era verdad y que dejara de hacerme ilusiones. Ella había puesto en su reproductor esa canción que yo le había estado cantando; ella de alguna manera había escuchado la canción, al momento en que llegue a su ventana me detuve un momento para verla y para agradecerle en silencio el haberme abierto la ventana a su mundo, a ese mundo que yo tanto ansiaba y que tanto amaba.
Permanecí de pie junto a su cama, mirando a mi hermoso ángel dormir, un hermoso ángel que había enamorado a un demonio. Una sonrisa se extendió por mi rostro, quien hubiera creído que The Killers me acercaría un paso más a ella. Comencé a cantar suavemente otra vez.
White demon, widen your heart's scope
White demon, who let your friends go?
White demon, widen your heart's scope
White demon, who let your friends go?
Ella no despertó, pero una sonrisa se extendió por sus labios, desee tanto poder acercarme a ellos y colocar los míos sobre los suyos. La amaba, yo la amaba con cada partícula de mí ser, nunca podría dejar de amarla, ella me había cambiado de una manera que ni yo mismo podía saber y aunque me asustaba; no creía poder alejarme de ella jamás, no me importaba en este momento cuánto dolor le trajera eso a mi mente y a mi corazón. Mi lugar estaba junto a ella.
Let us be in love
Let's do old and grey
I won't make you cry
I will never stray
I will do my part
Comenzó a mover sus labios y yo me prepare para respirar nuevamente cuando su hermosa voz saliera de sus labios.
- Ojos… dorados… - decía nuevamente, y aunque quisiera no ilusionarme cada vez que pronunciaba esas palabras mi mente rápidamente pensaba que era mis ojos a los que ella se estaba refiriendo.
Sonreí y sentí como el hoyo negro que se encontraba en mi pecho unas horas atrás se fuera cerrando poco a poco; deseaba tanto que en realidad ella estuviera soñando conmigo.
- Demonio blanco… canta… canta demonio blanco… - susurro ella
No podía creer todas las cosas que me había hecho sentir Bella esta noche, toda la tristeza y toda la alegría en una misma noche. Deseaba tanto formar parte de su mundo, deseaba tanto poder cantarle mientras sus ojos me observaran, deseaba tanto poder recostarme junto a ella, deseaba tanto que ella se enamorara de mí.
En ese momento me di cuenta que ya no podía estar seguro de no querer que ella me conociera, tal vez, y solo tal vez si ella me llegara a conocer nuestro futuro podría cambiar, tal vez podría existir la posibilidad de que haya un futuro entre nosotros.
Ese pensamiento abrió un infinito de posibilidades llevándome a lugares que jamás imagine, debía de analizar muy bien todo y ser muy cuidadoso; si es que estaba decidiendo tratar de poder entrar a su mundo. Debía de hablar con mi familia, debía de hacer muchas cosas; ella quería a su demonio blanco, ella quería que su demonio blanco cantara, así que eso fue lo que hice. Esa noche y todas las noches que le siguieron.
White demon, widen your heart's scope
White demon, who let your friends go?
White demon, widen your heart's scope
White demon, who let your friends go?
***FIN***
hola!
Este es un One Shot inspirado en la canción de White Demong Love Song de "The Killers" Amo a este grupo y esta canción es una de mis favoritas, ademas de que no se si lo recuerden pero forma parte del soundtrack de New Moon.
Gracias por llegar hasta acá abajo, espero que les haya gustado; se que es un poco triste y no es en si un final feliz, pero pss creo que ando un poco deprimida así que me salio la inspiración.
Se que aunque se vea que esta historia pueda dar mas capis, lamento informarles que solo sera un one-shot por que la verdad creo que seria darle muchas vueltas, ademas de que la última frase de Edward hace alusión al final de la historia.
Bueno me retiro; no sin antes agradecerles sus reviews, alerts y favoritos (que espero reciba); ya saben que un review es como un día mas de vida para cualquier escritora.
cuídense mucho!
saludos y besos vampiricos a todos!
Bella-Bere
