Lagrimas en sacrificio
Nadie ofrece en sacrificio lo más preciado que tiene, el Amor…
Nadie pone sus sueños en manos de aquellos que pueden destruirlos…
Nadie, excepto yo…
Paulo Coelho – La bruja de Portobello.
oOo
Solo había una palabra capaz de describir una situación como esa… Pesadilla…
Hitsugaya Taichou, padecía un estado realmente lamentable, cortes profundos en todo el torso, producidos esta vez, por la filosa hoja de Tobiume, la sangre le brotaba a borbotones de las heridas y llevaba varios ríos teñidos de carmesí que nacían de la frente del niño prodigo. Su rostro llevaba impreso varias emociones y sentimientos mezclados: Tristeza, Odio, Rabia, Impotencia y sobre todo Piedad hacia su querida Momo-chan.
En cambio la pequeña Hinamori, que firmemente sostenía su ahora, teñida de la sangre de su amado amigo, Zanpakutou; ella, la amada y querida por mi Taichou seria la dueña de la mano que acabaría con su existencia, por supuesto, el seria incapaz de hacerle daño alguno y era ese espectáculo que hacia gracia a aquel hombre, que con su maquiavélica mente había tramado todo el asunto.
Aizen Sousuke observaba divertido el escenario que él, con la ayuda de sus subordinados y compañeros, había puesto en escena desde el mismo momento en que la teniente Hinamori Momo fue secuestrada del Seireitei por Tousen, casi podía saborear el sadismo con el cual observaba las flores de hielo del Bankai de mi Taichou, extinguirse conforme pasaban los segundos, estaba demasiado casado y la hemorragia progresaba a pasos grandes, ya no tenia el suficiente Reiatsu como para regenerar el hielo de Hyorinmaru en su cuerpo, hasta entonces no tenia idea de que poder de Tobiume fuese tan destructivo.
Y tu solo podías sonreír y mostrar esa sucia mascara…
Y yo solo podía observar desde el suelo como transcurría aquella tragedia…
Frente a mis ojos, sin que pudiese evitarlo.
Era evidente que la Fukutaichou del quinto escuadrón no tenia ni la mas mínima idea de lo que hacia, estaba bajo la influencia de Aizen, cosa evidente, nunca entendí como habían seres capaces de disfrutar del dolor ajeno, de la herida de un corazón, de un amor que se desploma.
Y fue cuando empezó… si aquello apenas empezaba…
- Es suficiente Hinamori chan – dijo la voz de Sousuke, que se incorporaba del trono con el porte imponente – Hitsugaya-kun necesita un buen descanso.
El ya había caído exhausto al suelo, aunque muy neciamente se apoyaba y aferraba a Hyorinmaru, como si quisiera continuar una batalla que no deseaba librar, pero ya era demasiada sangre manada, era demasiado cansancio físico y mental, demasiado cansancio emocional y sentimental.
Era demasiado, Aizen tenia razón, necesitaba descansar…
Sus ojos aguamarina se cerraron, hartos de ver como Hinamori era manejada con hilos de plata por Aizen, era demasiado para una sola noche en el Hueco Mundo, en el palacio Las Noches.
- Tai…chou…
Esas palabras que escaparon como una suplica de mis labios, fueron las que despertaron a Tousen de su concentración en la escena que acababa de transcurrir, pese a que era ciego, poseía un buen sentido de la intuición y se había percatado de que yo me mantenía conciente. Creía que el único que se había dado cuenta de ello era Gin, ya que en varios instantes, durante el transcurso de la trágica lucha, había estado dirigiendo su rostro hacia mi, incluso sentí que me observaba, que trataba de alguna forma de entablar una especie de comunicación mental, si hubiese sido el caso ¿Qué me hubiese dicho?
- Aun estas conciente ¿no es así? – dijo la voz de Tousen en un tono autoritario que irritaba.
Permanecí estática, de todas formas yo tampoco tenia muchas fuerzas para luchar, también me había enfrentado a los Arrancar y aunque en cierta forma les vencí, tuve severos daños al llegar a este punto, incluso podría decirse que llegue arrastrándome hasta la sala donde se hallaba Aizen en su trono; pero fue la voz de Gin la que me dio un vuelco en el corazón.
- Relájate Tousen, has estado muy tenso desde que ellos llegaron hasta acá… - su voz era el mismo tono relajado y confiado, no había cambiado en lo absoluto.
- Debimos eliminarles en cuanto llegaron… - obviamente eso iba dirigido a mi, Hitsugaya Taichou ya era presa de Hinamori.
- Nee Tousen, al parecer tú no sabes divertirte – otra vez esa sonrisa en su rostro, ya no lo soportaba, tenía que arrancarle la cabeza o no estaría tranquila de ninguna forma.
- Tousen… Gin tiene razón – agrego Aizen haciéndole el ademán a Momo para que fuese hacia ella a lo cual respondió inmediatamente como este le ordenaba – Si no nos tomamos esto con calma, jamás disfrutaremos al máximo de lo que hemos cosechado con tanto esfuerzo.
- Mis disculpas Aizen Sama…
- Ne ne… - otra vez su voz despreocupada retumbaba en mis sienes, era peor que una maldición, y lo peor era que si reaccionaba no sabia como hacerlo, mi Taichou no era el único que tenia sus sentimientos encontrados, yo no sabia como decirle lo que fuese a Gin sin meter la pata y perder el poco control que aun mantenía en mi – ¿Y ahora que sigue Aizen Sama?
- Una pregunta interesante Gin… Pues sigue lo que tenga que seguir… hagan lo que deseen con ellos pero los necesito vivos, a Szayel le agradaría experimentar con ellos… - luego de sonreír cínicamente se retiro junto con Hinamori, que le seguía ciega de su propio destino.
- ¿Que piensas hacer conmigo ahora Gin?
Esa era mi pregunta, la que no pronuncie pero de la cual tuve una respuesta tan clara que fue como si él la hubiese escuchado.
- Bien… Tousen harías el favor de dejar a Hitsugaya-kun en una de las habitaciones, luego pide que alguien le atienda… - aquello me sorprendió ¿Qué estas pensando Gin?
- ¿Hm¿Y que se supone que harás tu Gin? – había desconfianza en su voz, efectivamente Gin tramaba algo.
- ¿Quien sabe? quizás este tramando algo… - esa sonrisa burlona y confiada se acentuó en su rostro, Tousen arqueo una ceja al tiempo tomaba el desgastado cuerpo de mi Taichou.
- Cuidado con lo que haces Gin – después de girarse en sentido contrario, giro la cabeza hacia el y luego hacia mi como si sospechase algo – no cometas una estupidez.
- No se de que me hablas Tousen… en fin, hasta pronto – dijo haciendo el ademán de una despedida que podría catalogarse como cínica o burlesca, este desaparecía con el herido y sangrentado cuerpo de Hitsugaya Taichou por el estrecho y oscuro pasillo - Rangiku…
- Rangiku… Rangiku…
oOo
Solo se que perdí la conciencia en ese momento, y al recobrarla no pude evitar el quejarme mentalmente del dolor que había en mi cuerpo, poco a poco fui dándome cuenta de donde estaba y que era o que realmente estaba pasando a mi alrededor.
Había despertado en un futon improvisado, pero cómodo, en lo que parecía ser un cuarto aislado de las llamadas 'celdas o habitaciones', mi ropa había sido sustituida por un Kimono blanco, como del que esta en un proceso de recuperación, ero no era eso lo que me impresiono en el momento… mis heridas, habían sido atendidas y vendadas, y en dichos vendajes estaba el aroma de Gin…
- …
Nuevamente lo había hecho, se había salido con la suya.
Me había salvado nuevamente de morir.
Sin que yo se lo pidiese…
Gin…
Gin… maldita sea Gin… necesito escucharte, necesito verte, necesito saber que rayos piensas hacer conmigo ¡Gin!
De un impulso me semi incorpore del lecho, quedando así sentada en el, lo que para colmo había dolido demasiado, las heridas en el abdomen me reprimieron demasiado, me acongoje levemente, cubriendo mi estomago con el brazo izquierdo como si lo protegiese de algún daño externo, hasta ahora no me había percatado del lamentable estado de mi cuerpo, realmente estaba herida.
De mi garganta nació una tos seca y áspera que quebró las paredes internas de mi cuello, escupí la sangre en las sabanas blancas y quedaron restos en el interior de mi boca, mis labios y mentón; no podía soportarlo, tenía que levantarme, buscar a Haineko e ir por mi Taichou.
La puerta se abrió, Gin había regresado.
- Ne Ran-chan, no deberías hacer tanto esfuerzo o tendré que atender las hemorragias de nuevo – me daba a entender nuevamente de que le debía la vida. Maldito bastardo ¿porque siempre tienes que tenerme en la palma de tu mano?
- Gin… - el se acerco sin cautela hacia mi y se sentó a mi lado muy junto a donde yo estaba, quedamos, cara a cara, y lo que era mas importante, ya no tenia esa mascara que tanto se empeñaba en enseñar.
- Vaya, te dejo un minuto sola y mira el desastre que haces Rangiku – parecía que su tono de burla no había cambiado en lo absoluto, como fuese, necesitaba incluso escuchar eso – ni modo, hay que limpiarlo… - no me dio tiempo de preguntarle a que se refería, ya apretaba sus labios contra los míos y su lengua estaba recorriendo toda mi boca, degustándose de la sangre que aun había en su interior, incluso se me escapo un leve gemido con ese repentino acto de 'caridad' que solía hacer con tanta frecuencia en un tiempo atrás. Cuando termino su trabajo en mi boca, se separo unos centímetros de ella y limpio con esa misma inmunda pero deseada lengua suya, los rastros de sangre que habían en mis labios y mentón, todo aquello pareció un delirio interminable, un acto de placer y quizás también una pequeña invitación.
Si quiera me había dado tiempo de respirar y de digerir lo que había pasado¿con que derecho volvía a hacer todo aquello¿seguiría creyéndose el dueño de mi vida¡¡te ordeno que me digas de una vez que pretendes hacer conmigo Gin!!
- Supongo que así esta mejor¿no es así?
- No, no es así Gin.
- Mm., ya… dime Rangiku… ¿te has puesto a pensar en el porque Aizen les dejo con vida a ti y a Hitsugaya Taichou?
Eso capto mi atención y me gire hacia el.
- Por lo visto no… en fin, no pienso arruinarte la sorpresa tan pronto, pero puedo darte una pista…
- ¿A que estas jugando ahora Gin? – maldita sea aquí iba de nuevo, estaba haciéndome perder la paciencia.
- ¿Quien sabe¿Y si quien esta jugando eres tu Rangiku? – dijo en un tono lleno de una ironía que nunca había escuchado en el, pero ese comentario había sido enserio.
- ¿Que dices?... Gin que quieres decir… - su dedo índice se poso en mis labios, callándolos de insofacto.
- Si pretendes jugar con fuego desde ahora, te sugiero que tengas cuidado o… podrías acabar quemándote, Ran-chan.
No dijo nada mas, como el mismo zorro que hace gala de su astucia salio de la habitación sin decir nada mas, con mi sangre en su boca y mi confusión en sus habilidosos dedos, pero algo que no cambio de el en ese momento es que, no me dijo ni a donde iba ni si regresaría…
Ese mal habito de nunca decirme a donde vas… todavía lo conservas…
¿Qué es lo que vas a hacer con esta niña, Gin?
Et in Arcadia Ego
oOo
Espero les haya gustado nwn es mi primer fanfic de Bleach, me enternecio mucho este episodio ya que esta es una de las formas en que yo veo a esta pareja.
nwn Matta ne
