Aprendiendo a Vivir.
Advertencias Preliminares:
Neon Genesis Evangelion y todos sus personajes y caracteres NO ME PERTENECEN. Son propiedad de Gainax. La publicación del presente fanfic se ha hecho sin animo de lucro y no constituye esta publicación reclamo alguno de propiedad o cualquier otro derecho sobre la serie. Solo publico este fic con el fin de contarles una historia que espero que les guste.
Para que puedan entender mejor esta historia les recomiendo que previamente lean "Ilusiones Rotas". Un one shot que escribí hace algún tiempo y que se encuentra publicado en esta página.
Capitulo 1. ¿Qué significa este sentimiento?.
Una alma acongojada estaba vagando sin rumbo por las calles de la ciudad, en una mano cargaba el típico maletín escolar, en la otra llevaba un paraguas que nunca tuvo oportunidad de abrirse, así como el corazón de dicha alma que en silencio penaba mientras deambulaba sin un rumbo aparente. Ello mientras la lluvia seguía cayendo sin cesar sobre la gris ciudad. ¿Cuánto tiempo llevaría ella vagando sin rumbo por las calles de la ciudad?. No lo sabía. ¿Dónde se encontraba?. Por lo que se veía estaba en algún punto del centro de la ciudad. ¿Hacia donde se dirigía ella?. No lo sabía, y en realidad no solo no lo sabía, simplemente a esas alturas ya no le importaba.
Al levantar la mirada, la dueña de aquellos ojos rojos vislumbró por medio del reflejo de los paneles de vidrio que adornaban a un edificio estratégico de defensa, que el cielo gris estaba empezando a mutar hacia tonalidades mas oscuras, y al ver un reloj digital que había en medio de una paleta publicitaria aquella chica comprendió que ya debería haberse puesto el sol y por ello se estaba haciendo de noche. Probablemente si retornaba a su hogar en los suburbios ya sería de noche, y últimamente la situación de los barrios ubicados en los suburbios se había puesto muy mala. Aunque eso nunca antes le había importado mayormente, y esta vez le importaba aun menos.
Tal vez, si llegaba a alguna estación de metro, aquella chica podría ir hasta la estación central de transferencias donde combinaban 2 de las líneas del metro, además de la estación principal del sistema de ferrocarriles suburbanos y la línea del monorriel que la llevaría al geofrente. El problema era que ella nunca había andado en el centro, salvo un par de veces, y lo había hecho piloteando su Eva para marchar rumbo a una batalla, pero desde el nivel del suelo todo se veía tan diferente, aunque ahora, todo para ella se veía muy diferente.
Una hora después y ya totalmente de noche, Rei aun vagaba por el centro sin saber hacia donde se dirigía. Se estaba empezando a sentir demasiado cansada y la gente ya estaba mirando con bastante extrañeza a aquella chica que deambulaba toda mojada, cual alma penitente, bajo la fría lluvia que no daba atisbo alguno de cesar. Exhausta, se sentó en un paradero de buses. A un lado de ella y apoyados en una paleta publicitaria, una pareja de jóvenes se besaban y sonreían felices sin que le preocuparan en lo mas mínimo lo que pudieran ver u opinar los demás.
Visiblemente incomodada ante la escena que le remontaba hacia amargas reminiscencias, Ayanami se levanto y volvió a deambular. Ya era de noche, tenia hambre, comenzaba a hacer mucho frió y estaba cansada y mojada.
Media cuadra mas adelante, una larga escalera mecánica descendía hacia el subsuelo, ella la tomo y descendió. Solo un minuto después había llegado hacia un inmenso hall abovedado. El aire era mas calido, ello producto de la respiración de miles de transeúntes que hacia algo pesado el aire.
De forma casi automática Rei busco la tarjeta de NERV, que también le servia para viajar en el subterráneo, se acerco a uno de los torniquetes y paso la tarjeta por el lector óptico, luego del ruido de un "Bip", la primera niña paso por el torniquete.
Otra escalera mecánica la hizo descender hacia otro hall donde se veían inmensos paneles donde se señalaban las líneas del metro que confluían en la estación, las direcciones de los andenes y las frecuencias de los viajes, junto con varios otros paneles de publicidad dinámica y multimedia.
Ayanami soltó el bolso y movió su cabeza buscando una dirección hacia donde ir, pero no había nada. Y fue entonces cuando tuvo que reconocer lo que ya era evidente para ella.
Estaba perdida, sin saber hacia donde ir.
Los minutos pasaban y nadie parecía reparar mayormente en aquella niña de cabellera celeste quien estaba allí parada, silente, perdida sin saber que hacer, mientras las gentes pasaban absortas en sus propias preocupaciones provenientes de infinitas direcciones y dirigiéndose hacia infinitos rumbos, todo ello en un mar de sonidos producidos por los murmullos de las gentes, los anuncios de los altavoces, la publicidad multimediática de algunos paneles y el lejano ruido de los ferrocarriles del metro que llegaban y se marchaban, como todas aquellas gentes que pasaban a su lado indiferentes.
En un acto instintivo mas que racional, Rei volvió a tomar su bolso y se dirigió hacia el final de dicho hall, donde se veían mas escaleras que provenían desde sectores aun mas profundos, donde a su vez sonaban mas cercanos los ruidos de las detenciones y partidas simultaneas de los trenes. Sobre su cabeza un inmenso panel digital que decía "No pasar. Solo salida".
Rei volvió la mirada al frente y vislumbro como de las antes vacías escaleras emergían verdaderas legiones humanas de variopintos personajes: Estudiantes, obreros, trabajadores, ejecutivos, dueñas de casa, ancianos, etc. Personas que pasaban por el lado de ella, pero que no la notaban, porque tenían demasiadas cosas en que pensar. Se hizo a un lado para que pudieran pasar, pero producto de ello nadie la vio.
O mejor dicho, casi nadie la vio.
Casi al final de toda esa muchedumbre una joven mujer subía por las escaleras mecánicas, mientras pensaba en sus particulares problemas. Provenía ella de una jornada laboral extenuante y prolongada, múltiples problemas se habían presentado en su trabajo y tuvo por ello que salir mucho mas tarde de lo presupuestado. Aun así había serenidad y un cierto dejo de inocencia en su mirar distraído y levemente cansado. En eso andaba cuando reparo en aquella chica de cabellera azulosa que parecía estar perdida en la inmensidad de aquella estación.
Al salir de la escalera la joven se hizo a un lado y miro algo atónita por un par de segundos a aquella niña extraviada en medio de las muchedumbres, antes de que la reconociera por completo y la llamara tímidamente por su nombre.
-¿Rei?.
La aludida, quien estaba de espaldas, volteo para mirar a aquella voz que la había llamado. Rápidamente reconoció a la dueña de aquella voz; Maya Ibuki, una joven operaria de NERV quien a pesar de ser ya toda una mujer aun todavía conservaba un cierto dejo de infantil inocencia en su rostro y en su mirar.
-¿Estas perdida Rei?.
La niña no respondió. Ante ello Maya intento una nueva pregunta.
-¿Necesitas ayuda?.
Ella callo unos segundos, antes de que tímidamente susurrara una respuesta.
-Si.
-¿En que puedo ayudarte?-. Pregunto Maya mientras sonreía con naturalidad.
La primera niña no respondió, no sabía que debía de responder. Nunca antes alguien le había ofrecido ayuda cuando había estado desamparada. ¿Quizás nunca antes necesito ayuda?. ¿O quizás, nunca nadie se la había ofrecido?...
-¿Vas al cuartel?. ¿O a tu casa, pequeña Rei?.
Ante esta pregunta, Ayanami reparo que todas estas horas había estado vagando sin un rumbo fijo o una dirección hacia donde ir. Simplemente iba hacia donde sus erráticos pasos la llevaban mientras desesperadamente ella intentaba olvidar. Pero mientras mas se esforzaba en olvidar, mas fuerte parecían asentarse los dolores que traían a su alma aquellos amargos recuerdos.
Ella bajo la cabeza, agachando la mirada llena de pena. Por su parte, Maya vio esto y se acerco hacia aquella niña que encerraba dentro de si un dolor que no podía liberar, pero que al tratar de retenerlo solo lograba hacerle mas daño. En un acto instintivo, Maya abrazó a aquella niña triste cubierta por el dolor y empapada aun por la fría lluvia.
Rei no reacciono ante este abrazo, pero tampoco lo rechazo. Ella temblaba mientras su respiración levemente se entrecortaba, parecía que quisiera llorar, pero era como si no pudiera hacerlo, como si hubiera algo que indicaba que no estaba bien el hacerlo.
-Si quieres llorar Rei, llora. Nunca es bueno guardarse el dolor, el hacerlo tan solo corroe y envenena el alma.
Y la niña abrazo a aquella joven, mientras esta lloraba por su desdicha.
Después de varios minutos, Maya se separo unos momentos para contemplar mas detenidamente a aquella niña de ojos rojos que ahora estaban aun mas rojizos. Usualmente ella nunca parecía ser capaz de mostrar rasgo alguno de emocionalidad. Quizás el tener que pilotear y responsabilizarse de una gigantesca arma de combate y de haber pasado por tantas peripecias de seguro debía darle cierta insensibilidad al dolor emocional, como los soldados.
Y de cierta forma, Rei había sido preparada para eso. Gracias a algunos informes que leído "de casualidad" en los archivos de MAGI, Maya se entero que Rei había recibido entrenamiento como piloto desde la mas tierna infancia en las subterráneas dependencias del geofrente. Por eso Rei siempre tenía un comportamiento demasiado frió y serio, nunca tuvo tiempo para ser niña, porque nunca se lo habían dado.
Pero al verla llorar, Maya pudo ver a una niña que lloraba como cualquier otra que llora por una pena del alma¿una pena de amor, quizás? Como varias veces había llorado Maya en su juventud.
Sabía Maya que debía de llevar a Rei a su casa, viendo el reloj digital de la pared supo que ya era muy tarde, de seguro ya era de noche. Sabía que Rei vivía en un conjunto de bloques de departamentos de los lejanos suburbios, bastante retirado del centro de la ciudad, además de no ser un sector muy tranquilo ni pacifico que digamos, por lo que dos señoritas se adentraran solas y a tientas por allá en la noche no parecía ser una idea muy recomendable que digamos, era mejor evitar tentar a la suerte.
Por último, Rei estaba toda empapada y si seguía pasando mas tiempo en ese estado de seguro podría coger algún resfriado.
Y fue entonces, cuando a Maya se le ocurrió una idea que parecía demasiado arriesgada, pero que quizás podría resultar.
-¿Te gustaría venir a mi casa?.
Ayanami levanto su cabeza y su mirada para ver a aquella mujer que parecía mostrar interés genuino en sus problemas, no percibiendo malicia ni frialdad en su propuesta. Además, ella no quería volver a ese triste apartamento, que de seguro le harían recordar tristes acontecimientos.
Y entonces, ella permaneció callada. Otorgando como respuesta mecánica a aquella mujer que inocentemente sonreía, una tímida e inconsciente sonrisa.
Después de salir de aquella estación del metro y de caminar unas pocas cuadras, ambas entraron a un edificio de apartamentos de las inmediaciones del centro de la ciudad. "El centro propiamente tal solo albergaba algunos comercios y a buena parte de los edificios estratégicos de defensa y ataque". A diferencia de los grises y decadentes edificaciones en bloque de los suburbios, este era un edificio si bien mas pequeño, pero mucho mejor mantenido y mejor cuidado, con un hall de entrada de paredes tapizadas con una muy buena imitación de mármol, donde caminaron hasta llegar a las puertas plateadas de un elevador, el cual abrió sus puertas con presionar un botón.
Pocos instantes después, ambas féminas estaban frente a un departamento numerado con el 706. Maya saco unas llaves de su cartera y abrió la puerta, mientras le sonreía a Rei.
-Se bienvenida a mi casa, pequeña Rei.
-¿Bienvenida a casa?-. Pregunto en un tono susurrante la chica.
-Así es-. Le respondió Maya con una sonrisa.
Luego de entrar, Maya llevo directamente a su invitada al baño mientras Maya le pasaba un par de toallas.
-¿Para que es esto?-. Pregunto con un dejo de sorpresa Rei.
-Pues para que va a ser, para que te puedas bañar, secar y cambiar ropa.
-Pero yo no tengo mas ropas que estas.
-No te preocupes, te puedo prestar un buzo que tengo, es algo viejo pero esta bueno y de seguro te vendrá bien. Además, tomare tu ropa, la pondré en la secadora y en menos de una hora quedara seca y como nueva. ¿Te parece bien?.
Maya espero que Rei dijera algo, pero en su lugar solo hubo silencio.
-¿Pasa algo?-. Pregunto preocupada Maya.
-¿Por qué he de bañarme?.
-Eh… ¿No quieres bañarte?.
-Eh… Bueno, si no quieres bañarte no es necesario que lo hagas. Pero si debes cambiarte de ropa, no quiero que termines cogiendo un resfriado y tener que hacerme cargo de una piloto enferma, aparte del reto que me llegaría por parte de la doctora-. Comento sonriente Maya ante el largo mutismo de la interpelada.
Al ver a una Rei que aun no entendía bien del todo que era lo que pasaba, Maya no entendía el porque de esta reacción, hasta que se dio cuenta que estaba en frente a la puerta abierta del baño y que no le había entregado la ropa de cambio.
-Pero que tonta soy, no te he pasado el buzo y de seguro quieres privacidad, que tonta soy. Ahora vuelvo-. Después de cerrar la puerta se escucho a Maya decir. -Puedes dejar la ropa sobre el cesto que esta junto a la puerta, después yo la recogeré-.
Lentamente, Rei se despojo de sus vestiduras hasta quedar solo en ropa interior, tomo una de las toallas y procedió a secarse por completo, sobre todo su cabellera azulosa, después de secársela, levanto su cabeza y poso su vista en un espejo que había delante suyo.
Ayanami era de esas personas que casi nunca se miraba en los espejos, ya que no le prestaba demasiada atención a su apariencia o aspecto físico. Pero además evitaba mirarse porque no le gustaba verse a si misma, no le gustaba enfrentar a ese rostro vació, mascarada de una alma insulsa que era incapaz de sentir algo. Paradójicamente, ahora le hubiera gustado no volver a sentir nada, volver a aquella vida donde todo le era indiferente y nada le importaba, ni siquiera ella misma.
Porque desde hacía un tiempo a esta parte ella albergaba dentro de su ser un extraño sentimiento que no podía comprender y que pensaba que solo era una ilusión lejana que ella nunca llegaría a conocer. Pero que ahora sabía que estaba allí adentro y que afloraba cada vez que veía a aquel chico, sensación que se acrecentaba cuando sus miradas se topaban, o cuando el le hablaba. Era como si su sola presencia pudiera hacer desaparecer todo lo demás, aun si estuvieren ambos confundidos en medio de una marea de gentes. Una extraña sensación similar a como si flotara leve y graciosamente por los aires, como si el con su sola presencia pudiera hacer que el mundo se redujera a ella y a él.
Él. Un compañero de la clase en la escuela; el piloto del Eva 01; el hijo del Comandante Ikari. Un chico de carácter algo tímido y retraído, pero que sin embargo no la miraba ni con miedo ni con indiferencia como lo hacían todos los demás, un chico que alguna vez la había cuidado al punto de exponer su vida para salvarla de morir, despreciando su propia vida; un chico que una noche bajo la luz de la luna le sonrió y le había hecho sonreír.
Y en la mente de la chica peliazul dos escenas pasaron por su mente.
En una de ellas, Rei se veía abrazada junto a él, expresándole todo lo que sentía con un beso. El mismo beso que a ella le hubiera gustado que le dieran a ella y que ahora recordaba como se lo estaba dando en su lugar a esa otra. Esa otra que le había arrebatado con un beso y con una pérfida sonrisa la razón secreta que impulsaba a esta niña a darle un sentido a cada día de su vida. La posibilidad de volver a verle, aunque solo fuera a lo lejos, no era mucho, pero para alguien como ella, eso era todo lo que le bastaba.
Ahora sin embargo, ella debía desterrar esos pensamientos inútiles e improductivos, desechar esos sueños estúpidos de que el pudiera siquiera fijarse en ella, si fuera así, él no andaría de la mano con ella, abrazándola y besándola. Quizás hasta le diría a esa chica esas palabras de vago e irracional significado que usualmente solían decir las parejas en estos trances…
"Te amo".
Palabras sonsas, palabras cursis, lejanas y carentes de todo sentido para ella, que usualmente los enamorados dicen. Son solo palabras, como tantas otras hay en el diccionario, como tantas otras que se pueden decir…
Y sin embargo, eran las palabras que mas hubiera deseado oír de aquel chico.
Y, de haberlas escuchado, ella le hubiera respondido diciéndole también que lo amaba…
Rei se sobresalto con esta última revelación, mientras retornaba a si. Volvió a mirarse en aquel espejo mientras veía los surcos de tibias lagrimas corriendo por su cara. Otra vez estaba llorando, solo que ahora conocía mejor el porque de este dolor tan amargo pero que tenía a su vez un extraño dejo de dulzura en el fondo.
-¿Amor?... ¿Es acaso esto… el amor?-. Se pregunto Rei en un tono apenas perceptible.
"Esto es malo, me hace daño; pero no puedo dejarlo. No quiero el amor, si ello implica tener que sufrir"…
-No lo quiero, no lo quiero…-. Susurraba mientras negaba con la cabeza y miraba hacia el piso.
Sin darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, Maya entreabrió la puerta, se había aburrido de golpear la puerta del baño sin obtener una respuesta, y asomo su brazo para pasarle el buzo, pero después de un rato sin que nadie lo tomara, ella entreabrió mas la puerta para poder entrar.
-Rei, te traje el…
La joven mujer se callo, mientras se entristecía ante lo que estaba viendo, la primera niña estaba prácticamente de rodillas frente al lavamanos llorando mientras susurraba repetidamente aquella frase de "No lo quiero".
-Rei. ¿Qué es lo que te pasa?. ¿Qué es lo que tu no quieres?...
-No, no quiero tenerlo, no quiero tenerlo…
Esos lamentos que se estaban repitiendo incesantemente asustaron a Maya, pensando en lo peor, que quizás, ella pudiera estar embarazada y estuviera pensando en recurrir a "soluciones radicales" para su "problema". Ante ello, Maya abrazo a su pequeña huésped y le intentaba animar.
-¿Qué es lo que tu no quieres tener?. Quizás… yo pueda ayudarte… si tú me dejaras ayudarte…
-No quiero… no quiero… amarle.
-¿Por qué no quieres amar?. ¿A quien no quieres amar?.
-A él-. Fue la demorosa y lastimera respuesta de la chica.
-El de quien hablas… ¿El es un chico?.
La aludida asintió con su cabeza como única señal.
Mentalmente Maya suspiro de alivio, Rei no estaba embarazada, eso era bueno. "Un momento… ¿Por qué demonios pensé en eso?, sería la recriminación mental que mas tarde se haría Maya". El problema de Rei era algo mas simple, pero no por ello menos significativo. Y Maya sabía muy bien lo que significaba eso.
-Dime Rei. ¿Tu lo amas?.
-¿Ah?.
-¿Tu amas a ese chico?.
Rei demoro en responder, pero cada vez tenia menos dudas respecto de lo que sentía por ese chico cuando pensaba en él, esos sentimientos que la confundían al punto de marearla y de hacer que su corazón latiera un poco mas rápido, que el gris de su vida ya no le pareciera tan gris y que la luz del sol fuera cada vez mas calida y mas brillante.
Ante la falta de palabras, Rei respondió sin embargo con un rostro que a pesar de la tristeza lograba transmitir algo de fulgor. Y Maya pudo reconocer esa cara, la cara de una niña enamorada.
Sonriendo con su habitual aire de inocencia, Maya acaricio suavemente la cabeza de la peliazul mientras le decía. –No hay duda pequeña, tu estas enamorada-.
"Enamorada". Una palabra que definía su estado de animo, la palabra que definía sus sentimientos hacia Shinji.
-¿Y el te ama?.
-No lo se-. Fue la decaída respuesta de Rei.
-¿No lo sabes?.
-No lo creo… nunca se lo he dicho. Además, no creo que él se pueda fijar en mi…
-Espera. ¿Me estas diciendo que amas a un chico, pero que el aun no lo sabe?.
-Si.
-¿Y porque crees que el no se pueda fijar en ti?.
La interpelada no supo que responder, agachando la mirada sin saber, pero alguien la tomo suavemente de su mentón y lentamente le hizo levantar la mirada mientras le sonreía.
-Mientras él no te diga que no te ama, tú no puedes rendirte.
-¿No puedo?.
Lentamente, Maya hizo que Rei se mirara al espejo mientras le decía. –Quiero que te mires fijamente en este espejo, y que me digas porque crees que ese muchacho nunca se pueda fijar en ti-.
Ella se miro, pero solo pudo contemplar un rostro pálido, con un fuerte dejo de tristeza y vació.
-Solo veo la imagen de mi rostro. ¿Qué mas podría ver?...
-¿Estas realmente segura de ello?.
Una leve mueca de sorpresa asomo por las facciones de aquella niña, todo ello mientras Maya se ganaba detrás de ella y le hablaba.
-Quiero que te mires bien, y dime si no ves frente a ti a una niña hermosa de lindas y finas facciones, de bonita figura, de lindo y suave pelo azul que no cualquiera puede darse el lujo de presumir, y sobre todo esos cautivantes ojos rojos que deberían ser capaces de impactar a cualquiera con su sola mirada…
-No… no logro entender a que se refiere.
Para sus adentros Maya comenzó a exasperarse, sabía que Rei era una chica algo huraña, rayana en lo extremadamente antisocial. Pero nunca pensó que lo de Rei fuera para tanto. Pero si se exasperaba lo único que lograría sería empeorar las cosas; por eso, ella se sereno, contó mentalmente hasta diez y por mientras aprovecho de ordenar mentalmente sus ideas.
-Lo que te quiero decir, es que tu eres bellísima. Y cualquier chico de seguro moriría por estar contigo. Si ese chico a quien tu secretamente quieres no esta contigo es por una de dos: O porque es un completo idota, o porque él aun no te conoce y por ende no sabe de lo que se esta perdiendo.
Rei sabía que Shinji no era un idiota "por mas que su conviviente se lo dijera a menudo". Y el hecho de que el no lo conociera empezaba a cobrar sentido. Después de todo, fuera de saber que era el piloto del Eva 01, el hijo del Comandante Ikari y uno de los compañeros de su clase, no conocía nada mas de ese chico. Y probablemente, el tampoco la conocía muy bien.
-No creo que sea un idota. Quizás, el no me conoce… En realidad, quizás yo tampoco lo conozca muy bien. Solo se que cuando lo veo, siento ganas de estar con él, aunque no se porque.
-Mi pequeña. Deberías saber que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Y que por eso, a veces debes escuchar y seguir a tu corazón, aun cuando la razón te diga que no debas hacerlo.
-¿Y como podré saber cuando es el momento de escuchar al corazón?.
-No te preocupes por eso, cuando llegue ese momento tu lo sabrás. Pero ahora será mejor que te ayude a vestirte, y luego tomaremos una taza de chocolate caliente para pasar las penas. ¿Qué te parece?. ¿Te gusta?.
-Si… me gustaría-. Le respondió una Ayanami quien por primera vez en largo tiempo empleo un tono que no era triste ni monocorde, sino que era un tono si bien suave, a la vez era algo mas esperanzador, algo mas alegre.
A Maya le gusto ese cambio de actitud de la primera niña y se alegro de verla así. Por su parte tímidamente, Rei comenzó también a esbozar una leve sonrisa, en parte por inercia, pero en parte también, por haber conocido a alguien con la cual podía comenzar a compartir esas cosas que normalmente nunca comentaba porque siempre le habían hecho creer que eran inútiles, pero que de un tiempo a esta parte también le importaban.
Sin darse cuenta, Rei había encontrado en Maya a una amiga en quien podía confiar.
Continuara…
Palabras del autor.
¡Hola a todos!.
Hace algún tiempo publique en esta misma pagina un one shot llamado "Ilusiones rotas". Y por lo que se desprendió de muchos cometarios que recibí, fue un fic que gusto mucho a los lectores, al punto de pedirme que si lo podía continuar. Al principio estaba algo renuente a continuarlo. Básicamente porque mi intención era dejarlo como one shot, y además porque no tenía una eventual trama para justificar una continuación. Pero un día, releyendo la historia y luego de escuchar miles de horas de música, de escribir otras miles de ideas y de recabar opiniones de varios autores sobre estas ideas es que me anime a escribir este fic, que espero que les guste.
Como se ha vuelto una constante en mis obras, este fic es protagonizado por Rei Ayanami. Es extraño, es uno de los personajes protagónicos de la serie, pero tanto en los fics publicados en castellano como en los que han sido traducidos en nuestro idioma Rei ha sido un personaje muy poco abordado. Para peor, cuando se aborda se pretende presentarla como una entidad carente absolutamente de toda emocionalidad, de toda capacidad de sentir. No se porque muchos creen eso, pero la verdad es que yo no lo creo. Es mas, pienso que ella si amaba al tercer niño, solo que nunca supo expresarlo. Y pretendo hacer que ella descubra no solo sus sentimientos, sino que también conozca mas de la vida a fin de que esta chica de apariencia nihilista le tome el gusto a la vida.
La vida no es fácil, mucho menos para alguien que solo ha sido espectadora de su propia vida. ¿Podrá Rei convertirse en la protagonista de su propia vida y aprender a vivir?. Esta es la historia que pretendo contar y que espero que me acompañen en su desarrollo.
Esperando sus opiniones y sugerencias, me despido.
¡Suerte!. ¡Y nos veremos pronto!
