AMOR IGUANA
Vuelve conmigo, amor iguánido
Ven a alcanzar las soledades secretas.
El ónice nupcial de tus escamas
Hace volar la gloria a las copas del cielo.
Se estira el vacío de tus soledades,
el águila madre, el tigrillo equinoccial
sobre el silencio del cerebro toruno.
Amor iguana, vuelve a los estambres,
vuelve al cálido interior de las cascadas,
vuelve a la noche de ojos negros,
vuelve hija entera de la tierra.
Oh, Pilar de inspirador nombre,
atrévete a romper los muros conscientes
vuélvelos alienígenas, vuélvelos pistacho,
vuélvelos una torrencial lluvia de pétalos broncos
marciano de cobre que aúlla, alma y azota.
Y en las quietudes de las noches, cuando duermes
Marte estalla en un fuego que no quema el cielo.
Amor iguana, defiende nuestra tierra
levanta siempre tu mirada de naturaleza
envía de vuelta a los Divinos
a sus hogares de granito y concha,
y, entre la cárcel atroz y la batalla,
encuentra espacio para alguna tregua,
los exquisitos cristales de azúcar,
el color de tus ojos de pistacho,
la mirada adusta de las plantas,
y, por favor, sonríe iguana, por esta tierra,
tierra del color de tu rostro.
Vuelve conmigo, entra a mi corazón,
mi amor iguana,
mi pecho castaño esperará hasta siempre.
Y en la víspera, la mirada amenazante
del toro nos persigna como un velo de aire.
