-Buen golpe, gatito.- dijo la heroína acariciando el mentón de su compañero.

-Gracias, mi Lady.- respondió este con una sonrisa de galán. Otro día, otra akuma que liberar y sanar. El villano estaba a punto de ser acorralado por los héroes en un callejón. Todo iba de acuerdo al plan. Tan solo restaba que Cat Noir lo inmovilizara con au arma para que Ladybug tomara el objeto en el que se ocultaba el espíritu maligno.

-¡Asegúrate de que no escape!- indicó ella a Cat. Este asintió y extendió su bastón delante del villano. Una vez que Ladybug se acercó lo sufuciente, descendió con su yoyo bocabajo desde uno de los edificios que bloqueaban el paso del intruso y tomó el objeto en el que se escudaba la akuma.- ¡Te tengo!- exclamó antes de que el villano, como un último gesto inútil de defenderse, rasguñara su mejilla.- ¡Auch!

-¡Ladybug!- exclamó Cat.

-Estoy bien.- aseguró esta antes de colocarse en tierra firme y liberar al insecto. En unos momentos la ciudad estaba restaurada gracias a los poderes de sanación de la chica. El confundido ciudadano que previamente fuera esclavo de los poderes de Hawk Moth agradeció a los héroes y se despidió de estos sin recordar absolutamente nada de lo que había pasado.

-¡Misión cumplida!- exclamaron lo jóvenes chocando sus puños. Ladybug cubrió de inmediato su mejilla con su mano.

-¿Estás bien?- preguntó Cat acercándose a ella.

-Sí, descuida.- respondió ella intentando tranquilizarle.- Solo es un rasguño. No creo que pase a más.- agregó bajando su mano. La herida no era profunda, aún así, se veía dolosa.

-Será mejor que la trates, o podría...- El pitido proveniente del anillo de Cat Noir le impidió a este completar la oración.- Lo siento, yo...

-Ve. Voy a estar bien, no te preocupes.- respondió ella con una calmada sonrisa colocando una mano en su hombro. Cat Noir correspondió al gesto antes de alejarse de allí a toda prisa antes de que desapareciera su transformación. Ladybug permaneció allí un rato más. Su ronda de patrullaje empezaría en poco tiempo después de todo.

-Un rasguño no la matará. Te lo aseguro...- dijo Plagg en burla con algo de sarcasmo en su tono al ver como su portador no dejaba de ver a la chica a la vuelta de la esquina. La habían seguido por algunas calles.

-No soy tonto. Eso lo sé.- respondió el chico lanzándole una mirada asesina.

-Entonces, ¿por qué rayos seguimos aquí? Vamos a casa. Muero de hambre.- exclamó el kwami. Adrien lo tomó y cubrió su boca.

-¡Cállate! Podría oirte... ¡Ouch!- chilló Adrien cuando su pequeño compañero mordió su mano para liberarse.

-Si tanto te preocupas por ella, ¿por qué no vas y le ofreces tu ayuda?

-¿Ofrecerle mi ayuda? Pero ya no soy Cat Noir.- respondió el chico.

-¿Y quién dijo algo de Cat Noir?- agregó el kwami cruzado de brazos.- Podrías simplemente acercarte a ella como "un ciudadano preocupado".

-Eso... no es una idea tan mala.- dijo Adrien con su rostro iluminado mientras volteaba a ver a Ladybug.- ¡Vamos!- exclamó antes de tomar a Plagg y esconderlo en su camisa.

-¡Espera! ¡Solo jugaba!- reclamó este.

Ladybug se encontraba sobre uno de los tejados. Adrien intentó acercarse a ella sin que lo notara, plan que falló cuando al intentar mantener su mirada hacia arriba para verla no vió algunos botes de basura frente a él. El estruendo de las latas fue más que suficiente para atraer la atención de la muchacha.

-Oye, ¿estas bien?- preguntó ella al bajar hacia el chico y levantar la tapa de uno de los botes que había caído sobre su cara. Sus mejillas se colorearon al verlo.

-L-Ladybug...- murmuró él.

-Ad... Es decir, ciudadano. ¿Estás herido?- preguntó con dulzura mientras tomaba su mano para ayudarlo a levantarse.

-¿Yo? N-No, no. Estoy bien. Gracias.- respondió él con una sonrisa boba sin quitarle la mirada de encima. Acto seguido dirigió su vista hacia el rasguño en su mejilla.- Pero parece que tú no estás tan bien...- agregó. Ladybug se percató de lo que se refería y de inmediato cubrió su herida con su mano.

-S-Sí, es algo desagradable.- dijo apenada.

-¿P-Puedo...?- preguntó Adrien dando un paso hacia adelante. La chica descubrió su mejilla y él deslizó sus dedos por su mentón para acercarla un poco más hacia él.

-Y... ¿cuál es el diagnóstico, doctor?- dijo ella con una risilla al verlo tan concentrado. Adrien rió levemente.

-Vivirás...- dijo con una sonrisa.- Aunque deberías tratarla.- Ladybug regresó su mano hacia su mejilla no podía negar que era molesto el ardor que le generaba la herida.- Si quieres yo... podría ayudarte con eso.

-¿Disculpa?

-Tengo un botiquín de primero auxilios en mi casa. No está muy lejos de aquí. Puedo ayudarte a tratarla.

-G-Gracias.- respondió ella con un sonrojo que sorprendió al chico. ¿Acaso él había provocado eso? Encantado, dibujó una sonrisa tonta en su rostro, que desapareció cuando escuchó los miraculous de la chica sonar.- Oh, no...

-¿Qué sucede?- preguntó intentando parecer ignorante de lo que aquello significaba.

-Yo, eh, tengo algo que hacer.- respondió ella.- ¿Puedes esperarme un momento?

-Ve a la mansión Agreste en unos diez minutos. Dejaré una ventana abierta para tí.- dijo con una sonrisa. Ladybug asintió antes de lanzar su yoyo al poste más cercano y retirarse sin remediar palabra. Adrien siguió cada movimiento hasta que la perdió de vista.

-Eres patético, ¿sabes?- reprochó Plagg levitando a su lado.

-Siempre es reconfortante contar con tu apoyo.- respondió Adrien cruzado de brazos.

-Y ya que la invitaste a su casa, ¿por qué no le pediste que te llevara en brazos hasta ella? ¡Jajaja!

-Lo hubiera hecho... si no tuviera que deshacerme de ciertos posters de ella que tengo en mi habitación antes de que los vea.- respondió antes de echar a correr sin detenerse a pensar en responder los burlescos comentarios de su kwami.

Ladybug no estaba en una situación tan diferente en cuanto a prisas. Había olvidado por completo recargar a su kwami luego de la pelea y la energía de sus miraculous estuvo a tan solo segundos de agotarse y dejarla expuesta.

-Eso estuvo cerca...- dijo Tikki dejándose en las manos de la chica. Esta solo la colocó con cuidado en su bolso y comenzó a caminar hacia su cada con una gran sonrisa en su rostro que prometía no desaparecer pronto.- Eh... ¿Marinette?- llamó la kwami.

-Adrien...- murmuró esta.

-Sí, ¿qué pasa con él?

-Él... se preocupa por mí. ¿No es eso tierno?- agregó Marinette con su típica mirada de amor.

-Técnicamente, se preocupa por Ladybug.- corrigió Tikki.- Lo que me recuerda que debo recargarme. No querrás perderte su "gran cita".- agregó entre risas. Marinette solo la miró con una sonrisa y corrió a su casa para conseguir algunas galletas.

-Creo que este es el último.- dijo Adrien en su habitación una vez que despegó el último poste de una de las paredes.

-Eres todo un fanboy...- se burló Plagg antes de darle un gran mordisco a su queso.

-Y tú eres un glotón.- respondió el chico tomándolo e intentando colocarlo en un cajón.

-¡Oye! ¡¿Qué crees que haces?!- reclamó el kwami.

-¿Quieres que Ladybug te vea? ¡No puede saber que soy Cat Noir!- explicó antes de lanzarlo dentro del mueble, justo antes de que unos golpecitos en la ventana llamaran su atención. El chico volteó rápidamente, colocándose delante del cajón.

-¿Puedo pasar?- preguntó Ladubug sentada en el marco de la ventana con una sonrisa. Adrien sonrió mientras se acercaba a ella, extendiendo su mano para ayudarla a bajar. Esto más por un gesto de galán que por que ella lo necesitara.

-Por un momento pensé que no vendrías.- afirmó apenado el chico.

-¿Y perderme la oportunidad de conocer al tan afamado Adrien Agreste? ¡Nunca!- aseguró ella mientras él la guiaba hacia una silla antes de buscar un botiquín.

-Así que... ¿Ladybug es mi fan?- preguntó el chico con interés.

-Podría decirse.

-¡Vaya! Me alagas, mi Lady.- dijo con una gran sonrisa tomando otra silla para colocarse en frente de ella.

-¿Disculpa?- preguntó Ladybug extrañada de escuchar al muchacho llamarla por el mismo apodo cariñoso que le había asignado su compañero de lucha contra el mal. Adrien empalideció al darse cuenta de esto. No fue realmente su intención. Era tan solo la costumbre.

-¿Qué...? Yo... eh, quiero decir...- balbuceó Adrien sin encontrar realmente una buena excusa.

-¿Acaso... me llamaste "mi Lady"?- dijo la heroína con un ligero sonrojo.

-¿Te molesta eso?- preguntó el chico con ojos de cachorro.

-No, claro que no. Es solo que, pues, nadie más que Cat Noir me había llamado así antes.- explicó ella. Adrien se encogió de hombros y acercó un poco de medicina a la herida en su mejilla, sobresaltándola.- ¡Auch!

-Lo siento.- se disculpó él, repitiendo la acción con más cuidado.- Y... ¿qué tal es Cat Noir? Es decir, ¿qué opinas de él?

-¿Cat? Mmmhh... Bueno, es un buen chico. Y es un compañero asombroso.- dijo ella con una sonrisa.- Y aunque a veces puede ser algo, ehm, infantil, creo que no lo cambiaría por nadie más.

Adrien casi chilló para sus adentros. Saber que Ladybug se refería así de él sin tenerlo cerca era algo importante para él.

-¿Y tú, eh, sabes que él está loco por tí?- siguió preguntando mientras le colocaba una vendida con cuidado.

-Eh, no.- dijo ella confundida.- Es decir, a veces le gusta coquetear conmigo, pero no creo que sea nada en serio.

-¿Por qué dices eso?- preguntó el chico.

-Cat Noir no conoce mi identidad secreta. ¿Cómo puedes estar enamorado de alguien que no conoces?

-Bueno, yo sí estoy enamorado de tí...- murmuró Adrien, siendo escuchado, para su mala suerte, por Ladybug.

-¿Q-Qué dijiste?- preguntó ella con sus ojos bien abiertos. Adrien la miró asustado.

-Yo, bueno...- comenzó el rubio con su mirada en el suelo y una sonrisa nerviosa en sus labios. Aquella no era precisamente la clase se confesión que esperaba hacer a la chica, y ni se imaginaba que tampoco era la que ella se imaginaba recibir.

Tal vez valía la pena intentar. Es decir, ella nunca había rechazado directamente a Cat Noir. Ahora sabía que era por que jamás pensó que todos esos coqueteos y frases cursis eran de verdad. ¿Tomaría en serio las mismas acciones si estas vinieran de Adrien, un chico dulce y un poco más centrado, que "nunca había hablado con ella"? ¿Qué más da correr un riesgo?

Ladybug se puso de pie de pronto. Adrien creyó que había vuelto el momento incómodo.

-¿Qué sucede?- preguntó él.

-Lo lamento, debo irme.- Marinette había olvidado por completo que había prometido ayudar a su padres con la panadería aquella noche y comenzaba a hacerse tarde.

-Claro.- dijo él acompañándola de vuelta a la ventana.

-Gracias por todo.- dijo ella dulcemente tomando sus manos entre la suyas.- Espero que con esto ahora sane el doble de rápido.- agregó colocando una mano sobre su mejilla lastimada. Adrien la miró un segundo y sin avisar se inclinó hacia ella y plantó un sueve beso sobre su mejilla.

-A-Ahora sanará el triple de rápido.- aseguró. Con sus mejillas casi tan rojas como su traje, Ladybug sonrió antes de dejar la habitación. Adrien la observó a través del cristal hasta que la perdió de vista.

-Ya era hora.- dijo Plagg saliendo del cajón.- Creo que comenzaba a volverme claustrofóbico.

-¿No es maravillosa?- preguntó el rubio en un suspiro.

-Sí, sí. Es maravillosa, hermosa y perfecta. Estás loco por ella. ¡Lo sé!- dijo el kwami con burla. Era lo mismo cada vez que el chico hablaba de le heroína.- ¿Y qué harás ahora

-¿Qué quieres decir?

-Bueno, conociéndote, no creo que esto sea cosa de una sola vez, ¿o sí?- dijo Plagg. Adrien se lo pensó un momento antes de que sus ojos se iluminaran.

-Ahora que lo mencionas...

¡Feliz Navidad a todos!

Para celebrar estas fiestas, les presento el primer capítulo del primero fic colectivo del fandom de Miraculous Ladybug.

Para los que no saben que es un fic colectivo, les explico rápidamente: Es una historia creada por varios fickers a lo largo de diferentes fics publicados. El primer capítulo lo he escrito yo, pero el segundo estará a cargo de una ficker, amiga mía, quien continuará desde el punto en el que acabó fic que acaban de leer. Asimismo, yo tendré que escribir una continuación a lo que ella cree.

Esperamos les guste y apoyen este proyecto.

¡Felices fiestas!