Prólogo.
La medianoche se acercaba con cada minuto que pasaba. Yo no negaba lo que sentía por ella, no podía. Ella lo tenía claro; se lo había dicho un par de veces...pero ella siempre había callado a mis declaraciones.
Yo sabia que el mundo giraba en mi contra y la soledad siempre amenazando a cada segundo con aparecer en mi vida.
El viento frió del invierno revolvía sus cabellos. Era doloroso mirarla.
- Cientos y Miles de vidas fueron cegadas con mi cuchillo. Mis manos están manchadas con sangre de culpables. Y todo esto lo hice con el solo propósito de verte sonreír. - susurré mirándola a los ojos.
Ella me mantuvo la mirada, apretando los labios, como si desaprobara esa acción. El viento sopló con fuerza cuando ella dijo con suavidad:
- Yo no te hice esa petición, pero... Gracias por protegerme.
Sus ojos estaban cristalinos por las lágrimas retenidas...
No sabia que hacer en ese momento. Si ella lloraba; en mi mundo llovía. Si sonreía; en mi mundo el sol brillaba. Si se enojaba; se desataba el caos.
Di un paso al frente y la abrace. Acción que provocó que mis alas la protegieran automáticamente. Solo quería verla feliz por siempre...pero...
Aquella vez fue la última que la vi con vida. Mi fuerza no fue la suficiente para protegerla.
Cuando la encerraron, se llevo consigo mi corazón...
Han pasado tres años de aquello, nunca he parado de buscarla. Lo único que tengo de ella es un recuerdo; el recuerdo de su sonrisa y la ternura de sus ojos.
Hace unos días, he escuchado su voz, rogándome que la salve. He seguido buscándola, tratando de verla a través de su voz...
Y por fin hoy... la encontré.
- ¡Bienvenido demonio "blanco"! ¡Tu perdición llegó! -Dijo una voz altanera, aquella voz retumbo en todo el lugar- ¡Hoy morirás!
- Estoy en casa. - Me burle, sonriendo de lado-. Vengo a reclamar lo que es mio.
Mis puños ansiaban aquella pelea, traería de vuelta esa sonrisa. Parecía que me desvanecería en cualquier momento, pero escuche tú dulce voz en mi cabeza... suave y dulce susurro.
"Yo se que podrás, confió en ti Agalet, tú me salvaras...".
Mis enemigos, tres demonios para ser exactos, tenían afiladas armas y sus miradas reflejaban estar sedientas de sangre. No tenia temor alguno. Mi cuerpo estaba acostumbrado a luchar...Más si era por algo que anhelaba...
Mis ojos se tornaron fríos y vacíos. La emoción por volverla a ver era tanta, que no sentía dolor...
Mis sentidos se agudizaron con rapidez y sentí correr la adrenalina por mis venas, me estaba jugando la vida por lograr ver, una vez más, esa sonrisa.
...La adrenalina me controlo hasta tal punto que perdí la conciencia de mis actos. En unos cuantos minutos, mis manos y ropas estaban bañadas en sangre. Había mutilado cruelmente a esos demonios... Pero no importaba ya.
Logre alcanzar el collar que tenia uno de los demonios en su cuello y con rapidez libere su alma de ese collar gastado.
...Si no la liberaba... ella no reencarnaría jamás.
- Por favor, sonríe, mi hermosa Alanni... yo ya hice mi parte, ahora quiero que tu seas feliz. -Una lágrima resbalo por mi mejilla, quemándome la piel.
Caí de rodillas, para luego caer en el polvoriento piso con un sonido sordo, agotado por el sobre esfuerzo, me costaba respirar...y mis parpados se volvían pesados... La muerte se acercaba.
-Tú seras feliz, querida Alanni. - susurre con suavidad, antes de que mis parpados se cerrarán.
