Antes de que me apedreen, es oficial: este es el Terce, y el ULTIMO!, Fic de navidad que subo este año jejeje
Es que me vino de perlas para una idea que tenia desde hace tiempo, pero no se preocupen, no sera muy largo... Espero...
jajaja Es parte de mi campaña "Por un mundo FF con mas Leico"
Espero que les guste, este sera un fic de lo mas emotivo...
Mi verdad… Mi Perdición
Capitulo 1
Pov Leo
¡Hola! Me llamo Leo Valdez y tengo dieciséis años, y si ya sé que suena muy trillado pero no se me ocurre otra forma para empezar a contarles todo por lo que he pasado estos últimos días; en serio, ha sido tan raro.
Todo comento un día normal, o tan normal como lo es para mí, cuando conocí a quien hoy es mí perdición.
Mi despertador sonaba a todo volumen esa mañana, es en momentos como estos que me arrepiento de haber modificado su sistema de volumen y alinearlo con el estéreo en mi habitación; por suerte la canción es "Best day of my life" de American Authors, amo esa canción.
Con toda la flojera del mundo me quita las sabanas de encima y me levante; tome el control que había en mi mesilla de noche y apreté el botón mas grande. De inmediato la alarma se apago y las persianas se abrieron dejando entrar toda la luz del día. Camine descalzo y fui a ver el almanaque de tenia pegado en la pared.
-Primero de diciiiiieembre…-Bostece mientras lo decía. De inmediato todo el sueño dejo mi cuerpo.
Claro, ya es navidad lo que significa: comida, fiestas, regalos y ¡vacaciones de escuela! Claro que tampoco es que vaya a hacer el vago todos los días; hoy, por ejemplo, tengo un asunto que atender. Corrí al baño y me mire al espejo; mi cabello estaba revuelto como todas las mañanas, tenía algo de saliva seca en la comisura del labio, genial otra vez babeo y tengo las sabanas marcadas por todo el cuerpo. Duermo en calzoncillos, de noche me da demasiado calor.
En quince minutos tome un relajante baño de agua caliente; me cambie con la ropa más cómoda que tengo, camisa blanca, pantalones caqui beige con tirantes marrones y unos tenis. Cuando baje a desayunar encontré una nota sobre la mesa junto a un plato con mi desayuno. Era de mi madre, decía que había tenido que salir temprano junto a mi padre, mis hermanos estaban en sus últimas clases de la universidad.
Mi familia es un tema especial, pero hablare de ellos luego. Devore mis huevos con pan, tocino y jugo de naranja, no me dejan beber café, tan rápido como pude. Tome mis llaves, mi patineta y salí de la casa.
Unas cuadras más adelante patinaba tranquilamente por la acera mientras tarareaba mi canción de despertador.
Fue un viaje de veinte minutos, lo normal hasta el hospital de la ciudad. En caso de que se estén preocupándose por mí: No tengo nada. Además del brazo que me rompí cuando era niño, gozo de una excelente buena salud.
La razón por la que vengo al hospital cada semana es otra…
-Hola Leo…-Las enfermeras me saludaban al pasar y yo les respondía feliz.
-Hola Niki, Susan, Kelly… ¡Señora Suarez!-La jefa de enfermeras esperaba detrás del recibidor principal-Hoy luce tan linda como de costumbre, ¿se hizo algo en el cabello?
-No empieces Leo-Por más que lo intente no puede ocultar lo mucho que le gusta que le diga eso. Me extendió una tablilla con un lapicero. Mire la lista por encima y yo era el único que faltaba-Te están esperando en la sala 6…
-Ok-Firme en mi nombre y deslice la tablilla de vuelta. Las enfermeras cercanas me sonrieron y yo me fui directo al asesor. La sala estaba en el sexto piso; llegue a la puerta y escuche el típico alboroto que siempre hay cuando voy.
-¡Leo!
-¡Hola chicos!-No di ni dos pasos dentro cuando ya estaba rodeado por un montón de niños entre los ocho y los quince años-Ey cuidado no quiero que me internen como victima de estampida…
Adoro a los niños, se ríen de todas mis bromas no importa que tan malas sean. La mayoría se disperso entre los otros chicos que también estaban en la sala. Me acerque a una de las chicas; bajita, de mi edad, con la piel morena y el pelo rizado:
-Hola Hazel…
-Llegas tarde-Curiosa forma de saludar; aunque me cuesta tomármela en serio cuando tiene el pelo lleno de colitas de colores sin ninguna forma.
-¿Otra vez dejaste que se acercaran a tu cabello?
-Sabes que no puedo decirles que no…-Puso cara de víctima y yo tuvo que hacer un esfuerzo enorme por no carcajearme.
-Bueno…-Entrelace mis dedos y los hice tronar-Ahora es mi turno… ¡Chicos, ¿quién quiere jugar?!
Creo que ahora resulta algo obvio, pero lo diré de todas formas: soy voluntario en el hospital.
Somos un grupo como de diez chicos y chicas. Venimos aquí unos días por semana y ayudamos con todo lo que podemos. Hoy por ejemplo estamos con los niños de la planta infantil; la mayoría solo están en observación por haber tenido viruela o pulmonía, así que jugamos y hacemos un poco de ruido.
Pero también ayudamos con otras cosas; como a cargar los vendajes para las enfermeras, a cargar cajas de suministros, limpiar habitaciones, cambiar sabanas y esas cosas.
Aunque personalmente también ayudo con cosas más técnicas. Arreglo los cableados de las luces cuando fallan, las computadoras, las camillas o las sillas de ruedas, soy bueno con ese tipo de trabajos. En cuanto me gradué empezare a estudiar ingeniería mecánica en la universidad.
Al medio día las enfermeras llegaron con los almuerzos; a veces me siento culpable. Yo comiendo el delicioso almuerzo de mi madre y los chicos del hospital tienen que comer esa comida insípida sin sal y poco azúcar, si no es que nada. De todas formas los voluntarios les pasamos una que otra patata asada o alguna albóndiga sin que las enfermeras lo noten.
Pero ese día era diferente. Ya que era primero de diciembre todos lucían bastante alegres. Algunos pequeños hablaban en grupo sobre lo que querían que les regalara Santa; otros chicos más mayores comentaban que esperaban poder salir rápido.
Eso me hizo pensar, hay personas que pasan la navidad y el año nuevo en el hospital. Me sentí un poco culpable.
Esa misma tarde empezamos con las decoraciones del hospital. La jefa Suarez nos llevo al depósito donde guardaban todo. Había cajas llenas de borlas, guirnaldas y figuras para pegar en las paredes, como muñecos de nieve, ositos de peluche y esas cosas; muchos juegos de luces que tal vez necesitarían revisión y una caja con un gigantesco árbol de navidad. Para sala de espera o el recibidor de entrada seguramente. El resto eran árboles de navidad tamaño estándar para los pasillos.
-¿Y cómo vamos a poner eso?-Pregunto una de las chicas, Piper. Es simpática y bonita, si una enfermera no logra que un paciente se tome sus pastillas ella puede lograrlo.
-Mis hermanos ayudaran-Respondí-Son bastante útiles a la hora de cargar cosas pesadas; hoy solo pongamos las decoraciones en los pasillos y las habitaciones.
-Suena bien-Secundo Hazel. En momentos así me siento raro; digo, solo somos un grupo de chicos ayudando en un hospital, pero todos siguen mis indicaciones. Se siente bien, pero es raro.
Cada uno tomo una caja, una cinca adhesiva y escogimos pisos. Hazel y yo tomamos el tercero.
Salimos del ascensor y nos separamos cada uno a un extremo diferente del pasillo. Ese piso solo era de habitaciones así que no eran más que un par de pasillos largos que iban a cada lado.
Decorarlos fue fácil y rápido; colgué las guirnaldas a lo largo pasando sobre las puertas y pegue algunas figuras en las puertas, muñecos de nieve, santas, regalos y árboles de navidad. Después de eso era ir habitación por habitación.
Era un agradable trabajo. Algunas habitaciones estaban vacías así que era rápido; en las que tenían pacientes, generalmente dos compañeros o a veces tres, me quedaba unos minutos charlando; en las que había un paciente durmiendo intentaba ser lo más rápido y silencioso posible; en un par me encontré a alguna enfermera que hacia revisión o llevaba pastillas. Para cuando llegue a la última habitación del pasillo una venia saliendo de la habitación:
-Hola Hylla-Salude animado, aunque siendo honesto la chica me asusta un poco. Es alta y parece que podría partirte a la mitad con una llave de lucha-Feliz navidad.
-Que hay Leo-Lucia algo, ¿cansada? No estoy seguro. Pero entonces se fijo en la caja que traía en las manos-¿Ya están decorando?… Tal vez, deberías saltarte este cuarto.
-¿Eh? ¿Y porque? Incluso los que estaban vacios ya los-
-Este no está vacío-Me interrumpió algo tajante-Es un cuarto privado; solo que, él es algo… Sensible.
-Hylla…-Gire y vi como otra de las enfermeras le llamaba de otro lado del pasillo. Ella suspiro pesadamente y luego me miro con fiereza:
-Te conozco Valdez-Odio cuando alguien me llama por mi apellido, en serio me hace sentir tan indiferente-Y se que vas a entrar; así que hazte un favor. Haz lo que tengas que hacer rápido y, lo más seguro es que te ignore, pero no digas nada. En serio, no intentes ser gracioso.
-Pero-
-¡Hylla!
-¡Ya voy! Hazme caso Valdez-Me dirigió una última mirada de advertencia y se alejo por el pasillo.
Ok eso en verdad me dejo aturdido, pero más que nada me pico la curiosidad.
¿Un cuarto privado? ¿Un "él" sensible? ¿Qué me ignoraría? Por favor, aun no nace nadie lo bastante paciente como para ignorarme. Soy un rotundo fastidio, me lo dicen a menudo.
Pero, he tenido mis encuentros con pacientes sensibles, gente que no siempre está de buen humor. Malos diagnósticos, terminales, abandonados, comas, incluso con las personas que solo estaban de visita y aun así eran afectadas por los médicos. Como voluntario he aprendido a saber cuándo es tiempo de una broma y cuando no.
Aun así no pienso dejar a nadie con una habitación donde no se note el espíritu navideño.
No me di cuenta pero respire hondo y abrí la puerta. Cuando entre me di cuenta porque era una habitación privada; las paredes eran azules y blancas, el techo era blanco con una lámpara, en el centro estaba la camilla, lo normal. Pero también estaba amueblada con un sofá de cuero blanco, que tenía una chaqueta negra encima como si alguien la hubiera dejado allí, una mesilla de noche y un librero al fondo. Ok eso era raro; los únicos pacientes a los que se les permitía amueblar sus habitaciones eran a los… "permanentes".
Oh cielos…
-"No significa que Hylla vaya a tener razón"-Intente convencerme a mí mismo; aunque había algo en el aire que me decía que tal vez estaba imaginado cosas. Un aroma suave, como una mescla entre vainilla y olivos, es agradable.
Mire alrededor y vi que la cortina a un lado de la camilla estaba corrida:
-Hmm… "Debe estar durmiendo"-Supuse, de inmediato mi sospecha quedó desecha cuando la cortina se corrió de golpe y vi a la otra persona del otro lado.
-¿Quién eres?
Tras preguntas como esas me gusta responder tipo "Oh yo soy Leo, un duende mágico" o "Ey, me llamo Leo y soy tu nuevo amigo imaginario". En vez de eso solo di una de esas respuestas inteligentes de mis hermanos, principalmente Percy, cuando algo les sorprende:
-¿Uh?-No pude evitarlo el chico frente a mi era… No sé cómo explicarlo. Es como de mi edad, su piel es más clara, olivácea; cabello negro un poco largo totalmente despeinado como si acabara de levantarse; ojos oscuros pero brillantes. No suelo fijarme mucho en la apariencia de los demás chicos, efecto secundario de vivir con mis hermanos "modelos de portada", pero este chico es muy lindo-"No pensé eso…"
Guapo. Esa es la palabra correcta; bueno, lo es y la vez no lo es. Podría ser un chico muy atractivo, pero su piel esta tan pálida que parece que no ha salido en mucho tiempo a saludar al sol, y su tez clara no hace más que resaltarlo aun mas; esta delgado, muy delgado para su complexión, aunque no estoy seguro creo que es de mi misma estatura; pero lo más inquietante son sus ojos.
Tiene unos bonitos ojos; pero su mirada es áspera, fría, ciento como si me taladrara el alma con ella; su ceño fruncido y esas pronunciadas ojeras solo acentúan aun más su hostilidad. Pero no pienso dejarme amedrentar fácilmente:
-Eh, perdón, soy Leo soy voluntario-Dije con el tono más serio pero amigable que pude.
-La enfermera ya vino-Hablo rápido y tajante señalando el suero que colgaba junto a él y la intravenosa que tenía en el brazo. Ver eso me molesto un poco, nunca me han gustado esas cosas; pero, no sé porque, esta vez me molesto aun mas.
-Si, Hylla, me la encontré; yo vengo porque estamos decorando las habitaciones-Levante la caja que traía en las manos-Ya sabes por las fiestas y eso…
Esperaba que dijera algo pero solo desvió su mirada a la ventana desde donde se podía apreciar la suave nevada que caía. Se cuando un paciente se sume en sus pensamientos. Pero cuando deje la caja sobre la mesilla de noche y la abrí escuche como volvía a hablar:
-No quiero nada-Me gire hacia él pero no me miraba, seguía con los ojos fijos en la ventana.
-¿Disculpa?
-Ya me oíste-Sus ojos volvieron a fulminarme-No quiero que pongas nada en mi habitación, largo-
-Pero, es-
-¡Largo!-Creí que oprimiría el botón que llamaba a la enfermera, pero no lo hizo-¡Ahora!
Dos segundos después yo estaba de regreso en el pasillo con la caja en mis brazos. Su grito me había puesto los pelos de punta, y no por lo que creen; si, su mirada daba miedo pero mas allá de eso pude notar el dolor como un sonido de trasfondo en su voz y puedo jurar que sus ojos, además de iracundos, estaban aguados. Antes de salir me fije en el por completo y note que algo… faltaba.
Hylla tenía razón, era un chico sensible pero no de una forma común.
Pero no pienso dejar a alguien fuera de toda la lista de actividades navideñas que tengo planeada… Ok primero tengo que hacer toda una lista de actividades navideñas para incluirlo.
-"Pero primero…" -Tome la caja con los adornos restantes y la regrese al depósito, si ese chico no quiere decoración no la tendrá. Al menos, no la común del hospital.
A la hora de salida, mientras firmábamos la tablilla, hable con mis compañeros aclarando los detalles para terminar la decoración, yo me llevaría las luces para revisarlas y traería a mis hermanos para que nos ayudaran a cargar todo; Piper traería sus CD´s de música y Hazel prepararía algunos bocadillos para repartir, obviamente con una receta aprobada por la jefa Suarez. Los demás chicos ayudarían con otras cosas, como llevar algunos adornos nuevos y algunos regalos de utilería para poner debajo de los arboles.
Elegí ser último al firmar, mientras lo hacia averigüe lo que quería saber:
-¿Oye, Annie´ conoces al chico de la habitación del fondo del tercer pido?-Pregunte de lo mas indiferente, como quien no quiere la cosa.
-Sabia que tenías algo que ver-A veces me pregunto quién fue el idiota que creó el estereotipo de las rubias tontas; las rubias no son tontas, ¡son peligrosas!-Estaba de muy mal humor cuando fui a revisarlo.
-¿En serio? Dudo que ese chico alguna vez este de buen humor. Solo quería poner algunos adornos y ya… Armó mucho escándalo solo por eso.
-Nico es-
-Sensible; si, ya lo note… Entonces su nombre es Nico-Mire a Annabeth-¿Puedo saber su apellido?
-Conozco esa mirada; ¿Qué estas planeando?-En serio, esta chica es demasiado aguda. Tiene sentido que se graduara de medicina dos años antes. Es la doctora más joven de todo el hospital.
-Solo, quiero animarlo un poco… Es un "permanente" ¿no?-Dije.
Ahora que lo pienso, me irrita pensar que Nico sea uno; no lo conozco pero me molesta pensar que tenga que estar en un hospital. Mientras yo pensaba eso, Annabeth suspiro antes de responderme:
-Nico Di Angelo, tiene cerca de cinco años aquí-Me sorprendí; no es que conozca a todos pero si a la mayoría de los pacientes. ¿Cómo es que nunca me tope con él?
-Nico Di Angelo… Bonito nombre-Ni siquiera me di cuenta de que lo dije sino hasta que note que Annabeth me miraba fijamente-Eh, entonces, nos vemos mañana-
-Leo-Odio hacer enojar a Annabeth, me asusta-Nico es diferente a todos los pacientes con los que he tratado y los que tú has conocido; nunca dejo que nadie lo moleste, y tú eres molesto-
-Oh valla, gracias es un arduo trabajo lograrlo-
-A eso me refiero-Creo que no debí decir nada-Normalmente te diría que te alejes de él… Pero como su doctora me irrita no poder hacer nada por su estado emocional…
Quisiera agregar algo como "Tal vez si te pusieras una nariz roja y una flor de agua…", pero sabía que si lo decía yo sería el siguiente en entrar a la morgue víctima de un extraño accidente con un bolígrafo.
-Si alguien puede animarlo…-Me miro con un poco de escepticismo-Tal vez puedas ser tu.
-Eso significa que tengo permiso para ir a verlo y todo…-No puedo creer lo emocionado que soné, patético. Annabeth me estudio con sus ojos grises unos segundos más, como si se debatiera en retirar sus palabras o no.
-Sí; intenta animarlo un poco-Esta vez me sonrió-¡Pero sin exagerar!
Continuara…
Se que no le di mucho protagonismo a Nico, pero no se preocupen que el capitulo 2 es narrado por el...
Por ahora, me dejan reviews? me ayudaria a escribir mucho mas rapido n_n Nos leemos luego!
