El viento al noroeste

Por: Conejo

   Ya era noche. La luna se asomaba por el horizonte, así que Link tomó la decisión de acampar cerca del Lago Hylia para descansar un poco de sus travesías. Había pasado muchos días sin dormir absolutamente nada – tal vez desde que inició su búsqueda cuando aún era niño – y tenía el cuerpo muy agotado por tantas batallas que ha tenido que pasar junto con Navi.

   La fogata ya estaba encendida, y el joven Hyliano de diecisiete años disfrutaba de la compañía de su caballo Epona y de la mencionada hada. Ahora, aunque su vida ya pertenece a la de un héroe, por lo menos se encontraba con más compañía.

   Antes, cuando estaba en el Bosque Kokiri, sus demás compañeros lo discriminaban por no tener una hada. Siempre le lanzaban insultos, que le dolían bastante. Pero, en estos momentos que es considerado un verdadero héroe, ellos ya lo respetan.

   No es que tenga desconfianza de ellos; cualquiera puede aceptar sus errores, pero no se sentía bien. Tal vez por…

- Link…- Navi notó la melancolía del muchacho y se acercó volando a él - ¿Te encuentras bien?

   El que antes pensaba que era un Kokiri no contestó. Sólo pensaba en la única persona que en verdad lo apreciaba en esos momentos difíciles… Saria. Ella es su mejor amiga, y que lo aceptaba fuera como fuera.

Ella…

… ¿ Pero en qué estaba pensando? Era imposible alguna relación con ella a estas alturas. Saria, siendo la Sabia del Bosque, tenía que estar en el propio Bosque, aunque no quisiera. Además, seguiría siendo una niña por siempre…

No, no podía suceder nada con ella…

   Epona relinchó, llamando a su dueño que estaba recostado en ella. Link acarició a su caballo, con una sonrisa falsa.

   A pesar de que ya era un adulto, tenía el alma de un pequeño de diez años. Su confusión era evidente.

No podía saber lo que estaba sintiendo…

Algo novedoso, y que le asustaba…

Por supuesto que estaba confundido…

- Link. – Llamó la Fairy – Mañana iremos directamente al Templo del Agua. No podemos desviarnos de nuestro camino… Lo siento.

El joven héroe comprendió, muy a su pesar.

Pero en ese momento, recordó algo…

   Sacó su Ocarina del Tiempo, y a su mente llega aquélla melodía que siempre tocaba Saria cuando él se encontraba deprimido. Esa melodía que le enseñó en la entrada del Templo del Bosque, hace siete años.

   En esa ocasión le dijo que cada vez que la tocara, podría hablar con ella a través del viento, no importa en dónde se encuentre. Link recordó que la había probado un par de veces, y podía conversar con la Kokiri usando al viento como un mensajero sin vida.

¿Seguirá funcionando, después de tanto tiempo?

   No perdía nada al intentarlo. Acercó sus labios a la boca del instrumento, y ensayó para recordar la tonada completa. Epona y  Navi observaban a Link tocando cosas sin sentido alguno durante un rato,  hasta que logró encontrar la melodía completa, y la tocó de una forma como no lo había hecho antes.

   Una forma hermosa, que atravesó la penumbra del lugar, e hizo que todos los seres que se encontraban en los alrededores del lago se sintieran en el paraíso de los dioses.

Mientras tocaba, Link deseaba conversar una vez más con su amiga, y tal vez confesarle sus  sentimientos para así poder continuar con su viaje tranquilamente.

Y cuando el viento comenzó a soplar al noroeste, él sonrió, y supo que su deseo se había hecho realidad.

Gracias al viento, se siente feliz.

- Hola, Link, ¿Cómo estás?

***

Notas del autor:

   Vaya, hace mucho que no ponía a publicar nada, así que me puse a trabajar para que no me olvidara nadie xD (No sé qué estoy diciendo, si a lo mejor ustedes ni me conocen, jeje)

   Bueno, sea como sea, espero que les haya gustado este pequeñísimo fic meloso, de esos que nunca me salen. Espero que éste se encuentre decente =P

Cualquier duda, comentario, o sugerencia… ahí está el Review, jeje.

¡Nos vemos!