Disclaimer: Los personajes pertenecen a Hiroyuki Takei
Now And Forever
El joven de cabello café se levantó pesadamente de su asiento. Recogió los palillos y el bol; y se dirigió a la cocina con paso lento.
-Hola, Joven Yoh- saludó Tamamura,al verlo entrar. Pero Yoh no dijo nada; ni siquiera la miró a los ojos cuando pasó junto a ella para dejar los utensilios sobre la encimera.
En parte ella lo comprendía . Desde aquella maldita batalla en el territorio sagrado, el joven Shaman no había vuelto a ser el mismo: Ya no sonreía, no hablaba si no era lo estrictamente necesario; ni siquiera soltaba esos curiosos comentarios que tanto irritaban a todos.Definitivamente su vida había cambiado radicalmente desde la desaparición de "ella".
Tamao miró apenada como e chico de los auriculares se alejaba con la mirada perdida, adentrándose de nuevo en el interior de la casa.
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Recorrió el amplio pasillo que parecía estrecharse a cada paso que daba, y subió las escaleras. Caminó un poco mas y llegó:
-La habitación de Anna- recordó, fijando su vista en la yukata de la Itako; que descansaba cuidadosamente doblado sobre su futón. Nadie había tocado nada desde entonces.
¡La has matado!.¡La has matado!.
Las voces de sus compañeros, mezclada con la risa de suficiencia de su gemelo, volvieron a resonar en su cabeza; como tantas otras veces.
¡La has matado¡Fuiste tú..!. ¡ASESINO!
-¡YA BASTA!- suplicó el shaman, llevándose las manos a la cabeza en un ademán de alejar todas aquellas voces que día tras día, osaban atormentarle- bas..ta, por favor...-volvió a repetir en un hilo de voz que ni él mismo oyó.
Y como si de pronto se hubieran rendido: las voces cesaron. Todo quedó pasmosamente en silencio; pero su corazón, aunque fuera lento, seguió latiendo; siendo el único sonido, que escucharía mas tarde, la única persona que habitaba en la pensión.
Tamamura lo encontró minutos después, desmayado frente a la puerta del dormitorio de la que había sido su prometida.
A raíz de la muerte de Anna, habían nombrado a Tamao segunda prometida de Yoh. Por supuesto él no se había negado; ya que era decisión de sus abuelos; además, la chica siempre se había portado muy bien con él. Pero aún siendo así, la joven sucesora de la itako, nunca se había echo ilusiones. Sabía que Yoh no la amaba y nunca lo haría.Ciertamente, no le importaba; lo único que ella deseaba era hacerle igual o mas feliz, de lo que había echo la sacerdotisa, cuando aún vivía.
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Depositó al chico en su futón, arropándole a su vez, con unas mantas mas gruesas. Al parecer; Yoh se encontraba titiritando y con algo de fiebre. Por lo cual, Tamao había decidido quedarse toda la noche en su cuarto para velarle el sueño.
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-¡Anna!- el nombre de la itako resonó en la habitación, formando un suave eco que se disipó casi al instante.
-¡Ah! Ya te has despertado...-se escuchó decir a la chica que lo acompañaba.
-Tamao..-murmuró él- ¿Q-que ha...?
-No se preocupe, joven Yoh-cortó la muchacha- era una pesadilla. Está muy cansado;será mejor que descanse un poco-Insistió la chica, con dulzura.
Poco tardó Yoh en volver a cerrar los ojos y abondonarse de nuevo al sueño. Tal como había dicho la chica: Estaba cansado.No sólo de cuerpo, sino también de espirítu.
La noche trancurrió lenta y silenciosa; interrumpida solamente por algunos gimoteos por parte del shaman.La joven prometida, no se separó de él en ningún momento. No quería dejarlo solo. A veces, en sueños, se agitaba deamasiado y pareciera que su corazón; desvocado de sufrimento, fuera a explotar dentro de su pecho, en cualquier instante.
Tamao había tratado que el muchacho fuera a ver a un médico, pero él se había negado en rotundo. No quería preocupar a nadie, por eso; fingir, se había convertido en su rutina y perdición.
En los primeros días de vuelta a la pensión, habían recibido las visitas de Manta, Horro-Horo e incluso fausto; que venía a revisarle .Pero poco a poco el nivel de visitas disminuyó.Era lógico, si tenemos en cuenta que Yoh ni hablaba, ni escuchaba, ni nada...
-Quizás si cambiásemos de aire...-murmuró la muchacha, acariciando el suave cabello de su prometido-No...no serviría de nada- suspiró
Apartó la vista del muchacho, cansada, y se concentró en cualquier punto de la habitación.Sus pensamientos volaron muy alto y muy lejos de la pensión Asakura,de Fumbarioka; de Tokyo...Y evocó justo el fatidíco momento en el que el shaman había perdido los hilos que lo ataban a la conciencia y a la "vida".
Continuará...
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