Debo decir que esta es una de las parejas que más me gusta, visualmente se ven muy bellos y lo bueno de todo esto, es que voy a hacer más fics de ellos en el futuro. Eso es porque no hay muchos fics de esta pareja en español, aunque en ingles no hay tantos como quisiera.

Disclaimer: Ningún personaje que aquí aparezca o sea mencionado me pertenece, todos son propiedad de su respectivo autor: Yoshihiro Togashi.

Advertencia: Shonen-ai.


―Promételo.

―Gon.

―Promételo. ―volvió a murmurar sin quitar la expresión seria en su rostro y su mirada decidida―. Promételo, Kurapika. Promete que no te convertirás en uno de ellos… Promete que no serás un asesino despiadado…

El joven Kurta miró con preocupación a su pequeño amigo. ―Gon.

―Promételo. ―insistió, sin percatarse de que su voz parecía quebrarse al final―. Por favor…

No fue hasta hace unas horas que Gon y Killua habían sido capturados por el Genei Ryodan, teniendo que regresar al líder del mismo para liberarlos. Pero aun Kurapika era capaz de sentir la tensión y preocupación de esos momentos… ambos estaban a salvo.

El muchacho de cabello rubio notó el estado emocional del más joven. ―De acuerdo. ―murmuró dando un suspiro final―. Yo…―. Pero antes de que pudiera continuar, dos dedos se posaron suavemente sobre sus labios.

―Si tienes pensado faltar a tu palabra, no digas nada…―. Una sonrisa triste se adueñó de su rostro. ―Sabía qué harías eso, tratarías de engarme para que me sienta mejor… ―ultimó bajando lentamente su mano hasta dejarla caer en la superficie de la cama―… no soy tan distraído como creen.

―Gon.

Su expresión cambió abruptamente, dejando que una sonrisa nerviosa la remplazará. ―Está bien, estoy siendo algo duro contigo…

―Hay algo que sí puedo prometerte. ―dijo de pronto, enmudeciéndolo al pelinegro. Kurapika sonrió levemente antes de continuar―. Cuando logre que mi tribu descanse en paz, prometo seguir adelante… tal como ellos, mi familia y ustedes querrían. ¿Te parece bien?

―Okay. ―murmuró dejando que las esquinas de sus labios se curvaran en una pequeña y simple sonrisa. Durante un breve segundo dudó, pero finalmente estiró su mano derecha manteniendo el dedo meñique erguido y entrelazarlo con el de su amigo―. ¿Puedo…?

Aunque haya dejado la pregunta inconclusa, había entendido a la perfección lo que Gon estaba pidiéndole. ―Adelante… ―dijo por lo bajo antes de afianzar el agarre de su dedo.

―Promesa del dedo meñique… quien rompa esta promesa tendrá que soportar el castigo de mil agujas en la piel. ―mientras decía aquel canto movía de arriba abajo los meñiques unidos antes de unir los pulgares y murmurarle a su compañero "sellado con un beso"…

Una sonrisa apareció en el rostro sereno de Kurapika y sin deshacer aquella expresión estiró su mano libre, posándola sobre la mejilla ajena. Tomó un pequeño impulso y posó sus labios en la frente del moreno de manera delicada y suave; un efímero y fugaz beso, que no dejaba de ser dulce; el más joven se sonrojó levemente, sintiendo el rápido latir de su corazón y el pulso acelerado.

―Sellado con un beso… ―dijo al alejarse, ofreciéndole una sonrisa sincera.

Gon no estaba convencido de aquella promesa, pero no iba a dejar de creer en él.