Viento entre jardines, rosas rojas...blancas...amarillas...
El sol se pone, el reloj marca las 7 y despues todo es demasiado eterno. Busco entre las espinas un lugar para regocijarme, observar entre agonia como un suspiro mi tranquilidad oscura. Agazapado como cada noche la oscuridad lo cubre todo, la nieve cubre mas alla y todo parece apaciguarse...
pero no en mi interior.
Sin dejar de pensar en todo y a la vez en nada vuelvo a mirar alrededor, viendo esa dulce locura que
me perseguira mas alla de mis pensamientos, de mis tristezas...
Ella duerme, su respiracion lenta y desesperada de libertad parece escaparse como leve brisa, ninguna mujer se habia acercado a mis dominios antes y era simplemente como un soplo de aire fresco, una pequeña luz entre la oscuridad.
Pero no le agrado, ¿Como podria fijarse a simple vista en una bestia como yo?
En mas de una ocasión me lo habia repetido cuando no la soltaba, cuando cenabamos y ella comia por sobrevivir esperando un halo de piedad de que la soltara.
¿Como podia apiadarse de mi sufrimiento? ¿De mi soledad? Aunque lo necesitara y se lo pidiera era imposible que lo hiciera, simplemente por mi, por ayudarme...
Quiero sentir que no se ira, como mi dulce ninfa, aquella cierva dorada que ansiaba mas que mi propia riqueza, mas que a mi propia esposa...
Si hubiera pensado en mi promesa...jamas se hubiera ido.
-Bella, es de dia...puedes salir por mis dominios tanto como quieras mientras haya luz, pero cuando sea de noche y la oscuridad bañe las primeras rosas...debes volver conmigo.
¿Quien iba a decirme que la veria con esos ojos, como la primera mujer a la que mire?
No me gustaria dañarla...
Anhelo mi forma humana, mis ganas de vivir y se que pronto, si no me ayuda, morire...solo como merezco.
Aun con eso no le pedire que se ate a alguien como yo, por que no sentiria mas que asco hacia mi.
