Sé que te dije una y otra vez que te quería lejos. Sé que no hubo día en el que no te dijera que te detestaba y te odiaba. Créeme cuando te digo, que recuerdo cada una de nuestras conversaciones, encuentros...y sí, eso incluye los insultos, porque también los recuerdo.
Al igual que recuerdo como era tu amor. Dañino, doliente. Y a la vez, apasionante, especial y protector.
Recuerdo todas las veces que me dijiste: "Te amo", recuerdo todos, absolutamente todos tus besos. Porque se me quedaron grabados, en el corazón.
Sé que me amaste, tal vez no de la manera convencional, pero lo hiciste. No eras de esos que regala ramos enromes de rosas, llevan a sus parejas a cenas románticas y mucho menos dimos paseos a la luz de la luna y cogidos de las manos.
Tu amor, era como tú. Silencioso, sigiloso, algo oscuro, atrayente, perjudicial, delicado y agresivo, todo a la vez.
Pasé muchas noches llorando, noches en vela pensando en ti y en tu desprecio hacia mí.
Porque tu amor era así, malo y tú, solo sabías hacer daño. Solo sabías herirme con tus palabras y a pesar de que lo intentarás arreglar y que yo te perdonara, no podía olvidar todo lo que me decías.
No podía olvidar, que algún día, tu estarías en el bando contrario, algún día tendríamos que luchar el uno contra el otro. Algún día, tú sería un mortífago y yo seguiría siendo: "La sangre sucia"
Y puede, que yo tampoco fuera la novia ideal y puede que mi amor tampoco fuera de lo mejor. Pero era mejor que el tuyo.
Porque, a pesar de saber amar, no sabes hacerlo bien. No sabes amar, sin hacer daño. No sabes amar, sin provocar sufrimiento.
Pero a pesar de todo, nada de eso podía acabar con mi amor hacia ti. Pasara lo que pasara, seguía amándote.
Podrías ser malo y ególatra, podías ser muchas cosas malas, pero nunca, jamás, dejaste de preocuparte de mí. Muchas veces te excedías con tu preocupación y sobre protección, muchas veces mandaste a más de uno a la enfermería. Como puedes ver, tu amor hace daño, incluso aunque no sea a mí a quien se lo hace.
También tenías detalles, pequeños e inusuales, pero eran detalles que marcaban la diferencia, detalles significativos. Y tus amos, no muy comunes, conseguían hacer que mi corazón se acelerase y que sintiese mariposas en mi estómago.
Pasara lo que pasara, fueras como fueras, seguí amándote y te sigo amando.
Porque tu amor era malo, pero tu ausencia es peor.
