1.- Love Will Find a Way
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*Hey baby even though I hate ya!* (vibrar) *I wanna love ya* (vibrar)
- Ca-ra-jo – murmuro Elsa sacando la mano fuera del capullo de frazadas que había formado en su cama, oh amena oscuridad que fue interrumpida por el espantoso ringtone que demostraba que pertenecía a Rapunzel, su querida media hermana a la cual le encantaba Ariana la Grande – Sabes qué hora es?- contesto cuando pensó que ella se cansaría de esperar y la dejaría descansar, su rubio cabello platino nublaba de por si su ya borrosa vista.
- Bueno acá ya dan las 9 am?- respondió del otro lado.
Elsa alejo el teléfono de si, graso error ya que la iluminación del celular le quemo las retinas – Por favor, acá apenas y son las 3 am , te ruego, te imploro a que me llames más tarde Rapunzel, chao – Se disponía a colgar.
-Hey, ey, ey! Elsa es importante no cuelgues por favor! – dijo a toda prisa.
- Sucedió algo malo? – despertando alarmada a su somnoliento cerebro.
- Siempre fatalista, no porque sea importante tiene que ser una mala noticia- respondió algo divertida.
"Dios, ayúdame, la quiero tanto pero tengo un límite para esto"
-Bueno, no podía esperar hasta decirte que "serás tía nuevamente!"- exclamo con emoción, a través de la línea se podía notar lo feliz que estaba, incluso se podía sentir que era contagiosa no pudo evitar sonreír ante la incredulidad, su hermana siempre tuvo el sueño de tener una gran familia.
-Waoh- atino a decir sin salir del asombro, Rapunzel ya era madre de una preciosa bebe que ya cumpliría 4 años y al parecer Eugene no tardo en cumplir su promesa de darle un hermanito.
-Solo "waoh"? vaya Elsita siempre con respuestas tan interesantes.
- Que puedo decirte hermana?, estoy anonadada por el asombro pero muy feliz – pensó rápidamente- un sobrinito o sobrinita que viene en camino y al cual podre moldear a mi imagen y semejanza como a mi pequeña Christel.
Oh si, Elsa tenía una extraña afición a las armas, no, no solo era una afición en verdad tenía una obsesión con las armas, bueno para trabajar en la 1ra compañía de Elite de francotiradores, la joven sub teniente Winter era por así decirlo: Una experta,… una experta que le regalo a su sobrina un videojuego shotter el cual sus padres desecharon sin remordimientos.
-No por favor, tus sobrinos estarán en contra de las armas al cien por ciento al igual que sus padres para eso ten los tuyos propios o pensándolo mejor no, no hasta que consigas a alguien que te haga olvidar esas cosas horribles- dijo irónicamente y luego hubo una pausa -¿Elsa?- dijo con algo de aprehensión la morena desde el otro lado de la línea.
-Dime- respondió
-Estas bien, ningún problema por ahí?- pregunto algo preocupada.
*suspiro*
*Estas bien?*, esa pregunta que toda su familia le hacía cada vez que se comunicaban con ella o su madre, porque no decirlo claramente?, toda su familia estaba preocupada por ella, siempre tuvieron las dudas sobre su salud mental desde "Aquel día" y con los años no se hizo más que una mera costumbre, pero de alguna forma siempre le recordaba a Elsa que era un ser humano totalmente diferente, que de no ser por su pasado hoy ella mismo ya hubiese estado llamando a su hermana a altas horas de la madrugada con la gran noticia de su embarazo, pero claramente desde "Aquel día" había cambiado totalmente su propia psique preocupando a toda la familia pero que con el tiempo demostró la temple de la cual provenía haciendo de su terrible pasado un gran triunfo del cual estaba orgullosa, muy orgullosa.
-Estoy bien Rapunzel- dijo sin más.
-Me alegro mucho hermanita.
-Yo me alegro por ti, un hermoso bebe que viene en camino por favor cuídate mucho que Eugene no te consienta demasiado con el azúcar como con Christel, come muchas verduras y….
-Por favor, hablas como mi madre Elsa- interrumpió la joven, en verdad Rapunzel adoraba a su hermana y a pesar de la distancia y de ciertos factores siempre se llevaron bien, desde el principio Elsa pudo confiar en Rapunzel, después de todo eran hijas del gran Magnus, compartían su sangre.
-Lo digo porque me importas demasiado y porque eres una adicta al azúcar, ¿sabes que no es sano tomar una taza de té con 8 cucharillas? - comunico seriamente- hablo en serio.
-Claro lo sé, lo sé, me cuidare, rayos hermana llamo para anunciar mi embarazo y resulta que me reprendes con tomar lo más dulce de la vida, pero entiendo….., no te preocupes nada de exageraciones nuevamente-explico su hermana, siempre podía notar ese tonito de puchero que solo podía sacar Rapunzel, sonrió con cariño – bueno, Elsita entonces ya cumplí con mi meta de anunciarte la venida del próximo Ronaldinho o Ronaldo, tal vez un pequeño Messi.
-Y si es una nena?- pregunto algo divertida.
-Ese no es inconveniente alguno, Christel ya tendrá con quien practicar también en casa después de la academia, como sabes también hay mundial de futbol femenino- dijo muy feliz y soñadora.
"Desde que se mudaron a Rio no hay forma de sacarles el futbol de la cabeza por todos los cielos".
Su preciosa sobrina, Christel era una nena sumamente despierta para su edad, además de ser extremadamente hiperactiva por lo que su padre Eugene no dudaba en inscribirla al jardín de infantes de la academia de futbol del Maracaná a la cual la llevaba todos los días, nadie podía decir que la nena no era talentosa, al contrario, el ego de Eugene crecía hinchado de orgullo y sabia que apenas cumpliera la edad la erigirían para una beca.
-Bueno Elsita querida hermana siento interrumpir tu sueño se que te levantas temprano y te acuestas muy tarde, pero no podía evitarlo tenía que contarte-dijo claramente sin remordimiento.
"No puedo enojarme contigo por esto, pero no podías imaginar que ahora no podre pegar los ojos en lo que resta de la noche?"
-No te preocupes Rapunzel, envíale mis saludos a Eugene y el acostumbrado abrazo con besos a mi sobrina- dijo sintiendo un poco húmedo su teléfono celular, cuánto tiempo lo llevaba puesto en la oreja?
-Gracias y haber cuando me das noticias de algún galán que conquiste de una vez a la "Reina de Hielo", te quiero y chao – colgó inmediatamente
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Elsa se quedo sentada en la cama con el teléfono aun en el oído, Rapunzel sabía que odiaba precisamente esa pregunta "¿Quien podrá conquistar a la Reina de Hielo?", estúpido apodo, hasta su propia madre la llamaba así, nadie la respetaba…., corrección, nadie de SU familia la respetaba.
Cuando de reojo la pantalla del celular se apago lo alejo de su mejilla y lo puso en su mesita de noche, pero recordó que era mejor disminuir el volumen así que lo agarro de nuevo y cuando nuevamente se disponía a acostarse buscando envolverse con las mantas y formar el estado "crisálida" que tanto le gustaba el celular vibro anunciando un nuevo mensaje, la curiosidad la llevo a sacar nuevamente el brazo de su refugio para cogerlo revisando el dichoso mensaje que le había llegado.
Llegaremos a eso de las 10 am, por fin podre abrasarte mi amor.
Tu Anna
"¿Pero qué rayos le pasa a esa mocosa?"
-No por todos los cielos el regreso de Anna Summers, nooooo…. – agarro la almohada y se tapo la cara en un intento de auto asfixiarse.
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Anna Summers era su vecina de la infancia, tierna pelirroja espolvoreada con dulces pecas por doquier, amante del chocolate, deportes, etc., teniendo la diferencia de edad de 3 años donde Elsa era la mayor, su padre Edmund muy, muy, pero muy amigo de su padre Magnus desde la juventud hizo que las dos nenas crecieran juntas, tan juntas que muchos juraban que eran hermanas nunca se separaron hasta el año en que la familia de Anna que ya contaba con 14 años se decidiera ir a vivir al otro continente, justamente en esa semana algo cambio con la chiquilla.
Podía recordarlo claramente, como olvidarlo, esa semana la pelirroja cambio radicalmente. Esa alegría y espontaneidad que la caracterizaban se había esfumado repentinamente era como si el sol hubiera sido cubierto por nubes que entristeció a Elsa y esta por supuesto se imaginaba que el cambio tan radical estaba estresando a la menor, se iría y no sabría si regresaría.
-Es una gran oportunidad – decía una Elsa de 17 años que vestía su uniforme de la academia militar en aquel parque que pertenecía a la urbanización privada donde Vivian, las dos sostenían un helado de chocolate el favorito de ambas.
-No estarás conmigo- respondió triste la pelirroja que observaba el suelo precisamente a una hormiga que llevaba un pedazo de hoja.
-No le veo el gran problema Anna- dijo distraídamente la rubia dando una mordida a su cono.
-Tu no lo comprendes Elsa! – Levanto la cabeza y clavo su vista en la otra- si tan solo vinieras conmigo.
-Que debería comprender? Yo solo veo una gran oportunidad, conocerás el mundo, gente nueva, nuevos lugares y culturas te servirá mucho – dijo ilusionada.
-No quiero eso si tu no estás a mi lado!- se quejo la menor y claramente sonrojándose cuando se dio cuenta que dijo lo que debía pensar.
-Porque rayos dices eso?- pregunto un poco confundida, era raro que la pelirroja hable de esa forma.
La menor dudo por un momento pero se acerco a la mayor y entrelazo su mano libre con los dedos de Elsa, está de por sí ya estaba absolutamente confundida y sintiendo como su corazón empezaba a latir fuertemente cuando poso su vista en la chica que tenía los ojos vidriosos, Anna estaba a punto de llorar, "Pero porque?".
-….
-Lo siento, dije algo malo?, por favor no llores sé que soy muy tosca, discúlpame –Elsa se sintió culpable, no sabía que pasaba con su queridísima amiga Anna.
Ella negó con la cabeza – Tu nunca me harías daño Elsa, es solo que me di cuenta de algo serio sobre mi y tengo miedo- dijo antes de que una lagrima cayera inevitablemente.
-No me asustes por favor, dime que no descubriste que estas enferma de algo incurable o que tus padres planean meterte a un reformatorio o que hayan decidido vivir en la Antártida.
Anna la observo incrédula, ¿como era posible que la mayor no se diera cuenta?, bueno ella creía que era mejor así – No, claro que no Elsa, estoy bien, olvídalo no es nada creo que la mudanza me está poniendo muy nerviosa, en serio no es nada, bueno no es que no sea nada solo que creo que no es importante – le brindo una sonrisa.
-En serio?, tu sabes que entre las dos no hay secretos Anna – claramente ya estaba sospechando que eso de que "no pasa nada" era una mentira.
"Pues creo que desde hoy si existirá uno y me lo llevare lejos" – Pensó la menor y se limpio la lagrima – Mira, en serio es una tontería – dijo al final.
Elsa entonces cayó en cuenta de que la pelirroja debiera sentirse así por el hecho de separarse de ella, claro, eran como hermanas acostumbradas a estar juntas, dormir, caminar, jugar, nadar, etc., y hacer travesuras siempre juntas, separar a dos amigas cuasi hermanas era terrible por supuesto porque diantres no se dio cuenta?, "Ah!, claro Elsa, olvidaste el hecho de que no eres un ser humano normal maldita insensible". Entonces con ese pensamiento afianzo el agarre de la menor y acercándose apoyo su cabeza en el hombro de la chica que al sentir la cercanía de la rubia se tenso por completo.
-Pase lo que pase, aunque nos separe el océano completo siempre vamos a ser las mejores amigas, ¿entiendes Anna?, las mejores amigas por siempre – dijo observando a la nada mientras sentía que la pelirroja aguantaba la respiración y cuando finalmente soltó todo el aire que tenia la chica simplemente mordió su helado que ya se estaba derritiendo y tragándose el pedazo.
-Mejores amigas por siempre eh?- susurro la menor.
No supo porque pero Elsa sintió esa frase de la chica un poco fría como si estuviera molesta, realmente lo de la mudanza altero mucho a su amiga, pensó.
A partir de ese día Anna parecía querer decirle algo, se acercaba a ella y entrelazaba sus dedos (cosa que nunca hizo antes,)susurraba cosas inentendibles cuando la abrazaba, la descubría observándola con una mirada llena de sentimientos…, "pero qué clase de sentimientos?, hasta que llego el fatídico día según la propia pelirroja, los Summers ya tenían todo preparado ese 24 de noviembre, maletas y mucho equipaje se veía en el aeropuerto donde los adultos familiares y amigos se despedían de la familia y por ahí al fondo separadas de todos estaban Anna y Elsa, los adultos respetaban su alejamiento ya que "las hermanas debían de despedirse".
-Nos escribiremos todos los días, estas de acuerdo? – pregunto la menor que sostenía la mano de la rubia.
-Para eso existe el facebook, pero veras que cuando conozcas a nueva gente te sentirás mejor e incluso te olvidaras de mí – dijo a modo de burla.
-ESO JAMAS! –grito a todo pulmón robándose la atención de medio aeropuerto y la cara de susto de Elsa – No digas esas cosas, como te atreves a pensar en el hecho de que me olvidaría de ti? – dijo en cuanto los desconocidos apartaron la vista de la agresiva mirada de la pelirroja.
Puedo morir de amor,
Puedo volar al cielo
Y renacer de nuevo
Con cada beso…..
Se escuchaba tenuemente en las sala de espera donde se encontraban ellas, la pelirroja entonces se acordó de algo y se puso a buscar en su bolso, cuando encontró lo que sea que buscaba se quedo quieta dudando con la mano dentro pero cuando escucho que su vuelo ya saldría en 15 minutos no hubo más para dudar y con total convicción se volvió hacia Elsa y la observo fijamente y la rubia noto como sus mejillas empezaban a sonrojarse.
-Quiero que cierres los ojos, ok?.
Elsa dudo por un momento pero aceptando su petición cerró los ojos y sintió inmediatamente como Anna se acercaba y colocaba algo en su cuello, acomodándolo con su rostro muy cerca de su mismo rostro, sintió su aliento muy cerca de sus labios se puso nerviosa pero al final la pelirroja se separo, fue extraño y algo dentro de sí gritaba "Que rayos fue eso?".
-Ábrelos- solicito la pelirroja.
Cuando la rubia abrió los ojos vio que Anna le había colocado un collar y no uno cualquiera, era un collar de oro lo sabía era fino y hermoso y el pendiente, cielos el pendiente era:
-Tu anillo?, el anillo de tu familia?..., p…pe… pero porque?- no cabía en su asombro.
-Sip, el anillo que perteneció a mi familia por 4 generaciones te lo regalo, pero ponlo dentro de tu camisa que no lo vea papa- dijo algo preocupada colocando el valioso objeto dentro de la polera azul marino de la rubia.
-No puedo aceptarlo, que rayos te pasa?, este anillo es muy importante- dijo la mayor un poco ofuscada y molesta, sabía que Anna actuaba de forma impulsiva pero esta vez se paso de la raya.
-Tu eres tanto, no, eres más importante que este anillo, por eso quiero que lo tengas tu.
-No definitivamente no- respondió una Elsa casi echando chispas por los ojos, no podía aceptar algo que era tan valioso para toda una familia ya se lo estaba por sacar cuando la mano de Anna se lo impidió.
-Entonces cuídalo hasta que regrese tu sabes que soy muy despistada y lo podría perder, así que confió en que tu lo cuidaras en ese lindo cuellito que tienes, nunca te lo quites.
La rubia no podía entender que es lo que cruzaba por la cabeza de la pelirroja pero era cierto, si regresaba para las próximas fiestas cuando los visitaran, si es que pasaba podría regresárselo y con ello abría cumplido un capricho de la chica, como siempre ella hacia lo que Anna le pedía, caso contrario podía enviárselo por correo militar.
"Lo guardare en la caja fuerte y estará más que seguro".
-No sé porque se te ocurren estas cosas pero solo por esta ocasión te hare caso, además me parece algo muy tierno- no pudo evitar dedicarle una sonrisa a su pelirroja cuasi-hermana.
Anna la observaba, su mirada otra vez reflejaba dudas, nerviosismo y mucha ansiedad y cuando se noto que había tomado una decisión e iba a abrir la boca para decir algo apareció su mayordomo que muy preocupado le aviso que su familia ya estaba abordando su avión, le suplico que ya terminara con su despedida porque el señor Edmund estaba empezando a perder la paciencia.
-Es mejor que vayas o perderás tu vuelo princesa – dijo Elsa poniéndose de pie.
Otra vez la pelirroja quiso decir algo pero esta vez sucumbió ante el temor y se hecho para atrás, se mordió el labio sintiendo que su vista se nublaba por las lagrimas que se aglomeraban en sus ojos y de repente sintió el calor, su cuerpo rodeado por unos brazos suaves, el fino perfume Channel, la frialdad de la mejilla de Elsa apoyada en la suya, la rubia trenza que empezaba a picar de a poco su nariz, era la sensación más gloriosa en ese momento y no pudo resistir mas, las lagrimas cayeron de su pecoso rostro y se aferro a la rubia como si fuera la última vez, "Dios, pero sí que es la última vez dentro de mucho tiempo".
-Todo estará bien, te quiero Anna, cuídate – susurro en su oído con voz quebrada –"Elsa, acaso estas llorando?".
La aparto de si para observarla y en efecto, Elsa Winters hija de Magnus Winters estaba llorando, se la notaba tan triste como "En aquel día" tristes recuerdos pasaron en forma de tormenta, Elsa llorando en su habitación, Elsa triste regresando del colegio, Elsa sola en el parque, Elsa violenta peleando con los delincuentes del barrio, Elsa paralizada del terror cuando veía o escuchaba a una ambulancia…
-Vete ya, mira como me colocan las despedidas – dijo forzando una sonrisa la rubia hacia lo posible por evitar llorar.
Anna la observo y no pudo más que admirarla aun mas que lo que ya podía, agarro su bolso y cuando ya tomaba el paso hacia la plataforma dio la vuelta bruscamente y corrió hacia Elsa que se sorprendió tenerla nuevamente frente a ella y cuando ya estaba por reprocharle de que ya estaba actuando como niña caprichosa por no querer abordar su avión sintió los labios cálidos de la pelirroja sobre los suyos, no duro más de 2 segundos cuando entendió que la chica abría cruzado la dicha plataforma desapareciendo de su vista, ya se había ido.
El avión despego frente a los familiares y amigos que observaban desde la tranquilidad de la sala, uno de ellos era una hermosa adolecente de cabellera rubia platino que vestia una remera azul con jeans, una gorra militar verde y posaba su mano derecha sobre sus labios donde aun se conservaba el sabor del chopstick sabor chocolate de cierta pelirroja.
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La chica que la había traumatizado desde que se marcho, la chica que evoluciono al estar en un país con la mentalidad tan abierta regresaría después de 5 años, la pelirroja que le escribía mensajes de amor y algo picantes llegaría a las 10 am.
Anna Summers estaba locamente enamorada de Elsa Winters su vecina de infancia y ahora que la pelirroja había cambiado su tierna personalidad a una mas extrovertida la cual se había declarado a la rubia mediante internet que era su amor verdadero, sabía que su regreso pondría patas arriba la atormentada vida de la sub-teniente que no pudo conciliar nuevamente el sueño de puro susto que tenia.
"Tengo miedo, Anna quiere conmigo"….
