—Relájate, Marinette —Luka trata de calmarla. La toca con sus ásperas manos, es a través de la ropa, pero su corazón parece que no lo sabe. Hasta le hace creer que se encuentra desnuda a su lado—Estas muy tensa...—le toca los hombros que estaban muy rígidos. Eso le provoca una descarga eléctrica en su columna vertebral—¿Por qué estás tan nerviosa?

Ella no le puede decir que porque está en su habitación y a su lado. Los dos solos.

—Todo estará bien.

Su voz tan suave, es un tranquilizante para su cuerpo, deja escapar aire e inhala.

—Luego, te sentirás mejor—dice—No tengo duda.

Las mejillas de la chica se ruborizaron y no fueron las únicas mejillas. Rose y Juleka que habían escuchado todo, detrás de la puerta, estaban peor que la chica.

La rubia intentaba no chillar de la emoción.

—Lo van a hacer, lo van a hacer —musitaba completamente sobresaltada —¿Sabías que tenían este tipo de relación?

—No lo sabía—responde Juleka.

—¿Por qué no escucho nada? —pregunta al rato, Rose, mientras pegaba su oreja contra la puerta.

Esperando por gemidos, jadeos ¿Lo acallaban con un beso?

—¿Sientes como fluye?

—Lo hago.

Juleka no podía creer lo que oía.

—Es increíble.

—¿Te sientes mejor?

Ella asiente y después lo dice con palabras, el sonríe de lado.

Rose grita de emoción, un sonido que dejo salir. Se tapa la boca, pero el error está hecho. Así que se queda paralizada mientras siente que abren la puerta. Cierra los ojos y sus palmas lo cubren.

—¿Que estás haciendo?

—Nosotras...

—¿Nosotras? Yo solo te veo a ti—pregunta y ella abre los ojos para darse cuenta que su amiga Juleka, había desaparecido.

¿Cómo no se había dado cuenta? ¡Ella era todo una ninja! Cuando volvió a su vista, se dio cuenta que el chico estaba con todas sus prendas puestas y con la ropa para nada desarreglada. ¿Qué?

—¿Ustedes que estaban haciendo? —apuntándolo con el dedo. ¡No podría haberse cambiado tan rápido!

—Yoga —dice mientras abre toda la puerta, mostrando como Marinette está en posición de indio, manteniendo sus ojos cerrados en un estado muy relajado, canalizando y expulsando cada sentimiento negativo.

Rose tenía la boca abierta por la impresión.

—¿Quieres unírtenos?

Ella niega cortésmente y despidiéndose, fue en busca de Juleka que estaba tomando jugo en la cocina.

—Estaban meditando —dice con desilusión—Me siento una tonta —hundiendo su cabeza en sus brazos.

—No eres la única—y le acaricia sus cabellos.