NIÑEZ DIFICIL:

Esta no es la típica historia de adolescentes, o de una chica que tiene muchos problemas, y que mágicamente, al encontrar a su príncipe azul, es finalmente feliz. No, esta no es ninguna de esas historias, esta es mi historia.

Llegué al mundo en frío día de agosto, mis padres: Renne y Charlie me tuvieron, era su primera hija, me habían esperado tanto. Renne tuvo muchos problemas para salir embarazada, incluso llegó a pensar que era estéril, pero todas esas ideas se acabaron cuando se dio cuenta que estaba en la dulce espera. Cuando tuvo a Bella en sus brazos…lo siento, olvide presentarme, mi nombre es Bella, Bella Swan; siguiendo con la historia, mis padres, tuvieron 15 años de enamorados, si, lo se, fue mucho tiempo, se casaron el año pasado, recién cumplieron 1 año de casados, no podían ser más felices. Se amaban y tenían a su primera hija.

Me llevaron a casa, y me tuvieron con tanto cariño y preocupación; me habían hecho un cuarto muy bonito, decorado con payasitos; a veces me dejaban con mamá o con papá. Todos estábamos muy felices, no podía imaginar a una familia más feliz.

Mamá solía llevarme con su familia, al igual que papá, todos se ponían muy felices al verme y jugar conmigo. Me querían mucho y lo demostraban en todo momento.

Cuando cumplí 2 años, me mandaron a un sitio con muchos niños, a mí me entusiasmaba mucho ir, conocer a nuevos niños y niñas; yo no tenía hermanos, no tenía con quien jugar. Fui muy feliz, pero mi mamá no le hizo mucha gracia la idea, se puso muy triste cuando me tuvo que dejar; para ella era como que ya, ella no seria todo mi mundo, sino que desde ese momento ya empezaba a conocer a más personas. Mi mundo ya no giraba más, solo en torno a mi mamá.

Después de un tiempo ambas nos fuimos acomodando a nuestras ruinas, me llevaba y luego me recogía. Hice muchos amigos ahí, fue una época muy feliz y tranquila en mi vida.

Cuando estaba ya por mi segundo año de inicial, papá se fue de la casa; años después entendería y sabría que se divorciaron. No tengo muchos recuerdos de mis padres viviendo juntos, los únicos que tengo son de mi padre llegando tarde a casa, y de mi madre sirviéndole la cena, o ya casi al final, muchas peleas. No recuerdo haberlos visto felices o besándose, probablemente lo fueron, solo que era muy pequeña y no me acuerdo.

Mi mamá y yo nos la supimos arreglar muy bien, las dos solas; yo me llevo mucho mejor con mi familia materna, que con la paterna, sobre todo porque tengo mucha más confianza con mi familia materna porque he crecido con ellos, con la familia de mi papá siempre hay momentos incómodos, porque no los conozco y hay algunas actitudes que no me gustan de ellos. En ocasiones esas incomodidades han ocasionado problemas con papá, problemas que se han ido superando con el tiempo.

Al cumplir 6 años, empecé la primaria, fue un cambio brusco, pero manejable; era inteligente, muy inteligente, pero sobre todo muy tímida, así que no fui la alumna más popular del colegio. Toda mi vida he tratado de pasar desapercibida, de que nadie note mi existencia, o mi presencia; pensaba que si no me metía con nadie, nadie tendría porque meterse conmigo. Pero no fue así.

No era el prototipo de chica ''perfecta'', era pálida, gordita, con grandes y espesas cejas, cabello largo, negro y sin forma, y para rematar, tenia unos grandes y torcidos dientes delanteros. Era un patito feo, que necesitaba madurar para convertirse en el gran y hermoso cisne.

Pero regresando a la historia, bueno yo estaba en primaria, era una niña tranquila, tenía amigas, eso si, tenía muchas amigas, pero no muchos amigos, al ser tan tímida, me era muy difícil hablar con chicos.

En segundo grado, entro una chica nueva, era mayor que nosotras, tenia 10 años, era muy movida, y si bien, no era agraciada físicamente, su actitud la mataba por completo, me atrevo a decir que era una chica fácil, tal vez por eso era tan popular. Era una niña muy cruel, se burlaba de mí, si hubiera tenido la autoestima que tengo en este momento, le hubiera dicho: ''Que conchuda eres, te burlas de mi, cuando tu eres horrible por dentro y por fuera, eres una vulgar y siento lastima de ti''

La hubiera callado en una, pero no lo hice, no tenia la autoestima que tengo ahora como para hacerlo.

Le diremos Lauren, y aunque ustedes, queridos lectores no me crean, no recuerdo su nombre, pero estoy casi segura que no se llamaba Lauren.

Esta chica estuvo 2 años en mi escuela, y me hizo la vida imposible durante esos dos años; fue la primera oportunidad donde me hicieron bullyng, aunque en ese tiempo no era tan relevante, como lo es ahora.

Si bien Lauren era popular, en el fondo a nadie le caía bien, era muy cruel, disfrutabas burlarse de otros; lo que más me acuerdo de ella, era esa palabra con la que llamaba a todas, tal vez sea una palabra inofensiva, pero en su boca y con su voz, me resultaba repúgnate. Su palabrita típica era: ''chica''

Odio esa clase de apodos desde ese día, apodos como: ''chica'', ''amiga'', ''chiquita'', entre otros, me desagradan por completo. Ella siempre decía: ''chica, no te pongas así'' Chica esto, chica el otro, me estresaba esa palabrita. Su simple voz era estresante.

Pero ella no era mi único problema; me considero una chica enamoradiza, me ilusiono rápido, demasiado para mi gusto y bien; a veces incluso sin sentido, y eso, quiera o no, me ha causado mucho daño.

Por ejemplo, recuerdo la primera vez en que realmente me interese por un chico; su nombre era Ben. Era un compañero del salón, era bajito y lo es hasta ahora, chino, y muy dulce. Tenia un corte, que al parecer le gusta mucho, porque aun lo conserva, que parecía un casco, pero para mi se veía adorable.

Me gusto mucho Ben, nunca supe si le guste o no, supongo que no, pero, si bien nunca paso nada, y Ben nunca me dio esperanzas o algo parecido, yo, literalmente, moría por el. Por supuesto que nada; así que esa fue mi primer amor y mi primera decepción amorosa.

Estaba en cuarto de primaria, y este año fue particularmente bueno porque paso sin inconvenientes, fue un año tranquilo, necesitaba esa paz.

El 5to año fue molesto e irritante por una razón: mi tía Kate.

Mi tía Kate, es la prima hermana de mi papá, ella tuvo problemas económicos, y mi mamá le ofreció quedarse en nuestra casa, hasta que sus problemas se solucionaran.

Yo no podría haber estado en mayor desacuerdo con tal proposición.

Mi tía estaba loca, o al menos eso parecía, era media bipolar, tenia millones de problemas con su novio, y siempre veía llorando; era una ahorradora compulsiva, más bien yo diría, tacaña en extremo, pero bueno; llevo y malogro mi vida, porque se metió a mi casa y trato de cambiar todo. Mi mamá me dejo de prestar atención por atender a Kate, lo cual hacia que mi cólera hacia ella creciera más y más.

Mi madre y mi tía se peleaban a veces, porque Kate la sacaba de quicio, no la cumplo, Kate sacaría de quicio a cualquiera. En estas peleas se hablaban muy feo, incluso alguna vez, me acuerdo llegaron a los golpes, lo cual me sorprendió mucho, ya que mi madre no era una persona agresiva, era my calmada, y controlada.

Con estas cosas, yo era muy ignorada en mi casa; era una niña de 10 años y buscaba desesperadamente un poco de atención, alguien que me demostrara un poco de cariño.

Y para esto, cabe acotar, yo no sabia mucho sobre el sexo, siempre me lo ocultaron, recuerdo que cuándo veíamos una novela donde mi abuela, y había una escena de sexo, siempre me hacían ver a otro lado; nunca me hablaron claramente sobre el sexo, y tenia curiosidad.

Un día estaba aburrida, no sabia que buscar en internet y se me ocurrió buscar la palabra ''sexo''. Yo en mi inocente mente de niña de 10 años, pensaba que el sexo era lo poco que había podido ver de novelas. O sea pensaba que el sexo era echarse uno encima del otro, besarse, abrazarse, y ya, eso era, si hacia eso, había tenido sexo. Yo al buscar sexo en Google, pensaba encontrar ello, pero lo que vi, fue completamente distinto. Entre a una página porno, donde había un montón de mujeres y hombres desnudos penetrándose, y chupando penes. Yo ni tenía idea de cual era la forma de un pene, y muchos menos sabia que había que penetrarse, fue una experiencia chocante.

Estaba intrigada por todo este mundo nuevo, y decidí seguir viéndolo, seguir buscando. Ahora que analizo todo lo que hacía, pienso, y estoy prácticamente segura, de que si mi madre o quien sea me hubiera explicado que era el sexo, yo nunca lo hubiera buscado, porque yo entre a esto por curiosidad, porque no sabía como era. Si hubiera estado bien informada no hubiera tenido la necesidad de entrar.

Y no solo vi videos pornográficos por un largo tiempo, si no que, empecé a entrar a chats, donde la gente encontraba supuestas parejas, pero solo eran para tener sexo. Empecé a entrar a esa clase de chats, y ahí encontré el cariño y la atención que no tenía en casa. Empecé a hablar con estos hombres, muchos mayores que yo, se masturbaban en cam para mi, y yo, me arrepiento, pero así fue, también les mostraba partes de mi, aun no desarrollado, cuerpo desnudo.

Me arrepiento y avergüenzo por completo de esa parte de mi vida, pero nada puede cambiarla, solo puedo seguir para adelante.

Estuve en esta clase de enferma rutina por un tiempo, hasta que mi madre se entero de todo, y obviamente se preocupo muchísimo. Les envió e-mails muy agresivos a estos tipos y me prohibió usar la computadora por tiempo indefinido.

Creo que eso fue lo mejor que pudo haber hecho, porque yo necesitaba estar lejos de todo por un tiempo, fue como una especie de rehabilitación. Como dicen el tiempo cura todo, y el tiempo logro curar mi relación con mi mamá, después de un largo tiempo todo volvió a la normalidad.

Mi quinto año fue muy dramático, pero gracias a Dios nada dura para siempre.

Y así sin pensar empezó mi último año en la primaria; este año fue especial por muchas cosas. Pude entrar a la computadora, todo parecía regresar a la normalidad. Y tuve mi primer accidente grave. Me fracturé la pierna en casa de un amigo. Si, no se alarmen, les contaré como pasaron las cosas.

Primero en este año me empezó a gustar un chico de mi salón, llamado Mike, era muy lindo, flaco, alto, un tanto desgarbado, con un sonrisa de niño bueno que me fascinaba. Todas morían por estar con él; nunca mostró un gusto hacia mí, pero éramos buenos amigos. Así que, por obvias razones, cuando me dijo para ir a su casa, a hacer una tarea de matemáticas, acepte gustosa, la única condición que puso fue que llevar mis patines, le había interesado mucho la idea de que patinara.

Para explicar lo de los patines, diré que mi traumatólogo había dicho que para que mis pies se enderezaran ayudaría que patinara; así que mi padre sin perder tiempo me compró un par de patines rojos. Y para ese entonces, estaba obsesionada con la película: Sueños sobre hielo, una película sobre una patinadora artística, una película muy linda de Disney. Y yo veía todos los saltos y trucos que hacían en la película y los trataba de hacer; obviamente nunca me iban a salir, primero porque ellas ensayan meses de meses para que les salgan y lo más importante es sobre hielo, yo lo hago sobre tierra, y los patines para hielo son más livianos para lo mismo que puedan saltar. Pero en ese tiempo, yo no entendía razones, y seguía practicando.

Le mencioné a algunos amigos que sabía patinar, y esta noticia llegó a oídos de Mike, quien estaba muy emocionada y entusiasmado con la idea; y yo lo estaba aún más, con la sola idea de que él se fijara en mí.

Así que esa tarde les dije a mis abuelos que iría a estudiar a casa de Mike, cuya casa se encontraba cerca a la de mis abuelos, llevé una bolsa llena de cuadernos, donde camufle los patines; mi abuelo me dejo en su casa y yo no podía estar más feliz.

Hicimos rápidamente las tareas, e inmediatamente pasamos al patinaje, nos acompaño su hermanito Tyler. Patinamos un rato, e incluso hice algunos trucos; hasta que a Mike se le ocurrió la ''brillante'' idea de jugar a las escondidas con los patines. Al principio todo iba bien, encontré a mi compañero de salón, y solo me faltaba Tyler, lo vi, y él me vio, y para que no lo atrapara corrió para dentro de su casa, estúpidamente lo seguí, y sin saber muy bien como, caí. Oí claramente el chasquido de mi hueso; grité todas las lisuras que sabía, el dolor era insoportable. El abuelo de Mike y su madre me llevaron hasta el sofá, me eche en él, pensando ingenuamente que el dolor iba a pasar, mi pie estaba hinchado. Trajeron una crema para el dolor, pero no pasaba. Yo no quería que llamaran a mis abuelos, porque se iban a preocupar y además me iba a meter en problemas. Traté de ponerme en pie, pero apenas toqué el suelo, hice un alarido de dolor, y me tuve que volver a echar. Fue en ese instante cuando me di cuenta que no iba a poder ocultar esto. Lo llamaron, y vino junto con mi tío, se asustaron mucho al verme así, tomaron un taxi, y me llevaron a la clínica más cercana. Ya en la clínica vi a mi mamá, y a mi adorada prima Jessica. Me dolía mucho el tobillo, pensaba que bajaría al ponerme hielo, pero fue en el momento en que la enferma llenaba una jeringa cuando entré en pánico.

-No, no quiero, por favor Jessica, no dejes que me pinchen, por favor.- rogaba llorando.

-Pero Bells, eso te quitara el dolor.- respondía mi prima; notaba cuanto le dolía negarme algo. Siempre había tenido pánico a las agujas y todos los sabían.

-Vamos, relájate, si no te relajas, no podré encontrar la vena y voy a tener que pincharte dos veces.- amenazó la renegona enfermera.

Con temor a que me pinchara muchas veces, simplemente atiné a abrazar muy fuerte a Jessica, y a esconder mi rostro en mi pecho. Sentí el pinchazo y grité. Y aunque no me crean, la aguja dolió más que la fractura. Pero también debo admitir que el dolor se fue a los pocos minutos. Charlie, mi padre, llegó como a la media hora; yo ya estaba en radiografías. La placa mostró lo que mi madre temía. Tenía una fractura en el tobillo, no era muy grave pero tendrían que enyesarme.

Estuve viviendo con mi abuela todo el tiempo que estuve enyesada, no fui al colegio por cerca de 3 meses, llevaban los exámenes a mi casa, y las clases también, fue un tiempo algo tranquilo. Después cuando volví al colegio, un taxi me llevaba y luego me recogían. Mis amigos se emocionaron mucho al tenerme de vuelta, me dieron regalos, y todos firmaron mi yeso, que según mi doctor, ''era el yeso más bonito que había visto'' e incluso dijo, cuando lo tuve que cortar para ya sacarlo, que ''le daba pena romperlo, le daba pena destruir esa obra de arte''

Obviamente yo no hacía danza ni educación física, me quedaba en el salón, mientras mis compañeros tenían clase en el patio, normalmente alguno se quedaba conmigo para que no me sintiera sola; y fue este día, en danza, el día que cambio todo. Jasper se quedo conmigo, Marco era un chico de mi salón, algo inquieto, no éramos grandes amigos, no nos hablábamos mucho y probablemente no se hubiera quedado conmigo, pero lo castigaron, y se tuvo que quedar en el salón conmigo. Yo nunca había tenido enamorado, pero Jessica sí, y parecía muy feliz por ello, yo quería estar igual de feliz. Así que decidí ''probar'' a ver que se siente. Traté de ver si me ligaba con Jasper, lo hice pensando que no pasaría nada, porque no me gustaba Jasper y supuse que el tampoco sentía nada por mi.

Hablamos un poco, hasta que decidí que era el momento adecuado para soltar la bomba.

-¿Jasper te puedo decir algo?- pregunté nerviosa.

-Dime.- respondió tranquilo, ni se imaginaba lo que se le venía.

- Me gustas y mucho.- respondí, traté de que sonara lo más convencible posible.

-¿Es en serio?- preguntó confundido.

-Por supuesto.- mentí.

No dijo nada más, todos regresaron de danza y todos siguieron con las clases normales, pensé que no me había ligado, cuando Jasper se acerco, y me dijo:

-A mi también me gustas ¿Quieres estar conmigo?

-Si.- en mi inmadura mente, yo me sentía dichosa al pensar que ya tenía novio, eso era lo único que me importaba.

Me quitaron el yeso, ya caminaba normal, y ya todo estaba tranquilo, pero yo quería sentir un beso, quería que él me besara.

Admitiré que lo acose un poco para que lo hiciera, nunca me beso, nunca se dio la oportunidad.

Y el tiempo pasaba y le termine creo que a los días, nunca paso nada, fue como que nunca hubiéramos estado.

Sufrí mucho cuando terminamos, me recuerdo llorando en mi cama hasta quedarme dormida, mientras Don't forget de Demi Lovato, sonaba en mi radio; me llegué a enamorar de él, para mí que supuestamente esto era un juego, terminó siendo muy doloroso, siempre me arrepentiré de haberlo usado. Pero yo terminé pagando, fui la que más sufrió de los dos.

Los meses avanzaron y con ellos vino la tan ansiada fiesta de promoción. Lo cual trajo aún más problemas.

Éramos solo tres mujeres, y las madres de mis dos amigas, Victoria y Angela, pensaron que seria buena idea que todos usáramos vestidos turquesas, que era el color de nuestros mandiles. Yo odié la idea, odiaba mi mandil, y no iba a usar un color igual el día de mi promoción.

Yo me negué, y les dije a las mamás que trataban de convencerme, que si querían que ellas usaran turquesa, yo quería uno rosa. No les quedo más que aceptar.

Me fui con mi padre de compras, hasta que encontré un lindo vestido fucsia, me fascino desde el momento en que lo vi.

Y el día de la fiesta, tengo que admitir, que era la más bonita, fue una fiesta linda, Jaser no fue, no se muy bien porque, pero no fue. Luego vino la ceremonia de despedida, lloré mucho, y se acabo, se acabo la primaria, y empecé sin siquiera pensarlo una aventura mucho más extraña, y atemorizante llamada secundaria.