¡Buenas, buenas!
Regreso al fandom con un nuevo fic un poco raro (pero es que escribir sobre estas chicas se me hace raro de cualquier manera, estoy más acostumbrada al de HP o Twilight…). Es un post 6x18 (The real Paul Anka), así que vendría bien que vieseis la serie hasta ahí por lo menos, porque si no puede que os destripe bastantes cosas… En fin. No serán capítulos largos, más bien viñetas consecutivas en el tiempo. Lo sé, lo sé, sé que me queda raro, pero fue la mejor forma que encontré de escribirlo.
Para que quede claro [SPOILER, SPOILER, SPOILER] será en relación a cuando Rory va a visitar a Jess, cuando éste inaugura una especie de librería. Ellos se besan y he usado algunas frases del propio capítulo, pero ahí acaba todo. Escribiré cómo creo que debería de haber sido (tengo que hacerme guionista para poder controlar estas cosas).
Espero que no os disguste mucho xD
Kira
ºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoº
1
No sé por qué fui. La invitación había llegado como por casualidad a mi buzón. La ira todavía corría por mis venas. No sé por qué la gente piensa que siempre soy dulce y agradable, en esos momentos podría haber mordido a cualquiera que se hubiese acercado. Y él se había marchado como si todo diese igual.
Algo en mi interior lo pensó, pensó que le daba igual de verdad, que sus palabras habían sido las más acertadas cuando había dicho que lo había intentado pero que había terminado pensando que ser el novio de alguien no estaba hecho para él, que sólo había sido un mal experimento. Y, sin embargo, no podía evadirme de las últimas palabras que había añadido al final, el te quiero que tanto me había enfadado.
Había cedido y le había aceptado de vuelta, y luego me había enterado de lo de las damas de honor, y me había enfadado y lo había vuelto a admitir de nuevo en mi vida, y él me lo pagaba haciéndose el digno y huyendo ofendido a Sudamérica con su estúpida Brigada de la Vida y la Muerte. El compromiso no funcionaba así.
Por eso aquella invitación me había parecido llovida del cielo, un regalo para desaparecer y volver a ser yo y no esa versión mía enfadada y resentida que había lucido las últimas semanas. Philadelphia parecía un buen escape.
Cogí el coche en cuanto lo leí y salí de la ciudad sin pensarlo. Sí, definitivamente no lo pensé. Logan no estaba y yo necesitaba hablar con alguien que sacase lo mejor de mí, y él, con sus más y sus menos, siempre lo había hecho.
Jess… Me había hecho un verdadero favor en su última visita, me había echado en cara todas las estupideces que estaba haciendo, me había ayudado a recuperar la perspectiva y darme cuenta de dónde estaba mi lugar. Tenía razón, me conocía mejor que nadie y mejor que yo misma, y ahora yo quería y necesitaba saber qué podía ver en mí que yo me estaba perdiendo. Su ayuda, otra vez.
La librería estaba un poco escondida, pero el barrio parecía tranquilo y estaba medio vacío, así que pude aparcar delante de la puerta sin problemas. No se oía mucho ruido, pero música tenue escapaba por las rendijas de la puerta, creando ambiente incluso en las aceras, y la luz cálida del interior incitaba a entrar buscando un refugio cálido. La campanilla tintineó cuando yo entré buscando mi propio refugio. Había bastante gente dentro, deambulando de un lado a otro, un poeta beat daba rienda suelta a su imaginación en medio de un círculo de curiosos y varias personas admiraban algunos de los cuadros abstractos que colgaban en las paredes.
No tardé nada en encontrarle. Parecía que tuviese un radar, porque sólo necesité una rápida ojeada para verle hablando con Luke (oh, sí, ¿y eso?) y una niña que, probablemente, debía de ser la famosa April. A mamá le daría un pequeño ataque cuando se enterase de que la había conocido.
Él también pareció haber encendido su propio radar, porque se giró en cuanto notó mi mirada y allí nos quedamos los dos como idiotas, mirándonos en mitad del local, ajenos al resto del mundo. Dios, había echado de menos aquello.
- Vaya, menuda sorpresa.
- No confirmé, lo siento – me disculpé, acercándome con una sonrisa.
Y nos miramos un poco más.
ºoºoºoºoºoºoºoºoºoºoº
Dejar reviews adelgaza. Parece una leyenda urbana, pero no…
