Despertares

Al despertar lo primero que hago es mirar hacia ti, me deslumbras. Tus cabellos enmarañados me saludan uno por uno levantándose de tu cabeza, ellos están más despiertos que tú. Después de unos instantes nos contemplamos fijamente como si no hubiera mejor cosa que hacer, nos sonreímos mutuamente. Al tomar asiento en la misma cama trato de disimular mi cara aún somnolienta y descubro con un dejo de alegría que tú te encuentras haciendo lo mismo, y nos sonreímos nuevamente. Tallándote la cara prosigues con tus actividades de higiene, las cuales siempre empiezan con un ligero acomodo de todos aquellos rebeldes personajes en tu cabeza; es imposible dejar de admirarte. Súbitamente, toda actividad tuya se ve interrumpida por un estruendozo estiramiento de rutina, el cual levanta un poco tu ya pequeña blusa con tirantes, descubriendo un poco tus senos, dándote un aire de sensualidad inminente¿como dejar de escrutarte? Al verme, te apenas un poco y por lo que se divisa te sonrojas, al parecer mi mirada no te es indiferente. Al ver como te incomodas decido fijar mi vista en mis zapatos, me levanto y sin quererlo pienso en ti. Una fuerza ajena a mi se apodera de mi cabeza, obligándola a girar en dirección tuya para vislumbrar esos ojos cautivadores de nuevo; ¿como dejar de hacerlo?. Levantando mi brazo acerco mi mano lo más que puedo y decido rozarte; te descubro totalmente fría. Perturbada por el asombro, dejo caer mi mano que se desliza por el espejo, descubriendo el rastro de la marca de mis dedos. Sin dejar de pensar en lo bella que eres te brindo nuevamente una mirada penetrante; es imposible dejar de verte.

Debbie Marín robles