Kingdom Hearts: Buscando el "rojo".

Capítulo uno: El rojo del atardecer.

No entendía muy bien a aquel hombre al que llamaban Axel. La verdad es que lo conocía desde hacía poco y no le acababa de encontrar sentido. El primer día, en el que fue presentado delante de todos los demás, Axel lo invitó a un helado. En aquel momento no dijo mucho más, lo siguió a la torre del reloj y le enseñó un pasadizo oculto. Se sentaron en lo más alto y comieron el helado tranquilamente. Hasta se sorprendió de poder tener una conversación casual con alguien como él. Desde fuera Axel imponía.

- ¿Cómo? -preguntó de nuevo Roxas mirando al pelirrojo, que lo miraba expectante.

- Que si vamos a comer helado. Vamos, no es algo tan nuevo -dijo Axel frunciendo levemente el ceño.

- Desde el primer día que no habíamos ido. -dijo Roxas más para si mismo que para Axel.

- Por eso mismo -dijo Axel puntualizando con un dedo elevado al aire- Vamos, vamos.

Sin quererlo, ni beberlo se vio arrastrado por el pelirrojo de vuelta a Twillight Town. No sabía muy bien porqué Axel lo llevaba allí, pero el sitio le era nostálgico. No comprendía por qué Axel se portaba bien con él, era algo que lo desconcertaba.

- ¿Sal marina? -preguntó Axel delante de un mostrador

- Axel... ¿Por qué…? -empezó a decir Roxas

- Que no tengamos corazones no tiene que significar que no tengamos que llenar el estómago -dijo Axel tranquilamente. A continuación le tendió un helado azulado que Roxas miró dubitativo- Toma.

- Gracias. -dijo Roxas por lo bajo, tomando el helado finalmente.

Siguió a Axel, como la primera vez que fueron a aquel lugar. Subieron a la torre del reloj y allí se sentaron contemplando una hermosa vista de la ciudad y un precioso atardecer. Empezaron a comer en silencio observando la ciudad y el movimiento que no parecía cesar nunca.

- Te gusta este sitio mucho, o al menos eso parece -dijo Roxas finalmente

- Es un sitio alto alejado del ruido, donde nadie parece poder verte y puedes perderte en el atardecer tranquilamente.

- Es un sitio agradable -dijo Roxas.

- ¿Sabes por qué el sol del atardecer es rojo? -dijo repentinamente Axel. Roxas lo miró y negó con la cabeza- Es porque la luz tiene muchos colores, y de todos ellos, el rojo nos guía por el camino más lejano.

Roxas devolvió la vista al atardecer de Twillight Town, pensando en lo que le había dicho Axel. Ahora aún parecía tener un significado más preciado aquel atardecer. Algo más importante de lo que pudiera pensarse.

- Intenta alcanzarlo -dijo Axel retomando la conversación.

- ¿Eh? -preguntó Roxas sin entender

- Intenta seguir al color rojo, porque cuanto más tiempo permanezcas en la Organización, más difícil te será verlo -dijo Axel- Y entonces no podrás ir a un lugar alejado de todo esto.

- ¿Y tu rojo? -preguntó Roxas curiosamente.

- Lo perdí de vista hace demasiado tiempo -dijo Axel sonriendo levemente.

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- Me voy -dijo Axel cortante

- ¡¿Heeeeeh?! -exclamó Demyx haciéndose el ofendido- ¡Estoy intentando socializar contigo, Axel! ¡No seas autista!

- No soy autista, pero quizás quieras ofrecerte tú a ir de misión en mi lugar. Así me podría permitir seguir socializando contigo -dijo Axel irónico.

- ¿Misión? Uy no, mejor no -dijo Demyx negando con la cabeza y las manos a la vez- Seguro que te la ha mandado Xemnas y esas nunca suelen estar hechas para mí.

- Entonces ya está todo claro -dijo Axel, empezando a caminar con decisión lejos de allí.

- ¿¡Eeeeeeeeeeh?! ¡Nooooo! ¡Esperaaaa! -dijo Demyx empezando a perseguir al pelirrojo hasta que le dio alcance, viendo como Axel no paraba, Demyx lo agarró de la túnica y empezó a tirar de él, intentando frenarlo- ¡Espera te he dichooooooo!

- ¿Qué? -dijo Axel con una expresión tétrica, deteniéndose de golpe.

- Eres un mal compañero. A mí nunca me invitas a helados y sabes que me gustan -dijo Demyx seriamente.

- ¿Eh? -preguntó Axel haciendo ver que no sabía de qué hablaba, aunque ya deducía por dónde iban los tiros.

- ¡Rooxas! A ver, que yo lo entiendo que es el nuevo y parece perdido. Pero a mi no me has llevado nunca a comer helado. Y te repito que me encanta. -dijo Demyx insistentemente.

- Precisamente por eso -dijo Axel cruzándose de brazos. Demyx lo miró interrogante- Si te invito eres capaz de arruinarme

Mientras Axel proseguía por su camino con una sonrisa pícara, Demyx se quedó apoyado contra una pared, mientras preguntaba en voz alta e ida: "¿De verdad tengo pinta de glotón?"

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- Ah, estoy reventado -dijo Axel dejándose caer en el sitio donde siempre se sentaba.

- Eso te pasa por intentar cosas que no puedes hacer -dijo Roxas con cierto aire divertido- Como luchar con sólo una mano contra todos los Sincorazón que habían en aquel lugar

- Vaya, gracias… -dijo Axel con cierta ironía y con media sonrisa- Suerte que no tengo corazón, sino… -ahora dramatizó con la voz- Quizás ahora estaría llorando.

- ¡Jah! Eso no te lo crees ni tú -dijo Roxas acentuando su sonrisa.

- Es cierto. No me lo creo ni yo -dijo Axel

Ambos se echaron a reír. No solían ser divertidas las misiones, pero desde que Xemnas los mandaba en equipo, algo había cambiado. Se podía decir que el tiempo pasaba de forma más amena. Charlaban, Axel lo retaba, él se picaba y se liaba una competición que solía acabar en la victoria de Roxas. Ante ese hecho, Axel siempre se quejaba de que Roxas hacía trampas porque tenía la llave espada y eso le daba ventaja. Roxas se reía y le comentaba que tenía muy mal perder.

Después de las misiones, Axel no quería volver corriendo al Mundo Inexistente. En cierto modo lo agradecía (o recordaba el sentimiento del agradecimiento), El Mundo Inexistente era un sitio un tanto deprimente. No sabía de dónde sacaba el dinero Axel, el caso es que siempre lo acababa invitando a un helado en Villa Crepúsculo. Se sentaban en la torre del reloj y charlaban. Pasaban de temas tan banales como comentar la "competición" a temas serios y existenciales. Además de darle conversación y explicarle anécdotas, Axel sabía guardar silencio cuando tocaba, escuchando aquellas teorías que a veces montaba y que le parecían locas hasta a él. Pero el pelirrojo no se reía, escuchaba atentamente todas las palabras, después miraba al horizonte pensativamente, analizando lo que le había contado e intentaba darle su opinión al respecto. No siempre coincidían, pero respetaban la opinión del otro.

- Axel -llamó el rubio después de un rato de silencio. El pelirrojo hizo un leve murmullo, dándole a entender un "¿qué?"- ¿Qué se supone que tiene que ser mi "rojo"?

- No lo sé -dijo Axel con expresión de intentar pensarlo pero no encontrar la respuesta.

- … ¿Cómo que no lo sabes? -dijo Roxas con una gota recorriendo su sien.

- Pues eso. No lo sé -dijo Axel encogiéndose de hombros y moviendo el palo del helado que tenía en su boca.

- Pero si fuiste tú el que sacaste el tema -dijo Roxas mirando con desaprobación a Axel- Tú tendrías que saber del tema, ¿no?

- ¿Sobre lo que te guía a los caminos lejanos lejos de la organización? -dijo Axel

- ¡Hombre, pues claro! -dijo Roxas empezando a estar confundido. Daba la impresión como si no hubiese tenido aquella conversación con el pelirrojo.

- Te dije que la perdí de vista hace tiempo, pero en realidad nunca la llegué a ver -dijo Axel estirándose perezosamente- Yo nunca pude ver caminos lejanos.

- ¿Entonces porqué…? -empezó Roxas confundido.

- Supongo que porque sé que esta existencia que llevo no es buena -dijo Axel- Pareces buen chaval, no me parece buena idea que acabes como yo o cualquier otro miembro de la organización. Pero no puedo ayudarte a encontrar tu "rojo"... No sé cómo será, ni qué será, porque no he tenido uno. Si lo encuentras, ya me contarás como es.

Afirmó quedamente viendo como Axel sonreía diciendo aquello que a él le costaría tanto admitir. ¿Cuánto tiempo llevaría Axel soportando aquella penosa existencia? Y entonces otra pregunta le venía instantáneamente a la cabeza. ¿Cuánto tiempo tendría que soportar él mismo aquella penosa existencia? Acabó con el último trozo de helado y miró de reojo a Axel, que estaba mirando el paisaje distraído. Tiró el palo, Axel extendió el brazo y ardió antes de que bajase ni media torre.

- Pensaba que estabas distraído -dijo Roxas.

- Sabes que te gano siempre en este juego -dijo Axel sonriendo superiormente, con la cabeza apoyada en la otra mano.

- Qué aires de grandeza, me deslumbra usted, oiga -dijo Roxas riendo brevemente.

- Soy el incorpóreo con más orgullo en todos los mundos -dijo Axel sonriendo con confianza.

- ¿Qué ganas con todo tu orgullo, Axel? -preguntó Roxas jovialmente.

- Quizás no perderme del todo en la oscuridad. O intentar tener la sensación de que queda algo humano en mí.

Roxas se quedó silencioso y pensativo, porque la respuesta había sido más seria de lo que había imaginado. En cierto modo, ahora se preguntaba si debería haber hecho la pregunta o hubiese sido mejor callarse. Aquello le provocó un cierto estado de incomodidad. No sabía qué decir, cómo salir del paso sin meter más la pata. Axel ladeó la cabeza para mirarlo y le vio la expresión de cierto agobio que reinaba en la cara de Roxas.

- Eh, tranquilo. La pregunta no ha sido mala -dijo Axel con media sonrisa- La respuesta lo era. Así que la culpa es mía.

- Eres un tipo muy raro -dijo Roxas apoyando la cabeza entre las manos, con una suave sonrisa en el rostro.

- Le dijo la sartén al cazo -dijo Axel- Y lamento fastidiar el ambiente, pero creo que se hace tarde. Cómo tardemos mucho más, creo que se darán cuenta que normalmente tardamos menos en hacer las misiones de lo que decimos.

Roxas pegó un leve suspiro, dando a entender que la idea no le gustaba pero que aceptaba. Entonces ladeó la cabeza para encarar a Axel y lo vio con un dedo en el mentón, mirando pensativamente hacia la nada. Se quedó esperando a ver qué hacía el pelirrojo hasta que este se dio cuenta que Roxas lo miraba.

- Estaba pensando… Siempre ha habido algo que he querido… bueno querido… Que me ha pasado por la mente para hacer. Es una chorrada. Pero no sé. Bah, es una locura. Da igual -dijo Axel rápidamente, sin dejar opinar a Roxas.

- Si tan chorrada es, ¿por qué no lo haces? Quiero decir… ¿Desde cuando dejas de hacer tú una cosa sólo porque te parece una chorrada? -dijo Roxas arqueando una ceja.

Axel se quedó mirando a Roxas con una vaga sorpresa recorriéndole el rostro. Es verdad, ¿desde cuando se paraba él a darle explicaciones sobre chorradas como esas a alguien? Nunca. Siendo cosas tan nimias, si le apetecían, las hacía. Porque no sabía cuanto iba a durar esta existencia, o cuanto duraría eso que parecía un sentimiento, las ganas de hacer algo. Tenía que ir a por ello, o nunca obtendría nada. Y sin obtener nada, siendo nada… ¡No le gustaba la nada! ¿Estaba claro? Dejó caer la mano que estaba en el mentón hasta su pierna y afirmó con la cabeza.

- Está bien. Luego no te arrepientas de ello -dijo Axel.

- ¿Eh? -fue lo último que llegó a pronunciar Roxas

Se vio obligado a agachar la cabeza cuando Axel lo cogió con el brazo por el cuello. Lo siguiente que supo es que estaban cayendo. Literalmente. De la torre del reloj.

- ¿¡Qué demonios…?! ¡¡AXEL!! ¡ESTAMOS CAYENDO! ¿POR QUÉ HAS SALTADO? ¿ESTÁS LOCO? -dijo Roxas intercalando las miradas entre el pelirrojo y el suelo que cada vez estaba más cerca

Se había agarrado a Axel, en un intento idiota y desesperado por… No sabía porqué lo hacía, quizás con la sensación de que si se agarrara no se pegarían un tortazo. Pero era inútil, Axel no sabía volar. Se iban a pegar el tortazo más idiota de la historia. No entendía que pretendía enseñar Axel con esto. No entendía porqué le dijo que hiciera lo que quisiera. ¡No entendía nada! ¡Estaban cayendo! La frenética sensación de que todo se acababa era lo único que ocupaba su no-ser.

Mientras tanto el rostro de Axel se mantenía serio y calmado, a pesar que podría casi decir que había una chispa de emoción en sus ojos. Roxas dirigió la vista hacia el suelo, cada vez los separaban menos y menos metros.

- ¡AXEL ERES IDIOTAAAA! -gritó Roxas cerrando los ojos.

El pelirrojo extendió el brazo y antes que pudieran golpearse ambos desaparecieron. Un portal de oscuridad se abrió en el Mundo que Nunca Fue. Allí aparecieron de golpe Axel y Roxas que cayeron al suelo. Axel se incorporó y se quedó mirando a Roxas, que cuando se incorporó miró a Axel como si estuviese totalmente loco.

- ¿Se te han fundido las neuronas? ¡Casi nos matamos! ¿Este era tu gran plan? -dijo Roxas respirando agitadamente debido al estrés que había pasado.

Repentinamente toda la fachada de seriedad se derrumbó. Axel empezó a reírse, primero intentando disimularlo y después ya a pleno pulmón. Se dejó caer en el suelo totalmente, llevándose las manos a la barriga y riendo. Roxas se quedó con cara de tonto por un momento.

- Tendrías que haber visto tu cara, Roxas -dijo Axel entre risas- Ha sido genial. Además un subidón de adrenalina. Me dirás… jajaja… tu cara… jaja

Primero lo miraba irreflexivamente y el gesto se fue suavizando mientras lo veía reír y reír. Era la primera vez que veía reír a Axel de aquella forma y se le acabó contagiando, hasta que al final estaban allí. En el suelo, riéndose por haber saltado de una torre por una especie de juego.


Bueno, bueno. Aquí estamos con el primer capítulo de este fanfic. Este fanfic es mi primer AkuRoku, pero ya hace bastante que lo quería escribir. Bueno este en concreto no, un fic Akuroku xD Ya que soy fan de la parejita. También tendrá sus pequeños toques de humor, o eso se espera (Teniendo a Demyx por ahí pululando, no será difícil xD)

Como se ha podido comprobar he utilizado frases del KH 358/2 Days, porque adoro esas escenitas bonitas que han salido. Eso sí, no haré salir a Xion (lo siento, creo que ya es oficial: no la trago) Entonces el título se refiere a la búsqueda de ese color rojo, de ese que nos guiará por el camino más lejano.

Espero que os guste este primer capítulo y ver vuestros review n.n