HOLA!. De primeras decir, que este fic es el mismo que subí con el nombre de Harry Potter y su hermana perdida. Quería continuarlo y decidí resubirlo, entre otras cosas para poder quitar ciertas faltas de ortografía, mejorar parte de la narración y cambiar algunas partes de la historia que no tenían sentido. Espero que guste.

Capitulo 1: regalos de cumpleaños.

A pesar de ser una noche de verano Harry sentía frío, ese frío que te entra cuando sientes que algo va mal.

Corría por un bosque esquivando los árboles. Ya casi no le quedaba aliento cuando vislumbró el final de la arboleda. Al llegar al linde del bosque se encontró cara a cara con unas enormes puertas de hierro. Un cementerio.

Harry trago saliva y miro a través de la verja, abrió los ojos de par en par horrorizado y se echó hacia atrás, cerca de la puerta había hoguera y justo delante de ella un cadáver desmembrado.

Harry se puso nervioso al empezar a oír voces que se acercaban cada vez mas. eso era el lugar de reunión de los mortífagos? No estaba preparado, ni siquiera había asumido lo de la profecía ni la muerte de su padrino. Echó a correr hacia la derecha de la puerta, rodeando el muro del cementerio, corría todo lo rápido que podía, pero las voces se iban acercando cada vez mas. Al final tropezó con una piedra cayendo al suelo.

-¡auuu!- gritó una voz conocida- ¡ha caído sobre mi pie!

Harry abrió los ojos asustado.

-¿Ron?- preguntó desconcertado.

-Si, yo, y mi pie debajo de tu culo.

Harry miro a su alrededor, resulta que estaba en su habitación, en Privet Drive, tirado en el suelo, todo había sido un simple sueño.

-Harry- dijo una voz femenina- Levanta, te has caído de la cama.

Harry se levantó y miró a la derecha de su amigo donde una muchacha muy guapa y castaña le sonreía con dulzura.

-¿Hermione?- preguntó Harry impresionado.

Su amiga sonrió de nuevo y Harry miro a Ron por primera vez. Su amigo estaba más alto, aunque ahora refunfuñaba tocándose el pie derecho.

-¿Qué hacéis aquí?- pregunto Harry sentándose en la cama.

-Venimos a recogerte, tío- le contestó Ron- ¿no te acuerdas?

-Que si no me acuerdo de que-

-Harry- dijo Hermione con voz muy suave-¿has leído nuestras cartas?

Harry agachó la mirada.

-¿es un no?- preguntó Ron- Pues si las hubieses leído sabrías que habíamos quedado en venir a buscarte hoy, para ir a ver como r...- empezó a decir Ron entusiasmado.

-¡Ron, no!- le cortó su amiga- Dumbledore dijo que no le dijésemos anda, es su regalos de cumpleaños.

-¿regalo?- pregunto Harry- que regalo...

-¡chicos bajad!- gritó una voz muy parecida a la de Tonks- los Dursley se empiezan a poner pesados y tu tío, Harry, parece una mora- se oyó un gruñido y a Tonks decir- era broma señor, era broma-

Harry miro a sus amigos.

-¿Están todos aquí?- preguntó arqueando las cejas.

-Casi todos- respondió Ron.

-¿Pero que estáis haciendo?- preguntó la voz de la señora Weasley detrás de la puerta- ¡salid ya o entro yo!-

Los tres amigos se miraron.

-¿abro?- preguntó Hermione.

Harry y Ron se encogieron de hombros y Hermione se dirigió a la puerta

-¿Pero que estáis haciendo?- volvió a preguntar la señora Weasley cuando la muchacha abrió la puerta- Harry... ¡todavía estas así!- exclamó- ¡oh! ¡Cielo!- la señora Weasley se acerco a Harry y le dio un fuerte abrazo- ¡Qué guapo estás!-

Harry la miro con cara de no hace falta que mienta.

-¡venga! ¡A ducharte!- le gritó después de un rato en silencio- no querrás llegar tarde ¿verdad?-

-¿a donde?- preguntó Harry cada vez mas intrigado- ¿a donde me lleváis?-

La señora Weasley no le contestó, se limitó a sonreír misteriosamente mientras le empujaba hacia la puerta.

Al cruzarla Harry se dio la vuelta y volvió a la carga.

-quiero saber a dond...- empezó a decir pero no pudo terminar porque la señora Weasley le cerro la puerta en las narices diciéndole:

-es una sorpresa-

Harry se estaba cabreando, empezaba a sentirse como el verano pasado, pero aun peor. Un cuarto de hora después Harry ya estaba arreglado.

Mientras en la habitación la madre de Ron ya había acabado de recoger todo y había bajado al salón.

-Ha dicho que nos espera abajo y que no tardemos mucho- dijo Ron cuando vio entrar a a Harry por la puerta.

Hermione estaba de espaldas a los dos chicos intentando convencer a la blanca lechuza de su amigo de que se metiera en la jaula.

-¡oh! ¡Vamos!- exclamó exasperada después de un rato- Harry hazlo tu a mi no me hace ni caso-

El muchacho se acercó a la jaula y con voz dulce le dijo a su mascota que obedeciera.

-ya esta- dijo Harry- Hermione, estas bien?

Su amiga no contesto, lo miraba con la boca abierta, ahora que Harry se había arreglado, se le notaba mucho el cambio que había dado. Estaba mas alto, menos esmirriado, aunque su pelo seguía sin querer permanecer peinado.

-¿Hermione?- volvió a preguntar Harry.

-estoy bien- contesto al fin la chica- es solo que me ha sorprendido el cambio que has dado-

-¿cambio?-

-si, estas... guapo- contestó Hermione poniéndose roja.

-¡ah!, gracias, tu también- contesto Harry, poniéndose el también rojo.

Ron pasaba la mirada de uno a otro.

-¡oye!- exclamó un poco celoso- y yo que, o jugamos todos o se rompe la baraja-

Harry lo miro arqueando las cejas.

-Es que le ha dado por las frases hechas ultimamente- contestó la chica saliendo de la habitación.

Harry soltó una carcajada agarrando su baúl por un asa.

-anda ayudame.

Ron resopló mientras le ayudaba a cargar con el baúl.

Al final de las escaleras Fred y George les esperaban sonrientes.

-¡Harry!- exclamó George- vamos.

Los cuatro entraron en el comedor donde los esperaba casi toda la orden. Tonks discutida con Moody algo sobre el ojo, el señor Weasley iba de un lado a otro murmurando cosas como increíble o estos muggles.

-hola Harry- dijo una voz tenue detrás de ellos.

Harry se volvió y se encontró con Remus Lupin, que parecía muy contento- vamos, no querrás llegar tarde ¿verdad?-

Harry parpadeo desconcertado. Moody sacó un paraguas roto de un bolsillo de su capa y tocándolo con la varita pronuncio unas palabras y lo convirtió en un trasladador, todos se pusieron alrededor de el y lo tocaron con un dedo.

Tres, dos, uno... Harry empezaba a notar la leve sacudida ya conocida, solo le dio tiempo a ver como tía Petunia se desmallaba encima de la mesa del comedor.

El paraguas los llevo a una especia de mazmorra muy fría y tétrica. Harry miro a su alrededor.

-¡estamos en Hogwarts!- exclamó.

-¡claro que si! - le respondió una voz desde la penumbra. Dumbledore salió a la poca luz que había sonriendo alegremente- permíteme tu dedo Harry- el director le agarro al mano y le pico con un alfiler en el dedo indice.

-¡au!- se quejó Harry.

-lo siento- se disculpó Dumbledore recogiendo la sangre del muchacho con un cristal.

Harry observo como el anciano director del colegio se dirigía al final de la mazmorra donde había un enorme caldero puesto al fuego, el profesor Snape removía la poción con un enorme palo subido a una escalera, aunque parecía desear dejarlo.

Al llegar al caldero Dumbledore vertió allí el cristal con la sangre de Harry.

-feliz cumpleaños- le susurró.

En ese momento se produjo una explosión y la mazmorra se lleno de humo. Todos se pusieron a toser como locos.

-que te ahogas Harry- dijo una voz muy familiar.

Harry levanto la mirada y entorno los ojos intentando ver a quien hablaba, esa voz era igualita a la de... pero eso era imposible.

-¡oh!- exclamó Dumbledore- lo siento ¡evanesco!-

El humo empezó a desparecer dejando ver a Harry, quien se llevo las manos al pecho respirando entrecortadamente.

Delante de él Sirius Black, James Potter, y Lily Evans le sonreían con ternura.

-este tu regalo, de parte de la orden- le dijo Remus al oído- el regreso de tus padres y tu padrino.

Bueno he intentado mejorar algunas cosas, no se si lo habré logrado XD. Hasta el siguiente capitulo.

Dejad reviews si os gusta y si no también, las criticas constructivas siempre son buenas.