Sentía como el frio de la bala que atravesaba su piel, le iba robando la vida. Eun Shi Kyung podía ver en la cara del Rey la sorpresa que reflejaban sus propios ojos. Poco a poco sentía como se desvanecía, todo a su alrededor se inundaba de una obscuridad que amenazaba con acabar con él. A lo lejos podía escuchar las voces de Dong Ha, y Young Bae y del Rey llamándolo, a pesar de que estaba cerca de él.

Shi Kyung, en todo lo que podía pensar era en la promesa que le había hecho a la princesa Lee Jae Shin. El único beso que le dio era lo único que le daba fuerzas para respirar, a pesar de que sentía que la vida se le iba de las manos.

—Lee Jae Shin— Fueron las últimas palabras que dijo, intentando llamar a su primer y único amor.

Con las manos llenas de sangre, el Rey Lee Jae Ha, sentía como la vida de su amigo se escapaba de sus manos, y no podía creerlo.