A s e s in o  I n g l é s

Autora: Lian_dana

Tipo: Serie Corta

Disclaimer: Harry Potter y Cía. es propiedad exclusiva de J.K. Rowling y otras empresas con fines de lucro U_U... Nada de nada. No intento infringir ninguna ley. Y ni quiero, ni me interesa infringirlas. No tengo ni un céntimo y esto lo hago con fines de diversión. Espero les agrade.

Dedicatoria: para todo el que lea esto. Para ti

E-Mail: lian_dana27@yahoo.com.mx

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Asesino Inglés

Capítulo I               Suspiro

"Aquél a quien el crimen es beneficioso es el que lo ha cometido"

Séneca

Un suspiro inundo la habitación…

En el piso se encontraba un cuerpo sin vida, un hombre de aproximadamente 50 años, de complexión robusta, descansaba en el piso de esa lujosa habitación, en su rostro se podía leer el temor que lo invadió momentos antes de morir.

El cuerpo sin vida ya hacia a los pies de un hombre que lo veía con cierta arrogancia, sonrió fríamente, sus ojos delataban el corazón de aquel hombre: frío, soberbio, arrogante… sádico… carente de cualquier sentimiento humano.

Un asesino perfecto.

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En la cama se encontraba una joven de no más de 20 años, en verdad bonita, lástima que nadie disfrutaría de ella.

El hombre de cabellos castaños casi rubios, hizo un movimiento rápido… La joven tendida en la cama ya no respiraba. El hombre hizo una cruz con las manos delante de él, para salir de la habitación en total silencio, igual a como había llegado.

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El trabajo ya estaba hecho, sonrió con satisfacción, caminaba por un pasillo hacia una habitación que estaba al final del mismo. Su víctima había puesto cierta resistencia pero al fin y al cabo, cumplió con su cometido: arrebatarle la vida. Abrió la puerta.

- Es hora de irnos- dijo acercándose a la venta.

Con un golpe perfecto, la ventana estaba hecha añicos, saltó inmediatamente, cayendo sobre el pasto del jardín y comenzó a andar rápidamente,  otra persona le siguió saltando de la misma manera y acompañándolo, los dos se detuvieron, el primero miró hacia la ventana.

- ¡Sirius!¡Apresúrate!

El hombre dentro de la habitación miró de nuevo el cuerpo sin vida del otro hombre, esbozó una sonrisa de satisfacción plena, sabía que la misión estaba cumplida…

Con un ágil movimiento salto la ventana y se dirigió a las dos sombras que lo esperaban junto a la barda de la mansión.

- Ya salimos, Arashi- murmuró

- Entendido- una voz femenina le contestó por el pequeño auricular que traía puesto en la oreja.

El grupo saltó con facilidad la barda, echaron a correr por el bosque, escuchando detrás de sí las sirenas de las patrullas y ambulancias.

Se internaron en el bosque, después de correr por 5 minutos, encontraron una camioneta que los esperaba. Subieron a ella y se marcharon, dejando atrás los cuerpos inertes de  una familia

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Dejo su gabardina en el perchero de la habitación, dirigiéndose cansadamente a un sillón, se sentó cerrando los ojos, dejando escapar un ligero suspiro.

En la mesa se encontraba uno de sus compañeros de misión: James Potter. Un hombre sin duda apuesto, de cabellos negros azabaches, tan rebeldes que hacia imposible pensar peinarlos, ojos color aguamarina enmarcados por un par de gafas redondas que complementaban su aire encantador y soñador, poseedor de un cuerpo esbelto y delgado. James jugueteaba con el control de la televisión pasando de canal en canal sin ningún interés en especial.

Un hombre delgado salió de una habitación contigua, Remus Lupin llevaba puesto un pants gris y una playera negra ceñida al cuerpo, sus ojos dorados demostraban cierta tristeza, el cabello castaño claro caía sobre su cara enmarcándola perfectamente, la piel blanca resaltaba al contacto con la tela negra, medía aproximadamente la estatura de James, un poco más bajo que Sirius Black. Sonrió cansadamente  al ver a James jugar con el control de la televisión, se dirigió a la cocina.

Sirius Black no se movió ni un solo milímetro, escuchaba las distintas voces provenientes del televisor con cierto fastidio, estaba cansado y quería dormir sólo un poco, antes de ir a entregar el informe sobre la misión de esa noche, que como siempre había sido perfecta. Abrió los ojos, dejando ver un par de ojos color azul profundo, su cabello lacio de color negro-azulado llegaba un poco más arriba de sus hombros, su tez era blanca como la porcelana, igual de suave al contacto, facciones finas, cuerpo delgado y esbelto. Sin embargo a pesar de poseer una belleza fuera de lo común, esos ojos azul profundo demostraban frío y más frío.

Se levantó repentinamente, le echo una mirada a sus compañeros y se retiró a su habitación sin decir más.

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Los titulares de periódicos anunciaron el asesinato de la familia, los medios televisivos no se hicieron esperar… El causante de aquella brutalidad era desconocido por el momento.

- Buenos días, detective…- un distinguido acento inglés se dejo escuchar en el auricular.

El "Asesino Inglés" había denunciado su crimen, como siempre lo hacia después de un asesinato. Le gustaba jugar con la policía y comprobar una y otra vez lo inútiles que eran. El detective en turno de su caso no era la excepción, quizá al principio había tenido una luz que lo alumbrará pero ahora ya no, el detective lo había desilusionado… aunque quizá no debería menospreciarlo.

Su misión de la noche anterior había sido relativamente muy sencilla, en comparación con el precio. Por cierto, ¿cuál era la misión?.  Asesinar a los dueños del emporio Benoitte…

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Se despertó ofuscado por aquel sueño que lo perseguía noche tras noche, se sentía mortalmente cansado, emitió un ligero gemido llevándose las manos a la cabeza, se dejo caer hacia atrás de nuevo en la cama.

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Caía el atardecer, inundando con sus colores dorados y rojos el departamento, estaba sentado en un rincón de la estancia, en un agradable sillón de cuero negro, leía con avidez un libro.

La única pasión de Sirius Black eran los libros, le agradaba hundirse en cualquier tipo de literatura, siempre y cuando esta fuera buena y de excelente calidad. Disfrutaba los momentos de soledad, en aquel departamento, lejos de todo bullicio. La vista era magnífica…

La puerta se abrió de golpe dejando entrar a Potter, quien sonreía de oreja a oreja, camino hasta la estancia, se desvió a la cocina, abrió el frigorífico y tomo una bebida de aquel, se dirigió de nuevo a la estancia, sentándose enfrente del hombre que no le prestaba la más mínima atención. James carraspeo sonoramente.

- ¿Cómo celebraremos?- preguntó con una sonrisa

Sirius no aparto la vista del libro, sencillamente se limitó a seguir leyendo.

- Dije: ¿Cómo celebraremos?

- ¿Celebrar?¿Qué?- preguntó aún sin despegar la vista del libro.

James bufó y miró algo irritado a su compañero.

- No puedo creer que esta sea tu idea de diversión- dijo James mientras se estiraba perezosamente

- ¿Qué sugieres?

- ¡Vamos a gastar nuestro dinero!- dijo con alegría al escuchar la respuesta de su amigo- ¿Por qué no vamos a tomar un trago?

Sirius suspiro pesadamente, ¿Por qué siempre le daba a escoger?, sabía de sobra que el aguamarina siempre le daría la misma respuesta, y aún así seguía dándole a escoger. Le gustaba tomar unos cuantos tragos para después desaparecerse en medio de la nada con cualquier chica sexy que le hubiera agradado. Debía de haber aprendido a no preguntar después de tantas veces.

- Hoy no tengo ganas, ve  tú- respondió hundiéndose de nuevo en su lectura

- ¡No seas aguafiestas!¡Tenemos que festejar!. Jamás nos habían dado tanto- tal vez el hombre tenía razón, un par de tragos no le caerían mal.

- ¿Haz ido a una casa de geishas?- preguntó, en verdad no estaba de ánimos para lidiar con las amistades de la conquista de Potter esa noche, de hecho nunca estaba de ánimos.

El joven de cabellos azabaches negó con la cabeza rotundamente.

- Es hora de que conozcas más que bares y burdeles- se burló Sirius.

Cogió el auricular del teléfono y marco unos cuantos números.

- Nos vemos en media hora- dijo antes de colgar- Remus se unirá a la fiesta

Se levantó, se dirigió hacia el perchero del pasillo que daba a la puerta principal, tomó la gabardina negra y se la puso.

- ¿Piensas quedarte?- preguntó saliendo de la habitación.

James se levantó rápidamente, dejo la bebida en la mesita de la estancia y cogió su chaqueta apresuradamente, siguiendo de cerca al ojiazul.

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Estaban parados enfrente de una casa típica japonesa, Remus se adelanto a tocar la puerta, fueron recibidos por una joven, que parecía ser aprendiz del lugar, la joven los conducir a la sala en donde se encontraban las geishas y su invitados.

James veía interesado todo lo que ocurría a su alrededor, visiblemente impresionado por la elegancia y belleza de las mujeres que se encontraban en aquel sitio, al pasar por una mesa vio a un hombre que creía conocer en compañía de una hermosa mujer con la cara maquillada igual que las demás.

Se sentó en el lugar que Sirius y Remus habían elegido, al parecer esos dos estaban acostumbrados a ese tipo de visitas, no tardo mucho tiempo en llegar hasta ellos una mujer de gran elegancia, era la oka-san de aquella casa de geishas. Saludó educadamente a los hombres, parecía complacida con su visita.

Remus fue el primero en hablar, le señaló a la oka- san a una geisha que estaba en la esquina de la habitación, tocando la flauta, Sirius hizo lo mismo, a diferencia de que él había escogido a una, que en ese momento acompañaba a un joven japonés, perteneciente a la alta sociedad japonesa. La oka- san se vio indecisa ante el pedido, sin embargo al toparse con la mirada fría del ojiazul, consintió el deseo de este. James se preguntaba si lo habían olvidado, pero al segundo de preguntarse eso, Sirius abrió la boca, pidiendo algo sumamente especial para su amigo. La oka- san miró a James con aire crítico de pies a cabeza, James en ese momento le hubiera gustado darle una lección a esa mujer, ¿quién se creía para verlo de esa manera?. La oka- san asintió, después de unos segundos de examinar al hombre de ojos aguamarina. Se levantó de la mesa y se despidió cortésmente de los tres hombres.

Al cabo de unos segundos, las dos geishas escogidas por Sirius y Remus se encontraban en la mesa, entablando una conversación acerca de política y religión con cada uno. James resopló algo irritado, esa no era precisamente su idea de diversión, miró la mesita que tenía enfrente y cogió el pequeño vaso, se tomó de un solo trago el sake, resopló de nuevo, dejando en la mesa el vaso.

De pronto unas manos delicadas sirvieron un poco más de sake en el pequeño vaso, la figura de una mujer se sentó junto a él, esbozando una tímida sonrisa.

La cara de la mujer estaba maquillada con precisión por medio de ceras, cremas, polvos, y colorantes que dejaban su cara blanca y la boca redondeada. Su vestuario era lujoso y de mucho color, llevaba un bonito kimono de seda azul.

Algo le llamó la atención, esa geisha se destacaba de las demás por su hermoso cabello rojo fuego y unos ojos color esmeralda tan brillantes que podías perderte en ellos con sólo mirarlos. Sus ojos eran lindos y juguetones, se podía observar cierto brillo de inocencia e ingenuidad en su mirada

Observó la actitud sumisa de la geisha que se encontraba a su lado, dejo escapar una sonrisa de sus labios. Se preguntó como una joven como la que tenía enfrente estaba en un lugar como ese. Sacudió la cabeza ligeramente, en ese momento se dio cuenta de que Remus había desaparecido junto con la geisha, le dio un codazo a Sirius en las costillas, llamando su atención.

- ¿Y Remus?- preguntó con un tono de voz a penas audible.

- Fue a un lugar más cómodo- fue la respuesta de su acompañante quien se volvió a dirigir a la geisha que lo acompañaba con aire monótono

James, volvió su vista a la mujer que estaba junto a él, desde hacia unos momentos y no había articulado palabra.

- ¿Cómo te llamas?- preguntó después de unos segundos de silencio.

La mujer levantó la cabeza y por primera vez, vio la cara del hombre que le habían asignado, ese hombre sería su primer cliente, el primero y esperaba que único. Se perdió por unos momentos en los ojos aguamarina, tratando de entrar a las profundidades de ellos.

- Liliane Evans- respondió

El hombre entornó los ojos, distinguió un destello de miedo en la mirada de la mujer al verlo.

- James Potter- dijo

Black se levantó de su asiento, tomando su gabardina y echando a andar.

- Quédate- le dijo a su amigo- yo me largo- le dirigió una mirada despectiva a la geisha que momentos antes lo estaba acompañando.

De pronto sus ojos azul profundo, se posaron en Liliane, la miró fijamente por unos segundos, la geisha pelirroja lo miraba también. Sirius gruño algo nteligible, se dio media vuelta buscando a la oka- san de la casa. La pelirroja bajo la vista, parecía que le encontraba cierta fascinación al piso.

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- ¡Joder!- exclamo Sirius

Se encontraban en una habitación totalmente decorada a la usanza japonesa, Black miraba con ojos gélidos a la figura de la oka- san, esta se encontraba parada enfrente de él aparentando una tranquilidad que no sentía al ver esa mirada asesina en el hombre frente a ella.

Sirius dio un paso al frente, dos pasos al frente, la oka- san retrocedió al ver el rostro del joven, una sonrisa sádica había aparecido en los labios de este. Un pequeño encendedor de plata se deslizo a los dedos del joven. Jalando de unos de los extremos disimulando en una perilla, se descubrió un delgado hilo que se tenso en las manos del asesino.

La oka- san sintió con extrema rapidez, una fuerza fina que la asfixiaba, trató de aferrar sus manos al hombre, pero era imposible. Sintió como su opresor retiraba la fuerza en algunas ocasiones, dejándola respirar un poco, pero después el hilo se volvía a tensar sobre su cuello, evitando el paso del aire. El mundo se le empezó a nublar…

- Sabías el precio… Oyuki- susurró el joven con distinguido acento ingles, con voz suave, apenas perceptible.

Fue lo último que escucho la mujer, antes de rendirse ante la muerte.

Guardo el arma que había utilizado para estrangular a su objetivo, sin la más mínima expresión en su rostro.

Nunca mataba a alguien extra a menos que recibiera su paga por esa vida, sin embargo en esta ocasión había hecho una excepción…

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Notas de la enferma mental llamada autora:

Bueno, este fic es algo que quería escribir hace un buen rato – 2 semanas-, no creo que sea muy largo a menos de que tenga cierta aceptación, por cierto debo decir que seguramente esta un poco confuso pero al paso de los capítulos esto se ira aclarando. Este es un fic alternativo en el cual la magia no existe en el mundo de estos tres chicos, como se habrán dado cuenta estos chicos tienen una profesión algo fuera de lo común ¬¬U, pero quería hacer algo nuevo en esta ocasión y que mejor manera. No me peguen ni me regañen!!!. A mí me gusta como quedo esta chap!! ^^U

Este fic contendrá algunos personajes de algún fic que tengo circulando por aquí- Married, para más información- sin embargo es independiente totalmente del fic, así que pueden leer este sin ningún problema.

Les gusta la nueva faceta de estos tres chicos?, ideas, sugerencias, comentarios??, todo es bien recibido en la sección de reviews.

Se aceptan elfos perdidos – Légolas *¬*- Sirius Black *¬*, James Potter, Remus Lupin, Harry Potter, Tom Cruise, Oliver Wood, Orlando Bloom, Kamui, Erial Hiragizawa, dinero, cd/s, la película de X-1999, imágenes de CCS; HP; X-1999, dulces, comentarios, críticas constructivas, etc. Todo lo demás será bien recibido también, sólo que lo recibirá Siri- kun ^o^

Pregunta: Por qué Sirius mató a la oka- san??

Matta- ne

Miembro de la orden Siriusana             YO NO ESTOY DE LUTO, xq Siri- kun NO está muerto