Disclaimer: Los personajes y algunas referencias son propiedad de J., yo solo los tomé prestados para tratar de crear un mundo paralelo en mi imaginación. Además los personajes de Ouran Host Club High School son de la increíble Bisco Hatori y al igual que con Harry Potter, solo los tomé prestados para hacer ésta historia.
Holas holitas a todas las personas que se interesaron en éste Fic, no estoy segura de lo que trato de hacer, pero solo quiero que se disfrute, reírse de las situaciones que pienso que sucederían con el Host metido en Hogwarts.
Incluso esto es más una introducción a ello, solo veremos por el momento a Haruhi en la escuela, pero hacia el final vienen las sorpresas de la unión de dos mundos que amo mucho.
Además debo agradecer mil veces a mi amiga Hikari Evans quién me soporto unos cuantos correos pidiéndole si estaba más o menos bien lo que escribía, así que muchos aplausos para ella ;)
Y sin más, espero que disfruten…
Capítulo I.
Haruhi descubre la magia.
Hoy me sentía especialmente aburrida, dado que en clases no me habían dado tarea extra y también estaba el hecho de no tener nada para leer. Había ido especialmente a la biblioteca de los ricos bastardos a buscar algún libro solo por entretención, pero lamentablemente no había hallado ninguno que me llamara la atención. Suspiré por undécima vez, tal era mi sufrimiento que los estaba contando.
―Oh mamá que estás en los cielos, aunque sea por la única vez en la vida que pediré esto, solo haz que los gemelos hagan alguna broma ó que Tamaki-Sempai empiece con algún monólogo absurdo sobre cómo doblar una servilleta o que se yo, pero algo, algo que me saque de éste aburrimiento.―dije mirando al cielo a través del ventanal donde me hallaba apostada.
Porque después de haber vuelto de mis estudios en Boston, ya no era parte del Host Club, se había resuelto dejarme volver como una chica, dado que allá estaba acostumbrada a ser tratada como tal. De hecho, a varios les sorprendió ésta medida de parte de Kyouya-Sempai, el cual excusándose solo dijo:
―Es hora de que empiece a actuar como mujer, además que Ranka-san también lo solicitó.―y se acomodó sus gafas.
Y eso fue todo, asunto zanjado, así que heme aquí Fujioka Haruhi en un vestido amarillo -bastante incómodo a decir la verdad- totalmente femenina.
―Papá debe estar realmente feliz con ésta medida―pensé― y volví a lanzar otro suspiro lánguido.
Fue en esos momentos, después de compadecerse a mí misma, que noté a los gemelos realmente entusiasmados con algo, aunque desde mi lugar no podía distinguir exactamente de qué se trataba. Así que me levanté del ventanal y caminé hasta ellos lo mejor que pude con los zapatos de mi nuevo uniforme.
―Chicos, ¿qué hacen?―pregunté inocentemente.
― ¿Acaso no lo vez Haruhi?―respondió Hikaru.
―Solo se trata de un libro, un libro muy bueno en realidad―agregó Kaoru.
Ya estaba perdiendo la paciencia con esos dos, hasta que dijeron que se trataba de un libro, tal vez, solo tal vez podría ser el libro que me hiciera perder el aburrimiento fatal por el que estaba pasando.
―Y ¿de qué se trata?―pregunté como quien no quiere la cosa, realmente no me podía mostrar tan interesada en él, puesto que los chicos podrían aprovecharse de ello, como siempre lo hacen.
―De un niño mago que casi lo matan, pero vivió y ahora el Que-No-Debe-Ser-Nombrado lo anda buscando―respondió atropelladamente el mayor de los gemelos.
― ¡HIKARU!―le gritó el menor― realmente eres malísimo haciendo resúmenes, ya veo porque te va tan mal en lengua. ―Haruhi, es casi como lo retrata Hikaru, solo que tú no sabes a qué se está refiriendo a el Que-No-Debe-Ser-Nombrado, además por tu cara veo que la palabra "mago" no te agrada mucho, ¿eh?.
Los observé por algunos segundos, dándome cuenta que realmente "mago" me sonaba como a cosas del estilo de Nekozawa-sempai, con su magia negra y todo lo demás, a eso le puedo sumar la experiencia no agradable de ver pelear a los chicos con ese juguete maldito de Belzeneef.
―Supongo que Nekozama-sempai vino a mi mente con esa palabra, además de su pelea sin sentido―los miré reprochadoramente―aunque tal vez me anime a leer un poco, ¿me lo prestarían, por favor?
Después de que los chicos me hicieran jurarles un montón de cosas sobre que no trataría mal al primer ejemplar de todo el mundo de Harry Potter y La Piedra Filosofal, pude hacerme con él.
Así que me despedí del Host, no sin antes recibir una clase rápida e interrumpida de defensa personal –dado que estaría sola en los alrededores del colegio- por parte de Tamaki, y después de ello pude salir de la 3° sala de música con dirección a uno de los miles de patios traseros. Solo ésta vez estaba agradecida que fuera una escuela para ricos con innumerables lugares al aire libre, además de que casi todas las chicas estaban a ésta hora en el Host y la mayoría de los chicos estaban en algún otro lugar, dispersos.
Caminé hasta un árbol cercano y me senté en la sombra que proyectaba, me acomodé como pude, odio mi nuevo atuendo, es poco útil. Cuando estuve lo más cómoda posible leí y miré bien el título.
―Harry Potter y la Piedra Filosofal―susurré.
Me incliné más hacia el libro y comencé con mi lectura.
Al principio la historia se veía relativamente normal, un pobre niño llamado Harry era maltratado por su familia, pero lo más despreciable era el primo, ese tal Dursley, realmente no sabía cómo podría haber chicos así, luego todo cambió, la visita de un extraño diciendo a Harry que era un mago y que podía salir de esa casa para entrar a la prestigiosa Escuela de Magia y Hechicería Hogwarts. Estaba tan sumergida en el libro que no me di cuenta cuando Kyouya-sempai se asomo por detrás del árbol y me hablo, asustándome de paso.
―Haruhi―dijo secamente―en el club te están buscando, de hecho han armado tal alboroto que me hicieron buscar a mi también―se subió un poco más las gafas, ocultando una mirada fría.
―Lo siento sempai―me disculpé― es que los gemelos me prestaron un libro muy interesante y no me he dado cuenta del tiempo que llevo aquí.―argumenté como pude dado el susto que me lleve.
―Y dime, ¿qué libro es ese?―preguntó mi sempai, mientras se sentaba en el césped al lado mío.
―Se trata de Harry Pott…―me quede con el resto de la oración atorada en mi boca, dado que mi superior abrió los ojos y me dirigió una mirada espeluznante.
― ¿Qué pasa Kyouya-sempai?―me atreví a preguntar.
―Nada, es solo que…olvídalo.
―Está bien, si no quieres decirme…―realmente no creía que fuera algo taaan importante, si no, me hubiese dicho, incluso algunas veces el sempai se permitía decirme algunas de sus cosas.
―Bien, en realidad no creo que tenga nada de malo que te cuente esto, la verdad es que la Saga de Harry Potter es una de mis favoritas, de hecho he estado haciendo algunas investigaciones y tengo varios indicios que Hogwarts si existe―lo dijo de una forma un tanto misteriosa y seria a la vez, solo el sempai podía lograr ese efecto, un tanto melodramático y altanero―es más creo que podríamos ir todos a comprobar mi informante.
Con esas palabras Kyoya-sempai solo hice asustarme una vez más, ¿de verdad creía que Hogwarts existía? ¿Y que nos llevaría a todos?, eso sonaba como haciendo una prueba, igual que esa vez que nos engaño con su "centro de recreación Ootori", donde solo fuimos unos conejillos de indias para él, así que tenía mis dudas, las cuales eran apagadas por la curiosidad de conocer un mundo mágico, como el de Harry.
― ¿Qué opinas, Haruhi?―me preguntó con seriedad.
Solo atiné a sonreírle, pero debía darle una respuesta y rápidamente mis labios se movieron automáticamente.
―Creo que deberíamos comprobar "ese" informante sempai, debo decir que hace mucho que no sentía tanta curiosidad sobre algo, la culpa la tiene éste libro―levanté el manuscrito que tenía en mi poder, ya lo había terminado.
―Eso era todo lo que necesitaba de ti, Haruhi. Recuérdame agradecerle a los gemelos el haberte prestado su ejemplar―dicho esto sonrió de manera malévola y se levantó de mi lado.
Me tendió una mano para ayudar a levantarme y fue en ese instante que lo comprendí, fue todo un plan para adentrarme en sus maquinaciones, fui totalmente manipulada por Ootori Kyouya, pero le estaba agradecida, me había sacado de mi aburrimiento.
Y así, sabiendo eso tomé su mano.
