Oh, Dios, realmente extrañana escribir sobre esta pareja. No sé, pero siento que perdí mi toque (me siento vieja...) pero aún así, decidí volver con otra serie de drabbles Dirty Pair, solo que ya no serán de cien palabras, sino más o menos, depende de mis ganas de escribir. Espero que les guste :)
Prince of Tennis no es mio, de serlo, Gakuto sería el protagonista y Yuushi su novio 3
1. De peticiones
-Ya te he dicho que no.
-Vamos, por favor, será rápido.
-Define rápido. ¡Demonios, no, Yuushi!
-¿Por qué no?
El pequeño acróbata se detuvo, quedando parado en medio de la calle, y se giró a mirara a su novio, quien le sonreía con esa típica sonrisilla suya.
-Deberías seguir, Gaku, no quiero que el próximo funeral sea el tuyo –dijo Yuushi a manera de broma, aunque Gakuto pudo sentir que lo decía en serio.
Soltó un bufido y terminó de cruzar la pista, seguido por el de cabello azul.
-Sigue siendo un no –gruñó de mal humor el acróbata.
-No me has dicho por qué, cerecita –musitó el más alto mientras se ponía a su altura y tomaba su mano.
-¡Dios, Yuushi! ¿Lo dices en serio? –exclamó el mayor-. Realmente esta es una de tus ideas más estúpidas.
-Gracias, eso dolió.
-A mí qué –le espetó Gakuto haciéndose el indiferente.
La verdad era que odiaba cuando Yuushi se hacía el dolido, principalente porque Gakuto casi nunca lograba decir si iba en serio o no. Era molesto cuando el prodigio le jugaba esa broma, pero muho peor cuando lo decía en serio y Gakuto lo tomaba por chiste. En casos así, Yuushi se cerraría y eso podría durar días, cosa que irritaba terriblemente al acróbata y, por consecuencia, a todo aquel que se relacionaba con él. Pero eso último no era que le interesase mucho a Gakuto, lo importante era que Yuushi se distanciaba.
Y es que a Gakuto no le gustaba para nada que Yuushi se alejase de él, pero eso era (supuestamente) un secreto.
Media hora después, cuando ya estaban en casa del pelirrojo, Yuushi volvió a hacer su pregunta:
-¿Gaku, en serio no...?
-No.
-Vamos, no seas así –trató de animarlo el dichoso prodigio-. Será divertido.
-Divertido tu abulea, deja de insistir, Yuushi.
El de cabello azul suspiró, quitándose los lentes. Se pasó una mano por el rostro y dejó sus anteojos sobre la mesa, para luego sentarse en el sofá, al lado de su pareja, por cuyos hombros pasó uno de sus brazos, acercándolo más a él.
-Vamos, Gaku, por favor... No será más de una semana.
-¿Tu me quieres matar, cierto? –preguntó Gakuto en tono irónico y mirándolo de frente-. No hay forma.
-Sigues sin decirme el por qué de tu negativa.
-Tu madre me odia –murmuró el más bajo.
-Mentira, te adora –contradijo Yuushi y acarició su mejilla con la nariz-. Claro que no más que yo...
-Tu padre me detesta –argumentó de nuevo Gakuto.
-No exageres –suspiró Yuushi y rió-. Solo le caiste un poco pesado.
-Tus tíos...
-Mi tías estaba embarazada la última vez, estaba así con todo el mundo.
-Y tú primo... –gruñó Gakuto exasperado.
-Con él te pusiste realmente pesado, Kenya no es así.
-Gracias, acabas de darme otra razón por la que no quiero ni debo ir a Osaka. ¡Si ni mi novio me apoya! Oh, Dios, y ni me hgasa mencionar a tus abuelos...
-Gakuto.
El acróbata calló y lo miró.
-Ven.
-No.
-¿Por favor?
-¿Vendrías tú conmigo a visitar a mi tía Monoke? –preguntó Gakuto conociendo la respuesta.
-Eso es otra cosa, ella está loca –replicó Yuushi, sabiendo que Gakuto usaría aquello como argumento-. No es lo mismo, mi familia está perfectamente cuerda... Excepto mi prima, pero ella vive en Kyoto.
-Gracias, yo soy el que viene de una familia de locos...
-Yo no he dicho eso –se defendió Yuushi, tratando de impedir que Gakuto se librase de su abrazo-. Además, mi mamá cocina rico.
-La mía más.
-Sí, pero estamso yendo a visitar a mi madre, no a la tuya.
-¿Estamos?
-Gaku... –musitó Yuushi entre tierno y seductor, cosa que sabía que siempre y sin excepción funcionaba.
Besó suavemente la frente de su pareja, quien se estaba comentzando a odiar por amar tanto esos besos. Pasó una mano por la espalda del más bajo para luego jalarlo y posicionarlo sobre su regazo y ahí volver a besarlo, esta vez de manera más profunda. Lentamente, sin prisa...
Cuando se volvió a separa de Gakuto, este lo estaba mirando molesto y Yuushi no pudo más que sonreír vicotrioso.
-Pero serán solo cinco días –gruñó el acróbata derrotado.
