-Título:

-Personajes: Dinamarca e Islandia

-Advertencias: Ninguna

-Notas: Jo, es tan cortito que me da pena el pobre. Uh, tenía una duda muy insignificante! No sabía si acortar el nombre de Islandia en inglés o en español. Al final, y aun que me gusta llamar a los personajes por sus nombres en español o en su idioma original, me gusta más como suena en inglés! (Por qué digo esto? Ah, no sé, por qué lo has leido?) Después de esta tonta anotación, te dejo con la historia.

~ ¡Hola! ¡Soy un disclaimer y te informo de que los personajes de esta narración le pertenecen a Hidekaz Himaruya! ~


—Tengo miedo.

—No debes tenerlo.

—Pero va a volver.

—Te digo que no.

—¡Que sí! Y va a comerme.

Ice...

El danés puso los ojos en blanco desde el marco de la puerta, antes de entrar en la habitación y llegar casi a tientas a la cama del pequeño islandés.

Éste se incorporó, quedando sentado y mirando en la oscuridad a Dinamarca con ojos llorosos.

—¿Dónde está el monstruo esta vez? —inquirió, sentándose en el lecho junto al menor.

—En el armario, ¡y esta vez lo he visto! —aseguró el pequeño, señalando dicho mueble.

—Oh, ¿ya no está bajo la cama? —se burló el rubio, inclinándose sobre Islandia y revolviendo sus cabellos platinos con una sonrisa.

—¡No te rías, Danmörk-nii! —dijo, con una expresión -aparentemente- afligida.

—Vale, vale. Lo siento, Ice —se disculpó, con otra sonrisa —. A ver, voy a echar un vistazo.

Dicho esto, Islandia asintió y el danés se dirigió al armario, a la derecha de la cama del menor. Lo abrió de golpe y dió un pequeño grito.

En seguida, el islandés pegó un bote en la cama y se ocultó bajo las sábanas tembloroso, y solo se destapó tras oír las carcajadas del mayor.

—¡Danmörk-nii! —exclamó con el ceño fruncido.

—¡Perdona, Ice, no lo pude resistir! —rió —Aquí no hay nada, ¿ves? —se metió en el armario y salió como demostración a sus palabras —Absolutamente vacío.

—¡Pero yo lo he visto! ¡No estoy mintiendo...! —volvió a insistir, con sus grandes ojos amatistas llenos de lágrimas.

El danés, enternecido, volvió al lecho y abrazó al pequeño, intentando reconfortarle.

—Va-vale, Ice. Dime, ¿qué quieres que haga para demostrártelo?

Islandia compuso una pequeña sonrisa de lado y luego finalizó el abrazo con una expresión inocente en el rostro.

—¿Puedes...quedarte en el armario esta noche para vigilar?

Dinamarca suspiró. Nuevamente, se pasaría la noche entera sin dormir. La anterior, el monstruo estaba bajo la cama, así que le tocó "vigilar" entre polvo y pelusas. La anterior a ésta, se encontraba bajo el escritorio, así que tuvo que compartir suelo con el gato.

Aún así, viendo esa carita angelical y esos ojos suplicantes de cachorrito avandonado que le ponía Islandia, ¡no podía negarse!

De esta forma, Dinamarca caminó hacia el armario, preguntándose por qué le tocaban hacer a él esas cosas y no a Noruega, siendo éste último su hermano "biológico".

Antes de cerrar la puerta del mueble, pudo escuchar como el pequeño albino se acomodaba en su blandita cama, mientras él se sentaba en el duro suelo del armario.

—¡Hasta mañana, Danmörk-nii!

—...Hasta mañana, Ice...

Y así, entre las tinieblas de la habitación, esa sonrisa retorcida y victoriosa surgió de los labios de la pequeña nación. Mañana pasaría un buen rato con Nor-nii riéndose del ingenuo danés...otra vez.


Por qué me da la sensación de que tengo una imagen un poco secretamente perversa de Ice (?)?