Disclaimers: Los personajes utilizados en esta historia le corresponden a Rumiko, gran sensei que nos brindo la oportunidad de conocer a Inuyasha y así enamorarnos de él; si fueran míos creo que no me limitaría a escribir de ellos, lo mostraría en pantalla.
¡Gracias y disfruten!
Forbidden Love.
By: Fesabi
Amor Prohibido es lo que puede definir sus sentimientos hacia el novio de su hermana mayor, ella asiste a la boda pero por azares del destino esta se cancela.
¿Cómo puedes aceptar al hombre que iba hacer tu cuñado como algo mas que eso?...
El no se dará por vencido por tener el amor de la verdadera mujer que lo ha hecho estremecer, sentir un deseo profundo y un sentimiento puro, su meta es convertirla de cuñada a esposa, solo que esta no deja sus temores atrás…
Siempre la fruta prohíbida es la mas deliciosa cuando se alcanza.
Capitulo I.- Boda Cancelada.
¡no pudo haber cancelado!.- grita furiosa aquella mujer que porta un vestido hermoso de novia.
Hija…- susurra débilmente al ver a su propia hija furiosa, destrozando todo a su paso en la habitación.
Mamá…- la llaman al girarse y encontrarse con su segunda hija, la cual lleva un vestido rosa cielo, dejando en claro que sería la madrina de honor.
Hija, sabes…-
Lo se mamá, entiendo a Kikio… pero.-
No podemos hacer nada.- concluye la propia madre con tristeza y seguir viendo los gritos, las maldiciones de su hija mayor al destrozar todo a su paso.
Los invitados…- murmura con pesar la hija menor.
Creo que Inuyasha se hizo cargo de ellos.- se lo dice segura al saber que su futuro ex-yerno se ha encargado de todos los invitados, de los cuales ahora están disfrutando de la fiesta, aunque la boda no se aya celebrado.
Mamá…-
Alguna razón tendrá Inuyasha en haber cancelado la boda a último minuto.- lo dice firmemente, se cree capaz de conocer a Inuyasha el tiempo suficiente para saber que tendrá sus razones.
¡¿Qué me ven?!.- grita aquella mujer de cabello azabache.
Hija…-
¡maldito Inuyasha!, ¡maldita seas tu Kagome! Y ¡malditos Taisho!.- grita histeria y furiosa Kikio al tomar la lámpara y estrellarla en la pared, la cual se hace añicos.
Se queda callada al recibir los insultos de su hermana mayor, la cual su madre la saca de la habitación, asegurándole que Kikio simplemente esta alterada por lo que ha sucedido; aunque bien sabe ella que aquello no es cierto, Kikio la ha detestado desde que comenzó a crecer.
Suspira profundamente al tratar de mantener la compostura, ese día permanecería en aquel lugar hermoso que es Grecia, de donde proviene la familia de Inuyasha Taisho, aquel magnate griego, ya mañana se regresaría a Japón con su vida universitaria, ultimo semestre y podría ejercer aquella profesión que la llena de tanta dicha: veterinaria…
Suspira al caminar hacia su habitación, ahora se encuentran en el hotel donde se hospedaron desde su llegada de antier, organizando lo que iba a ser la boda de Kikio Higurashi con Inuyasha Taisho, pero esta no fue realizada, ella se hospedo en una de las habitaciones económicas del lugar, anunciando que pagaría todos sus gastos, tenía un pequeño trabajo de medio tiempo después de la universidad en una clínica veterinaria donde el propietario y su sobrino la trataban muy bien; no podrá llegar a las clases en la mañana pero podrá llegar al trabajo.
De la pequeña bolsa rosa que trae saca la tarjeta de su habitación.
Kagome…- se detiene a ser llamada por una voz masculina, ocasionando que se gire y abra sus ojos enormemente al ver de quien se trata.
¿no estarás en la reunión?.- le pregunta al verla detenidamente, vestida de aquel rosado claro, un vestido sencillo al igual que el maquillaje y peinado, los zapatos de tacón haciéndola ver un poco mas alta de lo normal.
No sería correcto, Kikio esta destrozando la habitación y yo mañana parto de regreso a Japón.- se lo hace saber al ver aquel hubiera sido su cuñado, sonrojándose un poco al ver como este todavía esta con el smoking que utilizaría para su boda.
¿podríamos hablar?.- pregunta amablemente a la hermana menor de tu futura ex esposa.
¿de Kikio?.- se lo pregunta al verlo hacia sus ojos dorados.
Aparte de eso.- lo comunica al ofrecerle su mano, lo cual ve como Kagome se queda titubeando si acepta o no- por favor.- termina pidiendo al sentir que la respuesta es afirmativa.
Caminan en silencio pero Inuyasha no suelta su mano, sintiendo sus mejillas sonrojadas, y aquel calor recorrer su cuerpo, fija su vista marrón donde su mano y la de Inuyasha entrelazadas, siendo conciente del contraste que hay con su piel blanca y la de él morena.
Aquí podremos hablar.- se lo dice a su acompañante la cual asiente un di al ver a su alrededor, una vista estupenda de aquel lugar griego, Ahtena
Es hermoso…- susurra al ver toda la vista, caminando hacia la barra del lugar, y apreciar el parónima.
Cuando era pequeño me gustaba esconderme en este lugar, lo descubrí una de las tantas ocasiones que pasaba en el hotel con mis padres.- se lo informa con una sonrisa al contemplar la figura femenina que lo acompaña.
¿es tuyo verdad?.- pregunta Kagome al girarse y ver a Inuyasha de pie a unos metros tras ella.
Si… también algunas posesiones más.- concluye fríamente.
Lo siento yo… no debí haber preguntado.- murmura Kagome al bajar su vista al piso.
¡demonios!... se esta desquitando con Kagome de lo que su hermana le hizo… ¡demonios!.
¿recuerdas como nos conocimos?.- le pregunta con una sonrisa en su rostro al ver como Kagome alza su rostro y sonríe e ilumina sus ojos marrones.
Claro que recuerdo.- ríe al recordar aquel día en que conoció a Inuyasha Taisho.
Estuve apunto de atropellarte por que te cruzaste la avenida para salvar aquel perrito que ahora es tu mascota.- se lo comienza a decir con un tono de reproche al ocasionar el sonrojo de la pelinegra.
Pero te detuviste.- lo dice incomoda.
Por suerte que mi carro tiene frenos estables.- se lo hace saber al caminar un paso hacia Kagome.
Pero no me paso nada.- murmura avergonzada por sus impulsos, pero ese perrito abandonado estaba asustado y se paso la avenida al tratar de huir de ella, suerte que lo alcanzo a tiempo de que sucediera una desgracia.
Por suerte, y después ese golpe que me diste si que dolió.- concluye al tomar las manos de Kagome entre las suyas.
Estaba enojada.- dice nerviosa al sentir el tacto de Inuyasha en sus manos.
Y tuviste razón.- se lo hace saber al aventurarse a posar una de sus manos en el mentón de la chica al alzar su rostro.
Eso ya fue hace tres años atrás.- se lo dice al recordarle que ya ha pasado mucho tiempo desde entonces.
¿sabes por que cancele mi boda con Kikio?.- se lo pregunta dulcemente al ver el rostro de Kagome.
No.- niega aquella pregunta, realmente no lo sabe, una vez que termino de alistarse y estaban en la ceremonia a punto de iniciar, todos los invitados en sus lugares correspondiente llega Inuyasha hecha una furia, aunque solo ella sabía que estaba realmente enojado, por que hacía los demás Inuyasha simplemente se limito a decir "la boda se cancela, gracias por acudir a ella, si desean quedarse al banquete que había después de ella están invitados"; después de ello desapareció del mismo modo que entro.
Fui a la habitación de Kikio antes de que iniciara la ceremonia, solo que ella estaba sola hablando por teléfono con Kagura.- comienza a decirlo- escuche como tu hermana le decía a su amiga "hoy me caso con ese idiota de Inuyasha, es una lastima que sea tan estupido al no saber que lo único que me atrae de él es su lujosa cuenta bancaria"…- concluye al ver como Kagome abre los ojos desmesuradamente al dar un grito de horror.
¿crees que podía casarme después de escuchar aquello?.- le pregunta al no tener respuesta de Kagome.
Yo… yo… no sabía….- susurra Kagome horrorizada de que aquel fue el motivo por el cual su hermana simplemente se fuera a casar con Inuyasha, cuando ella… ella… hubiera dado cualquier cosa por estar en el lugar de su hermana mayor.
Lo se pequeña...- lo dice dulcemente al estrecharla entre sus brazos, sintiendo como Kagome lo abraza y recarga su cabeza en su pecho.
Cierra sus ojos suspirando la fragancia masculina de Inuyasha, apretándolo fuertemente hacia su cuerpo dejando que el la estreche entre sus brazos, por lo menos ese momento lo tiene para él, sin que su hermana este presente; el haberlo conocido de esa manera la había enamorado desde el primer momento, pero su hermana estaba saliendo con Inuyasha Taisho y ella no tenía oportunidad alguna, su hermana lo conoció primero y ella después.
Hermanita, ¡que bueno que llegas!, quiero presentarte a mi novio.- escucha que su hermana le grita desde la sala de la casa de su madre.
¡y vaya sorpresa que se había llevado!, esa misma semana había conocido al hombre que soñaba que podía ser su "hombre perfecto", el amor de su vida y el verlo de nuevo con su hermana destrozo cada una de sus ilusiones y por supuesto su corazón, pero no dejo que nadie lo notara o mas bien ninguno de ellos dos, por que su madre si lo noto.
En esos tres años, Kikio rompía y volvía con Inuyasha a sus anchas, destrozando a su pobre corazón, maldiciendo el día que conoció por accidente a Inuyasha Taisho, hasta el día que vive ahora "la boda de su hermana", se destrozaba por dentro el asistir al lugar y presencial que el hombre que ama se casara ni nada menos que con su hermana.
Suelta un suspiro al dejar que el aroma varonil de Inuyasha llene sus fosas nasales, por lo menos es la última vez que viera a Inuyasha y esperaba llevarse el recuerdo de él y claro guardar su aroma en su mente al igual que la sensación de estar con él.
Recarga su rostro en la cabeza de Kagome, respirando aquel aroma a jazmín tan distinto de Kikio, cerrando sus ojos al dejar que la paz invada su cuerpo entero, desde que conoció a Kagome de aquella forma tan más chistosa ahora que lo piensa, su vida se ha iluminado.
Iré a dormir…- lo dice con pesar al separase un poco de los brazos de Inuyasha, alzando su rostro para ver el del chico.
Creo que yo también haré lo mismo.- lo dice al bajar su rostro sintiéndose atraído por aquellos labios carnosos
Buenas noches Inu…- murmura Kagome al ponerse de puntitas y besar la mejilla de Inuyasha.
Se queda en ese lugar quito al sentir el calor en su mejilla, el que su mente procese el "buenas noches Inu", de Kagome…
Kikio una vez intento decirle Inu y el mismo le dijo que aquello le molestaba de sobre manera y esta sonrío y dio una disculpa para seguir de compras navideñas, solo que ahora con Kagome, ese diminutivo no le molesta en absoluta en cambio le agrada demasiado.
Ve desaparecer a Kagome por la puerta del lugar, quedándose solo en aquel sitio.
Camina hacia la barra recargándose al ver el panorama nocturno de la cuidad, sintiéndose, confundido, el día de su boda se entera que la mujer con la cual va a casarse simplemente lo quiere por ser rico, aunque no le pesa, el mismo hubiera deseado meses atrás detener todo aquel absurdo cuento y correr detrás de la mujer que realmente le interesa; por eso había ido a la habitación de Kikio para tratar de hablar con ella, solo que en lugar de eso está misma le dio la perfecta excusa para poner fin aquel error que cometería.
Miroku le había abierto los ojos en el ultimo minuto de cometer aquella tontería, el casarse con Kikio Higurashi, y se lo agradece intensamente, ahora solo desea que no sea demasiado tarde para perseguir a la mujer que realmente le interesa.
Una linda muchachita me dijo donde encontrarte.- escucha la voz masculina a sus espaldas al saber de quien se trata.
¿linda muchachita?.- pregunta sonriendo al girarse y encontrarse a un hombre casi igual a él solo que con canas y un poco bajo.
¿acaso Kagome no es una linda muchacha?.- se lo pregunta curioso.
Por supuesto padre.- responde al saber que aquello definitivamente es verdad
A comparación de aquella arpía que tiene como hermana.- lo dice al recordar al dolor de cabeza encerrada furiosa en la habitación del hotel.
Papá…-
Agradezco que hayas recuperado el juicio en el último momento.- se lo dice al interrumpirlo con una sonrisa en sus labios.
Papá…-
Lo siento hijo, pero como tu madre decía "más vale enmendar los errores a tiempo que vivir con ellos".- concluye con una sonrisa al recordar a su difunta esposa.
Creo que tengo que enmendar varios.- suspira con pesadez.
Estas a tiempo hijo.- se lo dice al darle una palmada en el hombro.
¿ya se fueron todos?.- pregunta al tratar de cambiar el tema.
Si, hace unos momentos y tu ex novia esta haciendo un drama con los familiares.- se lo informa, por ello había ido a buscar a su hijo.
¡oh no!.- gime al saber que Kikio es capaz de hacer cualquier locura.
Oh si… y créeme que no es hermoso lo que esta gritando.-
Iré.- responde al encaminarse a ver que desastre esta haciendo la mujer lunática con la que iba a casarse.
-.-
¡Kikio por favor!.- grita al rogar que su hermana se tranquilice pero parece ser que no.
¡es un idiota!, ¡lo odio!, ¡los odio!... ¡son unos miserables!.- grita histérica aquella mujer que sigue vestida de novia, al ventar lo que se encuentre hacia su paso.
¡Kikio por favor!.- ruega Kagome al tener contacto con el brazo de su hermana, la cual se gira hacia ella con una mirada llena de odio.
¡te odio, te odio maldita Kagome!.- grita Kikio al aventar a su hermana, la cual gime de dolor al torcerse un tobillo y caer hacia atrás solo que es atrapada por unos brazos.
¿estas bien?.- escucha que se lo dice una voz masculina que reconoce.
Si…- susurra al querer incorporarse pero gime de dolor al sentir como su tobillo no esta bien
Yo te llevare.- se lo dice al tomarla entre sus brazos, y caminar hacia donde esta aquella mujer desquiciada.
Hunde su rostro y pasa sus brazos por el cuello de Inuyasha, sonrojada por que él se encuentre cargándola.
¡te odio Inuyasha Taisho!, ¡eres un bastardo!, ¡un miserable!...- sigue escuchando todo tipo de insultos que le da Kikio girando su mirada dorada por aquel salón, donde la familia en especial su hermano desea estrangular a la "señorita" que esta dando el escándalo, asiente la cabeza al dar una señal que pueden dejarlos solos, ve a la madre de Kikio la cual se encuentra apenada, pero le brinda una sonrisa al ver como esta sale del lugar algo tranquila.
¡y claro!, ¡estas con la estupida de mi hermana!, que rápido te consuelas ¿no?.- lo escupe como insulto que parece ser que a Kagome si le llega, al aferrarse aun mas hacia Inuyasha.
¡ya estuvo bien Kikio!, si no paras de una ves todo este teatro juro que destruyó tu carrera como modelo y terminaras en la calle.- amenaza fríamente Inuyasha al ver a aquella mujer como pierde el color en su rostro.
¡Tu no puedes!.- chilla
Claro que puedo, así que no me tienes.- responde al verla fríamente.
¡me iré!.- grita Kikio.
Perfecto, te escoltaran al aeropuerto.- se lo hace saber al girarse y darle la espalda.
¡idiota!...- se lo grita por ultima vez.
Gracias…- se lo dice fríamente con una sonrisa burlona al dejar helada a Kikio.
Te arrepentirás Inuyasha Taisho…
-.-
Puedes dejarme en la puerta gracias.- lo dice Kagome al querer bajar de sus brazos, ya todo el camino fue demasiado vergonzoso el que la vean en los brazos de Inuyasha para entrar en su habitación con él.
¿segura que puedes caminar?.- se lo pregunta indeciso al bajarla lentamente al piso.
Ya mañana estaré como nueva, solo es una torcedura.- se lo haces saber con una sonrisa, aunque su rostro esta ruborizado al encontrarse todavía entre sus brazos.
Puedo llevarte a tu cama.- lo ultimo lo dice de una manera que ocasiona que el cuerpo de Kagome se ericé por completo.
No gracias.- susurra débilmente al sentir como su labio inferior comienza a temblar, mordiéndolo para evitarlo.
¿nerviosa?.- pregunta al reír, observando a Kagome sonrojarse notablemente
¡tonto!.- exclama furiosa al separarse de sus brazos empujándolo lo suficiente para abrir la puerta de su habitación.
Cierra la puerta al cojear un poco recargándose detrás de ella, escuchando la risa burlona de Inuyasha, maldiciendo ser tan débil ante él…
¡tonto!...
-.-
Recarga su frente en la puerta cerrada de la habitación de aquella mujer que lo ha hecho reír con su inocencia.
Kagome Higurashi…
Sonríe al incorporarse y declarándose una meta que piensa seguir, pero antes debe de arreglar algunos asuntos en Grecia; después de ello regresara a Japón a conquistar a la mujer que desea para él y para nadie más.
Da su ultima mira a la habitación de aquella pelinegra al sonreír, agradeciendo a Kami de que Kagome hubiera huido de él en lugar de quedarse un tiempo mas entre sus brazos antes de que él mismo hubiera perdido el control y se hubiera propuesto besarla…
-.-
¡yo atiendo señor Totosai!.- grita la voz femenina al encontrarse detrás del lugar.
¡puede ser mi sobrino!.- grita la voz masculina que bien se escucha de cierta edad ya avanzada en algún lugar del local.
Ven Kenji, acompáñame.- se lo dice al perrito de estura mediada color beige que se encuentra acostado en rincón del lugar en el cual esta acomodando las medicinas.
Se incorpora al mostrar aquella bata blanca que utiliza en sus horas de trabajo, su cabellazo azabache amarrado en un chongo improvisado hecho por una pluma atravesando pero dejando varios mechones de cabellos sueltos, dándole un aire sexy para cualquier hombre que la vea.
¡Kenji no corras!.- grita al ver a su perro correr hacia la entrada del local.
No lo regañes, solo viene a saludarme, ¿verdad amigo?.- pregunta aquel hombre de un metro noventa y cinco a aquel perro que toma entre sus brazos.
Abre sus ojos enormemente al ver de quien se trata…
¿no me saludas Kagome?.- pregunta aquel hombre de mirada dorada.
Inuyasha…- susurra Kagome al ver al hombre de traje con el perro entre sus brazos.
Continuaraaaaa!!...
¡Konichiwa!, ¿Cómo están chicas?, bueno esta historia es algo que se me ocurrió y se las traigo para compartir…
Espero sus comentarios…
Cuídense… ¡dedicada a Ren-chan!.
Se despide
Fesabi
