Sakura Kiss!!

Pensar en la tristeza que le había causado entrar en la habitación y ver su conejo destrozado le daba mas fuerzas para seguir con su "malvado plan", pensar que lo había esperado durante tanto tiempo, desde su ultima visita a Karakura, cuando al pasear por la calle, se detuvo ante la vidriera de esa juguetería, ¡era un peluche precioso en edición limitada!, un conejo con una forma muy similar a su querida Chappy, este hablaba, y hasta se le podían grabar frases para que repitiese, pero debía volver a la Sociedad de Almas, y no llevaba mucho dinero, asíque solo lo seño y espero pacientemente hasta poder tenerlo ¡casi un mes!, tiempo durante el cual solo podía imaginarse a si misma abrazando al conejo, durmiendo con el por las noches, y que la despertase por las mañanas diciendo "buen día Rukia, debes levantarte", hasta que una mañana el encargo llego a las puertas de la mansión.

Fueron días llenos de felicidad para ella, volvía rápido del trabajo y no soltaba a su juguete hasta la mañana siguiente, realmente parecía una niña con su peluche preferido, no le importaban siquiera las quejas de su hermano al respecto de su conducta.

Hasta que… , aquella tarde había llegado como siempre, feliz de que la jornada de trabajo había acabado en el treceavo escuadrón y que podría estar con su "Chappy", fue directo a su habitación a buscarlo, la ventana de su habitación estaba abierta y por ella entraba el dulce aroma de las flores del jardín, miro al suelo buscando con la mirada a su conejo, la imagen de aquel momento le resulto terrible, horrorosa, su querido peluche, completamente destrozado, roto, con su fino relleno y su suave felpa esparcido por gran parte de la habitación, y lo peor de todo, ¡pétalos de Sakura que incriminaban al culpable!, no había dudas, esos pétalos no eran naturales, pues estaban desapareciendo lentamente, ¡esos pétalos eran de riatsu, y solo podían pertenecer a una persona!, indignada salio al jardín tratando de ocultar sus lagrimas, el culpable estaba entrenando en el jardín con su shikai.

-¡Hermano!- gritó con furia, el se distrajo, pero apenas si la miro de reojo y continuo con su entrenamiento, -¡mira lo que has hecho!-dijo levantando los despojos de lo que antes era su peluche, el volvió la mirada.

-¿Yo lo he hecho?- había preguntado simplemente.

-¡Si!- volvió a gritar.

-Lo lamento- fue la simple respuesta y volvió a concentrarse en su entrenamiento.

Al recordar esta escena Rukia ponía mas empeño en afinar su voz, ya hacían tres semanas del episodio, y desde entonces había trazado un plan para vengarse de su hermano, quería molestarlo, pero además lastimarlo, de la misma forma en que el lo había echo con ella, no se creía lo del accidente, ya de por si, era la primera ves que Byakuya entrenaba su shikai en el jardín, no solo siempre lo había cuidado con recelo, si no que además, ¡¿desde cuando necesitaba entrenar su shikai?!, alguien que era capitán, y que había alcanzado el nivel bankai hacia años.

El plan seria sencillo, esperaría a una tarde en la cual su hermano al llegar de trabajar se pusiera su atuendo "favorito" de entre casa, una prenda de vestir sobre la cual le había dejado bien claro a todos que debían cuidar, ya que le traía muchos lindos recuerdos. Pero… esa prenda era muy delicada, el solo contacto con el fango que rodeaba el pequeño laguito del jardín, le dejaría una marca imborrable (ese mismo fango, había arruinado ya varias prendas de ella), el problema del plan era, ¿Cómo hacer que Byakuya (quien tenia mucho cuidado cuando la llevaba puesta) terminase embarrado? Pensó entonces en la técnica que utilizaría, primero debía distraerlo de alguna forma, lego conducirlo hacia el laguito, y luego, ¡zas!, el daño irreparable.

¡Ya lo tenia!, el único cumplido que su hermano le había echo en todos los años que llevaba con viviendo con el, era su voz, una ves hace muchos años, le había dicho que le gustaba, mejor comenzar por hay, utilizaría su propia garganta como distracción, pero… ¿Qué cantaría?, "¡ya se!", se dijo a si misma, aquella canción, el opening de una serie que había visto con Inoue hacia un tiempo, "lo trabajare lenta y dolorosamente", pensaba, y sonreía con una pequeña sonrisita malvada.

Termino de ensayar la canción en su cuarto, abrió la ventana y contemplo en jardín, ¡era el momento!, Byakuya se encontraba tomando el té en lo mas alejado del basto jardín de los Kuchiki, debía atraerlo hacia el centro donde se encontraba el laguito, y para ello tendría que emplear todas sus técnicas, no solo de vengadora, si no también de mujer, salio al jardín, y alzando su mano derecha al cielo, canto las primeras palabras.

"Besa, besa, enamórate", en un tono mas bien alto para que el lo notara, bajo la mano y miro hacia delante, avanzo delicadamente unos pasos,"me he dado cuenta de que, siempre estoy cerca de ti", un suave giro de baile acabando en tercera posición," ¿pero es odio?"dirigió una mirada directa al fondo del jardín, y vio como discretamente su hermano había alzado la vista, "¿es amor?,¿o solo paranoia?", ingreso entre las plantas del jardín, "cuando estos sentimientos, pueda verlos claramente",canto acariciando la hoja de un árbol próximo y dando unos pasos mas adentro,"señorita o huésped, no importa", se escondió divertida detrás de un árbol, "la razón por la cual, la gente se enamora, es diferenta para todos, pero…" , salio detrás del árbol, rodeándolo con sus pies en punta, cuando estuvo del otro lado, otro giro pero esta ves sobre su eje, ya faltaba poco para legar al laguito, "tal vez eres mi amor", levanto la mirada al cielo, se acercaba el gran momento.

"Quiero conocerla ahora, y darte un dulce beso", dijo acariciándose delicadamente sus labios, "como la flor del cerezo", estiro su mano izquierda acariciando los pétalos de un árbol florecido con estas flores, avanzo tres pasos mas tirando al momento que cantaba" si tu corazón lo siente, ¡tengamos un amor romántico!", acabo sus giros al compás de la melodía que salía de adentro suyo.

"Mas importante que el futuro, es el presente", ya estaba a dos pasos del gran lugar, "el amor delicioso de primavera es", el primer paso arriba del puentecito que cruzaba el pequeño lago, "como la estética de una doncella que florece", se subió a la baranda roja, no había volteado, asíque no sabia si el continuaba prestándole atención, se guiaría por los cálculos que había echo sobre la situación. Avanzo unos pasos sobre la baranda del puente, tenia miedo que sus pies la traicionaran antes de tiempo, canto el verso final, "¡tal vez eres mi amor!".

¡Paff!...al agua… abrió los ojos, estaba semi-mojada, ¡y en brazos de su hermano!, la venganza había sido un éxito, el laguito no era profundo, podía ponerse de pie tranquilamente, pero permaneció en sus brazos, mejor, cuanto mas tiempo se quedase allí, mas se ensuciaría, levanto la vista "haciéndose", la tímida, Byakuya la miraba fijamente a los ojos, lo cual la hizo ruborizar.

-Lo siento- dijo suavemente, ahora… el momento de hacerlo sentir mal- ¡hermano, tu…

-¿Te lastimaste?- pregunto sin dejarla terminar, Rukia lo sentía muy cerca, mas que en un primer momento, la levanto aun en sus brazos y la saco del laguito, pero aun en el suelo no la soltaba.

-Ya me puedes bajar- dijo ella.

-No quiero- ¿Qué se suponía que era esa respuesta?, ¿Por qué?, sin embargo ella no hacia movimiento alguno para que la soltase, miro su ropa, su kimono esta mojado (aunque enfango no la había alcanzado), pero al ser muy clara la tela esta había quedado casi transparente, si el la bajaba quedaría muy "expuesta", que tonta, no había considerado ese detalle, el la llevo hasta su habitación, se sentía cómoda donde estaba y no quería que la baje.

-Cámbiate o te vas a resfriar- fue la orden, aunque se notaba un tono extraño en su voz, la bajo, pero permaneció a su lado, mirándola fijamente a los ojos, quito un pétalo de Sakura que había quedado enganchado en su cabello, luego acaricio suavemente su rostro, se inclino un poco, acercándose a el rostro de ella acaricio sus labios, con los suyos, y luego la beso, ciertamente era un dulce beso, como la flor del cerezo, ella no se aparto y solo pudo corresponderle.

-no me gustaba ese conejo- Le dijo el tiempo después.

-¿Por qué?- pregunto recordando su peluche, al cual ya casi había olvidado.

-Pasabas mas tiempo con el, de lo que habías pasado con migo- dijo abrazándola por la espalda.

-Hermano- dijo dándose vuelta con una pequeña sonrisita diabólica.

-Dime- respondió.

-¿Esos fueron celos?- y un pequeño pisotón, con eso la venganza estaba finalizada.