Disclaimers: Naruto no me pertenece, y capaz la idea tampoco (no lo sé) Pero salió de mi cabeza, si hay alguna parecida...lo siento -_-
Advertencias: No se...¿Hijos?
Argentina. Buenos Aires. Aeroparque Internacional Ezeiza.
17:00 pm.
Hanabi terminó de arreglar los últimos detalles para el vuelo de casi quince horas y abordó el avión que la llevaría a Tokio, de nuevo. Seis años viviendo en el exterior la habían hecho no querer volver a ese país, pero las circunstancias lo ameritaban.
Suspiró pesadamente y miró los dos asientos contiguos al suyo. Hanami y Tsunami reían a carcajadas –en el caso de Hanami- producto de las caricaturas que pasaban en la televisión que proporcionaba el avión.
Ellas dos eran sus soles.
...
Japón. Aeroparque en Tokio.
8:00 am
Tomó de las manos a sus dos hijas e indicó al cochero que traslade sus maletas al auto que las pasaba a recoger del aeropuerto.
Sus hijas no pronunciaban palabra alguna, ya que estaba aún medio dormidas por el repentino descenso del avión en Tokio.
Las tres subieron al coche y este emprendió camino a la mansión Hyuuga. Minutos después, Hanami y Tsunami cayeron en un profundo sueño.
Las calles de Tokio se extendían en su longitud a medida que el coche avanzaba por ellas, los grandes edificios de la capital de Japón se alzaban a sus costados, la gente caminaba apresurada por las veredas, ejecutivos, gente importante que salían para almorzar.
No era como la ciudad en la que había pasado seis años viviendo.
Tan solo con ver la atmósfera que la rodeaba en Japón, ya empezaba a añorar Argentina. Ella no vivía en al capital de la provincia de Buenos Aires, ella vivía en una ciudad de los alrededores, más tranquila y pasiva, con más seguridades y no tantos habitantes.
Finalmente el coche, entró en un barrio privado de voluptuosas casas y grandes jardines decorados con rosales y claveles de distintos colores. Sencillamente complejo, un barrio de gente poderosa y adinerada.
El auto estacionó frente a una mansión.
Hanabi bajó del automóvil con sus dos hijas en brazos, haciendo el intento de no despertarlas y a la vez no caerse tendida al suelo.
La puerta se abrió principal se abrió, una niña de cabello azul y ojos azules eléctricos la miró de pies a cabeza, detallándola. Hanabi le daba cerca de ocho años.
— ¿Y usted quién es?—espetó la niña sin rodeos.
Y cayó en la cuenta de que conocía bastante bien ese carácter. Naomi Uzumaki Namikaze, sin dudas, el carácter idéntico al de Naruto Uzumaki Namikaze.
— ¡Naomi!
Una suave, pero latente voz se escuchó desde el interior de la casa. La puerta fue tomada por una mano blanca y pequeña, abriéndola del todo.
Y ahí estaba Hinata.
Con treinta años, aparentando menos, su tersa piel pálida y sus ojos idénticos a los de Hanabi, con el cabello mucho mas largo y manteniendo su figura.
Su expresión se suavizó notablemente al ver a su hermana y dos sobrinas, luego de largos e interminables seis años.
Y Naomi no entendía nada.
Le tironeó de la blusa a su madre e intentó captar su atención. Plan Fallido.
—Hanabi...—murmuró conmocionada Hinata. Sus ojos no paraban de ir a un lado a otro de las criaturas que su hermana traía en brazos, que descansaban placidamente, ignorando totalmente su alrededor.
En ese momento, Naomi recordó el por qué su madre había estado preparando las habitaciones de huéspedes. Su tía Hanabi volvía a Japón.
...
La situación en las oficinas Inuzuka estaban controlada y las reunión de ejecutivos iba viento en popa.
Kiba Inuzuka manejaba muy bien la situación frente a los cuatro ejecutivos líderes más importantes de Japón.
Los Namikaze, los Sabaku No, los Hyuuga y los Nara. A pesar de que el representante de los muchita estaba ausente, el acuerdo había sido aceptado y firmado.
Ya retirándose, Kiba fue detenido por Naruto.
— ¡Hey! Kiba—lo detuvo— Hoy Hinata me preguntó... Si querías ir a almorzar. Van a ir los demás así que... ¿Vas?
— ¿Almorzar?—pensó— Claro.
—Esta...bien—Naruto lo miró extrañado. Su manera de actuar no era normal— Vale, Adiós.
Y la oficina quedó vacía.
Kiba suspiró ya clamado y guardó su portátil y algunos papeles en su maletín, lo tomó y salió de la habitación. Caminó por las brillantes baldosas que constituían el suelo y apretó el botón del primer suelo en el ascensor una vez que llegó a el.
Las puertas se abrieron y dio un paso adelante, unos segundos y se volvieron a cerrar. El impulso del ascensor lo hizo tambalear pero pronto consiguió el equilibrio de nuevo.
Suspiró una vez más abatido.
¿Qué le estaba pasando? Se estaba volviendo un responsable y aburrido ejecutivo. ¿Dónde había quedado ese sueño de ser estrella de rock a los dieciséis?
Bah...enterrado muy profundo de su ser.
Y además de su desgracia de vida, había perdido a la única mujer que había querido en serio hace seis años.
Apenas ese recuerdo le llegó a la mente, los disolvió rápidamente, olvidándolo. Recordar esos ojos perlas lo agobiaban hasta hacerlo pasar una noche con su buen amigo, el alcohol.
Hace ya casi seis años se cumplían desde que Hanabi desapareció de su vida, y también, seis años en los que la familia Hyuuga había mantenido el secreto.
Pero ahora todo había cambiado. Por palabras de Naruto y la propia Hinata, Hiashi Hyuuga había caído enfermo, su enfermedad terminal lo estaba devorando poco a poco en un estado mortal.
Y de alguna forma, Hanabi tendría que aparecer.
...
Hanabi terminó de cortar las verduras y las arrojó a la cacerola con aceite. Instantáneamente el sonido del aceite en contacto con las verduras y el aroma que estas pronuncian al cocerse inundo sus oídos y fosas nasales.
Hinata las revolvió levemente mientras Hanabi se fijaba la carne que se doraba en el horno.
Todo iba bien.
Se limpió las manos con un par de servilletas y se fue abandonando la cocina, subiendo las escaleras que yacían en la sala de estar, en dirección ala habitación donde sus hijas dormían. Pero escuchó risas en la habitación contigua.
Curiosa, se escabulló y abrió la puerta levemente.
Pudo divisar a Naomi sentada en el suelo, con un muñeco de felpa entre sus manos. Abrió un poco más, y vio a sus hijas arrodilladas frente a su sobrina en iguales condiciones. La imagen la tranquilizó y se sintió feliz por dentro por que sus hijas tuvieran contacto con otras niñas, tal como su prima. El volumen de la televisión tapó el rechinido que hizo la puerta al cerrarse, haciendo que tanto las gemelas como Naomi no notaran el ruido.
Volvió a bajar las escaleras y entró a la cocina con el objetivo de seguir ayudando a Hinata.
Su hermana la recibió con una sonrisa y le indicó que sacara la carne del horno mientras ella iba a atender la puerta. Los invitados comenzaron a llegar.
El primer matrimonio en llegar fue el de Neji Hyuuga y Ten Ten junto a su hija Ume, y Kotaro, el niño de tres años.
Ni hablar de la impresión de ambos al ver Hanabi cambiada y con hijas, luego de seis años.
Pero consideraron guardar la millonada de preguntas que tenían para otra ocasión y solo sonreír –en el caso de Ten Ten- por la vuelta de Hanabi al país.
La segunda familia en llegar fue la del matrimonio Uchiha pero sin el Uchiha. Solo estaba una sonriente Sakura con sus hijos mellizos, Fuuka –la que nació primero- y Yosuke-el que nació segundo- junto a Meiko –su hija de dos años.
Finalmente, cuando pensaban que nadie mas llegaría, el matrimonio Nara entró en escena, con una Temari que repartía furia y un despreocupado Shikamaru; un clon de Temari. Karura y un clon de Shikamaru, Shikaishi.
Y detrás de ellos un apurado y desarreglado Naruto con el postre en manos, helado.
Ninguno de los presentes opinó ni dijo una palabra sobre el repentino regreso de Hanabi con sus hijas ni lo que iba a ser la reacción de alguien que conocían muy bien a esa situación. Pero las miradas acusadoras eran inminentes y Hanabi las sentía sobre su persona, como un cuchillo afilado que va cortando de a tajos leves la piel, hasta llegar a la carne.
Almorzaban cómodamente en le jardín trasero de la casa –a pesar de las miradas- Hanabi estaba comiendo tranquilamente, hasta que la el timbre de la puerta sonó.
Nadie hizo un amago de levantarse a abrir. Y Hinata estaba muy ocupada e la mesa de los niños, discutiendo con Naomi sobre que , según la niña, ya era "mayor" para sentarse en esa mesa.
Abandonó su lugar y se levantó de la silla.
Entró por las puertas corredizas a la sala de la casa y avanzó hasta la entrada principal.
Abrió la puerta y sus ojos no creían lo que Viena. Peor mantuvo la compostura y se enderezó sin mostrar conmoción alguna.
En cambio, Kiba si estaba totalmente impresionado y no salía de su shock hasta que la puerta se le cerró en sus narices.
Irritado tocó una vez más el timbre y, esta vez, fue Naruto quien abrió la puerta.
— ¿Qué fue eso?—preguntó confundido— ¿Por qué no me dijiste que ella volvía?— mas que confundido, ahora mostraba signos de enojo.
—Oye, ella llegó de sorpresa—explicó intentando calmar las aguas— Sabíamos que vendría, pero no sabíamos en que fecha exactamente.
Kiba se masajeó la sien y suspiró –si, otra vez- cansado. Esperaba que esa sea la única sorpresa que tendría ese día. Pero desgraciadamente, estaba muy equivocado.
owo
Espero que les haya gustado! Si tienen dudas, decirlas por reviews .
Quiero advertir algo: la longitud de los capítulos variaran según mi inspiration(?) Por lo que no acepto quejas como dice mi profesora de geografía: "El que avisa no traiciona" e_e
Beshazos!
Good Bye...
